Sunday April 28,2024
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EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO


El Evangelio como me ha sido revelado

Autor: María Valtorta

« PARTE 4 de 7 »

TERCER AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS

Partes: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ]
[ 4 ] [ 5 ] [ 6 ] [ 7 ]



313. Preparativos para salir de Nazaret, después de la visita de Simón de Alfeo con su familia. Durante el tercer año,
Jesús será el Justo

314. La cena en la casa de Nazaret. La dolorosa partida

315. El viaje hacia Yiftael y las reflexiones de Juan de Endor

316. Jesús se despide de Juan
de Endor y de Síntica

317. La oración de Jesús por la salvación de Judas Iscariote

318. En barca de Tolemaida
a Tiro

319. Partida de Tiro en la nave del cretense Nicomedes

320. Prodigios en la nave en medio de una tempestad

321. Arribo a Seleucia.
Se despiden de Nicomedes

322. Partida de Seleucia en un carro y llegada a Antioquía

323. La visita a Antigonio

324. Las pláticas de los ocho apóstoles antes de dejar Antioquía. El adiós a Juan de Endor y a Síntica

325. Los ocho apóstoles se reúnen con Jesús
cerca de Akcib

326. Un alto en Akcib

327. En los confines de Fenicia. Palabras de Jesús sobre la igualdad de los pueblos.
Parábola de la levadura

328. En Alejandrocena donde los hermanos de Hermiona

329. En el mercado de Alejandrocena. La parábola
de los obreros de la viña

330. Santiago y Juan "hijos del trueno". Hacia Akcib
con el pastor Anás

331. La fe de la mujer cananea y otras conquistas. Llegada a Akcib

332. La sufrida separación de Bartolomé, que con Felipe
vuelve a unirse al Maestro

333. Con los diez apóstoles
hacia Sicaminón

334. También Tomas y Judas Iscariote se unen de nuevo al grupo apostólico

335. La falsa amistad de Ismael ben Fabí, y el hidrópico
curado en sábado

336. En Nazaret con cuatro apóstoles. El amor de Tomás
por María Santísima

337. El sábado en Corazín. Parábola sobre los corazones imposibles de labrar. Curación
de una mujer encorvada

338. Judas Iscariote pierde el poder de milagros.
La parábola del cultivador

339. La noche pecaminosa
de Judas Iscariote

340. El enmendamiento de Judas Iscariote y el choque con los rabíes junto al sepulcro de Hil.lel

341. La mano herida de Jesús. Curación de un sordomudo en los confines sirofenicios

342. En Quedes. Los fariseos piden un signo.
La profecía de Habacuc

343. La levadura de los fariseos. El Hijo del hombre.
El primado a Simón Pedro

344. Encuentro con los discípulos en Cesárea de Filipo y explicación de la sedal de Jonás

345. Milagro en el castillo
de Cesárea Paneas

346. Primer anuncio de la Pasión y reprensión a Simón Pedro

347. En Betsaida. Profecía sobre el martirio de los Apóstoles y curación de un ciego

348. Manahén da algunas noticias acerca de Herodes Antipas, y desde Cafarnaúm va con Jesús a Nazaret. Revelación de las transfiguraciones
de la Virgen

349. La Transfiguración en el monte Tabor y el epiléptico curado al pie del monte. Un comentario para los predilectos

350. Lección a los discípulos sobre el poder de vencer
a los demonios

351. El tributo al Templo pagado con la moneda hallada
en la boca del pez

352. Un convertido de María de Magdala. Parábola para el pequeño Benjamín y lección sobre quién es grande
en el reino de los Cielos

353. La segunda multiplicación de los panes y el milagro de la multiplicación de la Palabra

354. Jesús habla sobre el Pan del Cielo en la sinagoga
de Cafarnaúm

355. El nuevo discípulo Nicolái de Antioquía y el segundo anuncio de la Pasión

356. Hacia Gadara. Las herejías de Judas Iscariote y las renuncias de Juan,
que quiere sólo amar

357. Juan y las culpas de Judas Iscariote. Los fariseos y la cuestión del divorcio

358. En Pel.la. El jovencito Yaia y la madre de Marcos de Josías

359. En la cabaña de Matías cerca de Yabés Galaad

360. El malhumor de los apóstoles y el descanso en una gruta. El encuentro
con Rosa de Jericó

361. Los dos injertos que transformarán a los apóstoles. María de Magdala advierte a Jesús de un peligro. Milagro ante la riada del Jordán

