UN POCO MÁS DE TIEMPO
Un hombre adquirió un burro, y quien se lo vendió le previno de la cantidad de comida que tendría que procurarle diariamente. Pero el nuevo dueño del burro pensó que esa cantidad era excesiva, y empezó a darle cada día menos, con la idea de que acabaría por acostumbrarlo. Tanto disminuyó la ración el hombre a su burro, que un día éste amaneció muerto. El hombre entonces se lamentó:
-¡Fatalidad! Si me hubiera dado un poco más de tiempo antes de morir, habría logrado que se habituara a no comer nada en absoluto.
Como ese hombre, proceden muchos jóvenes, que van dejando el alimento espiritual: la oración, la meditación de la palabra de Dios, el acudir a la Eucaristía. ¿Cómo quieren acostumbrarse a no tener ningún alimento para el espíritu, y aún así, tener las bendiciones de Dios y los frutos del Espíritu Santo(amor, gozo y paz interior), si está su espíritu muerto?