73» Este País Tan Dividido

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

---

15-Abr-95 El Señor

1) Para Mis Sacerdotes:

2) Es de suma importancia, hijos Míos, que contemplen y estudien continuamente Mi vida para tomarme como su modelo e imitarme con felicidad, amando lo que Yo amo, detestando lo que Yo detesto.

3) Si no procuran que sus corazones abriguen todos los sentimientos que llenan el Mío, ni tendrán Mi Espíritu, ni por consiguiente serán Míos.

4) Estos sentimientos son en primer lugar los de inefable amor que tengo a Mi Padre y a Su Santísima voluntad. En segundo lugar, un sentimiento de horror y abominación al pecado; sentimiento que Me hizo preferir toda suerte de humillaciones y sufrimientos antes que dejarlo reinar en el mundo. En tercer lugar, Mis sentimientos de amor a la cruz y
a los sufrimientos. Mi corazón, hijos Míos, ha sido más crucificado aún que Mi carne. Mi corazón crucificado es lo más profundo de las profundidades de la cruz. No amo los sufrimientos y las humillaciones en sí mismas, pues son un más, sino que las amo, las busco y las soporto a causa de los efectos divinos que producen.

5) Son los sentimientos de amor que tengo a Mi amadísima Madre. Son también los sentimientos de caridad, de bondad, de compasión que tengo para con los hombres y de manera muy especial, para con los pequeños y los humildes, los niños, los desgraciados, los pobres y los afligidos.

6) Por último, la fe les descubrirá en Mi corazón un profundo sentimiento de desprecio y odio a la corrupción, a las vanidades y locuras del mundo. A las injusticias que se comenten en el mundo y hoy, en este país tan dividido, que pareciera que el mismo infierno se ha desatado para sembrar la soberbia en los gobernantes y la intransigencia en los más desposeídos.

7) Ustedes son los llamados a hablar de la paz, de la paz que Yo quise dejarles. A enseñar la paz y paz no puede haber donde reina la injusticia y el hambre.

8) Ustedes no necesitan más que amarme y conocerme. Si están unidos a Mí, si Me aman de este modo, Yo los conduciré, no solamente al Calvario sino también al monte Tabor. ¡Oh almas! ¿Por qué están tan vacías? ¡Oh Gólgota!... ¿Por qué tan abandonado y el infierno tan poblado?

9) Algunos de ustedes están tan repletos del mundo que casi no tiene lugar para Mí en sus almas... No aceptan ni las gracias que quiero darles. Despreciando Mi Misericordia, se contentan con pensar que es suficiente si Me aman, más nunca
piensen que este amor debería asemejarse al Mío; de este modo, anulan Mis esfuerzos para aumentar su fe porque la reemplazan con un amor fingido...

10) Tengo sed, dénme almas, dénme templos limpios, dénme almas que puedan experimentar lo bueno y maravilloso que puede ser vivir cerca de mí. Muéstrenles cuánto las amo; cuánto anhelo buscarlas, cuánto quiero estar siempre con ellas.

11) Muchos de ustedes no viven de acuerdo a las enseñanzas de la fe. Observo todas sus palabras y obras. Esto es solamente el comienzo de la angustia. Si esto es sólo el comienzo, ¿qué seguirá si ellos no se convierten?

12) Junto con todos estos sentimientos, hijo Míos, mediten asimismo y procuren imitar las virtudes de Mi vida, reducidas todas a una y permaneciendo, sin embargo separadas. Uno solo es el amor que las contiene las ennoblece y las manifiesta.

13) Contemplen aquí la suavidad de Mi amor y la humilde mansedumbre de Mi corazón. ¡Corazón de un Dios, verdaderamente escondido, verdaderamente anonadado y hasta qué extremo!... Miren también su profundísima piedad, su ejemplar pobreza, su pureza brillantísima, su heroica
obediencia, su prudencia exquisita, su justicia intachable, su invencible fortaleza, su celo abrasado, su generosidad sin medida, su perseverancia incansable con que pasa en el Sacramento de la Eucaristía, en la misma santidad un año tras otro y un siglo tras otro...

14) Aquí tiene la corona de santidad: corona de doce estrellas mayores que abrazan todas las estrellas de las demás virtudes con que se adorna Mi corazón y, en cada una de las cuales osténtase Mi amor más vivo y más resplandeciente...