362. La misión de las "voces" en la Iglesia futura. El encuentro con la Madre y las discípulas

363. En Rama, en casa de la hermana de Tomás. Jesús habla sobre la salvación.
Apóstrofe a Jerusalén

364. En el Templo. Oración universal y parábola del hijo verdadero y los hijos bastardos

365. Judas Iscariote insidia la inocencia de Margziam. Un nuevo discípulo, hermano de leche de Jesús. En Betania, en la
casa de Lázaro, enfermo

366. Anastática entre las discípulas. Las cartas de Antioquía

367. El jueves prepascual. Preparativos en el Getsemaní

368. El jueves prepascual. En Jerusalén y en el Templo

369. El jueves prepascual. Parábola de la lepra de las casas

370. El jueves prepascual. En el convite de los pobres en el palacio de Cusa

371. El jueves prepascual. Por la noche en el palacio de Lázaro

372. El día de la Parasceve. Despertar en el palacio de Lázaro

373. El día de la Parasceve.
En el Templo

374. El día de la Parasceve. Por las calles de Jerusalén y en el barrio de Ofel

375. La cena ritual en casa de Lázaro y el banquete sacrílego en la casa de Samuel

376. Lección sobre la obra salvífica de los santos, y condena al Templo corrompido

377. Parábola del agua y del junco para María de Magdala, que ha elegido la mejor parte

378. La parábola de los pájaros, criticada por unos judíos enemigos que tienden una trampa

379. Una premonición del
apóstol Juan

380. El amor de los apóstoles, de la contemplación a la acción

381. La parábola del administrador infiel y sagaz. Hipocresía de los fariseos y conversión de un esenio

382. Un alto en casa de Nique

383. Discurso sobre la muerte junto al vado del Jordán

384. El anciano Ananías, guardián de la casita de Salomón

385. Parábola de la encrucijada y milagros cerca del pueblo
de Salomón

386. Hacia la orilla occidental
del Jordán

387. En Guilgal. El mendigo Ogla y los escribas tentadores. Los apóstoles comparados con las doce piedras del
prodigio de Josué

