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EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO
Autor: María Valtorta
« PARTE 4 de 7 »
TERCER AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS
Partes:
[ 1 ]
[ 2 ]
[ 3 ]
[ 4 ]
[ 5 ]
[ 6 ]
[ 7 ]
313. Preparativos para salir de Nazaret, después de la visita de Simón de Alfeo con su familia. Durante el tercer año,
Jesús será el Justo
314. La cena en la casa de Nazaret. La dolorosa partida
315. El viaje hacia Yiftael y las reflexiones de Juan de Endor
316. Jesús se despide de Juan
de Endor y de Síntica
317. La oración de Jesús por la salvación de Judas Iscariote
318. En barca de Tolemaida
a Tiro
319. Partida de Tiro en la nave del cretense Nicomedes
320. Prodigios en la nave en medio de una tempestad
321. Arribo a Seleucia.
Se despiden de Nicomedes
322. Partida de Seleucia en un carro y llegada a Antioquía
323. La visita a Antigonio
324. Las pláticas de los ocho apóstoles antes de dejar Antioquía. El adiós a Juan de Endor y a Síntica
325. Los ocho apóstoles se reúnen
con Jesús
cerca de Akcib
326. Un alto en Akcib
327. En los confines de Fenicia. Palabras de Jesús sobre la igualdad de los pueblos.
Parábola de la levadura
328. En Alejandrocena donde los hermanos de Hermiona
329. En el mercado de Alejandrocena. La parábola
de los obreros de la viña
330. Santiago y Juan "hijos del trueno". Hacia Akcib
con el pastor Anás
331. La fe de la mujer cananea y otras conquistas. Llegada a Akcib
332. La sufrida separación de Bartolomé, que con Felipe
vuelve a unirse al Maestro
333. Con los diez apóstoles
hacia Sicaminón
334. También Tomas y Judas Iscariote se unen de nuevo al grupo apostólico
335. La falsa amistad de Ismael ben Fabí, y el hidrópico
curado en sábado
336. En Nazaret con cuatro apóstoles. El amor de Tomás
por María Santísima
337. El sábado en Corazín. Parábola sobre los corazones imposibles de labrar. Curación
de una mujer encorvada
338. Judas Iscariote pierde el poder de milagros.
La parábola del cultivador
339. La noche pecaminosa
de Judas Iscariote
340. El enmendamiento de Judas Iscariote y el choque con los rabíes junto al sepulcro de Hil.lel
341. La mano herida de Jesús. Curación de un sordomudo en los confines sirofenicios
342. En Quedes. Los fariseos piden un signo.
La profecía de Habacuc
343. La levadura de los fariseos. El Hijo del hombre.
El primado a Simón Pedro
344. Encuentro con los discípulos en Cesárea de Filipo y explicación de la sedal de Jonás
345. Milagro en el castillo
de Cesárea Paneas
346. Primer anuncio de la Pasión y reprensión a Simón Pedro
347. En Betsaida. Profecía sobre el martirio de los Apóstoles y curación de un ciego
348. Manahén da algunas noticias acerca de Herodes Antipas, y desde Cafarnaúm va con Jesús a Nazaret. Revelación de las transfiguraciones
de la Virgen
349. La Transfiguración en el monte Tabor y el epiléptico curado al pie del monte. Un comentario para los predilectos
350. Lección a los discípulos sobre el poder de vencer
a los demonios
351. El tributo al Templo pagado con la moneda hallada
en la boca del pez
352. Un convertido de María de Magdala. Parábola para el pequeño Benjamín y lección sobre quién es grande
en el reino de los Cielos
353. La segunda multiplicación de los panes y el milagro de la multiplicación de la Palabra
354. Jesús habla sobre el Pan del Cielo en la sinagoga
de Cafarnaúm
355. El nuevo discípulo Nicolái de Antioquía y el segundo anuncio de la Pasión
356. Hacia Gadara. Las herejías de Judas Iscariote y las renuncias de Juan,
que quiere sólo amar
357. Juan y las culpas de Judas Iscariote. Los fariseos y la cuestión del divorcio
358. En Pel.la. El jovencito Yaia y la madre de Marcos de Josías
359. En la cabaña de Matías cerca de Yabés Galaad
360. El malhumor de los apóstoles y el descanso en una gruta. El encuentro
con Rosa de Jericó
361. Los dos injertos que transformarán a los apóstoles. María de Magdala advierte a Jesús de un peligro. Milagro ante la riada del Jordán
