Friday April 26,2024
Iniciar pagina principal Quienes somos y que hacemos Mision principal del sitio en internet Como rezar el santo rosario, oraciones, etc. Base de datos de documentos recopilados Servicio de asesoria via e-mail. Calendario de eventos en el bimestre Personas para establecer contacto
 

El Evangelio como me ha sido revelado

Autor: Dr. Scott Hahn
Fuente: Centro San Pablo
de Teologia Biblica

« LECCION 2 de 6 »

Entregado por ustedes:
El Sacrificio en el Antiguo Testamento

Lección: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ] [ 4 ]
[ 5 ] [ 6 ]


I. Ritos Iniciales

»La misericordia y la gloria de Dios

»Nuestro sacrificio

II. Orígenes del Culto

»El primer sacerdote

»Ofrecer al hijo amado

»Sacrificio pascual

»El Templo real

III. La casa del sacrificio

»Los tiempos de sacrificio

»El significado del sacrificio

»El sacrificio de acción de gracias

»“En todas partes ofrecen sacrificio”

IV. Preguntas para reflexionar

»Para Meditación Personal

 

III- La Casa del Sacrificio
Sacrificio de acción de gracias


En las liturgias del Templo que son relatadas en el Libro de Salmos y en los escritos de los profetas, vemos un desarrollo del entendimiento que los holocaustos no eran todo lo que Dios requería. Él exigía un sacrificio “interior” y “espiritual” también.

El sacrificio espiritual no estaba opuesto al sacrificio de animales. Idealmente, los sacrificios que los israelitas ofrecían en el Templo reflejaban su intención de ofrecerse a Dios con un espíritu contrito y humilde.

Los profetas, sin embargo, vieron que se habían desconectado los sacrificios que se ofrecían en el Templo y los corazones del pueblo.

Isaías dijo que su falta de fe y justicia hizo que sus sacrificios no valieran nada (cfr. Is. 1:10-16; Am. 4:4-6; Mal. 1:10, 13-14).

Jeremías les recordó que Dios no les mandó holocaustos cuando los libró de Egipto sino deseó que su pueblo anduviera por sus caminos y escuchara su voz (cfr. Jer. 7:21-24; Miq. 6:6-8).

Con el tiempo, Israel pudo ver que amor y no sacrificio es lo que Dios verdaderamente quiere (cfr. Os. 6:6).

El salmo 40 menciona específicamente los sacrificios de animales, cereales (oblación), holocaustos y sacrificios por los pecados. Dios no los quiere ni busca, canta el salmista, más bien desea “oídos abiertos para la obediencia” y corazones que se deleitan en la voluntad divina.

El salmo 40:1-11 es clasificado como uno de los todah (to-dáh) salmos (por ejemplo, Sal. 18; 30; 32; 41; 66; 69; 118; 138).

Todah es una palabra hebrea que quiere decir “sacrificio de acción de gracias.” De hecho, fue traducida por la palabra griega “eucharistia,” de donde proviene eucaristía.

Muchos de los salmos fueron escritos para acompañar el sacrificio de acción de gracias (todah), un tipo de “sacrificio de comunión” que incluía una comida sagrada con pan, carne y a veces vino, ofrecidos con familiares y amigos en el Templo (cfr. Lev. 7:1-21).

Una persona realizaba este sacrificio de acción de gracias y alzaba “la copa de salvación” (cfr. Sal. 116:13-14; 17-18) por haber sido liberada por Dios de algo que amenazaba su vida, una enfermedad seria, persecución o un peligro mortal.

Cantando los salmos todah, el que ofrecía el sacrificio glorifica Dios y celebra la nueva vida que le fue otorgada por los hechos maravillosos de Dios.

El Salmo 69 es un buen ejemplo de un salmo todah. Inicia con una súplica de la ayuda de Dios (“Sálvame, oh Dios”), incluye un largo lamento sobre las aflicciones que enfrenta el creyente, y termina por glorificar a Dios con acción de gracias, alabando el nombre del Señor y exhortando a otros a esperar en él.

El Salmo 22 que Jesús oraba en la Cruz es otro salmo todah. El salmo inicia con un llanto de desesperación (“¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?”). Después narra los tormentos infligidos por manos de los malvados, y concluye con una nota de triunfo, alabando a Dios por escuchar y salvar al salmista.

Muchos otros salmos fueron compuestos como “himnos procesionales” para acompañar los sacrificios de Israel en el Templo. También estos revelan el sentido interior y espiritual de ellos. En estos salmos, el sacrificio se combina con la alabanza de Dios por librar a los israelitas de sus enemigos y opresores (cfr. Salmos 54:6-9; 66:5-9, 13-20; 107:21-22; 116:3-4, 8-9, 17-18).

Al ofrecer alabanza y acción de gracias, el orante estaba comprometiéndose a dar su vida a Dios en acción de gracias: “Cumpliré, oh Dios, los votos que te hice, sacrificios te ofreceré de acción de gracias, pues, rescataste mi vida de la muerte para que marche en la presencia de Dios iluminado por la luz de la vida” (cfr. Salmos 56:13-14; 40:6-8; 51:16-17; 50:14,33; 141:2).

Textos escritos más tarde en el Antiguo Testamento hasta ofrecen “modelos” para el sacrificio de corazón requerido por Dios (cfr.1 Sam. 15:22; Prov. 21:27; Sir. 34:18-19).

Isaías profetiza que Dios mandará un “siervo” que ofreciera su propia vida por el pueblo (cfr. Is. 42:1-4; 49:1-6; 50:4-9; 53:11).

Este siervo es comparado con el cordero de sacrificio quien lleva la culpa del pueblo. Aplastado por los pecados del pueblo, traspasado por sus ofensas, él “da su vida como sacrificio por los pecados” (cfr. Is. 53:1-11).

En el testimonio heroico de sus mártires, Israel también desarrolló el concepto de un pueblo que libremente se entrega en obediencia a la Ley de Dios y hace reparación por los pecados de la nación. (cfr. 2 Mac. 6:12-7:40).




   


[Inicio] [ Blog] [Mision] [El Rosario] [Documentos] [Asesorias] [ Política de Privacidad] [Contacto ]

Copyright © 2022 Maria Luz Divina