388. Exhortación a Judas Iscariote, que irá a Betania
con Simón Zelote.

389. Llegada a Engadí con
diez apóstoles

390. La fe de Abraham de Engadí y la parábola de la semilla
de palma

391. Curación del leproso Eliseo de Engadí

392. La hostilidad de Masada, ciudad-fortaleza

393. En la casa de campo de María de Keriot

394. Parábola de las dos voluntades y despedida de los habitantes de Keriot

395. Las dos madres infelices de Keriot. Adiós a la madre de Judas

396. En Yuttá, con los niños. La mano de Jesús obradora
de curaciones

397. Despedida de los fieles
de Yuttá

398. Palabras de despedida en Hebrón. Los delirios
de Judas Iscariote

399. Palabras de despedida en Betsur. El amor materno de Elisa

400. En Béter, en casa de Juana de Cusa, la cual habla del daño provocado por Judas Iscariote ante Claudia

401. Pedro y Bartolomé en Béter por un grave motivo.
Éxtasis de la escritora

402. Judas Iscariote se siente descubierto durante el discurso de despedida en Béter

403. Una lucha y victoria espiritual de Simón de Jonás

404. En camino hacia Emaús
de la llanura

405. Descanso en un henil y discurso a la entrada de Emaús de la llanura. El pequeño Miguel

406. En Joppe. Palabras inútiles a Judas de Keriot y diálogo sobre el alma con algunos Gentiles

407. En los campos de Nicodemo. La parábola de los dos hijos

408. Multiplicación del trigo en los campos de José de Arimatea

409. El drama familiar del Anciano Juan

410. Provocaciones de Judas Iscariote en el grupo apostólico

411. Una lección extraída de la naturaleza y espigueo milagroso para una viejecita. Cómo ayudar a quien se enmienda

412. Elogio del lirio de los valles, símbolo de María. Pedro se sacrifica por el bien de Judas

413. Llegada a Jerusalén para la fiesta de Pentecostés y disputa con los doctores del Templo

414. Invectiva contra fariseos y doctores en el convite en casa
del Anciano Elquías

415. Un alto en el camino
en Betania

416. Un mendigo samaritano en el camino de Jericó

417. Historia de Zacarías el leproso y conversión
de Zaqueo el publicano

418. Curación del discípulo José, herido en la cabeza y recogido en la casita de Salomón

419. Curaciones en un pueblecito de la Decápolis. Parábola del escultor y de las estatuas

420. Curación de un endemoniado completo. La vocación de la mujer al amor

421. El endemoniado curado, los fariseos y la blasfemia contra
el Espíritu Santo

422. El Iscariote, con sus malos humores, ocasiona la lección sobre los deberes
y los siervos inútiles

423. Partida del Iscariote, que ocasiona la lección sobre
el amor y el perdón

424. Pensamientos de gloria y martirio ante la vista de la costa mediterránea

425. En Cesárea Marítima. Romanos mundanos y parábola de los hijos con destinos distintos

426. Con las romanas en Cesárea Marítima. Profecía en Virgilio.
La joven esclava salvada

427. Bartolomé instruye
a Áurea Gala

428. Parábola de la viña y del viñador, figuras del alma y del libre albedrío

429. Con Judas Iscariote en la llanura de Esdrelón

430. El nido caído y el escriba cruel. La letra y el espíritu
de la Ley

431. Tomás prepara el encuentro de Jesús con los campesinos
de Jocanán

432. Con los campesinos
de Jocanán, cerca de Sefori

433. Llegada a Nazaret. Alabanzas a la Virgen.
Curación de Áurea

434. Trabajos manuales en Nazaret y parábola
de la madera barnizada

435. Comienzo del tercer sábado en Nazaret y llegada de Pedro con otros apóstoles

436. En el huerto de Nazaret, revelado a apóstoles y discípulas el precio de la Redención

437. Coloquio
de Jesús con su Madre

438. María Santísima con María de Alfeo en Tiberíades, donde Valeria. Encuentro con Judas Iscariote

439. María Santísima enseña a Áurea a hacer la voluntad de Dios

440. Otro sábado en Nazaret. Obstinación de José de Alfeo

441. Partida de Nazaret. Un incendio de brezos durante el viaje viene a ser el tema de una parábola

442. Judas Iscariote en Nazaret en casa de María

443. La muerte del abuelo de Margziam

444. Las dotes de Margziam. Lección sobre la caridad, sobre la salvación, sobre los méritos del Salvador

445. Dos parábolas durante una tormenta en Tiberíades. Llegada de Maria Stma., e impenitencia de Judas Iscariote

446. Llegada a Cafarnaúm en medio de un cálido recibimiento

447. En Cafarnaúm unas palabras de Jesús sobre la misericordia y el perdón no encuentran eco

448. Encuentro de barcas en el lago y parábola sugerida por Simón Pedro

449. El pequeño Alfeo desamado de su madre

450. Milagros en el arrabal cercano a Ippo y curación del leproso Juan

451. Discurso en el arrabal cercano a Ippo sobre los deberes de los cónyuges y de los hijos

452. El ex leproso Juan se hace discípulo. Parábola de los diez monumentos

453. Llegada a Ippo y discurso en pro de los pobres. Curación de un esclavo paralítico

454. María Santísima y su amor perfecto. Conflicto de Judas Iscariote con el pequeño Alfeo

455. La Iglesia es confiada a la maternidad de María. Discurso, al pie de Gamala, en pro
de unos forzados

456. Despedida de Gamala y llegada a Afeq. Advertencia a la viuda Sara y milagro en su casa

457. Discurso en Afeq, tras una disputa entre creyentes y no creyentes. Sara se hace discípula

458. Una curación espiritual en Guerguesa y lección sobre
los dones de Dios

459. El perdón a Samuel de Nazaret y lección sobre
las malas amistades

460. Fariseos en Cafarnaúm con José y Simón de Alfeo. Jesús y su Madre preparados
para el Sacrificio

461. Confabulación en casa de Cusa para elegir a Jesús rey. El griego Zenón y la carta de Síntica con la noticia de la muerte de Juan de Endor

