Saturday October 12,2024
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EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO


El Evangelio como me ha sido revelado

Autor: María Valtorta

« PARTE 4 de 7 »

TERCER AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS

Partes: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ]
[ 4 ] [ 5 ] [ 6 ] [ 7 ]



313. Preparativos para salir de Nazaret, después de la visita de Simón de Alfeo con su familia. Durante el tercer año,
Jesús será el Justo

314. La cena en la casa de Nazaret. La dolorosa partida

315. El viaje hacia Yiftael y las reflexiones de Juan de Endor

316. Jesús se despide de Juan
de Endor y de Síntica

317. La oración de Jesús por la salvación de Judas Iscariote

318. En barca de Tolemaida
a Tiro

319. Partida de Tiro en la nave del cretense Nicomedes

320. Prodigios en la nave en medio de una tempestad

321. Arribo a Seleucia.
Se despiden de Nicomedes

322. Partida de Seleucia en un carro y llegada a Antioquía

323. La visita a Antigonio

324. Las pláticas de los ocho apóstoles antes de dejar Antioquía. El adiós a Juan de Endor y a Síntica

325. Los ocho apóstoles se reúnen con Jesús
cerca de Akcib

326. Un alto en Akcib

327. En los confines de Fenicia. Palabras de Jesús sobre la igualdad de los pueblos.
Parábola de la levadura

328. En Alejandrocena donde los hermanos de Hermiona

329. En el mercado de Alejandrocena. La parábola
de los obreros de la viña

330. Santiago y Juan "hijos del trueno". Hacia Akcib
con el pastor Anás

331. La fe de la mujer cananea y otras conquistas. Llegada a Akcib

332. La sufrida separación de Bartolomé, que con Felipe
vuelve a unirse al Maestro

333. Con los diez apóstoles
hacia Sicaminón

334. También Tomas y Judas Iscariote se unen de nuevo al grupo apostólico

335. La falsa amistad de Ismael ben Fabí, y el hidrópico
curado en sábado

336. En Nazaret con cuatro apóstoles. El amor de Tomás
por María Santísima

337. El sábado en Corazín. Parábola sobre los corazones imposibles de labrar. Curación
de una mujer encorvada

338. Judas Iscariote pierde el poder de milagros.
La parábola del cultivador

339. La noche pecaminosa
de Judas Iscariote

340. El enmendamiento de Judas Iscariote y el choque con los rabíes junto al sepulcro de Hil.lel

341. La mano herida de Jesús. Curación de un sordomudo en los confines sirofenicios

342. En Quedes. Los fariseos piden un signo.
La profecía de Habacuc

343. La levadura de los fariseos. El Hijo del hombre.
El primado a Simón Pedro

344. Encuentro con los discípulos en Cesárea de Filipo y explicación de la sedal de Jonás

345. Milagro en el castillo
de Cesárea Paneas

346. Primer anuncio de la Pasión y reprensión a Simón Pedro

347. En Betsaida. Profecía sobre el martirio de los Apóstoles y curación de un ciego

348. Manahén da algunas noticias acerca de Herodes Antipas, y desde Cafarnaúm va con Jesús a Nazaret. Revelación de las transfiguraciones
de la Virgen

349. La Transfiguración en el monte Tabor y el epiléptico curado al pie del monte. Un comentario para los predilectos

350. Lección a los discípulos sobre el poder de vencer
a los demonios

351. El tributo al Templo pagado con la moneda hallada
en la boca del pez

352. Un convertido de María de Magdala. Parábola para el pequeño Benjamín y lección sobre quién es grande
en el reino de los Cielos

353. La segunda multiplicación de los panes y el milagro de la multiplicación de la Palabra

354. Jesús habla sobre el Pan del Cielo en la sinagoga
de Cafarnaúm

355. El nuevo discípulo Nicolái de Antioquía y el segundo anuncio de la Pasión

356. Hacia Gadara. Las herejías de Judas Iscariote y las renuncias de Juan,
que quiere sólo amar

357. Juan y las culpas de Judas Iscariote. Los fariseos y la cuestión del divorcio

358. En Pel.la. El jovencito Yaia y la madre de Marcos de Josías

359. En la cabaña de Matías cerca de Yabés Galaad

360. El malhumor de los apóstoles y el descanso en una gruta. El encuentro
con Rosa de Jericó

361. Los dos injertos que transformarán a los apóstoles. María de Magdala advierte a Jesús de un peligro. Milagro ante la riada del Jordán

