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MI VIDA EN
NAZARET
Autor: Guliana in Crescio
Fuente: Reina del Cielo
« PARTE 4 de 4
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175. Es necesario distinguirse
en el amor de Cristo,
mirándolo crucificado, mirándolo coronado de espinas
176. Todos los apóstoles hicieron cosas grandes en el espíritu
y Jesús hizo cosas grandes
en ellos
177. Cristo desea el amor activo: ¡la caridad!
178. Las lágrimas de nostalgia son las más dulces
y más
amargas
179. La Iglesia un día estará
en todo el mundo y el mundo
será la Iglesia
180. Llevad la ley del amor
al mundo, la única ley
que
todo contiene
181. La Providencia es para quien cree en la Providencia
182. Esta tarea te ha sido asignada para este tiempo
183. En Jerusalén a menudo iba
a mirar aquel huerto donde
Jesús lloró lágrimas de sangre
184. Confiadme vuestras penas, confiadme vuestros
pensamientos.
185. Los dones del espíritu tienen siempre un precio,
que nadie querría pagar
con grandes cruces
186. Yo siempre he sido virgen, es necesario recalcar
esta verdad
187. Comprendo la nostalgia,
la misma que me acompañó
hasta que no me reuní con Jesús
188. El tiempo de la nostalgia, dulce y melancólico
sentimiento que acompaña
los días de quien
ha
perdido un ser querido
189. Y cuando comenzó a crecer la Iglesia estaba llena de
entusiasmo por lo que sentía
que habría de ser
la
Iglesia con el tiempo
190. El milagro continuo de Dios que obra en las criaturas
aún las de diversa religión.
Dios está en todas partes
y
quiere salvar a todos
191. He tenido horas de nostalgia, horas de llanto
y
comprendo todo dolor
192. No fui rozada por el pecado; Dormía en mí, o en las
flores que Johanan había depositado sobre mi cuerpo,
mi cuerpo no podía
experimentar lo que soportan
los cuerpos mortales
193. En el tiempo conocerán mis pensamientos y mis
recuerdos trasmitidos milagrosamente a una criatura
194. La Iglesia crecía, Yo Myriam Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia
195. Virgen de la Revelación.
Me aparecí en Roma al inicio
de una época del gran sufrimiento para la Iglesia
196. Roma es el centro
de la historia cristiana y el martirio de muchos ha hecho
de Roma un encanto
197. Quién busca a mi Hijo, busca el camino justo.
Él se
deja encontrar, ha muerto para hacerse encontrar
por
los hombres
198. La pequeña casa
que ahora se encuentra en Loreto, es
la mayor reliquia
199. El Mis recuerdos, mis días,
a través de ti, que eres un
instrumento más acrisolado, puedo decir algo más
200. La Iglesia crecía a través del martirio
201. Y Lucas escuchó
mi historia... Y la reviví, contando,
recordando, sonriendo y llorando mi historia
202. En la gruta de Massabielle hay una rosa para vosotros,
os la entregaré con la sonrisa
que siempre tengo para
vosotros. Vosotros que vivís
las horas de la nostalgia
203. Madre, has sido elegida también para vivir Conmigo
el
dolor más profundo
204. Estoy en la gruta
de Massabielle, para escuchar
allí súplicas y ruegos como
en todo sitio donde soy amada
y piensan en Mi
205. Los designios de Dios
son misteriosos y también
asombrosos... Sorprendentes
206. Deseo reconfirmar mi adormecimiento, para un
mundo ahora de dudosos,
para un mundo de materialistas
207. La Iglesia que nacía, la Iglesia que nunca morirá
208. "Y aquellas lágrimas, todas en Mí, que no brotan
de
los ojos sino que llenan
el corazón
209. La pérdida (aparente)
de una persona amada tiene formas, matices diferentes,
pero es siempre dolor
210. Un don y una gracia que Jesús os hace a vosotros:
mis palabras
211. En estas manifestaciones mías, hay mucho amor
212. Yo invito al mundo
al amor
213. El mundo de ahora con frecuencia ya no conoce
la verdad, pero aún hay
muchos que creen en Mí
y
en mi pureza.
214. Mi historia, mis apariciones a las almas: cuando son
verdaderas duran en el tiempo
215. ¿Han pasado tantos años,
o Jesús ha nacido esta noche?
216. En el templo Él había empezado a demostrar su
divinidad sin decir quien era.
217. Lo que hacen en el amor y con la sonrisa de Jesús,
es sonrisa de Dios
218. De un pequeño grupo
de hombres generosos,
coléricos, miedosos, fuertes... venía el crecimiento
de la Iglesia
219. Cuando hay mucha oscuridad en la tierra, nosotros
os mandamos nuestra luz:
los carismas
220. El dolor es el misterio más grande de la tierra
221. La fe es aliento.
La confianza, que sea esperanza
222. Habéis llegado a mi casa,
yo os abrí la puerta
y
Jesús niño os ha venido
al encuentro
223. En Jerusalén he vivido
la nostalgia, viví horas
intensas; la Iglesia crecía
224. Regresará Jesús y todos
lo verán y para vosotros
regresa siempre.
