231- ¡Soy la Virgen de la Revelación!
¡Mi espíritu puro, mi alma sin pecado, llevaron a lo alto mi parte material!
Y subía hacia el Paraíso, lugar sin lugar, vida y armonía sin tiempo, sin espacio, infinita dimensión para todo lo que es espiritual y, por tanto, hecho de extra materia: subía a encontrar a mi Hijo; los ángeles me llevaban como si hubieran sido mis alas ¡y todo en Mí cantaba las glorias de Dios!
Tengo interés en volver a confirmar que no conocí la muerte porque mi alma no había conocido el pecado.
Soy Myriam de Nazaret y tengo tantos otros nombres... hasta llegué a ser la "Virgen de la Revelación" y así revelé lo que en estos tiempos sufre la Iglesia.
Túnicas arrojadas al viento... Dogmas puestos en duda, verdades cambiadas. Soy la "Virgen del Pan", por una revelación privada, pero que en el tiempo vendrá a ser conocida. Soy Myriam, la pequeña de Nazaret, Aquella que tuvo para el pequeño mundo de entonces una vida normal hasta el tiempo del dolor.
Mi vida fue sencilla, la vida de las mujeres de aquel tiempo: el telar, la cocina, el huerto, la fuente... Mi espíritu vivía en las cumbres más altas... Era y soy su Madre. Ese cáliz que le llevó y le dio a luz para que Él fuera luz del mundo. Y el tiempo ha pasado y se hace corto. Volverá mi Hijo y se mostrará al mundo, pero siempre ha estado con vosotros:
"Nunca os dejaré..." Su Espíritu está con vosotros, Su voz se hace escuchar. Corazones, almas le oyen y, a veces, se escucha Su voz por un privilegio raro.
¡Mi alma engrandece al Señor! Por lo que ha sido para Mí, por lo que será para todos los que han creído y por tanto amado. Creer es amar, creer es tener caridad, creer es vivir la Palabra. "¡Amaos los unos a los otros!" ¡Y los otros, son todos! Amad a todos con el corazón abierto, con vuestra vida disponible. Cuanto más améis, menos conoceréis la muerte. Para Mí ha sido vida; para los justos y los puros, para aquellos que creen, que aman, que viven la Palabra de Jesús, ¡será vida!
¡Mi cuerpo no podía corromperse! Soy la Virgen de la Revelación, soy María de Nazaret, soy la Virgen del pan.
La Asunción – 8 de agosto de1987