362. La misión de las "voces" en la Iglesia futura. El encuentro con la Madre y las discípulas

363. En Rama, en casa de la hermana de Tomás. Jesús habla sobre la salvación.
Apóstrofe a Jerusalén

364. En el Templo. Oración universal y parábola del hijo verdadero y los hijos bastardos

365. Judas Iscariote insidia la inocencia de Margziam. Un nuevo discípulo, hermano de leche de Jesús. En Betania, en la
casa de Lázaro, enfermo

366. Anastática entre las discípulas. Las cartas de Antioquía

367. El jueves prepascual. Preparativos en el Getsemaní

368. El jueves prepascual. En Jerusalén y en el Templo

369. El jueves prepascual. Parábola de la lepra de las casas

370. El jueves prepascual. En el convite de los pobres en el palacio de Cusa

371. El jueves prepascual. Por la noche en el palacio de Lázaro

372. El día de la Parasceve. Despertar en el palacio de Lázaro

373. El día de la Parasceve.
En el Templo

374. El día de la Parasceve. Por las calles de Jerusalén y en el barrio de Ofel

375. La cena ritual en casa de Lázaro y el banquete sacrílego en la casa de Samuel

376. Lección sobre la obra salvífica de los santos, y condena al Templo corrompido

377. Parábola del agua y del junco para María de Magdala, que ha elegido la mejor parte

378. La parábola de los pájaros, criticada por unos judíos enemigos que tienden una trampa

379. Una premonición del
apóstol Juan

380. El amor de los apóstoles, de la contemplación a la acción

381. La parábola del administrador infiel y sagaz. Hipocresía de los fariseos y conversión de un esenio

382. Un alto en casa de Nique

383. Discurso sobre la muerte junto al vado del Jordán

384. El anciano Ananías, guardián de la casita de Salomón

385. Parábola de la encrucijada y milagros cerca del pueblo
de Salomón

386. Hacia la orilla occidental
del Jordán

387. En Guilgal. El mendigo Ogla y los escribas tentadores. Los apóstoles comparados con las doce piedras del
prodigio de Josué

