Tuesday March 19,2024
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MEDITACIONES

Jesus Meditando


»Padre Nuestro


»¿Los jóvenes de este Siglo ¿Son educados?

»Ahora lo Entiendo

»El secuestro no
es castigo de Dios

»Mi hermosa Niña de Galilea

»Benedicto XVI, a corazón abierto

»¿Es malo desear la muerte?

»¿Realmente existe el demonio?

»El actor de la película La Pasión atribuye su papel a Medjugorje

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»Carta de un Sacerdote

»María y los Santos.
¿Qué dijeron los santos acerca de la Virgen María?

»El culto a la santa muerte

»La liberación no es lo que prometía

»Un acto de amor al prójimo.
¡Dios nunca olvida!

»Una marca inborrable en mi vida

»¡Gracias por ser sacerdote!

»La Fiesta de la Misericordia

»Obediencia / Desobediencia

»María, Reina de Misericordia

»María libra del infierno a sus devotos

»¡Oh Dulce Virgen María!

»María alivia a los suyos las penas del purgatorio y les saca de ellas

»¿Y por qué faltar a misa el domingo es pecado?

»15 Razones del por qué el yoga es sumamente peligroso

»Por qué el Yoga, en la filosofía y en la práctica, es incompatible con el Cristianismo

»La Virgen derrama lágrimas en Ucrania

»Nuestro ángel de la guarda

»El corazón y la ciencia

»La soledad compañera
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»María, Causa de nuestra alegría

»El Poder olvidar, don de Dios

»María ha subido al cielo
en cuerpo y alma

»En nosotros está la lámpara maravillosa


»Una luz en la noche


»Ahora Cristo es más mío


»Entrevista con San Pedro
y San Pablo


»¿Son compatibles? Yoga y Cristianismo


»¿Estamos abiertos al Evangelio?


»Reina y Madre de sus
queridos hijos

»Los santos cuerpos incorruptos

»Cuando sufrir es bello

»Cada uno de nosotros es
un grano de trigo

»Jesús, la mejor opción en la vida

»Eucaristía y Sagrario

»En la frente... una cruz de ceniza bendecida

»Dejar que Cristo entre en corazón

»El ayuno, don total de
uno mismo a Dios

»Ante la presencia de Jesús ...un consolador recuerdo

»Que Nunca nos falte María

»La más tierna de las madres y la más poderosa de las Reinas

»La Noche Vieja

»Dios de Dios, Luz de Luz

»La Guadalupana, tu madre

»El clamor del Adviento

»Meditación ante el Santísimo Sacramento

» El Espíritu en acción, los carismas del Espíritu Santo

» Dios esta dónde le dejan entrar

» Obediente hasta la cruz

»¡Aquí estás presente, Señor!


» Vive, ama y perdona ¡ya!


»Con María, y un rosario
antes de Misa

»Reina y Madre de sus queridos hijos

»María es inmensamente
feliz en el cielo

»Madre enséñame a orar contigo
y como Tú lo hacías

»Los éxitos del Hijo son
también de su madre



»María, ahora es todo luz 



»Aceptó ser madre tuya por siempre 

»El amor más entrañable
ahí está por ti
 

»Creo en la misericordia divina

»Jesucristo Sacerdote

»María, la que más conoce y
mejor puede enseñar


»Presencia de Jesús y María
en nuestra vida


»Dulce huésped del alma

»Con María...esperado Pentecostés

»Enséñanos, María a aceptar
sin preguntar


»María te ofrece al Hijo de Dios

»No he venido a ser servida
sino a servir


»¡Gracias, por haber dicho que sí!

»El cielo es tuyo Subes o te quedas

»San José, hombre de trabajo

»Vocaciones y oración

»Cristo se deja llevar por
el Espíritu Santo


»Reír, sonreír y amar

»Tu actitud es más importante
que los hechos


»Eucaristía y compromiso de caridad

»La providencia de Dios

»Lo que Cristo quiere ser para ti

»Lo que ella sabía que su hijo cruzaba la hora más amarga

»Solemnidad del Cuerpo y
Sangre de Cristo


»Dolor, humillación y gloria
de las espinas




 
Autora: Juana Laguna G., hmsp  Fuente: Revista Inquietud Nueva, No. 154 de Jul-Ago 2010
www.cybersepa.org.mx

¿Es malo desear la muerte?


¿Es malo desear la muerte?«¿Pensar en el suicidio?

 ¡Claro que no! ¡No estoy tan loco como para hacer semejante cosa!»

Fue la respuesta que me dio un amigo cuando le pregunté si había pensado alguna vez en el suicidio como una salida a sus problemas.

La inquietud de saber qué es lo que lleva a una persona a pensar en la muerte llegó a mi corazón al recibir un mensaje de texto que decía: «hermanas, oren por un joven que está muy mal porque su amiga de la universidad se suicidó».

Obviamente nosotras hicimos lo que  nos pidieron, y oramos por el eterno descanso de la joven y por la paz de su amigo.

Dios nos presentaba un motivo para cuestionarnos por la infinidad de muertes violentas que suceden a cada momento, sobre todo las de jóvenes que tienen toda la vida por delante y deciden terminar con ella. Y es que, según los especialistas, la mayoría de los seres humanos han «deseado» la muerte, no importando su condición de vida: profesionistas, universitarios, inversionistas, actores, políticos, incluso religiosos.

Pero el problema no es lo bueno o malo que pueda ser desear la muerte, sino, como en todo acto de un ser humano, las intenciones que están detrás de esto.

Las circunstancias que llevan a muchos a quitarse la vida pueden ser muy variadas y a veces insignificantes: perder el empleo, el año escolar; sacar una mala nota  en los exámenes; experimentar la infidelidad en el matrimonio o en el noviazgo; el enterarse de padecer una enfermedad mortal; la depresión; el haber perdido un familiar muy amado; el no querer hacer daño o afrontar la vida con sus responsabilidades.

En todos los casos, es el pesimismo, la amargura, el derrotismo y la desesperación lo que lleva a uno a matarse para evadir problemas. Es esto lo que vale la pena considerar.

Muchos hombres y mujeres santos han pensado en la muerte pero no como una escapatoria a sus problemas, sino como un medio para encontrar la verdadera vida; no como una huida, sino como una última prueba que afrontar con valor. En sus expresiones denotaban sus intenciones puras: santaTeresa de Ávila expresaba, por ejemplo: «Muero porque no muero, y tan alta vida espero, que muero porque no muero».

San Ignacio de Antioquía, en su carta a los romanos, decía: «Soy trigo de Dios, dejad que sea pasto para las fieras, porque sólo así, llegaré a ser pan limpio de Cristo. Os escribo esto en vida, pero deseando morir».

También san Pablo transparentaba sus sentimientos en torno a este problema. El gran misionero del Evangelio, decía que deseaba estar ya ante la presencia de Dios, pero que no sabía si quedarse entre los cristianos, a fin de seguir sirviéndoles, o partir al encuentro del Padre. También el Papa Juan Pablo II habló de este encuentro en su último aliento: «Dejadme ir a la casa de mi Padre».

Los santos no han buscado escapar de las dificultades, sino el encuentro con Dios. La muerte no hay que pedirla, sino aceptarla cuando llega, para lo cual hay que prepararse.

Aprendamos a vivir con plenitud, anhelando lo que tendremos para toda la eternidad, que es el amor pleno. Todo llega a su tiempo, cuando, donde y a la hora que Dios lo quiere.

 

   


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