AHORA QUE NO ESTÁN
          Ahora que no  están, déjalos ir al encuentro del Señor; no te preocupes tanto por ellos, pues lo tienen TODO. Están llenos del Señor... ALÉGRATE con ellos.
          Preocúpate  por ti que te falta camino por andar.
          Ocupa tu  cabeza en pensar, Señor, ¿qué esperas de mí ahora?, ¿qué debo aprender, cambiar?,  ¿valoro lo que me has dado Señor?, ¿cuál es la mejor forma de honrar su memoria y de que ellos se  sientan orgullosos de mí?..., ¿qué les gustaría a ellos que hiciera?
          Hay muchas  formas de tomar lo que  sucedió: ¿por qué paso?, ¿si no hubiera?,  ¿por qué Dios lo permitió?... Tantas  formas de tomarlo, todas ellas tan válidas, como seres humanos somos. . ¿Los  amé lo suficiente?, ¿les pedí perdón  o los perdoné?, ¿les di todo lo que  tenía para darles o me limité en  ello?, ¿por qué no nos  reconciliamos?, ¿debí llamarlos más  seguido?, ¿por qué no los visité  antes?, ¿por qué dejé pasar tanto  tiempo?...
          ¿Si tan sólo los hubiera visto una  vez  más?, ¿un último abrazo, una última caricia, un simple beso y un hasta pronto?...
          Todo esto y más ya quedó atrás, hoy  ellos te dan una oportunidad de vivirlos en tu corazón y en tus actos, hoy te hacen un  fuerte llamado a no dejar pasar el tiempo para dar lo mejor de ti y para hacerlas  cosas lo mejor  posible.
          Hoy te están  gritando: "Quiere, perdona, llama, abraza, acaricia, reconcilíate, abre tu  corazón, sé positivo, besa, entrega todo, no esperes un  solo minuto, no sabes cuánto tiempo tienes... Vive para amar y sé feliz cada instante.  Haz todo esto con tus amigos, enemigos, con todos tus conocidos, también con desconocidos,  con todo el mundo... pero especialmente con tu  familia".
          Dios es amor,  y amar es la mejor manera de vivirlo y de llegar a Él, así también los vivirás a ellos que ya están allá  arriba.