Saturday October 12,2024
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EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO


El Evangelio como me ha sido revelado

Autor: María Valtorta

« PARTE 3 de 7 »

SEGUNDO AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS

Partes: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ]
[ 4 ] [ 5 ] [ 6 ] [ 7 ]



141. Yendo hacia Arimatea con los discípulos y con
José de Emaús

142. Con los doce hacia Samaria

143. La samaritana Fotinai

144. Los samaritanos invitan a Jesús a Sicar

145. El primer día en Sicar

146. El segundo día en Sicar. Jesús se despide de los samaritanos

147. Curación de una mujer de Sicar y conversión de Fotinai

148. Jesús visita a Juan el Bautista en las cercanías de Enón

149. La visita a Juan el Bautista, motivo de instrucción
a los apóstoles

150. Jesús en Nazaret, en casa de su Madre. Ella deberá
seguir a su Hijo

151. En Caná en casa de Susana, que se hará discípula.
El oficial del rey

152. María Salomé es recibida como discípula

153. Las mujeres allegadas a los discípulos al servicio de Jesús

154. Jesús en Cesárea Marítima habla a los galeotes.
Las fatigas del apostolado

155. Curación de la niña romana en Cesárea

156. Analía, la primera de las vírgenes consagradas

157. Instrucciones a las discípulas en Nazaret

158. En el lago de Genesaret
con Juana de Cusa.

159. Discurso en Guerguesa. La respuesta sobre el ayuno a los discípulos de Juan el Bautista.

160. Encuentro con Gamaliel en el camino de Neftalí a Yiscala

161. Curación del nieto del fariseo Elí de Cafarnaúm

162. Las conversiones humanas del fariseo Elí
y de Simón de Alfeo

163. Comiendo en casa del fariseo Elí de Cafarnaúm

164. El retiro en el monte para la elección de los Apóstoles

165. Elección de los doce Apóstoles

166. Los milagros después de la elección apostólica. Simón el Zelote y Juan predican por primera vez

167. Jesús concurre con las romanas en el jardín
de Juana de Cusa

168. Aglae en casa de María,
en Nazaret

169. Primer discurso de la Montaña: la misión de los apóstoles y de los discípulos

170. Segundo discurso de la Montaña: el don de la Gracia; las bienaventuranzas

171. Tercer discurso de la Montaña: los consejos evangélicos que perfeccionan
la Ley

172. Cuarto discurso de la Montaña: el juramento, la oración, el ayuno. El anciano Ismael y Sara

173. Quinto discurso de la Montaña: el uso de las riquezas; la limosna; la confianza en Dios.

174. Sexto discurso de la Montaña: la elección entre el Bien y el Mal; el adulterio; el divorcio. La llegada importuna de
María de Magdala.

175. El leproso curado al pie del Monte. Generosidad
del escriba Juan

176. Durante el descanso sabático, el último discurso
de la Montaña:
amar la voluntad de Dios

177. La curación del siervo
del centurión

178. Tres hombres que quieren seguir a Jesús

179. La parábola del sembrador. En Corazín con el nuevo
discípulo Elías

180. Controversia en la cocina de Pedro en Betsaida. Explicación de la parábola del sembrador. La noticia de la segunda captura de Juan el Bautista

