Saturday October 12,2024
Iniciar pagina principal Quienes somos y que hacemos Mision principal del sitio en internet Como rezar el santo rosario, oraciones, etc. Base de datos de documentos recopilados Servicio de asesoria via e-mail. Calendario de eventos en el bimestre Personas para establecer contacto
 

EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO


El Evangelio como me ha sido revelado

Autor: María Valtorta

« PARTE 4 de 7 »

TERCER AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS

Partes: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ]
[ 4 ] [ 5 ] [ 6 ] [ 7 ]



313. Preparativos para salir de Nazaret, después de la visita de Simón de Alfeo con su familia. Durante el tercer año,
Jesús será el Justo

314. La cena en la casa de Nazaret. La dolorosa partida

315. El viaje hacia Yiftael y las reflexiones de Juan de Endor

316. Jesús se despide de Juan
de Endor y de Síntica

317. La oración de Jesús por la salvación de Judas Iscariote

318. En barca de Tolemaida
a Tiro

319. Partida de Tiro en la nave del cretense Nicomedes

320. Prodigios en la nave en medio de una tempestad

321. Arribo a Seleucia.
Se despiden de Nicomedes

322. Partida de Seleucia en un carro y llegada a Antioquía

323. La visita a Antigonio

324. Las pláticas de los ocho apóstoles antes de dejar Antioquía. El adiós a Juan de Endor y a Síntica

325. Los ocho apóstoles se reúnen con Jesús
cerca de Akcib

326. Un alto en Akcib

327. En los confines de Fenicia. Palabras de Jesús sobre la igualdad de los pueblos.
Parábola de la levadura

328. En Alejandrocena donde los hermanos de Hermiona

329. En el mercado de Alejandrocena. La parábola
de los obreros de la viña

330. Santiago y Juan "hijos del trueno". Hacia Akcib
con el pastor Anás

331. La fe de la mujer cananea y otras conquistas. Llegada a Akcib

332. La sufrida separación de Bartolomé, que con Felipe
vuelve a unirse al Maestro

333. Con los diez apóstoles
hacia Sicaminón

334. También Tomas y Judas Iscariote se unen de nuevo al grupo apostólico

335. La falsa amistad de Ismael ben Fabí, y el hidrópico
curado en sábado

336. En Nazaret con cuatro apóstoles. El amor de Tomás
por María Santísima

337. El sábado en Corazín. Parábola sobre los corazones imposibles de labrar. Curación
de una mujer encorvada

338. Judas Iscariote pierde el poder de milagros.
La parábola del cultivador

339. La noche pecaminosa
de Judas Iscariote

340. El enmendamiento de Judas Iscariote y el choque con los rabíes junto al sepulcro de Hil.lel

341. La mano herida de Jesús. Curación de un sordomudo en los confines sirofenicios

342. En Quedes. Los fariseos piden un signo.
La profecía de Habacuc

343. La levadura de los fariseos. El Hijo del hombre.
El primado a Simón Pedro

344. Encuentro con los discípulos en Cesárea de Filipo y explicación de la sedal de Jonás

345. Milagro en el castillo
de Cesárea Paneas

346. Primer anuncio de la Pasión y reprensión a Simón Pedro

347. En Betsaida. Profecía sobre el martirio de los Apóstoles y curación de un ciego

348. Manahén da algunas noticias acerca de Herodes Antipas, y desde Cafarnaúm va con Jesús a Nazaret. Revelación de las transfiguraciones
de la Virgen

349. La Transfiguración en el monte Tabor y el epiléptico curado al pie del monte. Un comentario para los predilectos

350. Lección a los discípulos sobre el poder de vencer
a los demonios

351. El tributo al Templo pagado con la moneda hallada
en la boca del pez

352. Un convertido de María de Magdala. Parábola para el pequeño Benjamín y lección sobre quién es grande
en el reino de los Cielos

353. La segunda multiplicación de los panes y el milagro de la multiplicación de la Palabra

354. Jesús habla sobre el Pan del Cielo en la sinagoga
de Cafarnaúm

355. El nuevo discípulo Nicolái de Antioquía y el segundo anuncio de la Pasión

356. Hacia Gadara. Las herejías de Judas Iscariote y las renuncias de Juan,
que quiere sólo amar

357. Juan y las culpas de Judas Iscariote. Los fariseos y la cuestión del divorcio

358. En Pel.la. El jovencito Yaia y la madre de Marcos de Josías

359. En la cabaña de Matías cerca de Yabés Galaad

360. El malhumor de los apóstoles y el descanso en una gruta. El encuentro
con Rosa de Jericó

361. Los dos injertos que transformarán a los apóstoles. María de Magdala advierte a Jesús de un peligro. Milagro ante la riada del Jordán