388. Exhortación a Judas Iscariote, que irá a Betania
con Simón Zelote.

389. Llegada a Engadí con
diez apóstoles

390. La fe de Abraham de Engadí y la parábola de la semilla
de palma

391. Curación del leproso Eliseo de Engadí

392. La hostilidad de Masada, ciudad-fortaleza

393. En la casa de campo de María de Keriot

394. Parábola de las dos voluntades y despedida de los habitantes de Keriot

395. Las dos madres infelices de Keriot. Adiós a la madre de Judas

396. En Yuttá, con los niños. La mano de Jesús obradora
de curaciones

397. Despedida de los fieles
de Yuttá

398. Palabras de despedida en Hebrón. Los delirios
de Judas Iscariote

399. Palabras de despedida en Betsur. El amor materno de Elisa

400. En Béter, en casa de Juana de Cusa, la cual habla del daño provocado por Judas Iscariote ante Claudia

401. Pedro y Bartolomé en Béter por un grave motivo.
Éxtasis de la escritora

402. Judas Iscariote se siente descubierto durante el discurso de despedida en Béter

403. Una lucha y victoria espiritual de Simón de Jonás

404. En camino hacia Emaús
de la llanura

405. Descanso en un henil y discurso a la entrada de Emaús de la llanura. El pequeño Miguel

406. En Joppe. Palabras inútiles a Judas de Keriot y diálogo sobre el alma con algunos Gentiles

407. En los campos de Nicodemo. La parábola de los dos hijos

408. Multiplicación del trigo en los campos de José de Arimatea

409. El drama familiar del Anciano Juan

410. Provocaciones de Judas Iscariote en el grupo apostólico

411. Una lección extraída de la naturaleza y espigueo milagroso para una viejecita. Cómo ayudar a quien se enmienda

412. Elogio del lirio de los valles, símbolo de María. Pedro se sacrifica por el bien de Judas

413. Llegada a Jerusalén para la fiesta de Pentecostés y disputa con los doctores del Templo

414. Invectiva contra fariseos y doctores en el convite en casa
del Anciano Elquías

415. Un alto en el camino
en Betania

416. Un mendigo samaritano en el camino de Jericó

417. Historia de Zacarías el leproso y conversión
de Zaqueo el publicano

418. Curación del discípulo José, herido en la cabeza y recogido en la casita de Salomón

419. Curaciones en un pueblecito de la Decápolis. Parábola del escultor y de las estatuas

420. Curación de un endemoniado completo. La vocación de la mujer al amor

421. El endemoniado curado, los fariseos y la blasfemia contra
el Espíritu Santo

422. El Iscariote, con sus malos humores, ocasiona la lección sobre los deberes
y los siervos inútiles

423. Partida del Iscariote, que ocasiona la lección sobre
el amor y el perdón

424. Pensamientos de gloria y martirio ante la vista de la costa mediterránea

425. En Cesárea Marítima. Romanos mundanos y parábola de los hijos con destinos distintos

426. Con las romanas en Cesárea Marítima. Profecía en Virgilio.
La joven esclava salvada

427. Bartolomé instruye
a Áurea Gala

428. Parábola de la viña y del viñador, figuras del alma y del libre albedrío

429. Con Judas Iscariote en la llanura de Esdrelón

430. El nido caído y el escriba cruel. La letra y el espíritu
de la Ley

431. Tomás prepara el encuentro de Jesús con los campesinos
de Jocanán

432. Con los campesinos
de Jocanán, cerca de Sefori

433. Llegada a Nazaret. Alabanzas a la Virgen.
Curación de Áurea

434. Trabajos manuales en Nazaret y parábola
de la madera barnizada

435. Comienzo del tercer sábado en Nazaret y llegada de Pedro con otros apóstoles

436. En el huerto de Nazaret, revelado a apóstoles y discípulas el precio de la Redención

437. Coloquio
de Jesús con su Madre

438. María Santísima con María de Alfeo en Tiberíades, donde Valeria. Encuentro con Judas Iscariote

439. María Santísima enseña a Áurea a hacer la voluntad de Dios

440. Otro sábado en Nazaret. Obstinación de José de Alfeo

441. Partida de Nazaret. Un incendio de brezos durante el viaje viene a ser el tema de una parábola

442. Judas Iscariote en Nazaret en casa de María

443. La muerte del abuelo de Margziam

444. Las dotes de Margziam. Lección sobre la caridad, sobre la salvación, sobre los méritos del Salvador

445. Dos parábolas durante una tormenta en Tiberíades. Llegada de Maria Stma., e impenitencia de Judas Iscariote

446. Llegada a Cafarnaúm en medio de un cálido recibimiento

447. En Cafarnaúm unas palabras de Jesús sobre la misericordia y el perdón no encuentran eco

448. Encuentro de barcas en el lago y parábola sugerida por Simón Pedro

449. El pequeño Alfeo desamado de su madre

450. Milagros en el arrabal cercano a Ippo y curación del leproso Juan

451. Discurso en el arrabal cercano a Ippo sobre los deberes de los cónyuges y de los hijos

452. El ex leproso Juan se hace discípulo. Parábola de los diez monumentos

453. Llegada a Ippo y discurso en pro de los pobres. Curación de un esclavo paralítico

454. María Santísima y su amor perfecto. Conflicto de Judas Iscariote con el pequeño Alfeo

455. La Iglesia es confiada a la maternidad de María. Discurso, al pie de Gamala, en pro
de unos forzados

456. Despedida de Gamala y llegada a Afeq. Advertencia a la viuda Sara y milagro en su casa

457. Discurso en Afeq, tras una disputa entre creyentes y no creyentes. Sara se hace discípula

458. Una curación espiritual en Guerguesa y lección sobre
los dones de Dios

459. El perdón a Samuel de Nazaret y lección sobre
las malas amistades

460. Fariseos en Cafarnaúm con José y Simón de Alfeo. Jesús y su Madre preparados
para el Sacrificio

461. Confabulación en casa de Cusa para elegir a Jesús rey. El griego Zenón y la carta de Síntica con la noticia de la muerte de Juan de Endor

