Friday April 26,2024
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EN ADORACION
Testimonio de Catalina
  



Prólogo

Introducción
Jesús el buen Pastor

Capitulo I
El Trono de Dios

Capitulo II
Por Quiénes Pedir

Capitulo III
La Comunión de los Santos

Capítulo IV
Las Ofensas a nuestro Redentor

Capítulo V
Los Misterios del Reino

Capítulo VI
Dios Quiere Habitarnos

Capítulo VII
"Vengan a mi los Agobiados..."

10»Capítulo VIII
Las Pruebas de su Presencia

11»Capítulo IX
Conocerse para Cambiar

12»Capítulo X
La Misericordia del Señor

13»Capítulo XI
Un Bálsamo y Doce Promesas

14»Capítulo XII
Juan Pablo II - Cerca del Trono

15» Oraciones
del Siervo de Dios:
S.S. Juan Pablo II

 


 

 

9» Capítulo VII
"Vengan a Mí Los Agobiados..."

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

1) Cuántas veces nos privamos de caminar con esa maravillosa Compañía, porque no sabemos primero llenarnos de Él y dejarnos "dorar" por el Sol de Su Presencia Eucarística.

2) Nos privamos de Su protección continua; de poder ver la abundancia de frutos en nuestra vida, en los momentos buenos y en los adversos especialmente, porque es en momentos críticos cuando puede verse si los frutos que llevamos son permanentes.

3) Qué lástima por aquellas personas que reciben al Señor con la costumbre de la rutina diaria, sin el asombro de decirle nada nuevo a Jesús, sino siempre las mismas palabras gastadas, o lo que es peor, no decirle nada, no sentir nada. Como si realmente estuvieran recibiendo un pedazo de pan.

4) Jesús dijo: "Qué puede asombrarte de los laicos si la mayoría apenas conoce de Mi Presencia Eucarística, están comenzando a creer que aquí Estoy vivo…

5) Qué puede asombrarte, si en muchas ocasiones compruebo en Mis propios hermanos, que las lecciones que He querido darles a través de tantos Milagros Eucarísticos, han resbalado sobre sus almas sin penetrarlas.

6) ¡Qué tristeza comprobar que tantos de los Míos, desde el momento de su ordenación no han adquirido aún Mi Espíritu, Mis sentimientos, y Mi programa de vida: rescatar al hombre mediante Mi entrega absoluta, abajarme hasta hacerme pan y
levantarlo de su pobreza a Mi Divinidad para conferirle Mi propia heredad.

7) Hijos Míos, se engañaría quien solamente viese en esta determinación un gesto espectacular y fugaz, tan sólo la lección, ingeniosa de un pedagogo incomparable.

8) En la tierra representé un papel al que Me entregué por entero. La voluntad de servicio brotaba de Mis entrañas, porque la decisión tomada por Dios de anonadarse, de humillarse y de sacrificarse, estaba siempre despierta, desde una eternidad, en las profundidades de Mí, el Verbo.

9) Es difícil comprender el alcance de Mi gesto, si no se Me coloca en la perspectiva de la Encarnación redentora.

10) Comprendan por qué deben cargar con su cruz de cada día: Así como era imposible participar en el más allá de Mi sociedad si Yo no Me humillaba y no pagaba Mi rescate de dolor, del mismo modo es imposible colaborar aquí abajo en la obra de salvación, si el que Me sigue no se conforma a la
Voluntad de Dios. Las dos ideas están ligadas.

11) Que no les llame la atención la metamorfosis que exijo a Mis Apóstoles aún hoy en día: La autoridad implica servicio. Yo, Hijo de Dios, asumí una naturaleza de esclavo. Sin embargo, no Me despojé de Mi personalidad Divina, aun sirviendo a Mis propios sirvientes, Me abajé sin perder Mi rango: no abandoné Mis prerrogativas.

