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EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO
Autor: María Valtorta
« PARTE 4 de 7 »
TERCER AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS
Partes:
[ 1 ]
[ 2 ]
[ 3 ]
[ 4 ]
[ 5 ]
[ 6 ]
[ 7 ]
313. Preparativos para salir de Nazaret, después de la visita de Simón de Alfeo con su familia. Durante el tercer año,
Jesús será el Justo
314. La cena en la casa de Nazaret. La dolorosa partida
315. El viaje hacia Yiftael y las reflexiones de Juan de Endor
316. Jesús se despide de Juan
de Endor y de Síntica
317. La oración de Jesús por la salvación de Judas Iscariote
318. En barca de Tolemaida
a Tiro
319. Partida de Tiro en la nave del cretense Nicomedes
320. Prodigios en la nave en medio de una tempestad
321. Arribo a Seleucia.
Se despiden de Nicomedes
322. Partida de Seleucia en un carro y llegada a Antioquía
323. La visita a Antigonio
324. Las pláticas de los ocho apóstoles antes de dejar Antioquía. El adiós a Juan de Endor y a Síntica
325. Los ocho apóstoles se reúnen
con Jesús
cerca de Akcib
326. Un alto en Akcib
327. En los confines de Fenicia. Palabras de Jesús sobre la igualdad de los pueblos.
Parábola de la levadura
328. En Alejandrocena donde los hermanos de Hermiona
329. En el mercado de Alejandrocena. La parábola
de los obreros de la viña
330. Santiago y Juan "hijos del trueno". Hacia Akcib
con el pastor Anás
331. La fe de la mujer cananea y otras conquistas. Llegada a Akcib
332. La sufrida separación de Bartolomé, que con Felipe
vuelve a unirse al Maestro
333. Con los diez apóstoles
hacia Sicaminón
334. También Tomas y Judas Iscariote se unen de nuevo al grupo apostólico
335. La falsa amistad de Ismael ben Fabí, y el hidrópico
curado en sábado
336. En Nazaret con cuatro apóstoles. El amor de Tomás
por María Santísima
337. El sábado en Corazín. Parábola sobre los corazones imposibles de labrar. Curación
de una mujer encorvada
338. Judas Iscariote pierde el poder de milagros.
La parábola del cultivador
339. La noche pecaminosa
de Judas Iscariote
340. El enmendamiento de Judas Iscariote y el choque con los rabíes junto al sepulcro de Hil.lel
341. La mano herida de Jesús. Curación de un sordomudo en los confines sirofenicios
342. En Quedes. Los fariseos piden un signo.
La profecía de Habacuc
343. La levadura de los fariseos. El Hijo del hombre.
El primado a Simón Pedro
344. Encuentro con los discípulos en Cesárea de Filipo y explicación de la sedal de Jonás
345. Milagro en el castillo
de Cesárea Paneas
346. Primer anuncio de la Pasión y reprensión a Simón Pedro
347. En Betsaida. Profecía sobre el martirio de los Apóstoles y curación de un ciego
348. Manahén da algunas noticias acerca de Herodes Antipas, y desde Cafarnaúm va con Jesús a Nazaret. Revelación de las transfiguraciones
de la Virgen
349. La Transfiguración en el monte Tabor y el epiléptico curado al pie del monte. Un comentario para los predilectos
350. Lección a los discípulos sobre el poder de vencer
a los demonios
351. El tributo al Templo pagado con la moneda hallada
en la boca del pez
352. Un convertido de María de Magdala. Parábola para el pequeño Benjamín y lección sobre quién es grande
en el reino de los Cielos
353. La segunda multiplicación de los panes y el milagro de la multiplicación de la Palabra
354. Jesús habla sobre el Pan del Cielo en la sinagoga
de Cafarnaúm
355. El nuevo discípulo Nicolái de Antioquía y el segundo anuncio de la Pasión
356. Hacia Gadara. Las herejías de Judas Iscariote y las renuncias de Juan,
que quiere sólo amar
357. Juan y las culpas de Judas Iscariote. Los fariseos y la cuestión del divorcio
358. En Pel.la. El jovencito Yaia y la madre de Marcos de Josías
359. En la cabaña de Matías cerca de Yabés Galaad
360. El malhumor de los apóstoles y el descanso en una gruta. El encuentro
con Rosa de Jericó
361. Los dos injertos que transformarán a los apóstoles. María de Magdala advierte a Jesús de un peligro. Milagro ante la riada del Jordán