225. Aparecí en Roma para confirmar la Asunción
y
fue elegido un pecador
para esta confirmación
226. El tiempo es breve,
el mundo tiene necesidad
de oraciones
227. La única religión fundada por Dios es la Suya.
La Verdad está en Cristo.
228. Dormí ese sueño que también se puede llamar
muerte, pero quien verdaderamente muere
abandona con el alma el cuerpo
229. El vacío que dejó mi Hijo
se notaba hasta en el aire
230. Toda vida puede ser simple e intensa si es vivida
en el espíritu
231. ¡Soy la Virgen de la Revelación!
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203- Madre, has sido elegida también para vivir Conmigo el dolor más
profundo
Hela aquí: la rosa era para vosotros: ¡un pensamiento mío y una sonrisa mía! A todos los que vienen a encontrarme en la gruta de Massabielle. Porque a menudo vienen de lejos y creen hacerme cosa agradable. Y a quien piensa en Mí y no puede venir, he aquí, también para ellos mi sonrisa: ¡soy la Madre de todos! El amor reclama otro amor.
Jesús, que tanto llevó de ello al mundo, lo ha extendido, ha pedido a todos el amor recíproco. He aquí la rosa para ti: estas palabras y mi historia. Cercana a vosotros, a todos y lejana en el tiempo. ¡La Comunión entre Cielo y tierra! ¡Y volviendo a la tierra, me vuelven a Mí los recuerdos de aquel tiempo!
Cuando le he asistido a la primera Eucaristía, me latía fuerte el corazón y vi los ojos de Pedro llenos de lágrimas... Cuando dije a Jesús aquellas palabras: "Ya no tienen vino...". Y todavía episodios que nadie sabe.
¡Horas de vida vivida y sufrida y aquel dolor!
En las apariciones que se ven con el alma de quién las acoge, pero parecen también verlas con los ojos materiales, Yo, Myriam, estoy presente con mi ser hecho de alma y cuerpo glorioso. En Pentecostés Pedro se hizo comprender por todos: todos de cada lengua vivieron en aquel entonces más allá de la tierra donde se habla la universal lengua del amor que todos comprenden. ¡Universal! Es sencillo comprenderlo y tú especialmente puedes comprenderlo ya que vives este regalo.
Cuándo Agustín, cuando Teresa, cuando almas felices que hablan otras lenguas, te hablan a ti y tu comprendes y traduces a tu lengua. Así Yo, Myriam, te hablo ahora en arameo antiguo: mi dulce lengua. Y en el recuerdo vuelvo en aquel tiempo, vuelvo a ver aquellas aldeas, casi siento el aroma de mi jardín de Nazaret... El horno, el taller y José que mientras trabaja canta con su voz fuerte y entonada... "Immi, padre José canta bien...". "Y tú, Takini, ve a escucharlo más de cerca...". Y se unió la pequeña voz de mi niño a la otra. El olor de la madera fresca, las dos voces, Yo que en aquel momento me sentía feliz... ¿Y después?
Cuándo Jesús partió para predicar, sentía que salía de mi vida terrenal, sabía que jamás ya habría vuelto a vivir conmigo.
¡Iniciaba el alba, Jesús partió después de una noche pasada en conversar, en confortarme, en abrazarme... "Madre, has sido elegida también para vivir conmigo el dolor más profundo!".
Ahora en Lourdes todos me traen flores y cirios, ahora cantan para Mí, ahora me piden milagros y gracias. Lo que me pedís con confianza Yo lo acojo y lo ofrezco a Jesús, y todavía recordando aquel día, en la aldea de Cana, le dirijo la misma mirada: "¡Madre, lo que tú me pides será atendido!" ¡Ya no tienen vino, ya no tienen fe, tienen dolores y temores... "Hijo mío, necesitan tu ayuda!".
Y miro aquellas criaturas doloridas que me vienen a Mí con la esperanza de una mejoría, de una curación. Miro a los padres de tantos niños llevados en silla de ruedas, niños enfermos, paralíticos. He aquí que entonces para alguien ocurre un milagro que todos pueden ver. Para todos un milagro que solamente ellos vivirán: la paz y la resignación. ¡Nadie vuelve a casa sin una flor mía! Y en el alma llevan todos el consuelo que Yo les doy a ellos ya que lo he pedido a Jesús para ellos. Y nadie vuelve a casa como cuando ha partido. Lleva en sí mismo más fe o más esperanza o más paz.
¡Una flor para todos, para todos mi sonrisa! ¡En aquella gruta estaba tan bien, miré Bernardita y me zambullía en su pureza! Me gustaba entrar en aquel alma. Entrar para mirarla, entrar para mostrarme a ella: "La Bella Señora!". Y sabía que no habría sido creída al momento y que habría sido combatida: "¡Ma pauvre petite!(1)".
Sabía el valor de aquellas palabras de Jesús:
"¡Bienaventurados los que sufren!".
¡Bernardita es Bienaventurada!
Lourdes 16 de julio de 1985
(1) Mi pobre pequeña
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