362. La misión de las "voces" en la Iglesia futura. El encuentro con la Madre y las discípulas

363. En Rama, en casa de la hermana de Tomás. Jesús habla sobre la salvación.
Apóstrofe a Jerusalén

364. En el Templo. Oración universal y parábola del hijo verdadero y los hijos bastardos

365. Judas Iscariote insidia la inocencia de Margziam. Un nuevo discípulo, hermano de leche de Jesús. En Betania, en la
casa de Lázaro, enfermo

366. Anastática entre las discípulas. Las cartas de Antioquía

367. El jueves prepascual. Preparativos en el Getsemaní

368. El jueves prepascual. En Jerusalén y en el Templo

369. El jueves prepascual. Parábola de la lepra de las casas

370. El jueves prepascual. En el convite de los pobres en el palacio de Cusa

371. El jueves prepascual. Por la noche en el palacio de Lázaro

372. El día de la Parasceve. Despertar en el palacio de Lázaro

373. El día de la Parasceve.
En el Templo

374. El día de la Parasceve. Por las calles de Jerusalén y en el barrio de Ofel

375. La cena ritual en casa de Lázaro y el banquete sacrílego en la casa de Samuel

376. Lección sobre la obra salvífica de los santos, y condena al Templo corrompido

377. Parábola del agua y del junco para María de Magdala, que ha elegido la mejor parte

378. La parábola de los pájaros, criticada por unos judíos enemigos que tienden una trampa

379. Una premonición del
apóstol Juan

380. El amor de los apóstoles, de la contemplación a la acción

381. La parábola del administrador infiel y sagaz. Hipocresía de los fariseos y conversión de un esenio

382. Un alto en casa de Nique

383. Discurso sobre la muerte junto al vado del Jordán

384. El anciano Ananías, guardián de la casita de Salomón

385. Parábola de la encrucijada y milagros cerca del pueblo
de Salomón

386. Hacia la orilla occidental
del Jordán

387. En Guilgal. El mendigo Ogla y los escribas tentadores. Los apóstoles comparados con las doce piedras del
prodigio de Josué

