RICOS Y POBRES
SUEÑO 146.—AÑO DE 1806.
De ahora en adelante —dicen las Memorias Biográficas— no tendremos sueños importantes que narrar. El sueño de Barcelona fue el último de los grandes sueños de [San] Juan Don Bosco. Posteriormente contó otros, pero de orden meramente natural y como por pasatiempo. He aquí uno que expuso a sus oyentes el día nueve de agosto.
Vio a numerosos labradores que subían a un henar mirando por una y otra parte si había heno, pero sin hallarlo.
Bajaron a la cuadra, registraron los pesebres y encontraron algunos residuos.
—Pero ¿cómo haremos?, —se decían entre sí—. La primavera toca su fin y estamos sin heno.
—No nos queda otra solución —murmuraba uno de ellos— que matar las vacas y comernos la carne.
—¿Y después?, —replicó otro—. Haremos nosotros como las vacas de Faraón que se comieron entre sí.
—¿Qué quiere decir esto?—, preguntó el [Santo] a su guía.
—Los ricos —le contestó éste— tendrán estas monedas, y los diamantes, el oro, la plata, las piedras preciosas, todo pasará a manos de los pobres.
Los ricos perderán su poder y serán expoliados.
¿No se está cumpliendo esto al pie de la letra?