II- Origenes del Culto
Ofrecer al hijo amado
El sacrificio de Melquisedec terminó con la bendición sacerdotal de Abraham. Y Abraham después volvería a Salem a ofrecer su propio sacrificio.
Fue en el monte Moria, un lugar después identificado con el del Templo de Jerusalén (cfr. 2 Cro. 3:1), que Dios pidió a Abraham el sacrificio de su único y amado hijo, Isaac.
Como podremos ver en la próxima lección, en la historia de Isaac “atado”, los autores del Nuevo Testamento vieron una figura del ofrecimiento del amado Hijo de Dios en la cruz (cfr. Gen. 22:12,15; Jn. 3:16).
Noten el lenguaje usado en Génesis 22. Las palabras “su hijo” o “el muchacho” salen 11 veces en 15 versículos. La única vez que habla Isaac, empieza con “Padre.” Como para centrar más en el punto, el narrador describe: “dijo Isaac a su padre...”
Todo esto tomará más importancia cuando estudiemos el sacrificio del Señor en la próxima lección.