362. La misión de las "voces" en la Iglesia futura. El encuentro con la Madre y las discípulas
363. En Rama, en casa de la hermana de Tomás. Jesús habla sobre la salvación.
Apóstrofe a Jerusalén
364. En el Templo. Oración universal y parábola del hijo verdadero y los hijos bastardos
365. Judas Iscariote insidia la inocencia de Margziam. Un nuevo discípulo, hermano de leche de Jesús. En Betania, en la
casa de Lázaro, enfermo
366. Anastática entre las discípulas. Las cartas de Antioquía
367. El jueves prepascual. Preparativos en el Getsemaní
368. El jueves prepascual. En Jerusalén y en el Templo
369. El jueves prepascual. Parábola de la lepra de las casas
370. El jueves prepascual. En el convite de los pobres en el palacio de Cusa
371. El jueves prepascual. Por la noche en el palacio de Lázaro
372. El día de la Parasceve. Despertar en el palacio de Lázaro
373. El día de la Parasceve.
En el Templo
374. El día de la Parasceve. Por las calles de Jerusalén y en el barrio de Ofel
375. La cena ritual en casa de Lázaro y el banquete sacrílego en la casa de Samuel
376. Lección sobre la obra salvífica de los santos, y condena al Templo corrompido
377. Parábola del agua y del junco para María de Magdala, que ha elegido la mejor parte
378. La parábola de los pájaros, criticada por unos judíos enemigos que tienden una trampa
379. Una premonición del
apóstol Juan
380. El amor de los apóstoles, de la contemplación a la acción
381. La parábola del administrador infiel y sagaz. Hipocresía de los fariseos y conversión de un esenio
382. Un alto en casa de Nique
383. Discurso sobre la muerte junto al vado del Jordán
384. El anciano Ananías, guardián de la casita de Salomón
385. Parábola de la encrucijada y milagros cerca del pueblo
de Salomón
386. Hacia la orilla occidental
del Jordán
387. En Guilgal. El mendigo Ogla y los escribas tentadores. Los apóstoles comparados con las doce piedras del
prodigio de Josué
388. Exhortación a Judas Iscariote, que irá a Betania
con Simón Zelote.