462. Discurso y curaciones en las fuentes termales de Emaús
de Tiberíades

463. En Tariquea. Cusa, a pesar del discurso sobre la naturaleza del reino mesiánico, invita a Jesús a su casa. Conversión de una pecadora

464. En la casa de campo de Cusa, intento de elegir rey a Jesús. El testimonio
del Predilecto

465. En Betsaida para un encargo secreto a Porfiria. Apresurada partida de Cafarnaún

466. Un alto en la casa de los ancianos cónyuges Judas y Ana

467. Parábola de la distribución de las aguas. Perdón condicionado para el campesino Jacob. Advertencias a los apóstoles camino de Corazín

468. Un episodio de enmendamiento de Judas Iscariote, y otros que
ilustran su figura

469. Despidiéndose de los pocos fieles de Corazín

470. Lección a una suegra sobre los deberes del matrimonio

471. Encuentro con el levita José, llamado Bernabé, y lección
sobre Dios-Amor

472. Solicitud insidiosa de un juicio acerca de un hecho ocurrido en Yiscala

473. Curación de un niño ciego de Sidón y una lección
para las familias

474. Una visión que se pierde en un arrobo de amor

475. Abel de Belén de Galilea pide el perdón para sus enemigos

476. Lección sobre el cuidado de las almas y perdón a los dos pecadores castigados con la lepra

477. Coloquio de Jesús con su Madre en el bosque de Matatías. Los sufrimientos morales
de Jesús y María

478. Coloquio de Jesús con José y Simón de Alfeo, que van a la fiesta de los Tabernáculos

479. Con Juan al pie de la torre de Yizreel en espera de los campesinos de Jocanán

480. Parten de Yizreel tras la visita nocturna de los campesinos de Jocanán

481. Llegada a Enganním. Maquinaciones de Judas Iscariote para impedir una trama
de los fariseos

482. En camino con un pastor samaritano que ve
premiada su fe

483. Polémica de los apóstoles sobre el odio de los judíos. Los diez leprosos curados en Samaria

484. Alto obligado en las cercanías de Efraím y parábola de la granada

485. Jesús llega con los apóstoles a Betania, donde ya están algunos discípulos con Margziam

486. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Reino

487. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Cristo

488. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Partida secreta hacia Nob después
de la oración

489. En Nob. Parábola del rey no comprendido por sus súbditos. Jesús calma el viento

490. En el campo de los Galileos con los primos apóstoles y encuentro con el levita Zacarías

491. TEn el Templo el último día de la fiesta de los Tabernáculos. Sermón sobre el Agua viva

492. En Betania se evoca la memoria de Juan de Endor

493. Jesús habla cabe la fuente de En Royel, lugar en que hicieron un alto los tres Sabios

494. La mujer adúltera y la hipocresía de sus acusadores

495. Jesús instruye acerca del perdón de los pecadores, y se despide de sus discípulos en el camino de Betania

496. Un alto en la casita de Salomón. Improvisa turbación
de Judas Iscariote.

497. Simón Pedro atraviesa una hora de abatimiento

498. Exhortación a Judas Tadeo y a Santiago de Zebedeo después de una discusión
con Judas Iscariote

499. Fuga de Esebón y encuentro con un mercader de Petra

500. Reflexiones de Bartolomé y Juan después de un retiro
en el monte Nebo

501. Parábola de los hijos lejanos. Curación de dos hijos ciegos del hombre de Petra

502. Otro abatimiento en Pedro. Lección sobre las posesiones (divinas y diabólicas)

503. Los apóstoles indagan acerca del Traidor. Un saduceo y la infeliz mujer de un nigromante. Saber distinguir lo sobrenatural de lo oculto

