Wednesday April 24,2024
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Testimonio de Catalina
  



Prólogo

Introducción
Jesús el buen Pastor

Capitulo I
El Trono de Dios

Capitulo II
Por Quiénes Pedir

Capitulo III
La Comunión de los Santos

Capítulo IV
Las Ofensas a nuestro Redentor

Capítulo V
Los Misterios del Reino

Capítulo VI
Dios Quiere Habitarnos

Capítulo VII
"Vengan a mi los Agobiados..."

10»Capítulo VIII
Las Pruebas de su Presencia

11»Capítulo IX
Conocerse para Cambiar

12»Capítulo X
La Misericordia del Señor

13»Capítulo XI
Un Bálsamo y Doce Promesas

14»Capítulo XII
Juan Pablo II - Cerca del Trono

15» Oraciones
del Siervo de Dios:
S.S. Juan Pablo II

 


 

 

11» Capítulo IX
Conocerse Para Cambiar

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

1) ¿Cómo podríamos vivir la vida eterna si no resucitamos con Jesús? El Señor dijo: "quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna". Hoy esto tiene el mismo sentido de presente: El que come el Pan de vida hoy "vive de vida eterna" y está resucitado, en cuerpo y alma. Esto es un Misterio de Fe.

2) Y esa fe, cuando es verdadera, sólida, nos insta a
renunciar a todas las cosas para tenerlo TODO, como decía anteriormente el Señor. Y podemos estar seguros de que debemos pasar por momentos difíciles y molestos, pero éstos son necesarios para nuestra propia purificación. Es preciso que llegue el sufrimiento, el dolor o la pasión para alcanzar la resurrección. Este y no otro, es el verdadero camino del cristiano.

3) Un día, durante la Comunión me dijo: "Te lavaré con Mi Sangre, te saciaré con todo Yo mismo, porque quiero que tú estés tan unida a Mí que te sea muy fácil amarme en la tierra, en el Cielo, dondequiera que Me escondo, cubriéndome todo Yo con el Pan y con el Vino. Ven siempre a Mi fuego,
Soy el eterno, el invencible Amor; Soy tu Dios
…"

4) Ese día aprendí otra cosa: que al darse en la Comunión, Jesús nos dona Su Espíritu, lo hace difundiendo ese Amor evangélico que Él quiere que mantengamos encendido en nuestros corazones.

5) Este Amor no es terreno, limitado, sino que es universal como el del Padre que, hagamos lo que hagamos, Él nos envía la lluvia y el sol a todos, tanto a los buenos como a los malos, como dicen las Sagradas Escrituras.

6) Es un Amor que no vive esperando algo de los demás, porque toma siempre la iniciativa, porque es el primero en amar. Es un sentimiento que se hace uno con todos: para sufrir con nosotros, para gozar con cada uno de nosotros. Un Amor que se preocupa por todos, que espera a todos. Ese tipo de Amor que no es simplemente sentimental, no sólo de palabra, sino de hechos que lo hacen evidente.

7) Todos necesitamos que Jesús nos done Su Espíritu. Hay tantas personas, sobre todo en esta época, que tal vez a consecuencia de su poca fe o poco conocimiento de Dios, padecen de enfermedades que secan el espíritu y que le impiden realizar una positiva labor espiritual.

8) Necesitamos del Santo Espíritu. Quien acoge al Espíritu de Dios, entra en un proceso de conversión, ya que Su misión es transformar "creyentes" en discípulos, y discípulos en testigos de Jesucristo.

9) Cuán lamentable es ver que tantas personas que acuden puntualmente a la Misa dominical, están espiritualmente inactivas, como desganadas de toda inquietud de crecer espiritualmente, de conocer un poco más su fe.

10) Ahí se los ve, hundidos en una pasividad alarmante, sin preocuparse no sólo por mejorar su vida espiritual sino también incapaces de obrar el bien, como si su espíritu estuviese enfermo, a punto de languidecer. Es como si ignoraran o no creyeran que Jesús vino precisamente para conseguir que el hombre fuera capaz de levantarse contra él mismo, penetrando hasta lo íntimo de su ser para destrozar
aquello que de viejo y feo tiene dentro de sí.

11) Como si no entendiesen que Jesús sigue entre nosotros para hacer que en cada uno florezca lo que tiene de admirable y bello, para que el hombre sea capaz de alejar de sí las cadenas de su egoísmo, que lo convierte en el centro del planeta, para que el hombre sea capaz de sentirse no sólo hijo del Altísimo sino también hermano de los demás hombres.

12) Y no digo que esa gente no esté en Gracia, eso no.
Seguramente que la Gracia está, pero inactiva, sin proyección...

13) Yo creo que el conocimiento real de la Presencia de Jesús en la Eucaristía, debe animarnos a apoyarnos completamente en ese Cristo que quiere sacarnos de esa languidez espiritual, porque Él nos Ha prometido estar con nosotros hasta el último de nuestros días. Necesitamos caldear nuestro corazón con el fuego del Espíritu Santo, para que sane nuestros desánimos.

14) Si es débil nuestra fe, la Eucaristía es aquella fuente
que necesitamos para alimentarla. En la Persona de Cristo encontramos alivio a nuestros males. Es Su contacto en la Comunión, el diálogo en las horas de Adoración Eucarística, lo que libra nuestra vida de los efectos de las peligrosas enfermedades espirituales.

15) Donde está una de las Personas de la Santísima Trinidad están las otras Dos, ahí es donde debemos adorar y agradecer al Padre y recibir al Santo Espíritu. Muchos nos hemos llenado no de fuego sino de luces artificiales, pero necesitamos luz, calor y fuego de Dios para existir, para crecer, para acoger, para comprender, para transformarnos y ayudar a los otros a recorrer este mismo camino. Pedirle a Él, que habla en el silencio del alma, que nos dé un espíritu de recogimiento, para comprender lo que Dios quiere de nosotros; que nos dé la fortaleza, para animarnos a hacerlo.

16) Decía Jesús: "… pidan al Espíritu Santo que los habite para que siempre reconozcan las huellas de Dios, para que les devele el grandioso plan que el Padre tiene para cada uno de ustedes… para que trabaje en sus corazones cerrándolos a toda mezquina ambición, a la apariencia, a la
superficialidad, a la cobardía…

17) Cada persona debe saber desarrollar sus capacidades. Así, en vez de fijarse en los defectos de los demás, el discípulo es aquél que aprende a fijarse en sus propios defectos y debe pedir al Espíritu Santo que le enseñe a ser fructífero en su vida personal, de familia y como miembro de la Iglesia."

 

   


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