389. Llegada a Engadí con
diez apóstoles
390. La fe de Abraham de Engadí y la parábola de la semilla
de palma
391. Curación del leproso Eliseo de Engadí
392. La hostilidad de Masada, ciudad-fortaleza
393. En la casa de campo de María de Keriot
394. Parábola de las dos voluntades y despedida de los habitantes de Keriot
395. Las dos madres infelices de Keriot. Adiós a la madre de Judas
396. En Yuttá, con los niños. La mano de Jesús obradora
de curaciones
397. Despedida de los fieles
de Yuttá
398. Palabras de despedida en Hebrón. Los delirios
de Judas Iscariote
399. Palabras de despedida en Betsur. El amor materno de Elisa
400. En Béter, en casa de Juana de Cusa, la cual habla del daño provocado por Judas Iscariote ante Claudia
401. Pedro y Bartolomé en Béter por un grave motivo.
Éxtasis de la escritora
402. Judas Iscariote se siente descubierto durante el discurso de despedida en Béter
403. Una lucha y victoria espiritual de Simón de Jonás
404. En camino hacia Emaús
de la llanura
405. Descanso en un henil y discurso a la entrada de Emaús de la llanura. El pequeño Miguel
406. En Joppe. Palabras inútiles a Judas de Keriot y diálogo sobre el alma con algunos Gentiles
407. En los campos de Nicodemo. La parábola de los dos hijos
408. Multiplicación del trigo en los campos de José de Arimatea
409. El drama familiar del Anciano Juan
410. Provocaciones de Judas Iscariote en el grupo apostólico
411. Una lección extraída de la naturaleza y espigueo milagroso para una viejecita. Cómo ayudar a quien se enmienda
412. Elogio del lirio de los valles, símbolo de María. Pedro se sacrifica por el bien de Judas
413. Llegada a Jerusalén para la fiesta de Pentecostés y disputa con los doctores del Templo
414. Invectiva contra fariseos y doctores en el convite en casa
del Anciano Elquías
415. Un alto en el camino
en Betania
416. Un mendigo samaritano en el camino de Jericó
417. Historia de Zacarías el leproso y conversión
de Zaqueo el publicano
418. Curación del discípulo José, herido en la cabeza y recogido en la casita de Salomón
419. Curaciones en un pueblecito de la Decápolis. Parábola del escultor y de las estatuas
420. Curación de un endemoniado completo. La vocación de la mujer al amor
421. El endemoniado curado, los fariseos y la blasfemia contra
el Espíritu Santo
422. El Iscariote, con sus malos humores, ocasiona la lección sobre los deberes
y los siervos inútiles
423. Partida del Iscariote, que ocasiona la lección sobre
el amor y el perdón
424. Pensamientos de gloria y martirio ante la vista de la costa mediterránea
425. En Cesárea Marítima. Romanos mundanos y parábola de los hijos con destinos distintos
426. Con las romanas en Cesárea Marítima. Profecía en Virgilio.
La joven esclava salvada
427. Bartolomé instruye
a Áurea Gala
428. Parábola de la viña y del viñador, figuras del alma y del libre albedrío
429. Con Judas Iscariote en la llanura de Esdrelón
430. El nido caído y el escriba cruel. La letra y el espíritu
de la Ley
431. Tomás prepara el encuentro de Jesús con los campesinos
de Jocanán
432. Con los campesinos
de Jocanán, cerca de Sefori
433. Llegada a Nazaret. Alabanzas a la Virgen.
Curación de Áurea
434. Trabajos manuales en Nazaret y parábola
de la madera barnizada
435. Comienzo del tercer sábado en Nazaret y llegada de Pedro con otros apóstoles
436. En el huerto de Nazaret, revelado a apóstoles y discípulas el precio de la Redención
437. Coloquio
de Jesús con
su Madre
438. María Santísima con María de Alfeo en Tiberíades, donde Valeria. Encuentro con Judas Iscariote
439. María Santísima enseña a Áurea a hacer la voluntad de Dios
440. Otro sábado en Nazaret. Obstinación de José de Alfeo
441. Partida de Nazaret. Un incendio de brezos durante el viaje viene a ser el tema de una parábola
442. Judas Iscariote en Nazaret en casa de María
443. La muerte del abuelo de Margziam
444. Las dotes de Margziam. Lección sobre la caridad, sobre la salvación, sobre los méritos del Salvador
445. Dos parábolas durante una tormenta en Tiberíades. Llegada de Maria Stma., e impenitencia de Judas Iscariote
446. Llegada a Cafarnaúm en medio de un cálido recibimiento
