Tuesday March 19,2024
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ANTIDOTO

Estaba haciendo mis prácticas veterinarias para egresar de la universidad, en una hacienda ganadera, a dos horas del pueblo más cercano.

Un día, regresaba de la ciudad acompañado del administrador, y al llegar a la hacienda, vino rápidamente un vaquero a comentarle a su patrón, que una víbora de cascabel había mordido a uno de los empleados.

Rápidamente el administrador preguntó al vaquero si le había colocado la inyección de suero antiofídico que tenía en el refrigerador. El vaquero ' respondió que no lo había hecho, pero que había entregado la cajita con el antídoto en las manos del hombre que fue mordido por la serpiente, pues él no sabía poner la inyección; por eso le pidió a otro empleado llevarlo en el tractor al hospital más cercano. El viaje en tractor podía durar unas 4 horas.

El administrador me pidió que lo acompañara a ver al trabajador. Cuando llegamos al hospital, preguntamos por la persona que había sufrido la mordedura de serpiente. Vino el médico que lo atendió a decirnos que esta persona había fallecido, pero lo que él no podía comprender, era cómo esta persona llegó al hospital con el suero antiofídico en la mano.

Preguntó al hombre que había sido víctima de la cascabel: "¿por qué no te pusiste el suero antiofídico?" a lo cual el trabajador, ya temblando, con la respiración irregular y el corazón acelerado debido al veneno de la serpiente, le respondió:

- Es que no sabía cómo ponérmelo.
El médico le respondió: - Pero... ahí en la cajita están las instrucciones de como usarlo.
Y el trabajador le dijo que no se dio el lujo de leerla, y unos minutos más tarde falleció.

Teniendo la vida en sus manos, no la usó.
Cuantas veces, simplemente ignoramos u olvidamos que tenemos a nuestro alcance el perfecto antídoto para dar vida a lo que se cree perdido. Tenemos la Vida en nuestras manos ¡Usémosla! no permitas que el "veneno" se extienda en tu alma.

Aplica hoy una dosis de Vida (Jesús) en tu Corazón.