388. Exhortación a Judas Iscariote, que irá a Betania
con Simón Zelote.

389. Llegada a Engadí con
diez apóstoles

390. La fe de Abraham de Engadí y la parábola de la semilla
de palma

391. Curación del leproso Eliseo de Engadí

392. La hostilidad de Masada, ciudad-fortaleza

393. En la casa de campo de María de Keriot

394. Parábola de las dos voluntades y despedida de los habitantes de Keriot

395. Las dos madres infelices de Keriot. Adiós a la madre de Judas

396. En Yuttá, con los niños. La mano de Jesús obradora
de curaciones

397. Despedida de los fieles
de Yuttá

398. Palabras de despedida en Hebrón. Los delirios
de Judas Iscariote

399. Palabras de despedida en Betsur. El amor materno de Elisa

400. En Béter, en casa de Juana de Cusa, la cual habla del daño provocado por Judas Iscariote ante Claudia

401. Pedro y Bartolomé en Béter por un grave motivo.
Éxtasis de la escritora

402. Judas Iscariote se siente descubierto durante el discurso de despedida en Béter

403. Una lucha y victoria espiritual de Simón de Jonás

404. En camino hacia Emaús
de la llanura

405. Descanso en un henil y discurso a la entrada de Emaús de la llanura. El pequeño Miguel

406. En Joppe. Palabras inútiles a Judas de Keriot y diálogo sobre el alma con algunos Gentiles

407. En los campos de Nicodemo. La parábola de los dos hijos

408. Multiplicación del trigo en los campos de José de Arimatea

409. El drama familiar del Anciano Juan

410. Provocaciones de Judas Iscariote en el grupo apostólico

411. Una lección extraída de la naturaleza y espigueo milagroso para una viejecita. Cómo ayudar a quien se enmienda

412. Elogio del lirio de los valles, símbolo de María. Pedro se sacrifica por el bien de Judas

413. Llegada a Jerusalén para la fiesta de Pentecostés y disputa con los doctores del Templo

414. Invectiva contra fariseos y doctores en el convite en casa
del Anciano Elquías

415. Un alto en el camino
en Betania

416. Un mendigo samaritano en el camino de Jericó

417. Historia de Zacarías el leproso y conversión
de Zaqueo el publicano

418. Curación del discípulo José, herido en la cabeza y recogido en la casita de Salomón

419. Curaciones en un pueblecito de la Decápolis. Parábola del escultor y de las estatuas

420. Curación de un endemoniado completo. La vocación de la mujer al amor

421. El endemoniado curado, los fariseos y la blasfemia contra
el Espíritu Santo

422. El Iscariote, con sus malos humores, ocasiona la lección sobre los deberes
y los siervos inútiles

423. Partida del Iscariote, que ocasiona la lección sobre
el amor y el perdón

424. Pensamientos de gloria y martirio ante la vista de la costa mediterránea

425. En Cesárea Marítima. Romanos mundanos y parábola de los hijos con destinos distintos

426. Con las romanas en Cesárea Marítima. Profecía en Virgilio.
La joven esclava salvada

427. Bartolomé instruye
a Áurea Gala

428. Parábola de la viña y del viñador, figuras del alma y del libre albedrío

429. Con Judas Iscariote en la llanura de Esdrelón

430. El nido caído y el escriba cruel. La letra y el espíritu
de la Ley

431. Tomás prepara el encuentro de Jesús con los campesinos
de Jocanán

432. Con los campesinos
de Jocanán, cerca de Sefori

433. Llegada a Nazaret. Alabanzas a la Virgen.
Curación de Áurea

434. Trabajos manuales en Nazaret y parábola
de la madera barnizada

435. Comienzo del tercer sábado en Nazaret y llegada de Pedro con otros apóstoles

436. En el huerto de Nazaret, revelado a apóstoles y discípulas el precio de la Redención

437. Coloquio
de Jesús con su Madre

438. María Santísima con María de Alfeo en Tiberíades, donde Valeria. Encuentro con Judas Iscariote

439. María Santísima enseña a Áurea a hacer la voluntad de Dios

440. Otro sábado en Nazaret. Obstinación de José de Alfeo

441. Partida de Nazaret. Un incendio de brezos durante el viaje viene a ser el tema de una parábola

442. Judas Iscariote en Nazaret en casa de María

443. La muerte del abuelo de Margziam

444. Las dotes de Margziam. Lección sobre la caridad, sobre la salvación, sobre los méritos del Salvador

445. Dos parábolas durante una tormenta en Tiberíades. Llegada de Maria Stma., e impenitencia de Judas Iscariote

446. Llegada a Cafarnaúm en medio de un cálido recibimiento

447. En Cafarnaúm unas palabras de Jesús sobre la misericordia y el perdón no encuentran eco

448. Encuentro de barcas en el lago y parábola sugerida por Simón Pedro

449. El pequeño Alfeo desamado de su madre

450. Milagros en el arrabal cercano a Ippo y curación del leproso Juan

451. Discurso en el arrabal cercano a Ippo sobre los deberes de los cónyuges y de los hijos

452. El ex leproso Juan se hace discípulo. Parábola de los diez monumentos

453. Llegada a Ippo y discurso en pro de los pobres. Curación de un esclavo paralítico

454. María Santísima y su amor perfecto. Conflicto de Judas Iscariote con el pequeño Alfeo

455. La Iglesia es confiada a la maternidad de María. Discurso, al pie de Gamala, en pro
de unos forzados

456. Despedida de Gamala y llegada a Afeq. Advertencia a la viuda Sara y milagro en su casa

457. Discurso en Afeq, tras una disputa entre creyentes y no creyentes. Sara se hace discípula

458. Una curación espiritual en Guerguesa y lección sobre
los dones de Dios

459. El perdón a Samuel de Nazaret y lección sobre
las malas amistades

460. Fariseos en Cafarnaúm con José y Simón de Alfeo. Jesús y su Madre preparados
para el Sacrificio

461. Confabulación en casa de Cusa para elegir a Jesús rey. El griego Zenón y la carta de Síntica con la noticia de la muerte de Juan de Endor