447. En Cafarnaúm unas palabras de Jesús sobre la misericordia y el perdón no encuentran eco
448. Encuentro de barcas en el lago y parábola sugerida por Simón Pedro
449. El pequeño Alfeo desamado de su madre
450. Milagros en el arrabal cercano a Ippo y curación del leproso Juan
451. Discurso en el arrabal cercano a Ippo sobre los deberes de los cónyuges y de los hijos
452. El ex leproso Juan se hace discípulo. Parábola de los diez monumentos
453. Llegada a Ippo y discurso en pro de los pobres. Curación de un esclavo paralítico
454. María Santísima y su amor perfecto. Conflicto de Judas Iscariote con el pequeño Alfeo
455. La Iglesia es confiada a la maternidad de María. Discurso, al pie de Gamala, en pro
de unos forzados
456. Despedida de Gamala y llegada a Afeq. Advertencia a la viuda Sara y milagro en su casa
457. Discurso en Afeq, tras una disputa entre creyentes y no creyentes. Sara se hace discípula
458. Una curación espiritual en Guerguesa y lección sobre
los dones de Dios
459. El perdón a Samuel de Nazaret y lección sobre
las malas amistades
460. Fariseos en Cafarnaúm con José y Simón de Alfeo. Jesús y su Madre preparados
para el Sacrificio
461. Confabulación en casa de Cusa para elegir a Jesús rey. El griego Zenón y la carta de Síntica con la noticia de la muerte de Juan de Endor
462. Discurso y curaciones en las fuentes termales de Emaús
de Tiberíades
463. En Tariquea. Cusa, a pesar del discurso sobre la naturaleza del reino mesiánico, invita a Jesús a su casa. Conversión de una pecadora
464. En la casa de campo de Cusa, intento de elegir rey a Jesús. El testimonio
del Predilecto
465. En Betsaida para un encargo secreto a Porfiria. Apresurada partida de Cafarnaún
466. Un alto en la casa de los ancianos cónyuges Judas y Ana
467. Parábola de la distribución de las aguas. Perdón condicionado para el campesino Jacob. Advertencias a los apóstoles camino de Corazín
468. Un episodio de enmendamiento de Judas Iscariote, y otros que
ilustran su figura
469. Despidiéndose de los pocos fieles de Corazín
470. Lección a una suegra sobre los deberes del matrimonio
471. Encuentro con el levita José, llamado Bernabé, y lección
sobre Dios-Amor
472. Solicitud insidiosa de un juicio acerca de un hecho ocurrido en Yiscala
473. Curación de un niño ciego de Sidón y una lección
para las familias
474. Una visión que se pierde en un arrobo de amor
475. Abel de Belén de Galilea pide el perdón para sus enemigos
476. Lección sobre el cuidado de las almas y perdón a los dos pecadores castigados con la lepra
477. Coloquio de Jesús con su Madre en el bosque de Matatías. Los sufrimientos morales
de Jesús y María
478. Coloquio de Jesús con José y Simón de Alfeo, que van a la fiesta de los Tabernáculos
479. Con Juan al pie de la torre de Yizreel en espera de los campesinos de Jocanán
480. Parten de Yizreel tras la visita nocturna de los campesinos de Jocanán
481. Llegada a Enganním. Maquinaciones de Judas Iscariote para impedir una trama
de los fariseos
482. En camino con un pastor samaritano que ve
premiada su fe
483. Polémica de los apóstoles sobre el odio de los judíos. Los diez leprosos curados en Samaria
484. Alto obligado en las cercanías de Efraím y parábola de la granada
485. Jesús llega con los apóstoles a Betania, donde ya están algunos discípulos con Margziam
486. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Reino
487. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Cristo
488. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Partida secreta hacia Nob después
de la oración
489. En Nob. Parábola del rey no comprendido por sus súbditos. Jesús calma el viento
490. En el campo de los Galileos con los primos apóstoles y encuentro con el levita Zacarías
491. TEn el Templo el último día de la fiesta de los Tabernáculos. Sermón sobre el Agua viva
492. En Betania se evoca la memoria de Juan de Endor
493. Jesús habla cabe la fuente de En Royel, lugar en que hicieron un alto los tres Sabios
494. La mujer adúltera y la hipocresía de sus acusadores
495. Jesús instruye acerca del perdón de los pecadores, y se despide de sus discípulos en el camino de Betania
496. Un alto en la casita de Salomón. Improvisa turbación
de Judas Iscariote.
