Friday April 26,2024
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PUERTA DEL CIELO
Testimonio de Catalina
  



Introducción

Los Mensajes

1»  No Te Alejes de la Puerta de Mi Corazón

2»  Recurre Siempre a Mi Espíritu

3»  Su Dios Está Presente en Cada uno de Ustedes

4»  Acompaña Mis Dolores

5»  El Amor Verdadero Es Fecundo en Buenas Obras

6»  Yo Bendigo a Quienes Escuchan Mi Palabra

7»  Coloquen Su Corazón Cerca del Mío

8»  Oren por Mis Sacerdotes

9»  Te Acompaño en Tu Apostolado

10»  Castidad y Virginidad

11»  Sean Pacientes; No Busquen Ser Venerados

12»  Defiende Mi Causa

13»  Las Almas que He Salvado con Mi Sangre, se Han Alejado
de Mí

13.1»  El Mundo Ya No Es Mío

13.2»  Mi Nombre Es Amor

13.3»  Para Ustedes la Ciencia Es Luz… y Mi Fe, Oscuridad

13.4»  Renovaré el Mundo y Mi Iglesia

13.5»  No Me Oculto Si Escoges Mi Compañía

13.6»  Un Corazón Dividido No Está Hecho para Mí

13.7»  Solo el Amor Puede Salvar al Mundo

14»  Las Consagraciones Son un Exito para la Tierra y una Fiesta para el Cielo

14.1»  Hablen con los Moribundos

14.2»  Mírenme en la Cruz

14.3»  Oren por Su Patria

14.4»  Sean Humildes y Caritativos

15»  Ustedes Son un Grupo de Reparación

16»  Empiecen a Evangelizar

17»  El Mundo Nunca Ha Tenido Tanta Necesidad de Oración Como Ahora

18»  El Racionalismo Ha Hecho de la Iglesia un Desierto

19»  Yo Vine a Buscarte

20»  Estoy Tan Solo en los Tabernaculos del Mundo

21»  Mi Luz Está Cerca

22»  Quiero el Congreso Eucaristico Mariano

23»  Si No Tienes Fe, No Me Ves

24»  El Amor de Mi Padre se Da Gratuitamente

25»  Existe un Cielo, un Purgatorio y un Infierno

25.1»  Yo Estoy en el Silencio de los Corazones. La Bulla, lo Profano del Mundo, Me Hace Huir

26»  Aprendan a Dejar Todo, Cuando Tengan que Encontrarse Conmigo

27»  Evangelicen con Su Vida Santa

28»  Estoy Tan Lastimado por la Indiferencia del Mundo

29»  Alégrate de Sufrir por Mí

29.1»  Los Amo. ¿Y Ustedes, Me Aman?

30»  ¿Que Es la Palabra sin las Obras?

31»  ¿Por qué se Entregan a Medias?

32»  Ustedes Son Instrumentos de Amor y Misericordia

33»  No Temas Hablar de los Mensajes

34»  ¡Ocúpense de Mi Gloria!

35»  Obsequia una Biblia

36»  Tanto Rocío Ha Bajado del Cielo para Ustedes

37»  No Temas, Yo Estoy Contigo

38»  Textos para un Retiro Espirituale

38.1»  El Respeto Humano

38.2»  Beneficios de las Tribulaciones

38.3»  La Necesidad de Orar

38.4»  Pidan por la Perseverancia

39»  La Voluntad del Señor

40»  Consagración: Los Puros de Corazón Son Mis Hermanos

41»  El Camino del Alma hacia Mí

42»  El Ateísmo Latente

43»  Solo se Entusiasman por lo Tangible

44»  No Me Agradan los Cuestionamientos a Mis Mensajes

44.1»  Difundan la Devoción del Rosario en Bolivia

45»  Quiero Unidad

45.1»  Sigan Mis Huellas

45.2»  Estados Unidos Es un Pais con Demasiados Idolos

46»  Ahora Quiero los Frutos

47»  El Hombre Es el Resultado de Su Pensamiento

48»  Busca un Lugar Tranquilo Donde Hagas una Morada para Mí

49»  Mi Corazón, Sacudido por el Pecado, Suda Sangre

50»  No Puede Seguirme Quien No Toma Mi Cruz con Amor

51»  Si Acusan a Mi Madre, Me Acusan a Mí!

