71» El Mayor de los Tesoros : Mi Madre

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

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13-Abr-95 El Señor

1) Próximo a la muerte y antes de entrar en Mi reino, no quise dejar a los Míos huérfanos y sin Madre, por eso resolví en los tesoros de Mi amor, darles una Madre, la mejor entre todas y sobre todas: Mi misma Madre.

2) Reconoce hija Mía, el precio y la magnificencia de este legado de Mi corazón. ¿Qué otra cosa mejor pudiera darte? Nada había en el mundo más amado de Mi corazón, nada más dulce para ti.

3) El corazón maternal de María abundó en singular ternura, compasión, amor y solicitud. No puede olvidarse jamás de sus hijos a quienes recibió de Mí, expirante, para alimentarlos.

4) Formando aquel corazón para el Mío, se manifiesta a todos bajo el dulce nombre de Corazón de Madre, para que todos los que acuden a él tengan fácil acceso, sean recibidos benignamente por ella y por ella también sean introducidos en Mi corazón.

5) Por María vine a los hombres, por Ella han de venir los hombres a Mí. Cualquier gracia que desees alcanzar de Mí encomiéndala a Mi Madre; que ella interese Mi corazón por ti y muestre que es Madre tuya.

6) El que se acerque a Mí por ella no será rechazado, antes bien será recibido en Mi corazón y la experiencia le enseñará cuán grande es el poder que sobre Mí tiene Mi Madre... Porque no es justo que Yo vuelva el rostro ni niegue a Mi Madre lo que Me pida. No perdió en los cielos, donde reina Conmigo, los derechos que tuvo y ejerció en la tierra.

7) He aquí la Madre, hija Mía, a tu Madre que te adoptó, atormentada Conmigo al pié de la Cruz... Tribútale tus honores y obsequios como a tu Madre durante toda la vida, recordando cuánto sufrió Conmigo por tu amor.

8) Si quieres experimentar que María es Madre tuya, manifiesta tú que eres su hijo y no contristes Su Corazón afligiendo al Mío con el pecado, porque maldito es el hijo que acibara el corazón de su madre.

9) Así como por María recibió el mundo su salvación, su redención los cautivos, su esperanza los pecadores, los justos su gloria y los ángeles su alegría; amándola y honrándola, no en vano acudirás a su maternal corazón para alcanzar misericordia y gracia; fortaleza y consuelo para vencer a tus enemigos, para estar y perseverar Conmigo, y para llegar a la posesión de la eterna bienaventuranza.