504. Margziam preparado para la separación. Regreso a la aldea de Salomón y muerte de Ananías

505. En el Templo, una gracia obtenida con la oración incesante y la parábola del juez y la viuda

506. En el Templo, oposición al discurso que revela que Jesús
es la Luz del mundo

507. El gran debate con los judíos. Huyen del Templo con la ayuda del levita Zacarías

508. Juan será la luz de Cristo hasta el final de los tiempos. El pequeño Marcial-Manasés acogido por José de Seforí

509. El anciano sacerdote Matán acogido con los apóstoles y discípulos que han huido
del Templo

510. La curación de un ciego
de nacimiento

511. En la casa de Juan de Nob, otra alabanza a la Corredentora. Embustes de Judas Iscariote

512. Profecía ante un pueblo destruido

513. En Emaús Montana, una parábola sobre la verdadera sabiduría y una advertencia
a Israel

514. Consejos sobre la santidad a un joven indeciso. Reprensión a los habitantes de Bet-Jorón después de la curación de un romano y una judía

515. Las razones del dolor salvífico de Jesús. Elogio de la obediencia y lección sobre
la humildad

516. En Gabaón, milagro del mudito y elogio de la sabiduría como amor a Dios

517. Hacia Nob. Judas Iscariote, tras un momento polémico, reconoce su error

518. En Jerusalén, encuentro con el ciego curado y palabras que revelan a Jesús como
buen Pastor

519. Inexplicable ausencia de Judas Iscariote y alto en Betania, en casa de Lázaro

520. Conversaciones en torno a Judas Iscariote, ausente. Llegada a Tecua con el anciano Elí-Ana

521. En Tecua, Jesús se despide de los habitantes del lugar y del anciano Elí-Ana

522. Llegada a Jericó. El amor terreno de la muchedumbre y el amor sobrenatural del
convertido Zaqueo

523. En Jericó. La petición a Jesús de que juzgue a una mujer. La parábola del fariseo y el publicano tras una comparación entre pecadores y enfermos

524. En Jericó. En casa de Zaqueo con los pecadores convertidos

525. El juicio sobre Sabea
de Betlequí

526. T526 Curaciones cerca del vado de Betabara y discurso en recuerdo de Juan el Bautista

527. Desconocimiento y tentaciones en la naturaleza humana de Cristo

528. En Nob. Consuelo materno de Elisa y regreso inquietante de Judas Iscariote

529. Enseñanzas a los apóstoles mientras realizan trabajos manuales en casa de Juan de Nob

530. Otra noche de pecado de Judas Iscariote

531. En Nob, enfermos y peregrinos venidos de todas partes. Valeria y el divorcio. Curación del pequeño Leví

532. Preparativos para las Encenias. Una prostituta enviada a tentar a Jesús, que deja Nob

533. Hacia Jerusalén con
Judas Iscariote

534. Enseñanzas y curaciones en la sinagoga de los libertos romanos. Un encargo
para los gentiles

535. Judas Iscariote llamado
a informar a casa de Caifás

536. Curación de siete leprosos y llegada a Betania con los apóstoles ya reunidos. Marta y María preparadas por Jesús
a la muerte de Lázaro

537. En el Templo en la fiesta de la Dedicación, Jesús se manifiesta a los judíos, que intentan apedrearle

538. Jesús, orante en la gruta de la Natividad, contemplado por los discípulos ex pastores

539. Juan de Zebedeo se acusa de culpas inexistentes

540. La Madre confiada a Juan. Encuentro con Manahén y lección sobre el amor a los animales. Conclusión del tercer año

 

435- Comienzo del tercer sábado en Nazaret y llegada de Pedro con otros apóstoles


El sábado es el descanso. Ya se sabe. Descansan los hombres y las herramientas, cubiertas o colocadas con buen orden en sus sitios.

Ahora que el ocaso rojo de un viernes de verano está para cumplirse, María, sentada a la sombra del gran manzano ante su telar más pequeño, se levanta, tapa el telar y, con la ayuda de Tomás, lo devuelve a la casa, a su sitio, e invita a Áurea ­que, sentada en un pequeño taburete a sus pies, cosía todavía, con mano desmañada, los vestidos que le habían dado las romanas y que María ha adaptados a su talle -, la invita a doblar el trabajo con orden y a poner todo encima de la repisa de su habitación.