462. Discurso y curaciones en las fuentes termales de Emaús
de Tiberíades

463. En Tariquea. Cusa, a pesar del discurso sobre la naturaleza del reino mesiánico, invita a Jesús a su casa. Conversión de una pecadora

464. En la casa de campo de Cusa, intento de elegir rey a Jesús. El testimonio
del Predilecto

465. En Betsaida para un encargo secreto a Porfiria. Apresurada partida de Cafarnaún

466. Un alto en la casa de los ancianos cónyuges Judas y Ana

467. Parábola de la distribución de las aguas. Perdón condicionado para el campesino Jacob. Advertencias a los apóstoles camino de Corazín

468. Un episodio de enmendamiento de Judas Iscariote, y otros que
ilustran su figura

469. Despidiéndose de los pocos fieles de Corazín

470. Lección a una suegra sobre los deberes del matrimonio

471. Encuentro con el levita José, llamado Bernabé, y lección
sobre Dios-Amor

472. Solicitud insidiosa de un juicio acerca de un hecho ocurrido en Yiscala

473. Curación de un niño ciego de Sidón y una lección
para las familias

474. Una visión que se pierde en un arrobo de amor

475. Abel de Belén de Galilea pide el perdón para sus enemigos

476. Lección sobre el cuidado de las almas y perdón a los dos pecadores castigados con la lepra

477. Coloquio de Jesús con su Madre en el bosque de Matatías. Los sufrimientos morales
de Jesús y María

478. Coloquio de Jesús con José y Simón de Alfeo, que van a la fiesta de los Tabernáculos

479. Con Juan al pie de la torre de Yizreel en espera de los campesinos de Jocanán

480. Parten de Yizreel tras la visita nocturna de los campesinos de Jocanán

481. Llegada a Enganním. Maquinaciones de Judas Iscariote para impedir una trama
de los fariseos

482. En camino con un pastor samaritano que ve
premiada su fe

483. Polémica de los apóstoles sobre el odio de los judíos. Los diez leprosos curados en Samaria

484. Alto obligado en las cercanías de Efraím y parábola de la granada

485. Jesús llega con los apóstoles a Betania, donde ya están algunos discípulos con Margziam

486. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Reino

487. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Cristo

488. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Partida secreta hacia Nob después
de la oración

489. En Nob. Parábola del rey no comprendido por sus súbditos. Jesús calma el viento

490. En el campo de los Galileos con los primos apóstoles y encuentro con el levita Zacarías

491. TEn el Templo el último día de la fiesta de los Tabernáculos. Sermón sobre el Agua viva

492. En Betania se evoca la memoria de Juan de Endor

493. Jesús habla cabe la fuente de En Royel, lugar en que hicieron un alto los tres Sabios

494. La mujer adúltera y la hipocresía de sus acusadores

495. Jesús instruye acerca del perdón de los pecadores, y se despide de sus discípulos en el camino de Betania

496. Un alto en la casita de Salomón. Improvisa turbación
de Judas Iscariote.

497. Simón Pedro atraviesa una hora de abatimiento

498. Exhortación a Judas Tadeo y a Santiago de Zebedeo después de una discusión
con Judas Iscariote

499. Fuga de Esebón y encuentro con un mercader de Petra

500. Reflexiones de Bartolomé y Juan después de un retiro
en el monte Nebo

501. Parábola de los hijos lejanos. Curación de dos hijos ciegos del hombre de Petra

502. Otro abatimiento en Pedro. Lección sobre las posesiones (divinas y diabólicas)

503. Los apóstoles indagan acerca del Traidor. Un saduceo y la infeliz mujer de un nigromante. Saber distinguir lo sobrenatural de lo oculto

504. Margziam preparado para la separación. Regreso a la aldea de Salomón y muerte de Ananías

505. En el Templo, una gracia obtenida con la oración incesante y la parábola del juez y la viuda

506. En el Templo, oposición al discurso que revela que Jesús
es la Luz del mundo

507. El gran debate con los judíos. Huyen del Templo con la ayuda del levita Zacarías

508. Juan será la luz de Cristo hasta el final de los tiempos. El pequeño Marcial-Manasés acogido por José de Seforí

509. El anciano sacerdote Matán acogido con los apóstoles y discípulos que han huido
del Templo

510. La curación de un ciego
de nacimiento

511. En la casa de Juan de Nob, otra alabanza a la Corredentora. Embustes de Judas Iscariote

512. Profecía ante un pueblo destruido

513. En Emaús Montana, una parábola sobre la verdadera sabiduría y una advertencia
a Israel

514. Consejos sobre la santidad a un joven indeciso. Reprensión a los habitantes de Bet-Jorón después de la curación de un romano y una judía