181. La parábola del trigo
y la cizaña

182. Palabras a algunos pastores
con el huerfanito Zacarías

183. La curación de un hombre herido en casa de
María de Magdala

184. El pequeño Benjamín de Magdala y dos parábolas sobre
el Reino de los Cielos

185. La tempestad calmada.
Una lección sobre
sus preliminares

186. Los dos endemoniados de la región de los Gerasenos

187. Hacia Jerusalén
para la Pascua.
De Tariquea al monte Tabor

188. La gruta de la maga y el encuentro con Félix, llamado luego Juan

189. En Naím. Resurrección del hijo de una viuda

190. La llegada a la llanura de Esdrelón durante la puesta
del sol del viernes

191. El sábado en Esdrelón.
El pequeño Yabés.
Parábola del rico Epulón

192. Una predicción a Santiago de Alfeo. La Regada a Engannim tras un alto en Meguido

193. Llegada a Siquem tras dos días de camino

194. La revelación al pequeño Yabés durante el camino de Siquem a Berot

195. Una lección de Juan de Endor a Judas Iscariote.
Llegada a Jerusalén

196. El sábado en Getsemaní. Jesús habla de su Madre y de los amores de distintas potencias

197. En el Templo con José de Arimatea. La hora del incienso

198. El encuentro con la Madre en Betania. Yabés cambia su nombre por el de Margziam

199. Donde los leprosos de Siloán y Ben Hinnom. Pedro obtiene a Margziam
por medio de María

200. Coloquio de Áglae
con el Salvador

201. El examen de la mayoría
de edad de Margzia

202. Judas Iscariote es reprendido. Llegada de los campesinos de Jocanán

203. El Padrenuestro

204. La fe y el alma explicadas a los paganos con la parábola
de los templos

205. La parábola del hijo pródigo

206. Con dos parábolas sobre el Reino de los Cielos, termina la permanencia en Betania

207. En la gruta de
Belén la Madre evoca
el nacimiento de Jesús

208. María Santísima ve de nuevo al pastor Elías y con Jesús va a Betsur donde Elisa

209. La fecundidad del dolor, en el discurso de Jesús junto a la casa de Elisa en Betsur

210. Las inquietudes de Judas Iscariote durante el camino
hacia Hebrón

211. Regreso a Hebrón, patria del Bautista

212. Una ola de amor a Jesús, que en Yuttá habla desde
la casita de Isaac

213. En Keriot una profecía de Jesús y el comienzo de la predicación apostólica

214. La madre de Judas abre su corazón a María Stma., que ha llegado a Keriot

215. El posadero de Bet Yinna
y su hija lunática

216. Las infidelidades de los discípulos en la parábola
del diente de león

217. Las espigas arrancadas
un sábado

218. La llegada a Ascalón,
ciudad filistea

219. Los distintos frutos de la predicación de los apóstoles en la ciudad de Ascalón

220. Los idólatras de Magdalgad y la curación milagrosa
de la parturienta

221. Los prejuicios de los apóstoles respecto a los paganos y la parábola del hijo deforme

222. Un secreto del apóstol Juan

223. Una caravana nupcial se libra del asalto de bandidos después de un discurso de Jesús

224. En el apóstol Juan actúa el Amor. Llegada a Béter

225. El paralítico de la piscina de Betseida y la disputa sobre las obras del Hijo de Dios

226. Un signo bueno por parte de María de Magdala. Muerte del anciano Ismael

227. Un episodio incompleto

228. Margziam confiado
a Porfiria

229. Discurso a los habitantes de Betsaida sobre el gesto de caridad de Simón Pedro

230. Curación de la hemorroisa y resurrección de la hija de Jairo

231. En Cafarnaúm, Jesús y Marta hablan de la crisis que atormenta a María de Magdala

232. Curación de dos ciegos y de un mudo endemoniado

233. La parábola de la oveja perdida. María de Magdala también la oye

234. Comentario de tres episodios sobre la conversión de María de Magdala

235. Marta ha recibido de su hermana María la certidumbre de la conversión

236. La cena en casa de Simón el fariseo y la absolución
a María de Magdala

237. La petición de obreros para la mies, y la parábola del tesoro escondido en el campo. Marta todavía teme por su
hermana María

238. Llegada de María Stma. con María de Magdala a Cafarnaúm en medio de una tempestad

239. La parábola de los peces, la parábola de la perla, y del tesoro de las enseñanzas viejas y nuevas

240. En Betsaida, en la casa de Simón, con Porfiria y Margziam, el cual enseña a la Magdalena la oración de Jesús

241. Vocación de la hija de Felipe. Llegada a Magdala y parábola de la dracma perdida

242. Jesús habla sobre la Verdad al romano Crispo, el único que lo escucha de Tiberíades

243. En Caná en la casa de Susana. Las expresiones, los gestos y la voz de Jesús. Debate de los apóstoles acerca de las posesiones diabólicas

244. Juan repite un discurso de Jesús sobre la Creación y sobre los pueblos que esperan la Luz

245. Una acusación de los nazarenos a Jesús, rechazada con la parábola del
leproso curado

246. Un apólogo para los habitantes de Nazaret, los cuales permanecen incrédulos

247. María Stma. instruye a la Magdalena en orden
a la oración mental

248. En Belén de Galilea. Juicio ante un homicidio y parábola de los bosques petrificados

249. María Stma. instruye a Judas Iscariote sobre el deber preeminente de la
fidelidad a Dios

250. A los discípulos que han venido con Isaac: la parábola del lodo transformado en llama. Juan de Endor es alma víctima

251. A los pescadores siro-fenicios: la parábola del minero perseverante. Hermasteo
de Ascalón

252. El regreso de Tiro. Milagros. Parábola de la vid y el olmo

253. María Santísima devela a María de Alfeo el sentido de la maternidad espiritualizada.
La Magdalena debe
forjarse sufriendo

