PREGUNTA 36. INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA Me he propuesto leer la Biblia entera, pero me he cansado. Hay multitud de cosas que no entiendo. En cada página se me ocurre una pregunta. He decidido dejarla. ¿He hecho mal? RESPUESTA: Tiene usted razón en que la lectura del Antiguo Testamento es complicada. Yo le aconsejaría la lectura del Evangelio que puede serle más provechosa. En la Biblia hay muchos pasajes oscuros que necesitan interpretación. En lo que enseña la Biblia no cabe error alguno, pues es un libro inspirado por Dios; pero la inerrancia aneja a cada uno de sus libros es la que cuadra con el género literario a que pertenece. Hay que distinguir entre el género alegórico del Apocalipsis, y «el género histórico de los dos Libros de Samuel, que pueden considerarse como el nacimiento de la historiografía» . La interpretación de la Biblia no es un quehacer que haya que forjarse a base únicamente de ciencia y competencia, sino ante todo mediante la adhesión a la fe y la aceptación humilde de la palabra de Dios. De aquí que su lectura suponga una cierta preparación religiosa, bien distinta del mero espíritu de crítica o curiosidad. Por encima de las interpretaciones particulares está el juicio de la Iglesia, a la que Cristo confió la inteligencia del verdadero significado de los libros santos, conservado por los Santos Padres, y transmitido por la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. La recta interpretación de los pasajes de la Biblia pertenece a la autoridad de la Iglesia, que es la que ha recibido de Cristo la misión de enseñar. Los individuos particulares pueden equivocarse al interpretar algunos pasajes oscuros. De ahí la multitud de interpretaciones equivocadas y opuestas entre sí de los protestantes, que admiten la libre interpretación personal1... Ya dijo San Pedro que en la Biblia hay pasajes difíciles de entender. La libre interpretación de la Biblia que hacen los protestantes lleva a la confusión. No pueden ser verdad todas las distintas opiniones contradictorias entre sí. De ahí la necesidad de una autoridad infalible que interprete correctamente la verdad que nos enseña la Biblia. «El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida, ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesucristo». En los Evangelios, por debajo de los relatos en que se narran los hechos reales de Jesús, en sentido oculto, en segundo nivel, como en un código secreto, suele haber un contenido teológico encerrado en esos relatos. Por ejemplo: la multiplicación de los panes representa la Eucaristía; las Bodas de Caná, la mediación de María, etc. Por eso «según una antigua tradición se pueden distinguir dos sentidos en la Sagrada Escritura: el sentido literal y en sentido espiritual». «Para comprender exactamente lo que el autor propone en sus escritos hay que tener en cuenta el modo de pensar, de expresarse, de narrar, que se usaba en los tiempos del escritor, y también las expresiones que entonces se usaban en la conversación ordinaria». Cada lengua tiene su modo de hablar. Un español dice «me duele la cabeza», y un francés «tiene mal en la cabeza»; un español «se bebe un vaso de cerveza» y un alemán, la cerveza «que sale de un vaso». En la Biblia hay que distinguir el estilo propio de cada género literario: no es lo mismo el género lírico que el épico o el histórico. Cada uno debe interpretarse como corresponde. Teniendo en cuenta que «no hay divisionestancas entre los géneros literarios. Dentro del mismo relato pasa fácilmente de los recuerdos de la historia a los arrebatos poéticos». Aun admitiendo los géneros literarios no podemos negar que los Evangelios relatan hechos reales. «No se puede decir que hayan falseado la Historia o la hayan inventado». Cada versículo de la Escritura nos obliga a conocer el medio cultural en que se desenvuelve el autor. Los recientes hallazgos de las Ciencias Auxiliares de la exégesis nos han proporcionado un conocimiento más profundo del mundo bíblico. Este conjunto de conocimientos auxiliares no es, sin embargo, lo esencial en la lectura e interpretación de la Biblia. Ante todo, es preciso tener siempre en cuenta que la mejor manera de entender la Palabra de Dios es explicar la Biblia por la Biblia: una enseñanza que tal vez se encuentra expuesta en un pasaje de modo fragmentario, incompleto, encuentra frecuentemente su complemento y su equilibrio gracias a otros textos más claros, más desarrollados y coherentes. Y junto con el recurso al mismo texto sagrado, es menester prestar atención a las interpretaciones de los Santos Padres de la Iglesia. Estos santos vivieron en condiciones humanas, sociales, religiosas, etc., muy semejantes a las del mundo del Evangelio y poseyeron también un sentido cristiano más agudo y más puro que el nuestro.
|