» Palabras finales de Catalina
Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org
Muy apreciados sacerdotes, queridos Padres:
Hasta aquí este pequeño libro, testimonio de
favores nunca merecidos, tan sólo por el
inmenso Amor de Dios hacia la humanidad y hacia
ustedes, las almas consagradas.
Con el favor de Dios, estas páginas serán
entregadas para su difusión el día de la Virgen de
la Candelaria, mi madrina. A Ella encomiendo la
protección de todos ustedes.
Vienen a mi mente distintos pasajes y diferentes
Palabras de Jesús, que quiero compartir con
ustedes.
Llamó Jesús a sus doce apóstoles, les dio poder y
autoridad sobre todos los demonios y virtud de curar las
enfermedades. Y los envió a predicar el Reino de Dios y
curar a los enfermos. Y les dijo: "No lleven nada para el
viaje, ni alforjas, ni pan, ni dinero, ni ropa".
Después eligió a otros setenta y dos, a los cuales envió
delante de Él, de dos en dos, por todas las ciudades y
lugares adonde había de ir Él mismo. Y les decía: "La
mies es mucha y los obreros pocos. Rueguen, pues, al
dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Vayan
ustedes: he aquí que los envío como ovejas en medio de
lobos. Por lo tanto, deberán ser astutos como serpientes
y sencillos como palomas. El que los escucha a ustedes
me escucha a mí, y el que los desprecia, a mí me
desprecia. Y quien a mí me desprecia, desprecia a Aquel
que me ha enviado. Por mi causa los llevarán ante reyes
y gobernadores para dar testimonio de mí ante ellos. No
se preocupen de lo que tienen que decir, pues el Espíritu
Santo hablará por ustedes."
"Todos los odiarán por causa de mi nombre, pero el que
persevere hasta el fin, ese se salvará."
"No tengan miedo, pues no hay nada oculto que no
llegue a descubrirse. Lo que les digo de noche, díganlo a
la luz del día, y lo que les digo al oído, predíquenlo desde
los terrados. No teman a los que matan al cuerpo y no
pueden matar el alma; teman sólo a los que pueden
arrojar alma y cuerpo al infierno."
"Todo aquel que me reconozca delante de los hombres, yo
también lo reconoceré delante de mi Padre que está en los
cielos, pero quien me negare delante de los hombres, yo
también lo negaré delante de mi Padre que está en los
cielos."
Regresaron los setenta y dos llenos de gozo, diciendo: "Señor, hasta los demonios mismos se sujetan a nosotros
por la virtud de tu nombre."
Él les respondió: "Yo estaba viendo a Satanás caer como
un relámpago. Les he dado poder de tocar serpientes y
escorpiones y todo el poder sobre el enemigo y nada
podrá hacerles daño. Pero no se alegren tanto porque los
demonios se les sometan. Alégrense más bien porque sus
nombres están escritos en el cielo…"
Desde lo más profundo de mi corazón les doy las
gracias por todos los perdones otorgados a los
hombres en nombre de nuestra Iglesia, gracias por
entregar su vida a Quien es CAMINO, VERDAD Y
VIDA; por traernos a Jesús, Pan del Cielo, para
fortalecernos en este destierro temporal. Que Él sea
fuente de unión y caridad entre quienes
componemos Su Iglesia, para mayor Gloria de Dios
y la salvación de las almas.
Con profundo respeto y en el Amor Misericordioso
de Jesús,
Catalina
2 de febrero de 2004,
Día de la Presentación del Señor y
día de la Virgen de la Candelaria.