254. El encuentro con Síntica, esclava griega y la llegada a Cesárea Marítima

255. Despedida de las hermanas Marta y María, que parten con Síntica. Una lección
a Judas Iscariote

256. Parábola sobre la virtud de la esperanza, que sujeta la fe
y la caridad

257. Retiro de Jesús y Santiago de Alfeo en el monte Carmelo

258. Jesús revela a Santiago de Alfeo cuál será su misión
de apóstol

259. Lección sobre la Iglesia y los Sacramentos a Santiago de Alfeo, que obra un milagro

260. Dos parábolas de Pedro para los campesinos
de la llanura de Esdrelón

261. Exhortación a los campesinos de Doras,
que ahora lo son de Jocanán

262. Una hija no querida y el papel de la mujer redimida.
El Iscariote solicita
la ayuda de María

263. Curación del hombre del brazo atrofiado

264. Una jornada de Judas Iscariote en Nazaret

265. Instrucciones a los doce apóstoles al comienzo
de su ministerio

266. Los discípulos del Bautista quieren verificar que Jesús es el Mesías. Testimonio sobre el Precursor e invectiva contra las ciudades impenitentes

267. Jesús, carpintero en Corazín

268. Lección sobre la caridad con la parábola de los titos. El yugo de Jesús es ligero

269. La disputa con escribas y fariseos en Cafarnaúm. Llegada de la Madre y de los hermanos

270. Jesús recibe la noticia de que han matado a
Juan el Bautista

271. Salida para Tariquea con los apóstoles, que han regresado a Cafarnaúm

272. Reencarnación y vida eterna en el diálogo con un escriba

273. La primera multiplicación
de los panes

274. Jesús camina sobre las aguas. Su prontitud en socorrer
a quien le invoca

275. Cuatro nuevos discípulos. Jesús habla sobre las obras de misericordia corporal y espiritual

276. El hombre avaro y la parábola del rico necio. Las inquietudes y la vigilancia
en los siervos de Dios

277. En Magdala, en los jardines de María. El amor y la corrección entre hermanos

278. El perdón y la parábola del siervo inicuo. La misión confiada a setenta y dos discípulos

279. Encuentro con Lázaro en el campo de los Galileos

280. El regreso de los setenta y dos. Profecía sobre
los místicos futuros

281. En el Templo durante la fiesta de los Tabernáculos. Las condiciones para seguir a Jesús. La parábola de los talentos y la parábola del buen samaritano

282. La delación al Sanedrín respecto a Hermasteo,
Juan de Endor y Síntica

283. Síntica habla de su encuentro con la Verdad

284. La casita donada por Salomón. Cuatro apóstoles
se quedarán en Judea

285. Lázaro ofrece un refugio para Juan de Endor y Síntica. Viaje feliz hacia Jericó
sin Judas Iscariote

286. En Ramot con el mercader Alejandro Misax. Lección a Síntica sobre el recuerdo
de las almas

287. De Ramot a Gerasa con la caravana del mercader

288. Palabras a los habitantes de Gerasa y alabanza de una mujer a la Madre de Jesús

289. AEl sábado a Gerasa. Asueto de Margziam. La pregunta de Síntica sobre la salvación
de los paganos

290. El hombre de los ojos ulcerosos. El alto en la "fuente del Camellero". Más sobre el recuerdo de las almas

291. Margziam descubre por qué Jesús ora todos los días
a la hora nona

292. Insidia de escribas y fariseos en Bosrá

293. Palabras de Jesús y milagros en Bosrá, después de la irrupción de dos fariseos. El don de la fe a Alejandro Misax

294. La rica dádiva del mercader. Adiós a la Madre
y a las discípulas

295. Palabras y milagros en Arbela, ya evangelizada por Felipe de Jacob

296. Llegada a Aera bajo la lluvia. Curación de los enfermos que allí esperan

297. Con el sermón de Aera termina el segundo
gran viaje apostólico

298. La ayuda prestada a los huerfanitos María y Matías y las enseñanzas que de ella
se deducen

299. A Juana de Cusa le son confiados, para su tutela, los huerfanitos María y Matías

300. Con escribas y fariseos en casa del resucitado de Naím

301. ola de las frentes destronadas y explicación de la parábola sobre lo no puro

302. En Magdala, antes de mandar a todos a sus respectivas familias para las Encenias

303. Jesús donde su Madre
en Nazaret

304. Con Juan de Endor, Síntica y Margziam. María es Madre
y Maestra

305. Jesús consuela a Margziam con la parábola de los pajarillos

306. También Simón Zelote está en Nazaret. Lección sobre los daños del ocio

307. Controversia en la casa de Nazaret acerca de las culpas de los nazarenos. Lección sobre la tendencia al pecado a pesar de la Redención

