11-20» Vive la Santa Misa
Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org
11) "De camino hacia acá un autobús se atravesó en
tu camino, casi te choca y te expresaste en forma
poco conveniente contra ese pobre hombre, en lugar
de venir haciendo tus oraciones, preparándote para
la Santa Misa. Has faltado a la caridad y has
perdido la paz, la paciencia. ¿Y dices no haber
lastimado al Señor...?"
12) "En el último momento llegas, cuando ya la
procesión de los celebrantes está saliendo para
celebrar la Misa...y vas a participar de ella sin una
previa preparación...."
13) -Ya, Madre Mía, ya no me digas más, no me recuerdes
más cosas porque me voy a morir de pesar y vergüenzacontesté.
14) "¿Por qué tienen que llegar en el último momento?
Ustedes deberían estar antes para poder hacer una
oración y pedir al Señor que envíe Su Santo Espíritu,
que les otorgue un espíritu de paz que eche fuera el
espíritu del mundo, las preocupaciones, los
problemas y las distracciones para ser capaces de
vivir este momento tan sagrado. Pero llegan casi al
comenzar la celebración, y participan como si participaran de un evento cualquiera, sin ninguna
preparación espiritual. ¿Por qué? Es el Milagro más
grande, van a vivir el momento de regalo más grande
de parte del Altísimo y no lo saben apreciar."
15) Era bastante. Me sentía tan mal que tuve más que
suficiente para pedir perdón a Dios, no solamente por las
faltas de ese día, sino por todas las veces que, como
muchísimas otras personas, esperé a que termine la
homilía del sacerdote para entrar en la Iglesia. Por las
veces que no supe o me negué a comprender lo que
significaba estar allí, por las veces que tal vez habiendo
estado mi alma llena de pecados más graves, me había
atrevido a participar de la Santa Misa.
16) Era día de Fiesta y debía recitarse el Gloria. Dijo
nuestra Señora: -"Glorifica y bendice con todo tu
amor a la Santísima Trinidad en tu reconocimiento
como criatura Suya".
17) Qué distinto fue aquel Gloria. De pronto me veía en un
lugar lejano, lleno de luz ante la Presencia Majestuosa del
Trono de Dios, y con cuánto amor fui agradeciendo al
repetir: "...Por tu inmensa Gloria Te alabamos, Te
bendecimos, Te adoramos, Te glorificamos, Te damos
gracias, Señor, Dios Rey celestial, Dios Padre
Todopoderoso y evoqué el rostro paternal del Padre lleno
de bondad... Señor, Hijo único Jesucristo, Señor Dios,
Cordero de Dios, Hijo del Padre, Tú que quitas el pecado
del mundo..." Y Jesús estaba delante de mí, con ese rostro
lleno de ternura y Misericordia: "...porque sólo Tú eres
Dios, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu
Santo..." el Dios del Amor hermoso, Aquel que en ese
momento estremecía todo mi ser...
18) Y pedí: "Señor, libérame de todo espíritu malo, mi
corazón te pertenece, Señor mío envíame tu paz para
conseguir el mejor provecho de esta Eucaristía y que mi
vida dé sus mejores frutos. Espíritu Santo de Dios,
transfórmame, actúa en mí, guíame ¡Oh Dios, dame los
dones que necesito para servirte mejor...!"
19) Llegó el momento de la Liturgia de la Palabra y la
Virgen me hizo repetir: "Señor, hoy quiero escuchar Tu
Palabra y producir fruto abundante, que Tu Santo
Espíritu limpie el terreno de mi corazón, para que Tu
Palabra crezca y se desarrolle, purifica mi corazón para
que esté bien dispuesto."
20) "Quiero que estés atenta a las lecturas y a toda la
homilía del sacerdote. Recuerda que la Biblia dice
que la Palabra de Dios no vuelve sin haber dado
fruto. Si tú estás atenta, va a quedar algo en ti de
todo lo que escuches. Debes tratar de recordar todo
el día esas Palabras que dejaron huella en ti. Serán
dos frases unas veces, luego será la lectura del
Evangelio entera, tal vez solo una palabra, paladear
el resto del día y eso hará carne en ti porque esa es la
forma de transformar la vida, haciendo que la
Palabra de Dios lo transforme a uno".