52»  Contemplen la Eucaristía

53»  Entréguenme Su Amor y No Quedará en Ustedes el Deseo de Pecare

54»  Es en lo Más Sencillo y Ordinario donde Reciben Mis Gracias

55»  Yo Pido Devoción, No Vanidad Espiritual

56»  La Sequedad del Alma

57»  El Enojo y la Ira… Desfiguran el Rostro Más Bello

57.1»  Mansedumbre

57.2»  Sean Pacíficos

58»  Yo No Habito en la Bulla; a Mí se Me Encuentra en el Silencio

58.1»  Corazón Humilde

59»  Mi Reino Ya Está en Ustedes

59.1»  Si Pecan, Laméntense

59.2»  Cambien de Vida

60»  Satanás Siempre Actuará Astutamente

61»  Estoy Tan Solo en Mis Sagrarios

62»  Quiero que Hablemos del Cielo

63»  Mi Corazón se Alegra ante la Valentía de Mis Elegidos

64»  ¿Cuál Es la Verdadera Tibieza?

65»  Los que Hoy Sufren, se Unen a Mi Pasión

66»  Aprende a Bendecir a Aquellos que Te Maltratan

67»  Acérquense a Mí

68»  Manantiales de Vida

69»  Ustedes Son Mis Amigos

70»  Lo que Tengo para Ti Es Santo

71»  Silencio y Contemplación

72»  No Soy una Baraja de Naipes

73»  La Oración

74»  Hombres de Poca Fe

75»  Ustedes No Me Conocen

76»  Nadie Es Superior al Otro

77»  Escuchen el Susurro de Mi Espíritu

78»  Adopta Hábitos que se Mantengan Fieles a Mis Palabras

78.1»  Responsabilidad en Tu Pais

78.2»  Falsa Humildad

79»  Hagan Retiros y Ejercicios que los Aproximen a Mí

80»  Paz, Soledad, Contemplación

81»  Cuiden la Puerta del Cielo

82»  El Don de la Oración

83»  Comunidad de Laicos

84»  Cuando el Evangelio Llegue a los Confines del Mundo, Será Posible Mi Segunda Venida

85»  Repartan el Pan

86»  Yo Voy Uniendo a Mi Gente

87»  Traten de Ganar el Mayor Número de Almas

88»  Dialoga con Tu Señor

89»  Aun Tendrás Muchos Sufrimientos

90»  No Sean Ingratos ante Tanta Gracia

91»  Yo No Te Dejo Sola un Momento

92»  Trabajen por Mi Causa

93»  Caridad

93.1»  El Pecado de la Murmuración

93.2»  Mansedumbre

94»  Mi Madre: La Mujer Vestida de Sol

95»  Oración: Hacia un Matrimonio Espiritual

96»  Quien Me Pierde, Pierde Mucho Más que Todo el Mund

97»  Oren por la Verdad

98»  La Contrición Rejuvenece el Alma

99»  Tema de Reflexión: La Caridad

100»  La Verdadera Libertad

101»  Quien Ama Está Dispuesto a Dar y a Recibir

102»  Mensajes Breves

 

62» Quiero que Hablemos del Cielo

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

PC-62 30-Oct-96 El Señor

1) Amor de Mis dolores, quiero que hablemos del Cielo. Lugar del que deben hablar, para animar a Mis hijos a trabajar por su conquista… Me transfiguré ante Mis apóstoles para que vieran la belleza de Mi semblante divino. Lo que irradia de él.

2) El Cielo, hijos Míos, es un bien tan grande, que Yo quise morir en la Cruz para abrirles la entrada en él. Los bienes, las alegrías y dulzuras pueden conquistarse, más ustedes no podrían comprenderlo aunque Yo se los explicara. Lee 1ª Corintios 2, 9.

3) Piensen, si en este mundo pueden presentarse a ustedes cosas que agradan a sus sentidos, cuántas otras hay que los afligen. Si les gusta la luz del día, los entristece la oscuridad de la noche; si les complace la primavera y el otoño, los aflige el frío del invierno y el calor del verano. Añadan a esto las penas y preocupaciones que les ocasionan las enfermedades, las persecuciones, las incomodidades de la pobreza… Las angustias del espíritu, los
miedos, las tentaciones del demonio, la ansiedad de la conciencia, la incertidumbre de la salvación eterna.

