07- Para dos sacerdotes
Cuando Mi Hijo miraba a los sacerdotes, os veía como estrellas de Su firmamento:
"Immi, ¡habrá estrellas, que brillarán y darán luz a muchas almas!"
Y vosotros habéis venido en vuestro tiempo a traer la luz.
¡Estrellas del firmamento de Jesús! En este tiempo no es fácil trabajar para la fe, ¡pero aquellos que tienen la luz de las estrellas, producen luz!
Sois para esto: ¡para iluminar a los espíritus! Jesús ha ¡vivido aquella su Pasión, como ejemplo para salvar al mundo. Es el ejemplo de un amor vivido, así como vosotros, Pasionistas, que vivís el amor y recordáis la Pasión, y la hacéis conocer.
En aquel tiempo, cuando Jesús era un niño, como Dios ya os conocía y os miraba el alma:
"Hay otras estrellitas, Immi..." ¡Y veía vuestro rostro y vuestra alma! Yo escuchaba a Mi Hijo, ¡y quisiera que todo el mundo lo escuchase! El habla a las almas, en el silencio pueden escucharlo, y escuchándolo los sentimientos mejoran y se reciben buenas sugerencias:
¡para ser generosos, para ser pacientes, para amar a los hermanos! ¡Muchos no escuchan la voz del alma!
Entonces vosotros, misioneros de la Cruz y de la Pasión, haced escuchar aquella voz: la voz de Mi Hijo. El firmamento brilla en las noches límpidas... las estrellas son siempre las mismas, miles y miles y miles: ¡vosotros y vuestra luz hijos míos, queridos pasionistas del alma!
Aparecí con vuestro atuendo: ¡mi corazón ha llevado a aquel Corazón, que vosotros lleváis sobre el corazón!
17 de Noviembre de 1973.