497. Simón Pedro atraviesa una hora de abatimiento
498. Exhortación a Judas Tadeo y a Santiago de Zebedeo después de una discusión
con Judas Iscariote
499. Fuga de Esebón y encuentro con un mercader de Petra
500. Reflexiones de Bartolomé y Juan después de un retiro
en el monte Nebo
501. Parábola de los hijos lejanos. Curación de dos hijos ciegos del hombre de Petra
502. Otro abatimiento en Pedro. Lección sobre las posesiones (divinas y diabólicas)
503. Los apóstoles indagan acerca del Traidor. Un saduceo y la infeliz mujer de un nigromante. Saber distinguir lo sobrenatural de lo oculto
504. Margziam preparado para la separación. Regreso a la aldea de Salomón y muerte de Ananías
505. En el Templo, una gracia obtenida con la oración incesante y la parábola del juez y la viuda
506. En el Templo, oposición al discurso que revela que Jesús
es la Luz del mundo
507. El gran debate con los judíos. Huyen del Templo con la ayuda del levita Zacarías
508. Juan será la luz de Cristo hasta el final de los tiempos. El pequeño Marcial-Manasés acogido por José de Seforí
509. El anciano sacerdote Matán acogido con los apóstoles y discípulos que han huido
del Templo
510. La curación de un ciego
de nacimiento
511. En la casa de Juan de Nob, otra alabanza a la Corredentora. Embustes de Judas Iscariote
512. Profecía ante un pueblo destruido
513. En Emaús Montana, una parábola sobre la verdadera sabiduría y una advertencia
a Israel
514. Consejos sobre la santidad a un joven indeciso. Reprensión a los habitantes de Bet-Jorón después de la curación de un romano y una judía
515. Las razones del dolor salvífico de Jesús. Elogio de la obediencia y lección sobre
la humildad
516. En Gabaón, milagro del mudito y elogio de la sabiduría como amor a Dios
517. Hacia Nob. Judas Iscariote, tras un momento polémico, reconoce su error
518. En Jerusalén, encuentro con el ciego curado y palabras que revelan a Jesús como
buen Pastor
519. Inexplicable ausencia de Judas Iscariote y alto en Betania, en casa de Lázaro
520. Conversaciones en torno a Judas Iscariote, ausente. Llegada a Tecua con el anciano Elí-Ana
521. En Tecua, Jesús se despide de los habitantes del lugar y del anciano Elí-Ana
522. Llegada a Jericó. El amor terreno de la muchedumbre y el amor sobrenatural del
convertido Zaqueo
523. En Jericó. La petición a Jesús de que juzgue a una mujer. La parábola del fariseo y el publicano tras una comparación entre pecadores y enfermos
524. En Jericó. En casa de Zaqueo con los pecadores convertidos
525. El juicio sobre Sabea
de Betlequí
526. T526 Curaciones cerca del vado de Betabara y discurso en recuerdo de Juan el Bautista
527. Desconocimiento y tentaciones en la naturaleza humana de Cristo
528. En Nob. Consuelo materno de Elisa y regreso inquietante de Judas Iscariote
529. Enseñanzas a los apóstoles mientras realizan trabajos manuales en casa de Juan de Nob
530. Otra noche de pecado de Judas Iscariote
531. En Nob, enfermos y peregrinos venidos de todas partes. Valeria y el divorcio. Curación del pequeño Leví
532. Preparativos para las Encenias. Una prostituta enviada a tentar a Jesús, que deja Nob
533. Hacia Jerusalén con
Judas Iscariote
534. Enseñanzas y curaciones en la sinagoga de los libertos romanos. Un encargo
para los gentiles
535. Judas Iscariote llamado
a informar a casa de Caifás
536. Curación de siete leprosos y llegada a Betania con los apóstoles ya reunidos. Marta y María preparadas por Jesús
a la muerte de Lázaro
537. En el Templo en la fiesta de la Dedicación, Jesús se manifiesta a los judíos, que intentan apedrearle
538. Jesús, orante en la gruta de la Natividad, contemplado por los discípulos ex pastores
539. Juan de Zebedeo se acusa de culpas inexistentes
540. La Madre confiada a Juan. Encuentro con Manahén y lección sobre el amor a los animales. Conclusión del tercer año
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327- En los confines de Fenicia. Palabras de Jesús sobre la igualdad de los pueblos.