462. Discurso y curaciones en las fuentes termales de Emaús
de Tiberíades

463. En Tariquea. Cusa, a pesar del discurso sobre la naturaleza del reino mesiánico, invita a Jesús a su casa. Conversión de una pecadora

464. En la casa de campo de Cusa, intento de elegir rey a Jesús. El testimonio
del Predilecto

465. En Betsaida para un encargo secreto a Porfiria. Apresurada partida de Cafarnaún

466. Un alto en la casa de los ancianos cónyuges Judas y Ana

467. Parábola de la distribución de las aguas. Perdón condicionado para el campesino Jacob. Advertencias a los apóstoles camino de Corazín

468. Un episodio de enmendamiento de Judas Iscariote, y otros que
ilustran su figura

469. Despidiéndose de los pocos fieles de Corazín

470. Lección a una suegra sobre los deberes del matrimonio

471. Encuentro con el levita José, llamado Bernabé, y lección
sobre Dios-Amor

472. Solicitud insidiosa de un juicio acerca de un hecho ocurrido en Yiscala

473. Curación de un niño ciego de Sidón y una lección
para las familias

474. Una visión que se pierde en un arrobo de amor

475. Abel de Belén de Galilea pide el perdón para sus enemigos

476. Lección sobre el cuidado de las almas y perdón a los dos pecadores castigados con la lepra

477. Coloquio de Jesús con su Madre en el bosque de Matatías. Los sufrimientos morales
de Jesús y María

478. Coloquio de Jesús con José y Simón de Alfeo, que van a la fiesta de los Tabernáculos

479. Con Juan al pie de la torre de Yizreel en espera de los campesinos de Jocanán

480. Parten de Yizreel tras la visita nocturna de los campesinos de Jocanán

481. Llegada a Enganním. Maquinaciones de Judas Iscariote para impedir una trama
de los fariseos

482. En camino con un pastor samaritano que ve
premiada su fe

483. Polémica de los apóstoles sobre el odio de los judíos. Los diez leprosos curados en Samaria

484. Alto obligado en las cercanías de Efraím y parábola de la granada

485. Jesús llega con los apóstoles a Betania, donde ya están algunos discípulos con Margziam

486. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Reino

487. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Cristo

488. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Partida secreta hacia Nob después
de la oración

489. En Nob. Parábola del rey no comprendido por sus súbditos. Jesús calma el viento

490. En el campo de los Galileos con los primos apóstoles y encuentro con el levita Zacarías

491. TEn el Templo el último día de la fiesta de los Tabernáculos. Sermón sobre el Agua viva

492. En Betania se evoca la memoria de Juan de Endor

493. Jesús habla cabe la fuente de En Royel, lugar en que hicieron un alto los tres Sabios

494. La mujer adúltera y la hipocresía de sus acusadores

495. Jesús instruye acerca del perdón de los pecadores, y se despide de sus discípulos en el camino de Betania

496. Un alto en la casita de Salomón. Improvisa turbación
de Judas Iscariote.

497. Simón Pedro atraviesa una hora de abatimiento

498. Exhortación a Judas Tadeo y a Santiago de Zebedeo después de una discusión
con Judas Iscariote

499. Fuga de Esebón y encuentro con un mercader de Petra

500. Reflexiones de Bartolomé y Juan después de un retiro
en el monte Nebo

501. Parábola de los hijos lejanos. Curación de dos hijos ciegos del hombre de Petra

502. Otro abatimiento en Pedro. Lección sobre las posesiones (divinas y diabólicas)

503. Los apóstoles indagan acerca del Traidor. Un saduceo y la infeliz mujer de un nigromante. Saber distinguir lo sobrenatural de lo oculto