4) En el Cielo no hay muerte, ni temor de morir; no hay dolor ni enfermedad, ni pobreza, ni calor. Sólo hay un día eterno siempre sereno, una primavera contínua florida y deliciosa porque todos se aman tiernamente y cada cual goza del bien del otro como si fuese suyo. En el Cielo no hay temor a perderse, porque el alma, confirmada en la gracia divina, ya no puede pecar ni perderse.

5) Allá se encuentra todo cuanto puedan desear, hijitos… Todo es nuevo: las bellezas, las alegrías, todo saciará sus deseos. Se saciará la vista viendo aquella ciudad tan magnífica, tan hermosa. Verán que la belleza de sus habitantes da nuevo realce a la belleza de la ciudad porque todos ellos visten como reyes, son reyes.

6) ¡Qué placer tendrán al ver a Mi Madre, que se deja contemplar más bella que todos! ¡Oírla cantar, alabando a Su Dios!…

7) Todo esto son las dichas menores que hay en el Cielo. Su delicia principal será vernos cara a cara.

8) El premio que se les promete, no es solamente la belleza, la armonía y los otros bienes, sino Yo mismo que Me dejo ver por los bienaventurados. Así, los goces del espíritu aventajan a los goces de los sentidos.

9) El amarme aun en esta vida, ¿no es cosa dulce? ¿te imaginas cuánta dulzura producirá el gozar de Mí? ¿cuánta dulzura experimenta un alma a la cual manifiesta Mi padre en la oración Su bondad, su Misericordia y, especialmente el amor que le demostré en Mi Pasión? ¿qué sucederá entonces,
cuando se levante este velo y puedan vernos cara a cara? Contemplarán toda Nuestra belleza, Nuestro poder, Nuestras perfecciones, todo el amor que les tenemos.

10) La mayor aflicción de las almas que Me aman, es el temor de no amarme y nos ser amadas por Mí. Pero en el Cielo, el alma está segura de que ama y de que es amada por Mí. Ve que la tengo abrazada con amor inmenso y que este no se acabará jamás. Ese amor crece entonces con la convicción de lo mucho
que la amé cuando Me ofrecí en sacrificio por ella en el madero de la Cruz y Me convertí en manjar, en alimento, en la Eucaristía.

11) Es ahí cuando verá claramente todas las gracias que le He concedido para preservarla del pecado y atraerla a Mi amor. Verá que aquellas tribulaciones, aquella pobreza, aquellas enfermedades, persecuciones que ella consideraba desgracias, no fueron otra cosa que amor y medios de los cuales Me serví para conducirla al Paraíso.

12) Verá todas las inspiraciones amorosas y la Misericordia que derramé sobre ella, después que ella Me despreció con sus pecados. Verá tantas almas, condenadas en el abismo del infierno, tal vez en apariencia menos culpables que ella y se alegrará de verse salvada y segura.

13) Hijos Míos, los placeres del mundo no pueden saciar sus deseos. Al principio embriagan sus sentidos, pero se van embotando poco a poco y ya no les causan ilusión. En cambio, los bienes del Cielo sacian siempre y dejan contento el corazón. Y aunque sacian plenamente, siempre parecen nuevos, siempre deleitan, siempre se desean, siempre se obtienen. Así el deseo no engendra el fastidio porque siempre queda satisfecho y la saciedad no engendra disgusto, porque va siempre unida al deseo. De ahí que el alma permanece siempre saciada y siempre deseosa de aquellos goces: Así como los condenados son vasos llenos de ira, los bienaventurados son vasos llenos de Misericordia y alegría porque no tienen más que desear.

14) Créanme, hijitos, dicen haber hecho poco los Santos y Mártires, para conseguir el Cielo ¿qué vale todo cuanto han sufrido comparado con aquel mar de eternos goces, en el que permanecerán eternamente?

15) Anímense, hijos Míos, para sufrir con paciencia cuanto les toque padecer en este tiempo que queda, porque todo es poco, y nada se compara a la gloria del Cielo.

16) Cuando los aflijan los dolores de la vida, levanten los ojos al Cielo y consuélense con la esperanza del Paraíso. Allí los espera Mi Madre, allí los espero Yo, con la corona en la mano, para coronarlos de reyes de aquel Reino que no tiene fin…

17) Pidan, hijitos, por la gracia de la perseverancia en la conversión. Quien se encomienda a Mi Madre, obtendrá esta gracia. Mediten Mi Pasión y pidan que Mi Angel los consuele y fortalezca…

   


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