DESDE TODA LA ETERNIDAD
          Hijo mío, quiero recordarte una  vez más que te amo. Con amor eterno y gratuito te he amado. Como se alzan  los Cielos por  encima de la tierra, asi de grande es mi amor para ti.
          A lo largo de tu vida siempre he  estado a tu lado, te he cuidado, te he lavado tus heridas, nunca te he  dejado sólo, y nunca  te he dejado de amar. Eres el hijo de mis complacencias, porque yo te hice, yo  te formé. Cual la ternura de un Padre para con sus hijos, así de tierno soy  Yo para quienes me buscan.
          Eres lo más hermoso que tengo...  Te amo. Te amo porque eres la obra maestra de mis manos... Te amo.
          Te amo como un Padre amoroso...  Te amo íncondicíonalmente, y me importas muchísimo. Te amo, seas joven o viejo,  seas rico o seas  pobre, obrero o campesino. Te amo tal y como eres. Te amo con tus cualidades y defectos.  Aunque fueras el más pecador que hay sobre la tierra, no dejaría por eso de amarte...  Te amo.
          Muchas veces te has sentido solo,  pero no lo has estado. Siempre he estado junto a tí de día y de noche. ¿Podría una  madre olvidarse  del hijo de sus entrañas? Pues Yo, de ti nunca me podré olvidar. Yo soy Amor; no puedo  dejar de amarte; te amo tal y como eres. Yo te formé, yo te hice. Mí amor es  incondicional, no cambia. Aunque  los montes cambien de lugar y las colinas se muevan, el amor que te tengo no se  apartan jamás de tí. Te amo y te seguiré  amando, porque mi amor es para siempre.
          Mientras tú duermes, yo te cuido.  Cuando tú duermes mí corazón esti ¡unto a tí. Si no lo sabes, tú eres lo que Yo  más quiero, lo  que Yo más amo.
          En mi corazón siempre ocupas el lugar más importante. El amor que te tengo, no te cuesta nada; lo único  que hoy te pido es que te dejes amar... Déjate amar, sólo déjate amar.
          Te  amo.