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PREGUNTA 265. CLONACIÓN HUMANA Querido P. Loring: parece que con esto de la clonación humana el hombre se quiere meter a lo que es obra exclusiva de Dios. Y yo me pregunto, si el hombre llega a clonar a otro hombre, ese nuevo hombre, ¿tendrá alma? RESPUESTA: Acabo de leer tu carta y con mucho gusto contesto tu pregunta. Efectivamente: si se realiza la clonación humana, el nuevo ser tendrá alma. Dios infunde alma a todo ser humano que se concibe. Aunque se conciba ilícitamente, como sería con una violación, con un adulterio o en la prostitución. El 24 de Febrero de 1997 todos los medios de información se hicieron eco de la clonación de una oveja en Escocia, quitando el núcleo con el código genético de un óvulo y poniéndole el núcleo de otra célula con su código genético. Así se engendra un nuevo ser idéntico al ser del que se ha tomado el núcleo. Fue obra de dos científicos escoceses lam Vilmut y K.H.S. Campell con sus colaboradores del Roselim Institute de Edimburgo1. Esto puede ser útil para mejorar la ganadería. Con esta ocasión se multiplicaron los comentarios sobre la aplicación de la clonación al ser humano. Uno de ellos fue el de Juan Antonio Martínez, Delegado de la Conferencia Episcopal Española, que dijo por televisión: «La Ciencia sin conciencia se vuelve contra el hombre». Efectivamente, sería una monstruosidad que unos hombres «fabricaran» a otros infradotados intelectualmente, sumisos y dóciles, pero muy fuertes físicamente, para su servicio en trabajos duros o peligrosos. Sería una nueva forma de esclavitud. En Abril de 1997 se celebró en Oviedo un Convenio de Bioética. Representantes de veinte países firmaron un Convenio Europeo sobre Derechos Humanos y Biomedicina auspiciado por el Consejo de Europa. Este documento incluye un anexo especial sobre la clonación humana que prohíbe expresamente. Pone límites a la ingeniería genética y protege a los ciudadanos frente a los avances científicos. Después, el 12 de Enero de 1998 el Consejo de Europa firmó en París un Protocolo prohibiendo la clonación humana. «La ONU pide a los Estados que prohíban la clonación de embriones humanos, incluso para fines médicos». La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe dice que la clonación humana es contraria a la moral. El 20 de enero de 1998 vi en Televisión Española un debate sobre la clonación humana moderado por Luis Herrero. En él intervino el obispo de Castellón, Doctor en Moral, D. Juan Antonio Reig. Contestando a Agustín Zapata y a Javier Sádaba que opinaban que la clonación humana podía ser útil, expuso con gran claridad que no se puede permitir la clonación humana con fines utilitarios, como sería hombres clonados como almacén de piezas de recambio para trasplantes. Esto sería muy práctico, pero no sería ético. Y lo que distingue a los hombres de los animales es el respeto a la ética. Resulta monstruoso que unos hombres «fabriquen» otros hombres para tener piezas de recambio y después eliminarlos. La ciencia sin conciencia se vuelve contra el hombre. A las personas humanas no se las puede tratar como objetos. La persona humana tiene unos derechos que hay que respetar. Cuatrocientos catedráticos de Roma han firmado una «Declaración» contra la clonación humana. «El gobierno español ha ratificado oficialmente el protocolo internacional que prohíbe taxativamente la práctica de la clonación de seres humanos». Por otra parte, David Humphreys, del Whitehead Institute for Biomedical Research de Estados Unidos, ha manifestado su preocupación por «las irregularidades genéticas» observadas en los seres clonados.
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