Y, mientras Áurea lleva a cabo esto, la Madre entra con Tomás en el local laboratorio donde Jesús y el Zelote se dan prisa en poner de nuevo en sus sitios sierras, cepillos, destornilladores, martillos, botes de barniz y de cola, y a barrer el serrín y las virutas de los bancos y del suelo. Del trabajo realizado hasta ese momento sólo quedan dos tablas dispuestas en ángulo, apretadas en el torno para que se solidifique la cola en las junturas (quizás es un futuro cajón), y un taburete barnizado a la mitad; además de quedar el olor agudo de los barnices todavía frescos.

Entra también Áurea. Va hacia el trabajo de buril de Tomás, se curva hacia él, lo admira y pregunta, curiosita, que para qué sirve, y también, instintivamente coqueta, pregunta que si a ella le quedaría bien.
-Te quedaría bien, pero te queda mejor el ser buena. Éstos son adornos que sólo hacen más hermoso el cuerpo, pero que no sirven para el espíritu; es más, cultivando la coquetería, perjudican al espíritu.

-¿Y entonces por qué lo haces? -pregunta, lógica, la niña -¿Es que quieres perjudicar a un espíritu?
Tomás, siempre afable, sonríe ante esta observación y dice:

-Perjudica lo superfluo, a un espíritu débil. Pero, para un espíritu fuerte, el adorno se queda en lo que es, ni más ni menos: un alfiler necesario para tener sujeta la túnica.

-¿Para quién lo haces? ¿Para tu mujer?
-Yo no tengo mujer ni la tendré nunca.
-Entonces para tu hermana.
-Tiene más de los que necesita.
-Entonces para tu madre.
-¡Pobre anciana! ¿Y qué hace con él?
-Pero es para una mujer...
-Sí. Pero que no eres tú.

-¡Ni siquiera lo pienso!... Y además, ahora que has dicho que estas cosas perjudican al espíritu débil, no lo querría. Voy a quitar también esas guarniciones a los vestidos. ¡No quiero perjudicar a lo que es de mi Salvador!

-¡Eres una niña como se debe! Fíjate, tú, con esta voluntad tuya, has hecho un trabajo más bonito que el mío.
-Lo dices porque eres bueno...

-Lo digo porque es verdad. Mira: yo he cogido este bloque de plata, lo he reducido a hojas a medida que iba siendo necesario; luego, con el instrumento, o, mejor, con los instrumentos, lo he doblado así. Pero todavía tengo que hacer la parte mayor. Juntar las partes, y de forma natural. Por ahora completas sólo están estas dos hojitas con su florecita unida -y Tomás levanta entre sus gruesos dedos un liviano escapo de muguete, recogido en una hoja que imita a la perfección las naturales. Hace un cierto efecto ver esa cosita, que resplandece con el brillo blanco de la plata pura, entre los dedos fuertes y bronceados del orfebre.

-Oh! ¡Bonito! Había muchos de éstos en la isla y nos dejaban cogerlos antes de que el Sol saliera. Porque las rubias no debíamos nunca tomar el sol para valer más; a las morenas, sin embargo, las hacían estar fuera, al sol, hasta sentirse incluso mal, para que fueran más morenas. Las... ¿Cómo se dice vender una cosa diciendo que es una cuando en realidad es otra?...

-Pues... con engaño... con trampa... no lo sé.
-Las engañaban diciendo que eran árabes o del alto Nilo, de donde nace; a una la vendieron como descendiente de la reina Saba.

-¡Nada menos! Pero no las engañaban a ellas, sino a los compradores. Se dice entonces que timaban. ¡Qué gentuza! Una buena sorpresa para el comprador, cuando haya visto descolorirse la... falsa etíope! ¿Estás oyendo, Maestro?

¡Cuántas cosas que nosotros ignoramos! ...
-Estoy oyendo. Pero lo más triste no está en el timo al comprador... sino en el destino de esas muchachas...
-Es verdad. Almas profanadas para siempre. Perdidas...
-No. Dios puede siempre intervenir...

-Respecto a mí lo ha hecho. ¡Tú me has salvado!... -dice Áurea, volviéndose hacia el Señor con su mirada clara, serena. Y termina: « ¡Y yo soy muy feliz!» y, no pudiendo ir a abrazar a Jesús, va a ceñir a María con un brazo, apoyando su rubia cabeza en el hombro de la Virgen en un gesto de confiado amor. Las dos cabezas rubias resaltan, con sus distintas coloraciones, contra la pared oscura: un grupo dulcísimo.