362. La misión de las "voces" en la Iglesia futura. El encuentro con la Madre y las discípulas
363. En Rama, en casa de la hermana de Tomás. Jesús habla sobre la salvación.
Apóstrofe a Jerusalén
364. En el Templo. Oración universal y parábola del hijo verdadero y los hijos bastardos
365. Judas Iscariote insidia la inocencia de Margziam. Un nuevo discípulo, hermano de leche de Jesús. En Betania, en la
casa de Lázaro, enfermo
366. Anastática entre las discípulas. Las cartas de Antioquía
367. El jueves prepascual. Preparativos en el Getsemaní
368. El jueves prepascual. En Jerusalén y en el Templo
369. El jueves prepascual. Parábola de la lepra de las casas
370. El jueves prepascual. En el convite de los pobres en el palacio de Cusa
371. El jueves prepascual. Por la noche en el palacio de Lázaro
372. El día de la Parasceve. Despertar en el palacio de Lázaro
373. El día de la Parasceve.
En el Templo
374. El día de la Parasceve. Por las calles de Jerusalén y en el barrio de Ofel
375. La cena ritual en casa de Lázaro y el banquete sacrílego en la casa de Samuel
376. Lección sobre la obra salvífica de los santos, y condena al Templo corrompido
377. Parábola del agua y del junco para María de Magdala, que ha elegido la mejor parte
378. La parábola de los pájaros, criticada por unos judíos enemigos que tienden una trampa
379. Una premonición del
apóstol Juan
380. El amor de los apóstoles, de la contemplación a la acción
381. La parábola del administrador infiel y sagaz. Hipocresía de los fariseos y conversión de un esenio
382. Un alto en casa de Nique
383. Discurso sobre la muerte junto al vado del Jordán
384. El anciano Ananías, guardián de la casita de Salomón
385. Parábola de la encrucijada y milagros cerca del pueblo
de Salomón
386. Hacia la orilla occidental
del Jordán
387. En Guilgal. El mendigo Ogla y los escribas tentadores. Los apóstoles comparados con las doce piedras del
prodigio de Josué
388. Exhortación a Judas Iscariote, que irá a Betania
con Simón Zelote.