308. Curación del hijo de Simón de Alfeo. Margziam es el primero de los niños discípulos

309. Sacrificio de Margziam por la curación de una niña. Enmienda de Simón de Alfeo

310. Con Pedro, en Nazaret, Jesús organiza la partida
de Juan de Endor y Síntica

311. La renuncia de Margziam es ocasión de una lección sobre los sacrificios hechos por amor

312. Jesús comunica a Juan de Endor la decisión de enviarle a Antioquía. Final del segundo año

 

311- La renuncia de Margziam es ocasión de una lección sobre los sacrificios hechos por amor


No sé si es el mismo día, pero supongo que sí por la presencia de Pedro en la mesa familiar de Nazaret.

Ya casi han terminado de comer. Síntica se levanta para llevar a la mesa manzanas, nueces, uva y almendras que concluyen la cena, porque es de noche y las lámparas están ya encendidas.

El tema de conversación versa precisamente sobre las lámparas, mientras Síntica lleva la fruta. Pedro dice:

-Este año encenderemos una más, y en lo sucesivo siempre una más, por ti, hijo mío. Sí, queremos encenderla nosotros por ti, aunque estés aquí. Es la primera vez que la encendemos por un niño... -y Simón se emociona un poco al terminar: «La verdad es que... si tú estuvieras, sería más bonito...

-El año pasado era yo, Simón, la que suspiraba así por mi Hijo lejano, y conmigo María de Alfeo y Salomé, y también María de Simón, en su casa de Keriot, y la madre de Tomás...

-¡Oh, 1a madre de Judas! Este año tendrá con ella a su hijo... pero no creo que se sienta más feliz... Bueno, vamos a dejarlo... Nosotros estábamos en casa de Lázaro.

¡Cuántas lámparas!... Parecía un cielo de oro y fuego. Este año Lázaro tiene a su hermana... Pero estoy seguro de que no me equivoco sí digo que estarán afligidos pensando que Tú no estás. ¿Y para el que viene, dónde estaremos?
-Yo, muy lejos... -susurra Juan.

Pedro se vuelve a mirarlo, porque lo tiene a su lado, y está para preguntar algo, pero, afortunadamente, se sabe retener por la llamada de atención de Jesús con la mirada.
Margziam pregunta:

-¿Dónde vas a estar?

-Por la misericordia del Señor, espero que con Abraham, en su seno...

-¿Quieres morir? ¿No quieres evangelizar? ¿No te pesa morir sin haber evangelizado?


-La palabra del Señor debe salir de labios santos. Ya es mucho el que me haya permitido escucharla y redimirme por ella. Me habría gustado... Pero es tarde...

-Sin embargo, evangelizarás. Ya lo has hecho. Tanto que has atraído hacia ti la atención. Por eso serás igualmente llamado discípulo evangelizador, aunque no peregrines esparciendo la Buena Nueva. Y recibirás en la otra vida el premio reservado a mis evangelizadores.

-Tu promesa me hace desear la muerte... Cada minuto de vida puede celar un peligro que yo, siendo débil como soy, quizás no podría superar. Si Dios me acoge, satisfecho de lo que he realizado, ¿no es bondad grande que debe ser bendecida?

-En verdad te digo que la muerte será suma bondad para muchos, que, así, conocerán hasta qué punto el hombre se puede volver demonio, desde un punto donde la paz los consolará de esta cognición y la transformará en alabanza, porque estará unida a la inefable alegría de la liberación del Limbo.

-¿Y los años siguientes dónde vamos a estar, Señor? -pregunta atento Simón Zelote.

-Donde quiera el Eterno. ¿Pretendes fijar anticipadamente el tiempo lejano, cuando no estamos seguros del momento que vivimos, ni sí nos será concedido terminarlo? Y, además, cualquiera que fuere el lugar en que se celebren las futuras Encenias, en todo caso será santo, si estáis allí para cumplir la voluntad de Dios».
-¿Estáis? ¿Y Tú? -pregunta Pedro.

-Estaré siempre donde estén mis amados.
-María no ha hablado en todo este tiempo. Pero sus ojos no han dejado ni un momento de examinar el rostro de su Hijo...

La saca de su ensimismamiento la observación de Margziam que dice:

-¿Madre, ¿por qué no has puesto en la mesa los bollos de miel? A Jesús le gustan y a Juan le vendrían bien para su garganta. Y además también le gustan a mi padre...

-Y a ti -termina Pedro.

-Para mí... es como si no existieran. He hecho una promesa...

-Por esto, encanto, no los he traído... -dice María acariciándolo, porque Margziam está entre Ella y Síntica en uno de los lados de la mesa, mientras que los cuatro hombres están en el lado opuesto.

