Tuesday March 19,2024
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MARIONETAS DE LA INDECISIÓN

En cierta ocasión, un señor realizó un largo viaje en compañía de su hijo. Como sólo disponían de un caballo, iniciaron el viaje turnándose la montura del animal. Para llegar a su destino, debían atravesar por cuatro pueblos diferentes.

Cuando llegaron al primer pueblo, el padre venía montado en el caballo, y el hijo caminaba un poco atrás. Al verlos, la gente de aquel lugar comentaba:
- ¡Qué ingrato es ese hombre! ¡Como él viene sentado, no le importa que ese pobre muchacho se maltrate en el duro camino!

Un poco incómodos por los comentarios, abandonaron aquel sitio.
Al acercarse a un segundo pueblo y recordando lo sucedido, el padre ordenó a su hijo que se montara de inmediato en el caballo, y él continuó caminando a su lado. La gente del lugar les miró diciendo:

- ¡Esto es una barbaridad!, ¡un muchacho en la flor de la vida, y permite que su viejo padre camine bajo este terrible sol! ¡Qué desconsiderado!
No tardaron en salir de aquella ciudad. Más adelante divisaron el tercer pueblo. Antes de entrar, el padre le dijo a su hijo que le hiciera un campo en la montura. Así, ambos entraron
cabalgando lentamente. Al contemplarlos, la gente expresaba:

- ¡Pobre animal!, ¡tener que soportar el peso de esos dos hombres! ¡Hasta flaco y pálido se ve de lo mal alimentado que lo tienen!
Continuaron avanzando hasta vislumbrar la cuarta ciudad. Esta vez, el padre le indicó a su hijo que era mejor entrar caminando, y dejar que el caballo descansara. Sin embargo, la gente al verlos decían entre sí:

- ¡Qué hombres más tontos!, ¡teniendo un buen caballo, caminan a la par sin aprovecharlo!
Muchas personas son como el padre y el hijo de esta historia: se dejan fácilmente influenciar por los demás, y necesitan contar con su consentimiento para llevar a cabo todo lo que hacen. Son fácilmente manipulables.

Viven su vida pendientes de lo que digan los demás. Dejan atrás sus proyectos, porque no reciben la aprobación de aquellos que les rodean. Sienten una increíble necesidad de tratar de quedar bien con los demás; empresa que es sumamente difícil de alcanzar.
Ten en cuenta un hecho trascendental para tu superación: nunca pienses con la cabeza de los demás. Decide por ti mismo.

Libérate del tonto temor de la crítica. Si tú eres de las personas que considera de vital importancia la opinión de los otros, recapacita y piensa cuánto más debes considerar su propia opinión, pues eres tú la persona que "supuestamente" más se conoce a sí misma. Y digo "supuestamente", porque uno nunca termina de conocerse a sí mismo. Pero, si debemos poner sobre una balanza nuestra opinión y la de los demás, definitivamente permite que el peso se incline a favor de la primera de ellas.

No te prives de realizar tus "sueños locos" por temor al "que dirán".
Tu vida te pertenece completamente. Nadie va a vivirla por ti. No necesariamente
tienes que hacer todo lo que te digan. Si la gente que te rodea realmente te aprecia, te aceptarán tal cual eres: con todos tus defectos y virtudes. No te conviertas en una marioneta de los demás.

Los consejos de las personas son importantes, pero tú serás el único que podrá discernir entre si debes tomarlos, o los dejas pasar de lado. Si deseas hacer algo, realízalo. Permítete el privilegio de decidir por tu propia cuenta. Y permítete además el privilegio de fracasar, si es que ello ocurre.

Recuerda que sobre las bases del fracaso se sostiene el edificio del éxito. Así que si caes, y el objetivo a alcanzar vale la pena, simplemente levántate e inténtalo de nuevo, cuantas veces sea necesario.