Thursday April 25,2024
Iniciar pagina principal Quienes somos y que hacemos Mision principal del sitio en internet Como rezar el santo rosario, oraciones, etc. Base de datos de documentos recopilados Servicio de asesoria via e-mail. Calendario de eventos en el bimestre Personas para establecer contacto
 
Reflexiones sobre las últimas palabras de Jesús

  
DEL SINAI AL CALVARIO
Reflexiones Sobre las Últimas Palabras de Jesús.

Testimonio de Catalina
  


»  Prólogo

»  Introducción


LOS MENSAJES:

»  Primera Palabra:
"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen…"

»  Segunda Palabra:
"En verdad te aseguro que hoy mismo estarás Conmigo en el Paraíso"

»  Tercera Palabra:
"Mujer, ahí tienes a tu hijo… Hijo, ahí tienes a tu Madre…"

»  Cuarta Palabra:
"Tengo Sed…"

»  Quinta Palabra:
"Señor, Señor… ¿Por qué Me Has abandonado…?"

»  Sexta Palabra:
"¡Todo está consumado…!"

»  Séptima Palabra:
"Padre… ¡En Tus manos encomiendo Mi Espíritu…!"



»  Palabras Finales de Catalina

»  Citas Bíblicas Referidas a Jesús

 

» Cuarta Palabra:
"Tengo Sed…"

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

La enseñanza de Jesús en este momento consistía en mostrarme Su Rostro y dejarme ver que estaba muy pálido, detrás de ese baño de Sangre. En ese momento el cielo empezó a oscurecerse, hasta ponerse casi como si fuera de noche, era
como si hubiera un eclipse.

Los oscuros nubarrones presagiaban tormenta, decenas de relámpagos zigzagueaban en el horizonte y truenos muy fuertes retumbaban haciendo temblar la tierra.

De pronto aparecieron centenares de Ángeles alrededor de toda la escena. En un movimiento conjunto, perfectamente sincronizado, todos ellos se postraron para adorar a Jesús, con las manos juntas y en silencio, mientras sus brillantes rostros reflejaban una profunda tristeza. Él Tenía la lengua
y los labios muy secos, pastosos. Nuevamente Su voz adquirió un matiz cansado, como si le costara hablarme, y me dijo: "Contempla esta escena, querida Mía y aprende que los Míos no pueden marchar sin cruz por la vida."

"Ve y dile al mundo lo que estás aprendiendo, y si quieren callarte, grita más fuerte todavía, por la fuerza del amor que te une a Mí, como unidos están estos dos maderos para formar un instrumento de salvación para el género humano."

"Di a las almas consagradas, que la cruz que llevan, no es únicamente para que adorne su pecho o los identifique superficialmente Conmigo. Primero deben revestirse de ella, aprender a 'acomodarse' en ella, en lugar de huir de ella. Diles que no pueden ambicionar el Tabor si no han pasado antes por el Gólgota; que aquí, en la Cruz, es donde aprenderán la caridad, la humildad, la pobreza de espíritu, la templanza en todos los actos de su vida."

"Asegúrales que Yo doy prueba y testimonio de que, desde la experiencia de la cruz, se puede vencer fácilmente al demonio. Contémplame: Soy verdadero Hombre, en el cual la carne manifiesta sus limitaciones, y verdadero Dios al demostrarles la fuerza implacable del Amor agápico.
"

"Oren por aquellos que no conocen de sufrimientos, porque de cierto, no están entre los Míos… Observa a estos dos condenados que Me flanquean y medita acerca de las formas en que los hombres llevan sus cruces."

"Unos la llevan con rabia, con rencor, en medio de mucho pesar. Quien carga una cruz en semejantes circunstancias y con esos sentimientos, de hecho carga una cruz que no tiene sentido, puesto que en lugar de acercarlo, lo aleja de Mí. Por lo general esa es la cruz de aquellos que se niegan a
comprender el sentido del sufrimiento que adquiere dimensiones sobrenaturales. Esa es la cruz que tiene el ladrón de Mi izquierda: es la cruz que siempre será pesada y que nunca podrá redimir."

