Tuesday March 19,2024
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EL ARTE DE PERDONAR

¿Cómo puedo salir de esta tortura emocional?"... Fue la pregunta que me hizo mi prima hermana hace dos años. En aquel momento, no sólo lloraba por el sufrimiento que le había causado su pareja, sino toda su familia. Resulta que la infidelidad de su prometido había sido "encubierta" y "fomentada" tanto por la madre de él, como por sus hermanas.

Esa traición la destrozó. De imaginarlo le causaba rabia, sentía un vivo rencor que envenenaba su corazón. El resentimiento y la furia ocupaban su mente, y esto le impedía vivir; y aunque pasaba el tiempo, no salía de ese estancamiento emocional.
Lo que mi prima no comprendía, es que el odio la inmovilizaba a ella nada más, porque tanto él como su familia seguían sus vidas felices. Mi prima les permitía en la distancia y el tiempo, que continuaran hiriéndola y controlando sus emociones; peor aún, ellos ni siquiera se acordaban de ella.

Le dije: "Perdonar a quien nos ha herido no es fácil, pero es la única solución para sanar la herida, y liberarnos del abatimiento". Quien no es capaz de perdonar, abriga un rencor que lo afecta física, mental y espiritualmente. Muchos estudios muestran que las personas que guardan ira y retienen un coraje, han desarrollado cáncer, sufrido embolias, ataques al corazón, y muchas otras enfermedades. Si al igual que a mi prima hermana alguien te traicionó o abusó de tu confianza y no lo has sobrepasado, entonces es hora de perdonar. Debes recordar que lo estás haciendo por ti, y no por la otra persona.

Entonces sigue estas sugerencias:

1.- Toma la decisión: De que vas a perdonar a quien te hirió ¡Hacer esto es un acto heroico!
Comparte tu dolor: Un amigo, un sacerdote o un terapeuta serían las mejores opciones. Si te desahogas con alguien, te ayudará a sanar más rápidamente.

2.- Decláral@ inocente de lo que te hizo. Esto significa que te convenzas de que no se dio cuenta del daño que te estaba causando, pues seguramente, si fuera consciente del daño que te causaría, no lo hubiera hecho. Además, recuerda que nos asemejamos a Jesús, pues Él nos enseñó a perdonar, cuando nos declaró inocentes de pecado en la cruz, cuando dijo:
"Padre... perdónalos, porque no saben lo que hacen".(Lúe. 23:34)

3.- Busca una nueva opinión acerca de la persona que te hizo daño. Esto no significa que aceptas sus acciones, o lo excusas. Lo cierto es que los que hieren a otros, es porque ellos también han sido heridos, y actúan reflejando su propio dolor. Pregúntate: "¿Cómo fue la niñez de esa persona?", "¿Qué situación vivía cuando me ofendió?"

4.- Lo más importante: Redacta una carta, pero no se la envíes. Expresa en ella tu cólera, y déjale saber tu dolor, y cuánto te lastimó. Mientras la escribas, enójate y, si es necesario, llora. Tras desahogarte, escribe tu decisión de perdonar, y luego quema la carta... Ante tus ojos verás cerrarse este capítulo de tu vida.

Decídete a tomar el control de tu vida y no le des a otro el poder de dominar tus sentimientos.
Cuando perdonas, sanas tu cuerpo, tu corazón, tus relaciones y, lo más importante, liberas tu espíritu. Mi prima dice que cuando aprendió a perdonar, ¡también aprendió a vivir!