12) Mi misión por excelencia ha sido siempre la de poner en evidencia el vacío del hombre, la laguna moral que Mi Amor Divino venía a llenar en el corazón de las Criaturas.

13) Mi tarea Divina es la de producir en el corazón endurecido e insensible de los hombres la impresión de su miseria, y hacerles recurrir al Dios de toda gracia, al Dios que muchos de ellos rechazan, para ser salvados de su ruina, ser perdonados y justificados.

14) Esta es la obra maravillosa que He cumplido en este mundo, y cumplo aún por medio de Mis Palabras y la acción del Santo Espíritu. Si la Luz descubre las faltas, también está ahí el Amor, presto para cubrirlas.

15) Acerquen al hombre a Mis Altares. No saben las cosas que se pierden por no acudir ante Mi Presencia para aprender a pedirlas. Tienen necesidades económicas y recurren a los Bancos o prestamistas, tienen problemas de salud y van de un
médico a otro en busca del remedio para sanarse, tienen problemas con sus hijos y buscan instituciones y gente profesional para que los ayude a lidiar con ellos… Casi todos ellos tienen problemas espirituales y observa esta Capilla, construida para que Mis hijos vengan a contarme
sus congojas, sus alegrías, y casi nunca viene nadie."

16) (El Señor hizo referencia a una capilla en un país de
Sudamérica, donde yo estaba en ese momento y que fue
construida para que se hicieran muchas horas de Adoración
Eucarística al mes)

17) Comencé a llorar diciéndole a Jesús que Él sabía cuántas veces y de qué maneras insistí para que esto se llevara a cabo. Aparte de un día a la semana, en el que un Santo Obispo va a celebrar la Santa Misa y expone a continuación el Santísimo Sacramento para Su Adoración, raras son las personas que acuden para acompañar al Señor durante el día.

18) Con Su dulzura acostumbrada, me consoló diciéndome que las personas que allá acudían eran escuchadas con especial atención, puesto que lo hacían con amor, sin un afán de ser vistas por otra persona que no fuera el mismo Jesús y que eso compensaba el desamor de los que únicamente asistían a grandes Iglesias cuando estaban llenas de gente, para llamar la atención de los sacerdotes o para tomar el ambón y dirigir las oraciones que eran hechas más para ser escuchadas por el hombre que por Dios.

19) Dijo a continuación: "Así están las cosas hoy en día, hijita, todos te dirán que no tienen tiempo, pero todos tienen problemas. Cuántos hay que esperan, para ocuparse de Dios y de las necesidades de su alma "un momento oportuno" que jamás se presenta; o que confían este cuidado a otros
hombres que han sido establecidos para cumplir ese deber, y no faltan quienes han tenido que vender la religión y sus principios morales, como quien vende cualquier artículo que sobra en el mercado.

20) Y cuando está en necesidad o enfermedad, el hombre acepta de buen grado un poco de religión para tranquilizar la conciencia, en cuanto a su responsabilidad de criatura delante de Dios; pero no la suficiente para acallar la solicitud de lo que pide el corazón.

21) Cómo quisiera que todos fuesen como Nicodemo, en el aspecto de que no fue salvado ni por su ciencia ni por su religión sino por su sencilla fe en Mis obras, que aunque no las comprendía en su totalidad, confiaba en ellas, sabiendo que su salvación no venía de él, sino únicamente de Dios.

22) Cómo quisiera que todos respondieran a esa poderosa Gracia que les es ofrecida con Amor. Ese hombre sabio y prestigioso ante sus semejantes, llega a comprender que la obra de la salvación es por sí mismo algo imposible de cumplir. Pero aprende también que Dios Ha intervenido para
librarlo de su estado de ruina y perdición.

23) Fue en presencia de su Salvador que el doctor de Israel descubrió el estado desesperado de su alma. En ningún otro lugar habría podido descubrir que La Luz y el Amor Divino habían cumplido su obra de salvación."

 

   


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