Parábola de la levadura
El camino que de Fenicia viene hacia Tolemaida es hermoso. Corta, muy derecha, la llanura que hay entre el mar y los montes. Y es muy transitado (por cómo está mantenido).
A menudo cortado por caminos menores -que de los pueblos del interior van hacia los de la costa -, ofrece numerosos cruces, cabe los cuales generalmente hay una casa, un pozo y un rudimentario taller de herrador para los cuadrúpedos que puedan necesitar herraduras.
Jesús, con los seis que se han quedado con El, recorre un buen trecho de camino, por lo menos dos kilómetros, viendo siempre las mismas cosas.
Al final se detiene junto a una de estas casas con pozo y taller de herrador, en una bifurcación, junto a un torrente por encima del cual pasa un puente, que, siendo fuerte pero de una anchura que apenas si da para el paso de un carro, hace que tengan que detenerse los que van o los que vienen, porque las dos corrientes opuestas no podrían pasar al mismo tiempo. Y ello da ocasión a los transeúntes (de razas diversas, por lo que logro entender, o sea, fenicios e israelitas en el verdadero sentido de la palabra, que se odian recíprocamente), de aunarse en una única intención: imprecar contra Roma... Pero sin Roma no tendrían ni siquiera ese puente, y con el torrente colmado no sé cómo habrían podido pasar.
¡Pero bueno... al opresor siempre se le odia, aunque haga cosas útiles!
Jesús se para junto al puente, en el ángulo lleno de sol en que está la casa. El maloliente taller de herrador está en el lado de la casa paralelo al torrente; en él se están forjando herraduras para un caballo y dos asnos, que las han perdido. El caballo está enganchado a un carro romano. En el carro hay unos soldados que, poniendo caras burlonas a los hebreos que imprecan, se lo pasan bien. Y, a un viejo narigudo, más avieso que todos los otros, una verdadera boca viperina, que creo que con mucho gusto mordería a los romanos con tal de envenenarlos, le tiran encima un puñado de estiércol equino...
¡Se puede uno imaginar lo que sucede! El viejo hebreo sale corriendo y gritando como si le hubieran infectado de lepra, y a él se agregan en coro otros hebreos. Los fenicios gritan irónicos:
-¿Os gusta el nuevo maná? Comed, comed, para tener energías para gritar contra estos que son demasiado buenos con vosotros, víboras hipócritas.
Los soldados sueltan burlonas risotadas... Jesús calla.
El carro romano, por fin, se pone en marcha, saludando al herrador con el grito:
-¡Salve, Tito, y próspera permanencia!
El hombre, vigoroso, anciano, de cuello toroso, desbarbado el rostro, ojos negrísimos a los lados de una nariz fuerte y bajo la cubierta de una frente saliente y amplia, un poco pelada en las sienes por falta de cabellos (los cuales, donde están, son cortos y muy crespos), alza el pesado martillo con un gesto de despedida, y de nuevo se vuelve hacia el yunque, donde un joven ha puesto un hierro candente, mientras otro muchacho está quemando el casco de un burrito, reglándolo para el herrado ya próximo.
-Casi todos estos herradores que están por los caminos son romanos; soldados que se han quedado aquí una vez terminado su servicio. Y ganan bien... Nunca tienen impedimentos para atender a las caballerías... Y un asno se puede desherrar también antes de la puesta del sol del sábado, o en tiempos de Encenias... -observa Mateo.