515. Las razones del dolor salvífico de Jesús. Elogio de la obediencia y lección sobre
la humildad

516. En Gabaón, milagro del mudito y elogio de la sabiduría como amor a Dios

517. Hacia Nob. Judas Iscariote, tras un momento polémico, reconoce su error

518. En Jerusalén, encuentro con el ciego curado y palabras que revelan a Jesús como
buen Pastor

519. Inexplicable ausencia de Judas Iscariote y alto en Betania, en casa de Lázaro

520. Conversaciones en torno a Judas Iscariote, ausente. Llegada a Tecua con el anciano Elí-Ana

521. En Tecua, Jesús se despide de los habitantes del lugar y del anciano Elí-Ana

522. Llegada a Jericó. El amor terreno de la muchedumbre y el amor sobrenatural del
convertido Zaqueo

523. En Jericó. La petición a Jesús de que juzgue a una mujer. La parábola del fariseo y el publicano tras una comparación entre pecadores y enfermos

524. En Jericó. En casa de Zaqueo con los pecadores convertidos

525. El juicio sobre Sabea
de Betlequí

526. T526 Curaciones cerca del vado de Betabara y discurso en recuerdo de Juan el Bautista

527. Desconocimiento y tentaciones en la naturaleza humana de Cristo

528. En Nob. Consuelo materno de Elisa y regreso inquietante de Judas Iscariote

529. Enseñanzas a los apóstoles mientras realizan trabajos manuales en casa de Juan de Nob

530. Otra noche de pecado de Judas Iscariote

531. En Nob, enfermos y peregrinos venidos de todas partes. Valeria y el divorcio. Curación del pequeño Leví

532. Preparativos para las Encenias. Una prostituta enviada a tentar a Jesús, que deja Nob

533. Hacia Jerusalén con
Judas Iscariote

534. Enseñanzas y curaciones en la sinagoga de los libertos romanos. Un encargo
para los gentiles

535. Judas Iscariote llamado
a informar a casa de Caifás

536. Curación de siete leprosos y llegada a Betania con los apóstoles ya reunidos. Marta y María preparadas por Jesús
a la muerte de Lázaro

537. En el Templo en la fiesta de la Dedicación, Jesús se manifiesta a los judíos, que intentan apedrearle

538. Jesús, orante en la gruta de la Natividad, contemplado por los discípulos ex pastores

539. Juan de Zebedeo se acusa de culpas inexistentes

540. La Madre confiada a Juan. Encuentro con Manahén y lección sobre el amor a los animales. Conclusión del tercer año

 

384- El anciano Ananías,
guardián de la casita de Salomón


La casita de Salomón -la que vi sin saber quién era su propietario, en Marzo de 1944, en la visión de la resurrección de Lázaro -es una de las últimas de la única calle, que acaba en el río, de este pueblecito pobre y apartado.

Un pueblecito de barqueros. Sus casitas más... ricas están dispuestas a lo largo de esta callecita polvorienta: las otras, esparcidas a la buena de Dios entre los árboles de las orillas.

Verdaderamente no son muchas -no creo que lleguen a cincuenta -, y tan pequeñas que cabrían todas en uno de esos bloques de viviendas proletarias de las grandes ciudades actuales.

Ahora la primavera les da una apariencia menos mísera, porque las decora con su frescura, y hay guirnaldas de convólvulos, o festones de vides, o un franco reír de flores amarillas de calabaza, en las rudimentarias estacadas que señalan las propiedades, en las orillas de los techos, u orlando las puertas de las casas, y no falta alguna rosa como desorientada, ella bella en medio de cestas y redes, en medio del dorado de la mostaza en flor, en medio del humilde cimbreo de las primeras vainas de las legumbres.

La calle también parece menos fea, porque el cañaveral del fondo no tiene sólo las cuentas duras de los nudos polvorientos, sino que se adorna con los penachos de las heleocarias, y, entre las cintas de las hojas de las cañas, eleva los cuchillos de los gladios silvestres, que lucen las multicolores mazorcas de sus flores, mientras los sutiles zarcillos de tallito filiforme abrazan en espiral nudos y cañas y en cada giro ponen el cáliz delicadísimo de su florecilla de un color rosa lila tenuísimo.