Pero María se acuerda de la cena. Se sueltan y se van.
-¿Se puede entrar? -dice tras la puerta del taller que da a la calle la voz un poco ronca de Pedro.

-¡Simón! ¡Abrid!
-¡Simón! ¡No ha sabido estar separado! -dice Tomás riendo, mientras se apresura a abrir.
-¡Simón! Era previsible... -dice sonriendo el Zelote.

Pero no es sólo el rostro de Pedro el que se enmarca en el cuadro de la puerta; son todos los apóstoles del lago, todos menos Bartolomé y menos Judas Iscariote. Y con ellos están ya Judas y Santiago de Alfeo.
-¡La paz a vosotros! ¿Pero, por qué habéis venido con este calor?

-Porque... ya no podíamos estar separados. Han pasado dos semanas y media, ¿sabes? ¿Comprendes? ¡Dos semanas y media que no te vemos! -y Pedro parece decir: ¡Dos siglos! ¡Una enormidad!

-Pero os había dicho que esperarais a Judas todos los sábados.

-Sí. Pero no ha venido dos sábados... y al tercero venimos nosotros. Allí se ha quedado Natanael, que no está demasiado bien. Si Judas va, lo recibirá... Pero ciertamente no irá... Benjamín y Daniel nos dijeron que lo habían visto en Tiberíades, pasando por Tiberíades para venir donde nosotros, antes de ir hacia el Hermón grande, y... bueno, ya te diré después... -dice Pedro, cuya palabra ha sido cortada por un tirón de la túnica por parte de su hermano.

-De acuerdo. Luego me dirás... ¡Pero, deseabais tanto descansar, y ahora que podéis reposar os pegáis estas carreras!... ¿Cuándo habéis salido?

-Ayer al caer de la tarde. Con un lago que era un espejo. Hemos desembarcado en Tariquea para evitar Tiberíades para... para no encontrar a Judas...

-¿Por qué?
-Porque, Maestro, queríamos gozar de ti en paz.
-¡Sois egoístas!
-No. El ya tiene sus alegrías... ¡En fin! No sé quién le da tanto dinero para gozárselo con... Sí, comprendido, Andrés. Pero deja de tirarme tan fuerte de la túnica. Ya sabes que sólo tengo ésta. ¿Quieres que me vaya con la túnica rasgada?

Andrés se pone colorado. Los otros se ríen. Jesús sonríe.
-Bien. Hemos bajado a Tariquea también porque... bueno no me regañes... Será el calor, será que lejos de ti me hago malo, será que pensar que él se ha separado de ti para unirse a... ¡Pero bueno, deja ya de arrancarme la manga! ¡Ya ves que sé pararme a tiempo!... En fin, Maestro, será por muchas cosas... Yo no quería pecar, y si veía a Judas lo hacía. Así que me he dirigido a Tariquea. Y al alba nos hemos puesto en camino.

-¿Habéis pasado por Caná?
-No. No queríamos alargar el viaje... Pero ha sido muy largo de todas formas. Y el pescado se ponía malo... Se lo dimos a la gente de una casa, en cambio de alojamiento durante algunas horas, las más calurosas. Y hemos partido de allí a mitad de tiempo de después de la nona... ¡Un horno!...

-Os lo podíais haber ahorrado. Yo habría ido pronto...
-¿Cuándo?
-Cuando el sol hubiera salido del León.
-¿Y Tú crees que podíamos estar tanto sin ti? ¡Hombre, desafiamos a mil calores semejantes pero venimos a verte! ¡Nuestro Maestro! ¡Nuestro adorado Maestro! -y Pedro se abraza a su Tesoro de nuevo hallado.

-Y pensar que cuando estamos juntos no hacéis otra cosa sino quejaros del tiempo, de lo largo que es el camino...

-Porque somos unos necios. Porque, mientras estamos juntos, no comprendemos bien lo que Tú eres para nosotros... Pero aquí nos tienes. Ya tenemos lugares. Quién en casa de María de Alfeo, quién con Simón de Alfeo, quién con Ismael, quién con Aser y quién con Alfeo, que está aquí cerca. Ahora descansamos y mañana, al caer de la tarde, otra vez en marcha, más contentos.