389. Llegada a Engadí con
diez apóstoles
390. La fe de Abraham de Engadí y la parábola de la semilla
de palma
391. Curación del leproso Eliseo de Engadí
392. La hostilidad de Masada, ciudad-fortaleza
393. En la casa de campo de María de Keriot
394. Parábola de las dos voluntades y despedida de los habitantes de Keriot
395. Las dos madres infelices de Keriot. Adiós a la madre de Judas
396. En Yuttá, con los niños. La mano de Jesús obradora
de curaciones
397. Despedida de los fieles
de Yuttá
398. Palabras de despedida en Hebrón. Los delirios
de Judas Iscariote
399. Palabras de despedida en Betsur. El amor materno de Elisa
400. En Béter, en casa de Juana de Cusa, la cual habla del daño provocado por Judas Iscariote ante Claudia
401. Pedro y Bartolomé en Béter por un grave motivo.
Éxtasis de la escritora
402. Judas Iscariote se siente descubierto durante el discurso de despedida en Béter
403. Una lucha y victoria espiritual de Simón de Jonás
404. En camino hacia Emaús
de la llanura
405. Descanso en un henil y discurso a la entrada de Emaús de la llanura. El pequeño Miguel
406. En Joppe. Palabras inútiles a Judas de Keriot y diálogo sobre el alma con algunos Gentiles
407. En los campos de Nicodemo. La parábola de los dos hijos
408. Multiplicación del trigo en los campos de José de Arimatea
409. El drama familiar del Anciano Juan
410. Provocaciones de Judas Iscariote en el grupo apostólico
411. Una lección extraída de la naturaleza y espigueo milagroso para una viejecita. Cómo ayudar a quien se enmienda
412. Elogio del lirio de los valles, símbolo de María. Pedro se sacrifica por el bien de Judas
413. Llegada a Jerusalén para la fiesta de Pentecostés y disputa con los doctores del Templo
414. Invectiva contra fariseos y doctores en el convite en casa
del Anciano Elquías
415. Un alto en el camino
en Betania
416. Un mendigo samaritano en el camino de Jericó
417. Historia de Zacarías el leproso y conversión
de Zaqueo el publicano
418. Curación del discípulo José, herido en la cabeza y recogido en la casita de Salomón
419. Curaciones en un pueblecito de la Decápolis. Parábola del escultor y de las estatuas
420. Curación de un endemoniado completo. La vocación de la mujer al amor
421. El endemoniado curado, los fariseos y la blasfemia contra
el Espíritu Santo
422. El Iscariote, con sus malos humores, ocasiona la lección sobre los deberes
y los siervos inútiles
423. Partida del Iscariote, que ocasiona la lección sobre
el amor y el perdón
424. Pensamientos de gloria y martirio ante la vista de la costa mediterránea
425. En Cesárea Marítima. Romanos mundanos y parábola de los hijos con destinos distintos
426. Con las romanas en Cesárea Marítima. Profecía en Virgilio.
La joven esclava salvada
427. Bartolomé instruye
a Áurea Gala
428. Parábola de la viña y del viñador, figuras del alma y del libre albedrío
429. Con Judas Iscariote en la llanura de Esdrelón
430. El nido caído y el escriba cruel. La letra y el espíritu
de la Ley
431. Tomás prepara el encuentro de Jesús con los campesinos
de Jocanán
432. Con los campesinos
de Jocanán, cerca de Sefori
433. Llegada a Nazaret. Alabanzas a la Virgen.
Curación de Áurea
434. Trabajos manuales en Nazaret y parábola
de la madera barnizada
435. Comienzo del tercer sábado en Nazaret y llegada de Pedro con otros apóstoles
436. En el huerto de Nazaret, revelado a apóstoles y discípulas el precio de la Redención
437. Coloquio
de Jesús con
su Madre
438. María Santísima con María de Alfeo en Tiberíades, donde Valeria. Encuentro con Judas Iscariote
439. María Santísima enseña a Áurea a hacer la voluntad de Dios
440. Otro sábado en Nazaret. Obstinación de José de Alfeo
441. Partida de Nazaret. Un incendio de brezos durante el viaje viene a ser el tema de una parábola
442. Judas Iscariote en Nazaret en casa de María
443. La muerte del abuelo de Margziam
444. Las dotes de Margziam. Lección sobre la caridad, sobre la salvación, sobre los méritos del Salvador
445. Dos parábolas durante una tormenta en Tiberíades. Llegada de Maria Stma., e impenitencia de Judas Iscariote
446. Llegada a Cafarnaúm en medio de un cálido recibimiento
447. En Cafarnaúm unas palabras de Jesús sobre la misericordia y el perdón no encuentran eco
448. Encuentro de barcas en el lago y parábola sugerida por Simón Pedro
449. El pequeño Alfeo desamado de su madre
450. Milagros en el arrabal cercano a Ippo y curación del leproso Juan
451. Discurso en el arrabal cercano a Ippo sobre los deberes de los cónyuges y de los hijos
452. El ex leproso Juan se hace discípulo. Parábola de los diez monumentos