"Dimas, a Mi derecha, acepta su cruz con resignación, y hasta con dignidad, asumiéndola primero, porque no le queda más remedio. Pero de pronto, cuando Me reconoce y sabe que Soy el Hijo de Dios, acepta esa cruz reconociéndose pecador y pidiendo que a través de ella, la Misericordia se
acuerde de Él.
"

"Finalmente, Me tienes a Mí aquí, frente a ti. Abrazado a Mi Cruz redentora, para enseñarles a cargar la suya. Los invito a ser corredentores Conmigo, reparando sus propios pecados y los de todos los hombres. Sepan que esta forma de cargar
la cruz se refleja en su conducta, cuando frente a ustedes tienen contrariedades y dolores y a través de ellos se acercan a Mí, y sacan utilidad de ellos para testimoniar ante los hombres; cuando abrazan su cruz y desde allá pueden sentir que lo único que desean es fortaleza, porque la sed de almas los abrasa a ustedes.
"

"Tengo Sed…"

"Sí, tenía la boca y la lengua secas, estaba deshidratado y la fiebre Me quemaba, por eso tomaron una lanza y con un estropajo, pusieron en Mis labios hiel y vinagre, para burlarse aún más cuando se Me ampollase la boca."

"Cuando dije tengo sed, aún tenía la vista fija en Mi Madre, en Juan y un poco más allá, en la mujer pecadora que ante semejante visión, ni siquiera se sentía digna de acercarse para tocarme compadecida. Tal era el sentimiento de culpa que la embargaba, que se limitaba a llorar mirándome con impotencia. ¡Bendita Magdalena, que permaneciste al pie de Mi Cruz dejando que tus lágrimas se mezclaran con la Sangre redentora que iba cayendo en tierra!"

"Por tu amor y tu dolor fuiste redimida y premiada con Mi primera aparición ante los hombres. Por haber amado tanto, tus pecados fueron lavados y quiso el Padre premiar tu conversión y tu sacrificio, colocándote en los Altares junto a Mi Madre y a Juan, para que todos los que se creían
"justos y sabios" se inclinasen luego ante la que condenaban, y así se cumpla el Magnificat de María al decir que Dios "enaltece a los humildes" y que a los "hambrientos los colma de bienes"
.

Entonces Jesús empezó a explicarme los motivos y los sentimientos que lo inundaban cuando dijo: "Tengo sed", y todo va muchísimo más allá de lo que uno puede imaginar. Jesús no dijo: "agua", que hubiera sido lo más fácil y práctico, si de verdad hubiese querido beber. De hecho, Él ni siquiera pensó en agua, porque estaba diciéndonos que tenía sed de nosotros, sed de almas, sed de que entendiéramos todos, el infinito valor de aquello
que estaba sucediendo
.

Quien ha sentido alguna vez verdadera sed... sed de ingerir líquido, sabe lo que eso significa... Invito al lector a que lo pruebe alguna vez, con la prudencia necesaria y ofreciéndoselo al Señor… Dentro de las necesidades humanas, quizás la sed sea la más apremiante, y mucho más aún en
situaciones de fatiga extrema... Pienso que fue precisamente por eso que el Señor lo dijo... Quien tiene sed no puede esperar para satisfacerla, es un ansia que devora...

Jesús tenía sed de vernos unidos en torno a Sus enseñanzas, tenía sed de ver una Iglesia unida y no dividida, "porque en este grupo hay mejores cantos o los predicadores hablan más bonito y en un lenguaje más moderno que los otros..."; "porque estos trabajan con ese padrecito y esos otros con
aquel..."; "porque este grupo es muy pietista, en cambio el otro se identifica más con los pobres..."; "porque aquí no se me da el espacio que merezco y allá sí...
"

Tenía sed de ver a todos los que proclamamos a Cristo como Salvador nuevo, unidos por el amor y no separados por los intereses mezquinos, egoístas, y materiales. Quería que aquellas Bienaventuranzas proclamadas con toda la fuerza y
la dulzura de Su Corazón un día, como el único camino de salvación para los hombres, hicieran carne en los nuestros. Tenía sed, en fin, de vernos ayudándonos, de hombre a hombre, de comunidad a comunidad, de parroquia a parroquia, de apostolado a apostolado, no compitiendo ni destruyéndonos como si fuésemos enemigos políticos que van en busca de un botín.

Tenía sed de ver a Sus Obispos y sacerdotes uniendo, edificando, derramando Misericordia, ayudando, apoyando, aconsejando, alentando a los pecadores laicos, que muchas veces no sabemos por dónde empezar a trabajar, porque nos ponen cargas que muchos de ellos no pueden levantar,
con todo el camino que llevan recorrido, supuestamente tratando de crecer en la Fe.