504. Margziam preparado para la separación. Regreso a la aldea de Salomón y muerte de Ananías

505. En el Templo, una gracia obtenida con la oración incesante y la parábola del juez y la viuda

506. En el Templo, oposición al discurso que revela que Jesús
es la Luz del mundo

507. El gran debate con los judíos. Huyen del Templo con la ayuda del levita Zacarías

508. Juan será la luz de Cristo hasta el final de los tiempos. El pequeño Marcial-Manasés acogido por José de Seforí

509. El anciano sacerdote Matán acogido con los apóstoles y discípulos que han huido
del Templo

510. La curación de un ciego
de nacimiento

511. En la casa de Juan de Nob, otra alabanza a la Corredentora. Embustes de Judas Iscariote

512. Profecía ante un pueblo destruido

513. En Emaús Montana, una parábola sobre la verdadera sabiduría y una advertencia
a Israel

514. Consejos sobre la santidad a un joven indeciso. Reprensión a los habitantes de Bet-Jorón después de la curación de un romano y una judía

515. Las razones del dolor salvífico de Jesús. Elogio de la obediencia y lección sobre
la humildad

516. En Gabaón, milagro del mudito y elogio de la sabiduría como amor a Dios

517. Hacia Nob. Judas Iscariote, tras un momento polémico, reconoce su error

518. En Jerusalén, encuentro con el ciego curado y palabras que revelan a Jesús como
buen Pastor

519. Inexplicable ausencia de Judas Iscariote y alto en Betania, en casa de Lázaro

520. Conversaciones en torno a Judas Iscariote, ausente. Llegada a Tecua con el anciano Elí-Ana

521. En Tecua, Jesús se despide de los habitantes del lugar y del anciano Elí-Ana

522. Llegada a Jericó. El amor terreno de la muchedumbre y el amor sobrenatural del
convertido Zaqueo

523. En Jericó. La petición a Jesús de que juzgue a una mujer. La parábola del fariseo y el publicano tras una comparación entre pecadores y enfermos

524. En Jericó. En casa de Zaqueo con los pecadores convertidos

525. El juicio sobre Sabea
de Betlequí

526. T526 Curaciones cerca del vado de Betabara y discurso en recuerdo de Juan el Bautista

527. Desconocimiento y tentaciones en la naturaleza humana de Cristo

528. En Nob. Consuelo materno de Elisa y regreso inquietante de Judas Iscariote

529. Enseñanzas a los apóstoles mientras realizan trabajos manuales en casa de Juan de Nob

530. Otra noche de pecado de Judas Iscariote

531. En Nob, enfermos y peregrinos venidos de todas partes. Valeria y el divorcio. Curación del pequeño Leví

532. Preparativos para las Encenias. Una prostituta enviada a tentar a Jesús, que deja Nob

533. Hacia Jerusalén con
Judas Iscariote

534. Enseñanzas y curaciones en la sinagoga de los libertos romanos. Un encargo
para los gentiles

535. Judas Iscariote llamado
a informar a casa de Caifás

536. Curación de siete leprosos y llegada a Betania con los apóstoles ya reunidos. Marta y María preparadas por Jesús
a la muerte de Lázaro

537. En el Templo en la fiesta de la Dedicación, Jesús se manifiesta a los judíos, que intentan apedrearle

538. Jesús, orante en la gruta de la Natividad, contemplado por los discípulos ex pastores

539. Juan de Zebedeo se acusa de culpas inexistentes

540. La Madre confiada a Juan. Encuentro con Manahén y lección sobre el amor a los animales. Conclusión del tercer año

 

459- El perdón a Samuel de Nazaret y lección sobre las malas amistades


-En la habitación de arriba hay hombres de Nazaret.

Ayer han venido tus hermanos a buscarte. Luego, unos fariseos. Y enfermos, muchos. Y uno desde Antioquía -comunica Judas Iscariote en cuanto los ve entrar en casa.
-¿Y se han marchado?

-No. El de Antioquía ha ido a Tiberíades. Pero vuelve después del sábado. Los enfermos están distribuidos por las casas. Pero los fariseos, con muchos honores, han querido que estuvieran con ellos tus hermanos. Todos son huéspedes de Simón el fariseo.

-¡Mmm!... -refunfuña Pedro.
-¿Qué te pasa? No estás contento de que honren al Maestro en sus parientes? -pregunta Judas Iscariote.
-¡Si va a ser verdadero honor y encuentro útil... felicísimo!

