AMOR VS. CAPRICHO 
          El amor es paciente, y da tiempo a la relación para  que crezca. 
            El amor se controla a sí mismo y desea lo mejor para el otro. 
            El amor se centra en la persona y en su carácter, y  no sólo en sus rasgos  exteriores. 
            El amor no puede separarse de Aquel que es amor... Dios 
            El amor se edifica en la aceptación de sí mismo, y supone lo mejor en el otro, mediante una  confianza implícita. 
            
            El amor se construye sobre la amistad. Si se rompe  la relación, cada uno  queda mejor, por haberse  conocido. 
            
            El amor es veraz, y se caracteriza por una comunicación sincera y honrada. 
            El amor es fiel a los valores personales, aunque arriesgue la  terminación de la relación. 
            El amor soporta los altibajos de la vida, porque sabe que los sentimientos y las circunstancias  no alteran el compromiso de amar. 
            
            El amor mejora la calidad de una persona. 
            El  amor mejora la confianza en sí  mismo. 
            El amor  crece con el tiempo, y perdura a pesar de la  separación.
            El capricho es impaciente, imprudente, impulsivo e irrazonable. 
            El capricho es obstinado, y exige que se hagan las cosas a su  manera. 
            El capricho se basa sobre expectativas y condiciones  idealistas, no reales. 
            El capricho se enreda con las sensaciones del momento, y con frecuencia nos aleja de El. 
            El capricho, con frecuencia está inseguro de sí mismo, lo que  le pone celoso, y hace  posesivo del otro. 
            
            El capricho tiene una base insegura, y deja  cicatrices y recuerdos  dolorosos. 
            El capricho es falso, porque teme compartir su  verdadero yo, y ser  rechazado. 
            El capricho puede cometer acciones objetables, por  temor a perder al  otro. 
            El capricho crea nerviosismo en la amistad. 
            El  capricho y sus traumas consumen la energía, lo que hace arriesgar los estudios,  el trabajo y la amistad. 
            
            El capricho tiende a engendrar dependencia, y  sentimientos inadecuados acerca de sí mismo. 
            
            El  capricho se debilita con el tiempo  y la separación.