Y pájaros, a miríadas, se requieren de amores entre los cañizares, coqueteando en lo alto de las cañas, acunándose colgados de los zarcillos, poniendo trinos y colores entre el verdor de las orillas palustres.

Jesús empuja la tosca cancilla, pequeña, que introduce en una huertecilla o patio. La verdad es que, si era una huerta, ahora es un revoltijo agreste de hierbas crecidas de nuevo; y, si era un patio, es igualmente un lío de yerbajos sembrados por los vientos. Sólo algunas calabazas han mostrado inteligencia, agarrándose a la única planta de vid y a la higuera, y subiendo a poner las bocas rientes de sus flores al lado de los racimos en miniatura de la vid o al lado de las tiernas hojas de la higuera, las cuales en su base, en la concavidad del pecíolo, tienen la yema dura de los higos-flor apenas formados.

Las ortigas martirizan los pies desnudos, tanto que Pedro y Tomás, recogidos dos remos carcomidos, se lían a abatir las irritantes plantas para disminuir su veneno.

Entretanto, Santiago y Juan tratan de hacer funcionar la gran cerradura oxidada, y, conseguido su objetivo, abren la tosca puerta y entran en una habitación-cocina que huele fuertemente a moho y a cerrado. Polvo y telarañas decoran las paredes; una basta mesa, unos bancos y otros asientos, una repisa, son su mobiliario; dos puertas se abren en una de las paredes.

Pedro explora...

-Aquí hay un cuarto pequeño con una cama sola. Buena para Jesús... ¿Y aquí? ¡Ah! ¡Ya! Esto es la despensa, el trastero, el granero y la ratonera... ¡Fíjate qué carreras de ratones! Han roído todo en estos meses. Pero ahora voy a arreglaros yo, no lo dudéis. Maestro... ¿podemos movernos aquí como si fuéramos los amos?

-Eso dijo Salomón.

-¡Muy bien! ¡Venga, hermano, y tú, Santiago! Venid aquí a cerrar todos los agujeros. Y Tú, Mateo, con Judas, métete en la puerta, y estáte atento a que no salga ni un solo ratón. Imagínate que eres todavía el amable recaudador de Cafarnaúm. Entonces no se te escapaba ni un solo cliente, ni aunque se hiciera ligero como una lagartija cuando se despierta... Y vosotros id a la huerta a recoger la mayor cantidad que podáis de yerbajos y traedlos aquí. Y tú, Maestro, ve... donde quieras, mientras... yo arreglo a estos diablos inmundos que han destrozado estas cómodas redes y se han comido la quilla entera de una barca...

Y mientras habla amontona maderas roídas, pedazos de red reducida a estopa, haces de leña... todo en medio de la habitación, y, cuando ya tiene las hierbas verdes, las pone encima de lo demás y prende fuego y se separa mientras las primeras espiras de humo se alzan del montón. Ríe diciendo:

-¡Y que mueran todos los filisteos!

-¿No vas a prender fuego a todo? -pregunta Simón Zelote.
-No, amigo. Porque la humedad de los ramajes mantiene bajas las llamas, y las llamas sacan de las yerbas el humo, de forma que, con buena alianza, lo seco y lo verde se ayudan en la venganza. ¿Sientes qué mal huele? ¡Dentro de poco verás qué chillidos! ¿Quién me hablaba de los cisnes que cantan antes de morir? ¡Ah, Síntica! Dentro de poco también cantarán los ratones.

Judas Iscariote corta bruscamente una carcajada y observa:

-No se ha podido saber nada más de ella. Y tampoco nada de Juan de Endor. ¿Quién sabe a dónde habrán ido a parar?
-Sin duda al lugar adecuado -responde Pedro.

-¿Lo sabes?

-Sé que ya no están para ser diana de la malevolencia.
-¿No has preguntado a nadie? Yo sí.

-Y yo no. No es una cosa que me interese el saber dónde están. Me basta con pensar que son santos y orar porque sigan siéndolo.

Tomás dice:

-A mí me han preguntado por ellos algunos fariseos ricos, clientes de mi padre. Pero he respondido que no sé nada.

-¿Y no sientes curiosidad por saberlo? -insiste Judas.
-Yo no, y digo la verdad...