-Desconfiar es juzgar. El Maestro no quiere que se juzgue.
-¡Que sí, que sí! Bueno, para estar seguro esperaré a juzgar. Así no seré necio y pecador.
-Vamos arriba donde los nazarenos. Mañana iremos a ver a los enfermos -dice Jesús.

Judas Iscariote dice a Jesús:
-No puedes. Es sábado. ¿Quieres el reproche de los fariseos? Si Tú no piensas en tu honor, yo sí -dice muy teatralmente Judas. Y termina:

-Más bien, como me doy cuenta de tu deseo de sanar enseguida a estos que te buscan, vamos nosotros y les imponemos las manos en tu Nombre y...
-No.
Un "no" muy tajante, que no admite discusión.
-¿No quieres que hagamos milagros? ¿Quieres hacerlos Tú? Bueno... pues vamos, les decimos que estás aquí y que prometes que los vas a curar. Con esto estarán ya contentos...

-No hace falta. Nos han visto los pescadores. Por tanto, el que Yo esté aquí ya se sabe, y el que Yo cure a quien tiene fe en mí lo saben ellos; tanto es así, que han venido a buscarme.

Judas se calla con desagrado, con la cara sombría de los momentos malos.

Jesús sale, sin preocuparse del temporal, que vierte cántaros de agua sobre la tierra. Sube a la habitación de arriba. Empuja la puerta y entra. Le siguen los apóstoles. Las mujeres están ya arriba hablando con los nazarenos. En un rincón, un hombre que no conozco.
-La paz a vosotros.
-¡Maestro!

Los nazarenos hacen una reverencia. Luego dicen:
-Aquí está el hombre -y señalan al desconocido.
-Ven aquí -ordena Jesús.
-¡No me maldigas!
-Para hacerlo no era necesario llamarte para que vinieras. ¿No tienes nada más que estas palabras que decir al Salvador?
Jesús se muestra grave, pero al mismo tiempo alentador.  

El hombre lo mira... Luego rompe a llorar y, arrojándose al suelo, grita:

-¡Si no me perdonas, no tendré paz!...
-Cuando quería hacerte bueno, ¿por qué no me quisiste contigo? Ahora es tarde para desagraviar. Tu madre ha muerto.

-¡No me digas eso! ¡Eres cruel!
-No. Soy la Verdad. Era Verdad cuando te decía que matarías a tu madre. Lo soy ahora. Y tú, entonces, me despreciabas. ¿Por qué me buscas ahora? Tu madre ha muerto. Has pecado, has seguido pecando sabiendo que pecabas. Te lo había dicho. Ésta es la culpa grande: has querido pecar rechazando a la Palabra y al Amor. ¿Por qué te quejas, si ahora no tienes paz?

-¡Señor! ¡Señor! ¡Piedad! Estaba loco y me curaste. He esperado en ti. Antes desesperaba de todos. No defraudes mi esperanza...
-¿Y por qué desesperabas?

-Porque... he hecho morir a mi madre de dolor... incluso la última noche... estaba agotada... y no tuve piedad... ¡Le pegué, Señor!

El grito, que llena la habitación, es un verdadero grito de desesperado.

-¡Le pegué!... ¡Murió durante la noche!... Y no me había dicho otra cosa sino que fuera bueno... ¡La madre mía!... La he matado...

-¡Hace años que la has matado, Samuel! Desde que dejaste de ser un justo. ¡Pobre Ester! ¡Cuántas veces la he visto llorar! Y cuántas me pedía una caricia de hijo en vez de las tuyas... Y tú sabes que no por amistad hacia ti, mi paisano y coetáneo, sino por piedad hacia ella iba Yo a tu casa...

No debería perdonarte. Pero dos madres han suplicado por ti, y tu arrepentimiento es sincero. Por eso te perdono. Con una vida sin tacha, cancela del corazón de los de tu ciudad el recuerdo de un Samuel pecador, y reconquístate a tu madre. Lo harás si con una vida de justo conquistas el Cielo y con él a tu madre. Pero recuerda, recuérdalo bien: tu pecado fue muy grande; por tanto, en proporción, grande debe ser tu justicia para anular la deuda.