453. Llegada a Ippo y discurso en pro de los pobres. Curación de un esclavo paralítico
454. María Santísima y su amor perfecto. Conflicto de Judas Iscariote con el pequeño Alfeo
455. La Iglesia es confiada a la maternidad de María. Discurso, al pie de Gamala, en pro
de unos forzados
456. Despedida de Gamala y llegada a Afeq. Advertencia a la viuda Sara y milagro en su casa
457. Discurso en Afeq, tras una disputa entre creyentes y no creyentes. Sara se hace discípula
458. Una curación espiritual en Guerguesa y lección sobre
los dones de Dios
459. El perdón a Samuel de Nazaret y lección sobre
las malas amistades
460. Fariseos en Cafarnaúm con José y Simón de Alfeo. Jesús y su Madre preparados
para el Sacrificio
461. Confabulación en casa de Cusa para elegir a Jesús rey. El griego Zenón y la carta de Síntica con la noticia de la muerte de Juan de Endor
462. Discurso y curaciones en las fuentes termales de Emaús
de Tiberíades
463. En Tariquea. Cusa, a pesar del discurso sobre la naturaleza del reino mesiánico, invita a Jesús a su casa. Conversión de una pecadora
464. En la casa de campo de Cusa, intento de elegir rey a Jesús. El testimonio
del Predilecto
465. En Betsaida para un encargo secreto a Porfiria. Apresurada partida de Cafarnaún
466. Un alto en la casa de los ancianos cónyuges Judas y Ana
467. Parábola de la distribución de las aguas. Perdón condicionado para el campesino Jacob. Advertencias a los apóstoles camino de Corazín
468. Un episodio de enmendamiento de Judas Iscariote, y otros que
ilustran su figura
469. Despidiéndose de los pocos fieles de Corazín
470. Lección a una suegra sobre los deberes del matrimonio
471. Encuentro con el levita José, llamado Bernabé, y lección
sobre Dios-Amor
472. Solicitud insidiosa de un juicio acerca de un hecho ocurrido en Yiscala
473. Curación de un niño ciego de Sidón y una lección
para las familias
474. Una visión que se pierde en un arrobo de amor
475. Abel de Belén de Galilea pide el perdón para sus enemigos
476. Lección sobre el cuidado de las almas y perdón a los dos pecadores castigados con la lepra
477. Coloquio de Jesús con su Madre en el bosque de Matatías. Los sufrimientos morales
de Jesús y María
478. Coloquio de Jesús con José y Simón de Alfeo, que van a la fiesta de los Tabernáculos
479. Con Juan al pie de la torre de Yizreel en espera de los campesinos de Jocanán
480. Parten de Yizreel tras la visita nocturna de los campesinos de Jocanán
481. Llegada a Enganním. Maquinaciones de Judas Iscariote para impedir una trama
de los fariseos
482. En camino con un pastor samaritano que ve
premiada su fe
483. Polémica de los apóstoles sobre el odio de los judíos. Los diez leprosos curados en Samaria
484. Alto obligado en las cercanías de Efraím y parábola de la granada
485. Jesús llega con los apóstoles a Betania, donde ya están algunos discípulos con Margziam
486. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Reino
487. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Cristo
488. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Partida secreta hacia Nob después
de la oración
489. En Nob. Parábola del rey no comprendido por sus súbditos. Jesús calma el viento
490. En el campo de los Galileos con los primos apóstoles y encuentro con el levita Zacarías
491. TEn el Templo el último día de la fiesta de los Tabernáculos. Sermón sobre el Agua viva
492. En Betania se evoca la memoria de Juan de Endor
493. Jesús habla cabe la fuente de En Royel, lugar en que hicieron un alto los tres Sabios
494. La mujer adúltera y la hipocresía de sus acusadores
495. Jesús instruye acerca del perdón de los pecadores, y se despide de sus discípulos en el camino de Betania
496. Un alto en la casita de Salomón. Improvisa turbación
de Judas Iscariote.
497. Simón Pedro atraviesa una hora de abatimiento
498. Exhortación a Judas Tadeo y a Santiago de Zebedeo después de una discusión
con Judas Iscariote
499. Fuga de Esebón y encuentro con un mercader de Petra
500. Reflexiones de Bartolomé y Juan después de un retiro
en el monte Nebo
501. Parábola de los hijos lejanos. Curación de dos hijos ciegos del hombre de Petra
502. Otro abatimiento en Pedro. Lección sobre las posesiones (divinas y diabólicas)
503. Los apóstoles indagan acerca del Traidor. Un saduceo y la infeliz mujer de un nigromante. Saber distinguir lo sobrenatural de lo oculto
504. Margziam preparado para la separación. Regreso a la aldea de Salomón y muerte de Ananías
505. En el Templo, una gracia obtenida con la oración incesante y la parábola del juez y la viuda
506. En el Templo, oposición al discurso que revela que Jesús
es la Luz del mundo