-El que herró a Antonio estaba casado con una hebrea -dice Juan.
-Hay más mujeres necias que sensatas -sentencia Santiago de Zebedeo.
-¿Y los hijos, de quién son? ¿De Dios o del paganismo? -pregunta Andrés.
-Son del cónyuge más fuerte, generalmente -responde Mateo -Y, basta con que la mujer no sea apóstata, para que sean hebreos, porque el hombre, estos hombres, dejan libertad.
No son muy... fanáticos ni siquiera de su Olimpo. Me
parece que ya no creen en ninguna otra cosa, si no es en la necesidad de ganar dinero. Están llenos de hijos.
-Pero son uniones abyectas. Sin una fe, sin una verdadera patria... mal vistos por todos... -dice Judas Tadeo.
-No. Te equivocas. Roma no los desprecia. Es más, siempre los ayuda. Sirven más así que cuando llevaban las armas.
Desvirtuando la sangre, se introducen en nosotros más que con la violencia. La que sufre, si es que sufre, es la primera generación. Luego se dispersan... el mundo olvida... -dice Mateo, que parece muy práctico.
-Sí, son los hijos los que sufren. ¡Pero, hay que ver también las mujeres hebreas, unidas en matrimonio así!...
Por ellas mismas y por sus hijos... Me dan pena. Nadie les habla ya de Dios. Mas no será así en el futuro. Entonces no permanecerán estas separaciones de personas y de naciones, porque las almas estarán unidas en una sola Patria: la mía -dice Jesús, que hasta ahora ha estado silencioso.
-¡Pero entonces ya habrán muerto!... -exclama Juan.
-No. Habrán sido congregadas en mi Nombre. No serán ya romanos o libios, griegos o pónticos, iberos o galos, egipcios o hebreos, sino almas de Cristo. Y ¡ay de aquellos que quieran distinguir a las almas -todas igualmente amadas por mí y por las cuales habré sufrido de igual modo -según sus patrias terrenas! Quien así lo hiciere demostraría que no ha comprendido la Caridad, que es universal.
Los apóstoles sienten la velada corrección y agachan la cabeza y guardan silencio... E1 fragor del hierro batido en el yunque ha callado; ya amainan los golpes en el último casco asnal. Jesús aprovecha para alzar la voz y ser oído por la gente. Parece como si continuara hablando a sus apóstoles, en realidad habla a los transeúntes, y quizás también a los habitantes de la casa, mujeres ciertamente, porque reclamos de femeniles voces recorren el aire tibio.
-Aunque parezca que no exista, siempre hay en los hombres un parentesco: el de proceder de un único Creador. Porque, aunque luego estos hijos de un único Padre se hayan separado, no por ello ha cambiado el vínculo de origen, de la misma forma que no cambia la sangre de un hijo cuando repudia la casa paterna.
Después de que el delito lo hiciera fugitivo por el vasto mundo, siguió circulando la sangre de Adán por las venas de Caín; y, por las venas de los hijos nacidos después del dolor de Eva, que lloraba a su hijo asesinado, circulaba la misma sangre que hervía en las del lejano Caín.
Lo mismo, y con razón más pura, se diga de la igualdad entre los hijos del Creador. ¿Descarriados? Sí. ¿Exiliados? Sí. ¿Apóstatas? Sí. ¿Culpables? Sí. ¿Que hablan lenguas y creen fes que para nosotros son detestables? Sí. ¿Contaminados por uniones con paganos? Sí. Pero su alma procede de Uno solo, y es siempre esa alma, aunque esté lacerada, descarriada, exiliada, contaminada... Aunque sea motivo de dolor para el Padre Dios, sigue siendo un alma creada por Él.