-¡Oh! ¡Eres bueno! No como ese de los tuyos que ha salido nada más entrar, y que vino a Nazaret sólo para aterrorizarme. Éstos pueden decirlo.

-Jesús se vuelve... De los apóstoles falta sólo Judas Iscariote. Por tanto, es él el que zahirió a Samuel. ¿Qué debe hacer Jesús? Para que se critique al apóstol, si no como hombre al menos como apóstol, dice:

-Ninguno puede no ser severo con tu pecado. Cuando se hace el mal, se debería pensar que los hombres juzgan, pensar que los ponemos en las condiciones de juzgarnos... Pero no tengas rencor. Pon en las balanzas de Dios, como expiación, la humillación que has recibido. Vamos. Aquí, entre los justos, hay júbilo por tu redención. Estás entre hermanos que no te desprecian. Porque todos los hombres pueden pecar, pero sólo son despreciables cuando persisten en pecar.

-Yo te bendigo, Señor. Te pido perdón también por todas las veces que te desprecié... No sé cómo agradecértelo... ¡Es que es la paz! Es la paz, que vuelve a mí -llora, ahora con un llanto sereno...

-Agradéceselo a mi Madre. Si estás perdonado, si te he curado del delirio para darte facultad de arrepentimiento, ha sido por Ella. Vamos abajo. La cena está preparada. Vamos a compartir el alimento.
Y sale, sujetando de la mano al hombre.

La cena, efectivamente, está preparada. Pero Judas tampoco está abajo; en ningún lugar de la casa. La dueña explica:
-Ha salido. Ha dicho: "Vuelvo enseguida".
-Bien. Vamos a sentarnos y a comer.

Jesús ofrece, bendice y distribuye el alimento. Pero en la habitación, iluminada por dos lamparillas y la lumbre, hielo se cierne sobre los ánimos suspendidos. Afuera continúa el temporal...

Vuelve Judas, jadeante, mojado como si se hubiera caído al lago. Los pelos, a pesar de que se haya puesto el manto sobre la cabeza, cuando arroja al suelo el manto empapado, aparecen aplastados y empapados de agua, pegados a los carrillos, al cuello. Todos lo miran, pero ninguno habla.

Él quiere presentar disculpas, a pesar de que nadie le pregunte nada:

-He ido corriendo donde tus hermanos para decirles que estás aquí. De todas formas, te he obedecido. No he ido donde los enfermos. Ya no se podía. ¡Un agua! ¡Un agua!... Pero he querido dar honor, sin dilación, a tus parientes...

¿No estás contento, Maestro? ¡No hablas!...
-Te escucho. Toma y come. Hasta que nos vayamos a descansar, vamos a hablar entre nosotros.

Escuchad: Está escrito (Eclesiástico 8, l8-l9) que no confiemos el corazón al extranjero, porque no conocemos sus hábitos. Pero ¿podemos decir que conocemos el corazón incluso de nuestros conciudadanos?, ¿el corazón del amigo?, ¿el del pariente? Sólo Dios conoce perfectamente el corazón del hombre, y el hombre dispone de un solo medio para conocer el corazón de su semejante, y comprender si se trata de un verdadero compatriota, de un amigo verdadero, de un verdadero pariente. ¿Cuál es este medio? ¿Dónde se encuentra? En el prójimo mismo y en nosotros. En las acciones y palabras de él y en el recto juicio nuestro.

Cuando en las palabras del prójimo, en sus acciones, o en las acciones que querría que nosotros hiciéramos, sentimos, con nuestro recto juicio, que no hay bien, podemos entonces decir: "Este no tiene corazón bueno y debo desconfiar de él". Tratarlo con caridad, porque es un desdichado -su desdicha es la más grave: la del espíritu enfermo-, pero no seguirlo en sus acciones, no aceptar sus palabras como verdaderas y sabias, y, mucho menos, seguir sus consejos. Que no os destruya este pensamiento orgulloso: "Soy fuerte y el mal de los otros no entra en mí. Soy justo y, aunque escuche a los injustos, justo me conservo".