507. El gran debate con los judíos. Huyen del Templo con la ayuda del levita Zacarías
508. Juan será la luz de Cristo hasta el final de los tiempos. El pequeño Marcial-Manasés acogido por José de Seforí
509. El anciano sacerdote Matán acogido con los apóstoles y discípulos que han huido
del Templo
510. La curación de un ciego
de nacimiento
511. En la casa de Juan de Nob, otra alabanza a la Corredentora. Embustes de Judas Iscariote
512. Profecía ante un pueblo destruido
513. En Emaús Montana, una parábola sobre la verdadera sabiduría y una advertencia
a Israel
514. Consejos sobre la santidad a un joven indeciso. Reprensión a los habitantes de Bet-Jorón después de la curación de un romano y una judía
515. Las razones del dolor salvífico de Jesús. Elogio de la obediencia y lección sobre
la humildad
516. En Gabaón, milagro del mudito y elogio de la sabiduría como amor a Dios
517. Hacia Nob. Judas Iscariote, tras un momento polémico, reconoce su error
518. En Jerusalén, encuentro con el ciego curado y palabras que revelan a Jesús como
buen Pastor
519. Inexplicable ausencia de Judas Iscariote y alto en Betania, en casa de Lázaro
520. Conversaciones en torno a Judas Iscariote, ausente. Llegada a Tecua con el anciano Elí-Ana
521. En Tecua, Jesús se despide de los habitantes del lugar y del anciano Elí-Ana
522. Llegada a Jericó. El amor terreno de la muchedumbre y el amor sobrenatural del
convertido Zaqueo
523. En Jericó. La petición a Jesús de que juzgue a una mujer. La parábola del fariseo y el publicano tras una comparación entre pecadores y enfermos
524. En Jericó. En casa de Zaqueo con los pecadores convertidos
525. El juicio sobre Sabea
de Betlequí
526. T526 Curaciones cerca del vado de Betabara y discurso en recuerdo de Juan el Bautista
527. Desconocimiento y tentaciones en la naturaleza humana de Cristo
528. En Nob. Consuelo materno de Elisa y regreso inquietante de Judas Iscariote
529. Enseñanzas a los apóstoles mientras realizan trabajos manuales en casa de Juan de Nob
530. Otra noche de pecado de Judas Iscariote
531. En Nob, enfermos y peregrinos venidos de todas partes. Valeria y el divorcio. Curación del pequeño Leví
532. Preparativos para las Encenias. Una prostituta enviada a tentar a Jesús, que deja Nob
533. Hacia Jerusalén con
Judas Iscariote
534. Enseñanzas y curaciones en la sinagoga de los libertos romanos. Un encargo
para los gentiles
535. Judas Iscariote llamado
a informar a casa de Caifás
536. Curación de siete leprosos y llegada a Betania con los apóstoles ya reunidos. Marta y María preparadas por Jesús
a la muerte de Lázaro
537. En el Templo en la fiesta de la Dedicación, Jesús se manifiesta a los judíos, que intentan apedrearle
538. Jesús, orante en la gruta de la Natividad, contemplado por los discípulos ex pastores
539. Juan de Zebedeo se acusa de culpas inexistentes
540. La Madre confiada a Juan. Encuentro con Manahén y lección sobre el amor a los animales. Conclusión del tercer año
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377- Parábola del agua y del junco para
María de Magdala, que ha elegido la mejor parte
Comprendo inmediatamente que la figura de la Magdalena ocupa todavía el lugar central, porque lo primero que veo es a ella, vestida con una sencilla túnica de un rosa lila semejante a la flor de la malva. Ningún adorno precioso, los cabellos simplemente recogidos en trenzas sobre la nuca.
Parece más joven que cuando era una obra maestra de tocador.
No tiene ya los ojos altaneros de cuando era la "pecadora", ni la mirada humillada de cuando escuchaba la parábola de la oveja, avergonzada y brillante de llanto de cuando estaba en la sala del fariseo... Ahora tiene una mirada serena, límpida otra vez como la de un niño, y una sonrisa pacífica resplandece en sus ojos.
Está apoyada en un árbol, cerca del linde de la propiedad de Betania, y mira hacia la calle. Espera. Luego lanza un grito de alegría. Se vuelve hacia la casa y grita fuerte, para ser oída, grita con su espléndida voz pastosa y pasional, inconfundible:
-¡Está llegando!... ¡Marta, era como nos habían dicho! ¡El Rabí está aquí! -y corre a abrir la pesada cancilla. No les da a los domésticos el tiempo de hacerlo y sale a la calle con los brazos abiertos, como hace un niño hacia su mamá, y con un grito de amorosa alegría:
-¡Rabbuní mío! -(yo escribo "Rabbuní" porque veo que el Evangelio dice eso. Pero todas las veces que he oído a la Magdalena llamarlo me ha parecido como si dijera "Rabbumí", con la eme y no con la ene), y se postra a los pies e Jesús y se los besa entre el polvo de la calle.
-Paz a ti. María. Vengo a descansar bajo tu techo.
