UN AMIGO, CUÍDALO
          ¡Éramos  los mejores amigos!
            Eramos inseparables, eramos una sola alma.
            
            Por alguna razón, nuestros  caminos tomaron dos rumbos distintos  y nos separamos.
            
            Yo nunca volví a saber de mi amigo hasta el día de ayer, después de 10 años, que caminando por la calle me encontré a su madre.
            
            La saludé y le pregunté por mi amigo.
            
            En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas y  me miró a los ojos  diciendo:
            -  Murió ayer...
            
            No supe qué decir, ella me seguía mirando y pregunté cómo  había muerto.
            
            Ella me invitó a su casa. 
            
            Al llegar allí me ofreció sentarme  en la sala vieja 
            donde pasé  gran parte de mi vida; siempre  jugábamos ahí mi amigo y yo.
            
            Me senté y ella comenzó a contarme la triste historia.
            
            - Hace 2 años le diagnosticaron una rara enfermedad, y su cura era recibir cada mes una transfusión de sangre durante 3 meses, pero  ¿recuerdas que su sangre era muy rara?
            
            - Sí, lo sé.- Igual que la tuya. Estuvimos buscando donadores, y al fin encontramos a un señor vagabundo.
            
            Tu amigo, como te acordarás, era muy  testarudo, no quiso recibir la sangre del vagabundo.
            
  Él decía que de la única persona  que recibiría sangre sería de ti, pero no quiso que te buscáramos. Él decía  todas las noches:
  
  "No lo busquen, estoy seguro  que  mañana sí vendrá..."
            
            Así pasaron los meses y todas las noches se  sentaba en esa misma silla donde estás tú sentado, y oraba para que te acordaras de  él y vinieras a la mañana siguiente.
            
            Así acabó su vida y en la última noche  de su vida, estaba muy mal, y sonriendo me dijo:
            
            "Madre mía, yo sé que pronto  mi  amigo vendrá. Pregúntale por qué tardó tanto, y dale esa nota que está en mi cajón".
            
            La señora se levantó, regresó y  me entregó la nota que decía:
            
            "Amigo mío, sabía que vendrías.  Tardaste un poco, pero no importa, lo importante es que viniste. Ahora te estoy  esperando en otro sitio, espero que tardes en llegar, pero mientras tanto quiero  decirte que todas las noches oraré por ti y desde el cielo te estaré cuidando, mi querido mejor  amigo.
            
            ¡Ah, por cierto: ¿te acuerdas por  qué nos distanciamos?!
            
            Fue porque no aprobé que agarraras el carro de tus papas sin permiso. Qué tiempos...  Éramos insoportables, bueno, pues  quiero decirte que te deseo lo  mejor y que encuentres la felicidad  que siempre buscaste.
            
            Te quiere mucho: tu mejor amigo, por siempre".
            
  ¿Te suena conocida esta historia?
            
            No sabes como me arrepiento no haber ido con mi amigo y decirle tan sólo una vez más:
            
            "TE QUIERO Y ERES MI MEJOR AMIGO".
            
            Pero mi orgullo era más grande. No le podía perdonar que no aprobara mis  rebeldías hacia mis padres.
            
  ¿Cuántas veces no hemos perdido amigos, por insignificancias como éstas, siendo que ellos sólo quieren 
            nuestro  bienestar?
            
            Hoy yo te cuento mi historia, para que no te pase lo mismo que a mí.
            
            Si tienes un amigo dile lo  mucho que lo quieres, y si por alguna razón has perdido un 
            amigo, piensa que no lo  has perdido, simplemente se han separado un poco, pero estás a  
            tiempo de recuperarlo. 
            
            No dejes que tu orgullo pueda más que tu corazón, te lo dice la  persona que perdió un amigo  por culpa del orgullo.
            
            "La  amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final"
            
  "Los  verdaderos amigos pueden  crecer separadamente, sin quedar divididos por la distancia"
  
  "¡Qué  difícil es ganar un amigo  en un año, y qué fácil es perderlo en un momento!"