-El sábado pasado hemos tenido aquí a Mirta y a Noemí, que habían venido para ver otra vez a la niña -dice Tomás.
-¿Ves como quien tiene la posibilidad de venir, en cuanto puede viene aquí?

-Sí, Pedro. Y vosotros ¿qué habéis hecho en este tiempo?
-Hemos pescado... hemos barnizado barcas... reparado redes... Ahora Margziam sale frecuentemente con los mozos, cosa que hace disminuir los improperios de mi suegra contra "el holgazán que hace morir de hambre a su mujer después de traerle un bastardo".

¡Y pensar que Porfiria no ha estado nunca tan bien como ahora que tiene a Margziam, por el corazón y por todo lo demás! Las ovejas, de tres, han pasado a cinco, y pronto serán más... ¡No es poco útil esto para una pequeña familia como la nuestra! Y Margziam con la pesca suple a lo que yo no hago sino muy raramente. Pero esa mujer tiene lengua viperina, a pesar de que su hija la tiene de paloma... Veo que tú también has trabajado...

-Sí, Simón. Hemos trabajado. Todos. Mis hermanos en su casa, Yo con éstos en la mía; para procurar satisfacción y descanso a nuestras madres.

-¡Hombre, también nosotros! -dicen los hijos de Zebedeo.
-Y yo a mi mujer, trabajando en colmenas y viñas -dice Felipe.
-¿Y tú, Mateo?
-Yo no tengo a quién hacer feliz... y ahora me he hecho feliz a mí mismo, escribiendo las cosas que más me gusta recordar...

-Entonces te vamos a referir la parábola del barniz. La he provocado yo, muy inexperto pintor... -dice el Zelote.
-Pero has aprendido pronto el oficio. ¡Fijaos qué bien ha dejado esta silla! -dice Judas Tadeo.

El acuerdo entre ellos es perfecto. Y Jesús, cuya cara aparece más descansada desde que está en su casa, resplandece de alegría por tener en torno a sí a sus queridos apóstoles.

Entra Áurea y se queda sorprendida en el umbral de la puerta.

-¡Ah, ahí está! ¡Fíjate qué bien está! Pasa por una pequeña hebrea, vestida así.

Áurea se pone roja como la púrpura y no sabe qué decir. Pero Pedro se muestra tan afable y paternal, que en seguida se recobra y dice:

-Me esfuerzo en serlo y... con mi Maestra espero serlo pronto... Maestro, voy a decir a tu Madre que están ellos... -y se retira ágil.

-Es una buena muchacha -declara el Zelote.
-Sí. Quisiera que se quedara con nosotros israelitas. Bartolomé, rechazándola, ha perdido una buena ocasión y una alegría... -dice Tomás.

-Bartolomé está muy ligado a las... fórmulas -dice Felipe para disculparlo.
-Es su único defecto -observa Jesús. Entra María...
-La paz a ti, María -dicen los que han venido de Cafarnaúm.

-La paz a vosotros... No sabía que estabais aquí. Enseguida me ocupo de vosotros... Entretanto venid...
-De casa vendrá nuestra madre con bastante comida, y también Salomé. No te preocupes, María -dice Santiago de Alfeo.

-Vamos al huerto... Se está alzando el viento de la noche y se está bien... -dice Jesús.

Y entran en el huerto. Se sientan acá o allá. Hablan fraternalmente, mientras las palomas zurean disputándose la última comida, que Áurea esparce por el suelo... Luego es el riego de los cuadros florecidos, o simplemente de útiles y bonitas verduras necesarias para el hombre.

Quieren hacerlo los apóstoles, alegremente, mientras María de Alfeo, que ha llegado en ese momento, con Áurea y María, preparan la cena para los llegados.

Y el olor de los alimentos que chirrían se mezcla con el de la tierra regada, de la misma forma que el gorjeo de los pájaros, que se disputan, presuntuosos, un buen sitio entra las tupidas frondas del huerto, se mezclan con las voces profundas o agudas de los apóstoles…

   


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