-¡Maestro mío! -repite María levantando la cara con una expresión de reverencia, y de amor que dice muchas cosas... Es gratitud, bendición, alegría, invitación a entrar, y júbilo por el hecho de que entre...
Jesús le ha puesto la mano sobre la cabeza y parece como si la absolviera una vez más.
María se levanta y, al lado de Jesús, vuelve a entrar en el recinto de la propiedad. Entretanto han acudido ya los domésticos y Marta: éstos, con ánforas y copas; Marta sólo con su amor, pero es mucho.
Los apóstoles, sudorosos, beben las frescas bebidas que los criados vierten. Hubieran querido ofrecérselo primero a Jesús, pero Marta se les ha adelantado: ha tomado una copa llena de leche y se la ha ofrecido a Jesús; debe saber que le gusta mucho.
Una vez que los discípulos han apagado su sed, Jesús les dice:
-Id a advertir a los fieles. Por la noche hablaré para ellos.
Los apóstoles, dejado apenas el jardín, se diseminan en distintas direcciones.
Jesús se adentra en él entre Marta y María.
-Ven, Maestro -dice Marta -Mientras llega Lázaro, descansa y repón fuerzas.
Están poniendo pie en una fresca habitación que da al pórtico umbroso, cuando regresa María, que se había alejado a paso rápido. Vuelve con un ánfora de agua, seguida por uno de los domésticos, que trae una jofaina.
Pero es María la que quiere lavar los pies a Jesús. Desata sus sandalias polvorientas y se las da al criado para que las traiga limpias, junto con el manto (también se lo ha dado para que le sacuda el abundante polvo). Luego sumerge los pies en el agua, que está un poco rosada por algún aroma que contiene, los seca, los besa. Luego cambia el agua y ofrece agua limpia a Jesús para las manos. Y, mientras espera a que el criado vuelva con las sandalias, acoclada a los pies de Jesús, se los acaricia, y, antes de meterle las sandalias, se los besa una vez más diciendo:
-¡Santos pies que tanto habéis andado para buscarme!
Marta, con un amor más práctico, va a lo humanamente positivo: pregunta:
-Maestro, ¿además de tus discípulos, quién va a venir?
Y Jesús:
-No lo sé con exactitud todavía. Pero puedes preparar para otros cinco además de los apóstoles.
Marta se marcha.
Jesús sale al fresco del jardín umbroso. Lleva simplemente su túnica azul marina. El manto, cuidadosamente plegado por María, queda encima de un arquibanco de la habitación.
María sale al lado de Jesús.
Caminan por paseos bien cuidados, entre parterres floridos, hasta el estanque de los peces, que parece un espejo caído entre el verde. Sólo el zigzagueo argénteo de algún pez y la menudísima lluvia del finísimo surtidor alto y central rompe apenas, acá o allá, el agua límpida. Junto al amplio estanque, que parece un pequeño lago, hay unos lugares para sentarse; de él salen pequeños canales de riego Más exactamente: creo que uno es el que alimenta el estanque y los otros, más pequeños, son los de desagüe y se utilizan para el riego.
Jesús se sienta en un asiento que está colocado justo contra el borde del estanque. María se sienta a los pies de Jesús, en la hierba verde y bien cuidada. En un primer momento no hablan. Jesús, visiblemente, goza del silencio y del descanso en el fresco del jardín. María se deleita en mirarlo.
Jesús juega con el agua cristalina del estanque. Sumerge en ella sus dedos, la peina separándola en pequeñas estelas, y luego deja que toda la mano se sumerja en ese frescor puro.
-¡Qué bonita es esta agua límpida! -dice.
Y María:
-¿Tanto te gusta, Maestro?
-Sí, María. Porque es cristalina. Mira, no tiene ni un vestigio de barro. Hay agua, pero es tan pura que parece que no hay nada, casi como si no fuera un elemento, sino espíritu. Podemos leer en el fondo las palabras que se dicen los pececillos...
-Como se lee en el fondo de las almas puras. ¿No es verdad, Maestro? -y María suspira con una celada nostalgia.
Jesús oye el suspiro cortado, lee la nostalgia celada con una sonrisa, y medica inmediatamente la pena de María.
-¿Dónde tenemos las almas puras, María? Es más fácil que un monte ande que no que una criatura sepa mantenerse pura con las tres purezas. Demasiadas cosas se mueven y fermentan en torno a un adulto. Y no siempre se puede impedir que entren dentro. Sólo los niños tienen el alma angélica, preservada por su inocencia de las cogniciones que pueden transformarse en fango. Por esto los amo tanto.
