FALTAS TU
            
  Dios me pidió un poema sobre las bellezas de la creación, y yo me puse a hablar de las cosas que Él creó.
  
  Hablé del sol, y sentí sus manos  calentándome.
  
  Hablé de la luna, y sentí su brillo envolviéndome.
  
  Hablé de la noche, y sentí sobre mí su manto de estrellas.
  
  Hablé de todo lo verde del planeta, y  sentí su soplo de esperanza.
  
  Hablé de las aguas, y sentí su inmersión en el misterio de mi espíritu.
     
  Hablé del cielo, y sentí que su azul  me protegía.
  
  Hablé del  fuego, y sentí sus llamas quemando mis penas.
  
  Hablé del  aire, y sentí su soplo divino renovándome.
  
  Hablé de  todos los seres, y sentí su presencia en cada forma viviente.
Y a Él le  presenté todo lo que escribí:
- Aquí está  el poema que me pediste, espero que apruebes todo  lo que escribí.
Y oí su  respuesta:
- Prosigue,  aún no has hablado  de ti.
Cada criatura, al nacer,  nos  trae el mensaje  de que  Dios todavía  no  pierde la  esperanza en los hombres  
            (Tagora)