Los hijos buenos de un Padre bonísimo deben tener sentimientos buenos. Buenos hacia su Padre, buenos hacia sus hermanos, al margen de lo que éstos hayan venido a ser, porque son hijos del Mismo. Buenos hacia su Padre, tratando de consolar su dolor conduciendo de nuevo a Él a los hijos, que son su dolor o porque son pecadores o porque son apóstatas o porque son paganos. Buenos hacia ellos, porque tienen esa alma que procede del Padre cerrada en un cuerpo culpable, o manchada, u obnubilada por una religión errada, pero sigue siendo alma del Señor e igual que la nuestra.
Recordad, vosotros los de Israel, que no hay ninguno -aunque fuera el idólatra más lejano de Dios con su idolátrica religión, o el más pagano de los paganos, o el más ateo de los hombres -, no hay ninguno que esté absolutamente privado de una huella de su origen. Recordad, vosotros los que habéis errado separándoos de la justa religión, descendiendo a connubios de sexos que nuestra religión condena, recordad que, aunque os parezca que todo lo que era Israel haya muerto en vosotros sofocado por el amor a un hombre de distinta fe y raza, muerto no está.
Hay uno que vive todavía, y es Israel. Y tenéis la obligación de soplar en este fuego que muere, debéis alimentar la chispa que subsiste por voluntad de Dios, para hacerla crecer por encima del amor carnal. Éste cesa con la muerte. Pero vuestra alma no cesa con la muerte.
Recordadlo. Y vosotros, vosotros, quienesquiera que seáis, que veis y muchas veces os causa horror el ver esos híbridos connubios de una hija de Israel con un hombre de distinta raza y fe, recordad que tenéis la obligación, el deber, de ayudar caritativamente a esa hermana extraviada a volver a los caminos del Padre.
Ésta es la nueva Ley, santa y grata al Señor: que los seguidores del Redentor rediman dondequiera haya necesidad de redención, para que Dios sonría por las almas que vuelven a la Casa paterna, y para que no quede convertido en estéril o demasiado escaso el sacrificio del Redentor.
Para hacer fermentar mucha harina, la mujer de casa toma un trocito de la masa hecha la semana anterior. ¡Una cantidad mínima separada de la voluminosa masa!
La sepulta en el montón de harina y mantiene todo ello al amparo de hostiles vientos, en el calorcillo próvido de la casa.
Haced vosotros lo mismo, verdaderos discípulos del Bien; haced vosotros lo mismo, criaturas que os habéis alejado del Padre y de su Reino. Dad vosotros, los primeros, una pequeña porción de vuestra levadura para ser añadida a las segundas y reforzarlas; ellas la unirán a la molécula de justicia que en ellas subsiste. Y, tanto vosotros como ellas, mantened al amparo de los vientos hostiles del Mal, en el calor de la Caridad -señora vuestra, o tenaz superviviente en vosotros, aunque esté ya languideciendo: según lo que seáis -, la levadura nueva. Y cerrad bien las paredes de la casa, de la correligión, en torno a lo que fermenta en el corazón de una correligionaria extraviada; que se sienta amada todavía por Israel, todavía hija de Sión y hermana vuestra, para que fermenten todos los buenos deseos y venga a las almas y para las almas, para todas, el Reino de los Cielos.
-¿Pero quién es? ¿Pero quién es? -se pregunta la gente, que ya no siente la prisa de pasar, a pesar de que el puente haya quedado libre; ni de proseguir, si ya lo ha atravesado.
-Un rabí.
-Un rabí de Israel.
-¿Aquí? ¿En los confines de Fenicia? ¡Es la primera vez que sucede!
-Pues es así. Aser me ha dicho que es el que llaman el Santo.
-Entonces quizás se refugia entre nosotros porque allá lo persiguen.
-¡Menudos reptiles son!
-¡Está bien que venga a nuestra tierra! Hará prodigios...
Entretanto, Jesús ha puesto tierra de por medio, por un sendero que atraviesa los campos. Y se marcha...
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