"Quería gritarle al hombre que venga tal como es y que beba de Mi sed, de esa corriente de dolor que nacía del Amor mismo. Tenía sed de ver que todos los niños tuvieran un hogar feliz, no un padre o una madre alcohólica. Tenía sed de ver niños mentalmente sanos, sin traumas por haber visto violada su intimidad y su inocencia. Tenía sed de ver a esos pequeños que amaba tanto, con deseos de construir un mundo mejor, y conociendo los valores evangélicos."

Jesús tenía sed de los jóvenes que habrían de entregarle su vida renunciando al mundo, y de aquellos que estando en el mundo proclamarían la Buena Nueva, desde el lugar que libremente hubieran elegido.

Cristo tenía sed de mujeres que, tomando como ejemplo a otras santas mujeres, edificásemos– comenzando por la Iglesia doméstica- una sociedad más justa y con valores morales; enseñando a nuestros hijos y a los ajenos a tener a Dios como principio y fin de nuestro paso por la tierra.
Jesús tenía sed de almas, de todas las almas por las cuales estaba derramando hasta la última gota de Su Sangre. Desde lo alto de la Cruz, miraba tus pecados y los míos y gritaba a la humanidad:

"Tengo sed de esta alma…" "Esta es el alma por la que estoy sufriendo tanto, tengo sed, tengo hambre,
tengo necesidad de ella para poder aplacar este calor que Me ocasiona la fiebre de las heridas, que al infectarse han lesionado Mi humanidad…"

"Tengo sed de oración, de paz en las familias, en las comunidades, en el mundo entero; sed de saber que todos responderán a Mi llamado un día; sed de almas generosas que se ofrezcan como "Pararrayos" de la justicia Divina, para salvar a las otras almas…"

"Tengo sed de ti, hija Mía, de tu ayuda, de tu perseverancia. Pero, cuidado con los lobos vestidos de ovejas. Si ves que, quien trata de detener tu paso es un comerciante, ten mucho cuidado, No vaya a ser que quiera cambiarte la Cruz que te he dado por una corrupta y pretendida sabiduría."

"Silenciosamente continúa tu camino, aunque con mucha cautela, abrazando con mayor fervor el madero que pesa sobre tus hombros, y sigue las huellas de Mi Sangre para que te dirijan siempre hacia Mí… Y si alguno de tus verdugos comienza a golpearte de frente, no te cubras la cara contra el insulto o el golpe, ni trates de defenderte… Ofrécele
también tus espaldas, para que el mundo te reconozca Mía por tus heridas, porque te aseguro que quienes te golpeen serán los mismos que Me golpearon a Mí. ¡Alégrate por estar entre los que pertenecen a Jesús!
"

Esa sed que tenía Jesús era Su testamento, dejándonos todos Sus méritos a nosotros, los pecadores, para que en virtud de ellos nos salváramos. Jesús tuvo sed incluso de aquellos
ateos y apóstatas que veinte siglos más tarde dirían que el demonio y el infierno no existen; que la Eucaristía es sólo un símbolo, una conmemoración; que Él, siendo Dios, no sintió los dolores de Su Pasión y que por ello no sufrió lo que hubiera sufrido cualquier otro hombre; que se exagera
cuando se pintan retratos de un Cristo "demasiado sufriente"; que el Cristo histórico es distinto del Cristo idealizado por la devoción popular; que Jesús no puede hablar ya a los hombres porque en Su tránsito por esta tierra lo Ha dicho todo... ¿Y si no sabemos escucharle? ¿Si hemos perdido la capacidad de asombrarnos con las enseñanzas del Evangelio, de solidarizarnos con ese Cristo sufriente, y de aprender a amar a nuestros hermanos...?

Jesús tenía sed de ver cristianos que se comprometieran a trabajar por difundir el Reino de los cielos en el corazón de los hombres. No quería nuestra cómoda mediocridad de
"asistentes a Misa el domingo" y nuestra "membresía" a algún "Apostolado" como si se tratase de la filiación a un club, para entablar mejores relaciones sociales y de paso tratar de mitigar el peso de nuestras conciencias.


Cristo nos veía desde Su eternidad y sentía sed, verdadera y acuciante necesidad de sacudirnos, para despertarnos del cómodo letargo de la tibieza espiritual en que caeríamos la mayoría de nosotros, los supuestos "buenos católicos". Esos y otros miles de motivos más, que alcanzarían para llenar centenares de páginas, fueron los que llevaron a Jesús a decir: "Tengo sed".

   


[Inicio] [ Blog] [Mision] [El Rosario] [Documentos] [Asesorias] [ Política de Privacidad] [Contacto ]

Copyright © 2022 Maria Luz Divina