-No, no. Los puedes traer. Es más, debes traerlos. Y se los doy yo a todos.

Síntica coge una lámpara, sale, vuelve con los bollos. Y Margziam coge la bandeja y empieza a distribuir. Le da a Jesús el más hermoso (dorado, esponjado con la maestría de un pastelero). Uno, el segundo en perfección, a María. Luego es el turno de Pedro, luego de Simón, luego de Síntica. Y, para dárselo a Juan, el niño se levanta y se pone al lado del anciano y enfermo pedagogo y le dice:

-Para ti el tuyo y el mío, y además un beso, por todo lo que me enseñas.

Luego vuelve a su sitio y deposita con resolución la bandeja en medio de la mesa y cruza los brazos.

-Así se me atraganta esta cosa deliciosa -dice Pedro al ver que Margziam ni lo prueba. Y añade: «Al menos un trocito. ¡Venga, hombre, del mío; aunque sólo sea para no morir de ganas! Sufres demasiado... Jesús te lo concede.

-Pero si no sufriera no tendría mérito, padre mío. He ofrecido este sacrificio precisamente porque sabía que me iba a hacer sufrir.... Y, en definitiva... estoy tan contento desde que lo he hecho, que me siento como todo lleno de miel. Siento el sabor de la miel en todas partes. Hasta me da la impresión de respirarlo junto con el aire...

-Es porque te mueres de las ganas.
-No. Es porque sé que Dios me dice: "Haces bien, hijo mío".

-El Maestro te habría contentado incluso sin este sacrificio. ¡Te quiere mucho!

-Sí. Pero no es justo que me aproveche porque me quiera. Además, Él dice que es grande la recompensa en el Cielo incluso por un vaso de agua ofrecido en su nombre. Pienso que, si es grande por un vaso ofrecido a otros en su nombre, también lo será por un bollo o un poco de miel negados a nosotros mismos por amor a un hermano. ¿Me equivoco, Maestro?

-Hablas sabiamente. Yo podía, efectivamente, sin tu sacrificio, concederte también la cosa que me pedías para la pequeña Raquel, porque bueno era hacerla y mi corazón la deseaba. Pero la hice con más alegría porque me ayudaste tú. El amor hacia nuestros hermanos no se limita a medios y límites humanos, sino que se yergue a lugares mucho más altos. Cuando es perfecto, toca absolutamente el trono de Dios y se funde con su infinita caridad y bondad.

La comunión de los santos es exactamente este continuo obrar, de la misma forma que continuamente y en todos los modos obra Dios, para ayudar a los hermanos, sea en sus necesidades materiales, sea en sus necesidades espirituales, o en las dos, como en el caso de Margziam, que, obteniendo la curación de Raquel, la libera de la enfermedad y, al mismo tiempo, eleva el espíritu abatido de la anciana Juana y enciende una confianza cada vez mayor en el Señor en el corazón de todos los de aquella familia. Sí, también el sacrificio de una cucharada de miel puede servir para devolver la paz y la esperanza a una persona afligida; así como un bollo, u otro alimento que no se come por una finalidad de amor, puede conseguir un pan, ofrecido milagrosamente, para una persona hambrienta lejana que nunca conoceremos; y retener, por espíritu de sacrificio, una palabra de ira, aunque fuera justa, puede impedir un delito lejano; así como resistir a las ganas de coger un fruto, por amor, puede servir para inspirar a un ladrón la idea de enmendarse, impidiendo así un latrocinio. Nada se pierde en la economía santa del amor universal. No se pierde el holocausto de un mártir, no se pierde el heroico sacrificio de un niño ante una bandeja de bollos. Es más, os digo que el holocausto de un mártir frecuentemente tiene origen en la heroica educación que se haya procurado desde la infancia por amor a Dios y al prójimo.

-Entonces conviene mucho que haga siempre sacrificios.

Para cuando seamos perseguidos -dice convencido Margziam.
-¿Perseguidos? -pregunta Pedro.

-Sí. ¿No te acuerdas que lo dijo?: "Seréis perseguidos por causa mía". Me lo dijiste tú la primera vez que viniste, solo, a Betsaida a evangelizar, en verano.

-Este niño se acuerda de todo -comenta Pedro admirado.

La cena termina. Jesús se levanta. Ora por todos y bendice. Luego, mientras las mujeres van a sus labores de ordenar la loza, Jesús con los hombres se pone en un ángulo de la habitación y labra un trozo de madera, que, ante la sorprendida mirada de Margziam, se transforma en una ovejita...


   


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