-¡Mirad! ¡Mirad! El humo hace efecto. Pero vamos a salir, que, si no, nos ahogamos también nosotros -dice Pedro. Y desviando así la atención se pone fin al tema.

Jesús está en la huerta. Endereza unos tallos de legumbres arrastradas por el suelo, nacidas de semillas que han caído ahí.

-¿Estás de hortelano, Maestro? -pregunta sonriendo Felipe.
-Sí. Me da pena ver una planta arrastrada por el suelo, inútil, cuando, por el contrario, está destinada a elevarse hacia el sol y a dar fruto.

-Bonito tema para un discurso, Maestro -observa Bartolomé.
-Sí. Bonito. Todo sirve como tema para quien sabe meditar.

-Te ayudamos también nosotros. ¡Venga! ¿Quién va a las cañas del río, a coger algunas para las legumbres?
Van los jóvenes, riendo, y los más ancianos se ponen a hacer limpieza arrancando con atención las hierbas parásitas.

-¡Así se ve que es una huerta! No hay hortalizas para ensalada. Pero sí que hay puerros, ajos, verduras, hierbas delicadas y legumbres. ¡Y calabazas! ¡Cuántas calabazas! Hay que podar la vid, liberar la higuera y...

-¡Pero Simón, no nos vamos a quedar aquí!... -dice Mateo.
-Pero vendremos varias veces. Lo ha dicho Él. Y no nos perjudicará el tener un poco de orden aquí alrededor.

¡Mira, mira! También hay un jazmín -¡pobrecito! -debajo de esta cascada de calabazas. Si viera Porfiria esta planta tan triste, lloraría sobre ella y le hablaría como a un niño. Sí, porque antes de tener a Margziam les hablaba a sus flores como a hijos... Exactamente. También aquí he hecho espacio. He quitado la calabaza porque... "¡Ah!, ahí vienen los muchachos con las cañas y con un... ¡Maestro, hay trabajo para ti! ¡Está ciego!

En efecto, entran Santiago y Juan, Andrés y Tomás, cargados de cañas, y Tomás trae, casi en peso, a un pobre viejecito todo harapiento y que tiene los ojos blancos debido a las cataratas.

-Maestro, estaba buscando plantas de achicoria en las orillas y le ha faltado poco para caerse al agua. Está solo desde hace algunos meses, porque el hijo que lo mantenía ha muerto; la nuera se ha vuelto a su casa y él.., vive como puede. ¿Verdad, padre?

.Sí. Sí. ¿Dónde está el Señor? -dice mientras le giran los ojos velados.
-Aquí está. ¿Ves esa blancura alargada? Es Él.
Pero Jesús ya se ha acercado y lo toma de la mano.
-¿Estás solo, pobre padre? ¿Y no ves?

-No. Mientras podía ver, tejía cestas y nasas, y hacía redes. Pero ahora... Veo más con los dedos que con los ojos, y cuando busco hierbas me equivoco y algunas veces me hago daño al vientre con hierbas nocivas.
-Pero en el pueblo...

-Son todos pobres y están llenos de hijos, y yo soy viejo... Duele que se muera un burro.... ¡Pero si se muere un viejo!... ¿Qué es un viejo? ¿Qué soy? Mi nuera se me ha llevado todo. Pero si por lo menos me hubiera llevado con ella, como una oveja vieja, para que gozara de la presencia de mis nietos... los hijos de mi hijo... -llora apoyado en el pecho de Jesús, que lo tiene entre sus brazos y lo acaricia.

-¿No tienes casa?
-La vendí.
-¿Y cómo vives?
-Como los animales. Los primeros días me ayudaba el pueblo. Pero luego se cansaron...
-Salomón está degenerando entonces, porque es generoso -observa Mateo.

-Es generoso con nosotros. ¿Por qué no ha dado la casa a este anciano? -pregunta Felipe.
-Porque, cuando pasó por aquí la última vez, yo tenía todavía una casa. Salomón es bueno. Pero el pueblo lo llama "el loco" desde hace un tiempo, y ya no hacen lo que él había enseñado que había que hacer -dice el anciano.

