ÁNGELES A NUESTRO LADO
          Esta tarde, como a las cinco, estaba conduciendo a casa luego de una reunión. Atrapado en el tráfico de una  avenida principal, el coche comenzó a ahogarse, toser y finalmente se paró.
 
            
            Apenas pude manejar hasta la orilla,  maldiciendo hasta una   gasolinera, sin embargo, me sentía  tranquilo porque de una u otra forma, no estaba bloqueando el tráfico a la hora pico, para esperar a la grúa.  Antes de que pudiera hacer una llamada, observé a una mujer saliendo de la tienda de autoservicio, y vi como se calló sobre una  bomba de gasolina. 
            
            Corrí entonces para ver  si estaba bien. Cuando me acerqué, pude notar que la mujer que fue vencida  más por los sollozos que por haberse caído; era una joven que se veía realmente ojerosa y , triste. Ella dejó caer algo mientras la  ayudaba a levantarse, y lo recogí para entregárselo. Era una moneda de diez pesos.
            
            En ese momento, todo se me aclaró: la  mujer llorosa, el viejo auto  con 3 niños adentro y la lectura en la  bomba de gasolina marcando $100. Le pregunté si ella estaba bien y si  necesitaba ayuda, y ella insistió  diciendo:
            
            - No quiero que mis hijos me ven llorar, - entonces nos paramos al otro lado de la bomba, lejos de su carro. Dijo que conducía a otra ciudad, y que  ahora las cosas estaban muy difíciles  para ella.
            
            Entonces  le pregunté:
  -  ¿Y usted estaba rezando?
  Esto la hizo alejarse un poco de mí, mientras que  yo le aseguré que no era  una persona loca, y dije:
  
  -  El te escuchó, y me envió. Saqué  mi tarjeta y la pasé a través  del lector de tarjetas en la bomba  para que pudiera llenar su  coche completamente, y mientras  que se provisionaba de combustible, caminé hacia la tienda de autoservicio y compré 2 bolsos grandes de  alimentos, unos  regalos, y una taza grande de  café. 
  
  Ella dio los alimentos a los niños en el coche, quienes se avorazaron  como lobos; hicimos una  pausa en el estacionamiento, para comer papas fritas y charlar un poco. Me dijo su nombre, y parte de su historia. Su esposo  la había abandonado hace 2  meses y ella no había podido  llegar a un acuerdo con la separación. 
  
  Ella sabía que no tendría dinero para pagar la renta de enero, y finalmente por la desesperación había llamado por fin a sus padres, con quienes no había  hablado desde hace 5 años. Ellos  vivían a 4 horas y le   habían dicho que podía ir a vivir  con ellos e intentar  conseguir reestructurar  su vida allí. Entonces,  empacó todas sus pertenencias en su carro. Les dijo a los niños que iban con sus abuelos a pasar Navidad, pero no que iban a vivir allí.
  
  Le di mis guantes, un abrazo, nos juntamos de la mano e hicimos una oración rápida para que Dios guiara su camino. Mientras caminaba hacia mi coche, ella dijo:
  
  -  Entonces, ¿eres como un ángel o algo así? Le respondí:
  -  Querida, en esta época del  año los ángeles están realmente ocupados, a veces Dios utiliza a gente común.
  
  Era tan increíble ser parte del milagro de otros. Y por supuesto,  cuando llegué a mi coche, enseguida comenzó a funcionar 5 me llevó a casa sin problemas. Lo pondré en el taller mañana para revisarlo, pero sospecho  que el mecánico  no encontrará nada mal.
  
  Los ángeles a veces vuelan tan cerca, que puedes oír el alboroto de sus alas...
          "Descarga en el Señor tu  peso
  y Él te sostendrá"
            (Salmo 55:23)