GRACIAS MAMITA LINDA
            
            Porque puedo reconstruir paso a paso mis  primeros años con  todas esas fotografías, clasificadas con tanto cuidado. 
            
            Por pedirme perdón en las ocasiones en que habías  sido injusta o cuando te  equivocabas. Así aprendí que se necesita tanta valentía para aceptar los errores, como para  corregirlos. 
            Por haber comenzado a aplaudir en aquel  festival, disimulando  que yo, para mi horror, había olvidado por completo cómo continuaba mi poesía. 
            
            Porque siempre has sabido cómo preguntarme qué me pasa, hasta conseguir que mis  preocupaciones se aligeren, al compartirlas contigo. 
            
            Porque me has hecho sentir que ninguna meta que me proponga alcanzar es  imposible. Y  porque realmente lo crees. Tu confianza en mí ha sido el mejor curso de superación  personal. 
            
            Tantas son las vocaciones ocultas de una madre: Es  la enfermera que no  retrocede ante la sangre de ninguna herida; el médico que adivina si el dolor presagia una enfermedad, o  una tarea difícil en la  escuela; el mejor  abogado para defendernos de maestros y entrenadores ciegos a nuestra excelencia; la psicóloga que calma  nuestros miedos;  el veterinario que cura nuestra mascota ...y se ocupa de ella; y también el filósofo, que nos explica los eternos  enigmas de la vida...