-¿Quisieras quedarte aquí conmigo?
-¡Ya no echaría de menos a mis nietos!
-Aunque siguieras siendo pobre y siguieras estando ciego, ¿te bastaría servirme para ser feliz?
-¡Sí!
Un "sí" tembloroso pero muy seguro.
-De acuerdo, padre. Escúchame. Tú no puedes andar el camino que ando Yo. No puedo quedarme aquí. Pero podemos querernos y hacernos el bien mutuamente.
-Tú a mí, sí. Pero yo... ¿Qué puede hacer el viejo Ananías?

-Cuidarme la casa y la huerta, para que cada vez que vuelva las encuentre ordenadas. ¿Te gusta?
-¡Sí! Pero estoy ciego... La casa... me acostumbraré a las paredes. Pero la huerta... ¿Qué puedo hacer para cuidarla, si no distingo las hierbas? ¡Oh, sí, qué bonito sería servirte, Señor! Terminar la vida así...

El viejecito tiene las manos contra el corazón, soñando esta cosa imposible.
Jesús se inclina sonriendo y le besa los ojos velados...
-Pero yo... empiezo a ver... Veo... ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh!...
Vacila de alegría, y se desplomaría si Jesús no lo sujetase.
-¡Claro... la alegría!... -dice Pedro con la voz ronca  de la emoción.
-Y también el hambre... Ha dicho que hace días que vive sólo a base de achicoria, sin aceite ni sal... -termina Tomás.
-Sí, por eso lo hemos traído. Para darle de comer...

-¡Pobre anciano! -todos se muestran compasivos.
El viejecito vuelve en sí y llora, llora. El pobre llanto de los ancianos... tan triste, aun cuando es de alegría; y
susurra:

-¡Ahora sí, ahora puedo servirte, bendito! ¡Bendito! ¡Bendito! -y hace ademán de agacharse a besar los pies de Jesús.

-No, padre. Ahora vamos a entrar, vamos a comer, y luego te damos una túnica; tú estarás entre hijos y nosotros tendremos un padre que nos dará su bienvenida cada vez que volvamos y su bendición cada vez que salgamos. Buscaremos dos palomas, para que tengas criaturas vivas a tu alrededor. Buscaremos simientes para la huerta. Sembrarás semillas en los cuadros de la huerta, y la fe en mí en los corazones de este pueblo.

-¡Enseñaré la caridad! ¡No la tienen!
-También la caridad. Pero sé dulce...
-Lo seré. No dije ninguna palabra dura a mi nuera mientras me abandonaba. He comprendido y perdonado.
-Te lo he visto en tu corazón. Por eso te he amado. Ven. Ven conmigo...

Y Jesús entra en la casa llevando de la mano al viejecito. Pedro los ve caminar y se seca una lágrima con el dorso de la mano, antes de reanudar el trabajo interrumpido.

-¿Lloras, hermano?

Pedro no responde. Andrés insiste:

-¿Por qué lloras, hermano?
-Tú preocúpate de las gramas. Si lloro es porque... bueno, yo sé por qué...

-Dínoslo, sé condescendiente -dicen varios.
-Es porque... Es porque a mí me tocan más el corazón estas lecciones tan... tan... bueno este tipo de lecciones, que no sus solemnes invectivas...

-¡Pero en esos casos se ve en Él el Rey! -exclama Judas.

-Y aquí se ve el Santo. Tiene razón Pedro -dice Bartolomé.

-Pero para reinar tiene que ser fuerte.

-Pero para redimir tiene que ser santo.

-Para las almas, sí; para Israel...

-Israel no será nunca Israel si las almas no se santifican.

Los síes y los noes se entrecruzan. Y cada uno con su distinto parecer.

El viejecito sale de nuevo, esta vez con una jarra en la mano. Va a tomar agua a la fuente. Está tan feliz, que no parece el mismo de antes.

-Anciano padre, escucha. Según tú, ¿de qué tiene necesidad Israel para ser grande -pregunta Andrés -, de un rey o de un santo?

-Tiene necesidad de Dios. De ese Dios que ahí dentro ora y medita. ¡Ah! ¡Hijos, hijos! ¡Sed buenos, vosotros que lo seguís! ¡Sed buenos, buenos, buenos! ¡Qué don os ha dado el Señor! ¡Qué don! ¡Qué don! -y se aleja, agitando los brazos hacia el cielo y susurrando: « ¡Qué don! ¡Qué don!»...


   


[Inicio] [ Blog] [Mision] [El Rosario] [Documentos] [Asesorias] [ Política de Privacidad] [Contacto ]

Copyright © 2022 Maria Luz Divina