Veo en ellos un reflejo de la Pureza infinita. Son los únicos que llevan consigo este recuerdo de los Cielos.
Mi Madre es la Mujer de alma de niño. Más aún, es la Mujer de alma de ángel. Cual era Eva cuando salió de las manos del Padre. ¿Te imaginas, María, qué sería la primera azucena florecida en el jardín terrenal? También son muy bonitas estas que hacen de guía a esta agua.
¡Pero la primera que salió de las manos del Creador!...
¡Ah!, ¿era flor o diamante?, ¿eran pétalos o láminas de plata purísima? Pues bien, mi Madre es más pura que esa primera azucena que perfumó el viento. Y su perfume de Virgen intacta llena Cielo y Tierra, y tras él irán los buenos por los siglos de los siglos. El Paraíso es luz, perfume y armonía. Pero si en él no se deleitara el Padre en contemplar a la Toda Hermosa que hace de la Tierra un paraíso, y si el Paraíso no tuviere en el futuro a la Azucena viva en cuyo seno están los tres pistilos de fuego de la Divina Trinidad, quedarían disminuidos en la mitad la luz, el perfume y la armonía, la alegría del Paraíso.
La pureza de la Madre será la gema del Paraíso.
(El Paraíso es luz... Todos los elementos del discurso, considerados en su contexto, no pueden llevar sino a la siguiente interpretación: El Paraíso sin la Virgen estaría disminuido a su mitad, no en la bienaventuranza (que consiste en la posesión y contemplación de Dios, y, en cuanto tal, es inalterable), sino en la preciosidad del pueblo de los bienaventurados, que son como gemas que, todas juntas, valen lo que la gema por excelencia: a Virgen Stma.)
¡Pero el Paraíso es inconmensurable! ¿Qué diríais de un rey que tuviera sólo una gema en su tesoro?, ¿aunque fuera la Gema por excelencia? Cuando Yo abra las puertas del Reino de los Cielos... no suspires, María: para esto he venido -muchas almas de justos y de niños entrarán, estela de candor, detrás de la púrpura del Redentor. Pero serán todavía pocas gemas para poblar los Cielos, pocos para formar los ciudadanos de la Jerusalén eterna.
Y después... cuando los hombres conozcan la Doctrina de verdad y santificación, cuando mi Muerte haya dado de nuevo la Gracia a los hombres, ¿cómo podrían los adultos conquistar los Cielos, si la pobre vida humana es continuo lodo que contamina? ¿Será entonces sólo de los niños el Paraíso? ¡No!, ¡no! Es necesario saber hacerse niños, pero el Reino se abre también para los adultos. Como niños...
Esta es la pureza.
¿Ves esta agua? Parece muy limpia. Pero, observa: basta con que Yo, con un junco, remueva el fondo, para que se vuelva turbia. Afloran detritos, y lodo. Su cristal se pone amarillento y ninguno bebería de ella. Pero si quito el, junco, vuelve la paz, y el agua, poco a poco, vuelve a ser cristalina y bonita. El junco: el pecado. Así sucede con las almas. El arrepentimiento, créeme, es lo que depura...
Llega improvisamente Marta, apurada:
-¿Estás todavía aquí, María? ¡Y yo agobiada!... Pasa el tiempo. Los invitados vendrán pronto y hay muchas cosas que hacer. Las criadas están con el pan, los domésticos desollando y cociendo las carnes, yo estoy con la vajilla, las mesas y las bebidas. Pero todavía hay que coger la fruta y preparar el agua de menta y miel...
María medio escucha las quejas de su hermana. Con una sonrisa dichosa sigue mirando a Jesús, sin cambiar de posición.
Marta invoca la ayuda de Jesús:
-Maestro, mira cómo sudo. ¿Te parece justo que trajine yo sola? Dile que me ayude. Marta está verdaderamente inquieta.
Jesús la mira con una sonrisa mitad dulce mitad un poco irónica, mejor: un poco de broma.
Marta se inquieta un poco más:
-Lo digo de verdad, Maestro. Mira cómo está ociosa mientras yo trabajo. Y está aquí y ve...