El hombre es un abismo profundo, en que se dan todos los elementos del bien y del mal: ayudan los primeros, las ayudas de Dios, a crecer y a hacerse reyes; ayudan a crecer y reinar en modo nocivo las pasiones y las malas amistades. Todas las aspiraciones al bien y todos los gérmenes del mal están latentes en el hombre: por amorosa Voluntad de Dios o por malvada voluntad de Satanás, el cual sugestiona, tienta, incita, mientras que Dios atrae, conforta, ama. Satanás trata de seducir, Dios trabaja en conquistar. Y no siempre vence Dios, porque la criatura es pesada hasta que escoge el amor como ley suya, y, siendo pesada, desciende y tiende más fácilmente a aquello que supone satisfacción inmediata y de las partes más bajas del hombre.  

Vosotros, por lo que digo acerca de la debilidad humana, podéis comprender cuán necesario es desconfiar de sí mismo y poner mucha atención a nuestro prójimo, para no unir el veneno de una conciencia impura al que ya fermenta en nosotros. Cuando se comprende que un amigo es la ruina del corazón, cuando sus palabras turban la conciencia, cuando sus consejos escandalizan, hay que saber dejar esa amistad dañosa. Persistiendo se acabaría pereciendo en el espíritu porque se pasaría a acciones que alejan a Dios, que impiden a la conciencia endurecida comprender las inspiraciones de Dios. Si todo hombre culpable de graves pecados pudiera, quisiera hablar, diciendo cómo llegó a esos pecados, se vería que en origen hubo siempre una mala amistad...

-¡Es verdad! -confiesa en voz baja Samuel de Nazaret.
-Desconfiad de aquellos que, después de haber combatido contra vosotros sin motivo, de golpe os colman de honores y regalos. Desconfiad de los que alaban todas vuestras acciones y son hombres que alaban todo: o sea, alaban al holgazán como buen trabajador, al adúltero como marido fiel, al ladrón como honesto, al violento como manso, al mentiroso como sincero, al mal fiel y al pésimo discípulo como modelos.

Lo hacen para destruiros y servirse de vuestra destrucción para sus astutas miras. Huid de aquellos que quieren embriagaros de alabanzas y promesas para hacer que llevéis a cabo acciones que, de no estar embriagados, no aceptaríais hacer. Y cuando hayáis jurado fidelidad a uno no tratéis con sus enemigos. Sólo se acercan para perjudicar al que odian, y perjudicar con vuestra misma ayuda.

Abrid los ojos. He dicho: sed astutos como las serpientes, además de sencillos como las palomas. Porque, para tratar de las cosas de espíritu, es santa la sencillez, pero, para vivir en el mundo sin perjudicarse uno a sí mismo y perjudicar a los amigos, es necesaria la astucia que sabe descubrir las astucias de quien odia a los santos. El mundo es un cubil de sierpes. Sabed conocer el mundo y sus sistemas. Y luego, estando como palomas no entre el fango donde están las sierpes, sino en el alto abrigo sobre la roca, tened el corazón sencillo de los hijos de Dios. Y orad, orad porque en verdad os digo que la gran Serpiente silba alrededor de vosotros, y que estáis en grave peligro; y quien no vigile perecerá. Sí. Entre los discípulos habrá quien perezca, con gran júbilo de Satanás e infinito dolor de Cristo.

-¿Quién será, Señor? Quizás uno que no es de los nuestros, un prosélito, uno... no de Palestina, uno...
-No indaguéis. ¿No está, acaso, escrito que la abominación entrará, como ya ha entrado, en el lugar santo? (Daniel 9, 27; ll, 3l; l2, ll) Ahora bien, si se puede pecar incluso junto al Santo, ¿no podrá pecar alguno de entre mis seguidores galileo o judío? Velad, velad, amigos míos.

Velad por vosotros mismos y por los demás, vigilad lo que os dicen los otros y lo que os dice vuestra conciencia. Y si por vosotros no tenéis luz para ver venid a mí. Yo soy la Luz.

Pedro gesticula y susurra detrás de Juan, que hace señal de que no, que no. Jesús vuelve la mirada, ve... Pedro se pone en actitud seria y hace ademán de alejarse. Jesús se alza, sonríe levemente... Luego entona la oración, bendice, despide a las personas. Y se queda solo, a orar más.
   


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