1-10» Vive la Santa Misa
Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org
1) En la maravillosa catequesis con la que el Señor y la
Virgen María nos han ido instruyendo -en primer
lugar enseñándonos la forma de rezar el Sto. Rosario, de
orar con el corazón, de meditar y disfrutar de los
momentos de encuentro con Dios y con nuestra Madre
bendita; la manera de confesarse bien- está la del
conocimiento de lo que sucede en la Santa Misa y la forma
de vivirla con el corazón.
2) Este es el testimonio que debo y quiero dar al mundo
entero, para mayor Gloria de Dios y para la salvación de
todo aquel que quiera abrir su corazón al Señor. Para que
muchas almas consagradas a Dios, reaviven el fuego del
amor a Cristo, unas que son dueñas de las manos que
tienen el poder de traerlo a la tierra para que sea nuestro
alimento, las otras, para que pierdan la "costumbre
rutinaria" de recibirlo y revivan el asombro del encuentro
cotidiano con el amor. Para que mis hermanos y hermanas
laicos del mundo entero vivan el mayor de los Milagros
con el corazón: la celebración de la Santa Eucaristía.
3) Era la vigilia del día de la Anunciación y los
componentes del grupo nuestro habíamos ido a
confesarnos. Algunas de las señoras del grupo de oración
no alcanzaron a hacerlo y dejaron su confesión para el día
siguiente antes de la Santa Misa.
4) Cuando llegué al día siguiente a la Iglesia un poco
atrasada, el señor Arzobispo y los sacerdotes ya estaban
saliendo al presbiterio. Dijo la Virgen con aquella voz tan
suave y femenina que a una le endulza el alma.
5) "Hoy es un día de aprendizaje para ti y quiero que
prestes mucha atención, porque de lo que seas testigo
hoy, todo lo que vivas en este día, tendrás que
participarlo a la humanidad". Me quedé sobrecogida
sin entender pero procurando estar muy atenta.
6) Lo primero que percibí es que había un coro de voces
muy hermosas que cantaban como si estuviesen lejos, a
momentos se acercaba y luego se alejaba la música como
con el sonido del viento.
7) El señor Arzobispo empezó la Santa Misa, y al llegar a la
Oración Penitencial, dijo la Santísima Virgen:
8) "Desde el fondo de tu corazón, pide perdón al Señor
por todas tus culpas, por haberlo ofendido, así podrás participar dignamente de este privilegio que
es asistir a la Santa Misa."
9) Seguramente que por una fracción de segundo pensé: "Pero si estoy en Gracia de Dios, me acabo de confesar
anoche".
10) Ella contestó: "¿Y tú crees que desde anoche no has
ofendido al Señor? Déjame que Yo te recuerde
algunas cosas. Cuando salías para venir aquí, la
muchacha que te ayuda se acercó para pedirte algo y
como estabas con retraso, a la apurada, le
contestaste no de muy buena forma. Eso ha sido una
falta de caridad de tu parte y dices no haber
ofendido a Dios...?"