Jesús se pone más serio:
-No es ocio, Marta. Es amor. El ocio era antes. Y tú lloraste mucho por aquel ocio indigno. Tu llanto puso más alas a mi marcha para salvarla para mí y devolverla a tu honesto afecto. ¿Vas a querer impedirle amar a su Salvador? ¿Preferirías, entonces, verla lejos de aquí para no verte trabajar, pero lejos también de mí?
¡Marta, Marta! ¿Tendré que decirte, entonces, que ésta (Jesús le pone una mano en la cabeza), venida de tan lejos, te ha superado en el amor? ¿Debo decirte, entonces, que ésta, que no conocía ni una palabra de bien, es ahora docta en la ciencia del amor? ¡Déjala en su paz! ¡Ha estado muy enferma! Ahora es una convaleciente que se cura bebiendo las bebidas que la fortalecen.
Ha vivido muy atormentada... Ahora que se ha liberado de la pesadilla, mira alrededor de sí y hacia dentro de sí, y se descubre nueva y descubre un mundo nuevo. Déjala que se refuerce con ello. Con esta "novedad" suya debe olvidar el pasado, y conquistarse la eternidad... que no será conquistada únicamente con el trabajo, sino también con la adoración. El que dé un pan a un apóstol o a un profeta recibirá recompensa. Sí.
Pero doble recompensa recibirá el que, por amarme, se olvide incluso de comer, porque más grande que la carne habrá tenido el espíritu, que habrá oído voces más fuertes que las de las necesidades -incluso lícitas -humanas.
Tú te preocupas de demasiadas cosas, Marta; ella, de una sola. Pero es la que es suficiente para su espíritu y sobre todo, para su Señor y el tuyo. Deja pasar las cosas inútiles. Imita a tu hermana. María ha escogido la parte mejor, la que no le será arrebatada jamás.
Cuando todas las virtudes queden atrás, al no serles ya necesarias a los ciudadanos del Reino, quedará sólo la caridad, La caridad permanecerá siempre. Ella sola. Soberana. Ella, María, ha escogido la caridad, la ha tomado por escudo y bordón, y con ella, como impulsada por alas de ángel, vendrá a mi Cielo.
Marta agacha su cara avergonzada y se marcha.
-Mi hermana te quiere mucho y se preocupa por darte honor... -dice María para disculparla.
-Lo sé. Y será recompensada por ello. Pero necesita ser depurada de su modo de pensar humano, como se ha limpiado esta agua. ¡Mira cómo se ha aclarado otra vez mientras hablábamos! Marta se depurará por las palabras que le he dicho. Tú... tú por la sinceridad de tu arrepentimiento...
-No. Por tu perdón, Maestro. No bastaba mi arrepentimiento para lavar mi gran pecado...
-Bastaba y bastará a las hermanas tuyas que te imiten; a todos los pobres enfermos del espíritu. El arrepentimiento sincero es filtro que depura; y el amor es sustancia que preserva de todo nuevo emponzoñamiento. Por eso aquellos a quienes la vida hace adultos y pecadores podrán volver a ser inocentes como niños, y entrar como ellos en mi Reino.
Vamos ahora a la casa. Que Marta no esté demasiado en su dolor. Vamos a llevarle nuestra sonrisa de Amigo y hermana.
Dice Jesús:
-No hace falta hacer un comentario. La parábola del agua es comentario de la operación del arrepentimiento en los corazones.
Así tienes completo el ciclo de la Magdalena. De la muerte a la Vida. Es la más grande de las resucitadas de mi Evangelio. Resucitó de siete muertes. Nació de nuevo. Ya has visto cómo, cual planta que da flores, ha alzado del lodo el tallo de su nueva flor, cada vez más alto; y luego la has visto florecer para mí, esparcir fragancia para mí, morir para mí. La has visto pecadora, luego mujer sedienta que se acercaba a la Fuente, luego arrepentida, luego perdonada, luego amante, luego piadosa ante el Cuerpo despojado de vida de su Señor, luego sirviendo a mi Madre, amada por ser Madre mía; en fin, penitente ante el umbral de su Paraíso.
Almas que teméis, aprended a no tener miedo de mí leyendo la vida de María de Magdala. Almas que amáis, aprended de ella a amar con seráfico ardor. Almas que habéis cometido errores, aprended de ella la ciencia que prepara para el Cielo.
Os bendigo a todos para ayudaros a subir. Ve en paz.
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