70» La Iglesia es Mi Cuerpo Místico

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

12-Abr-95 El Señor

1) Todas las criaturas dan testimonio de que Soy Dios. Tal Me predicaron desde el principio los Patriarcas y los Profetas; como tal Me reconocieron todos los elementos del mundo: los cielos, al ofrecer en Mi nacimiento una estrella; el mar, cuando se hizo camino de Mis pies; la tierra, cuando al verme padecer se estremeció; el sol, cuando escondió sus
rayos compadeciendo a su Autor agonizante.

2) Los Angeles dieron testimonio de Mí cuando en la Encarnación Me anunciaron como hijo de Dios; en la Natividad proclamándome Salvador del mundo sirviéndome durante la vida y siendo testigos de Mi Resurrección.

3) De Mí dio también testimonio Mi Padre mismo, cuando repetidas veces declaró que Yo era su Hijo muy amado. Igualmente lo da el Espíritu Santo cuando por la inspiración y movimientos de la gracia y por la efusión de Sus dones, atrae hacia Mí los corazones de los hombres.

4) Dan por último testimonio de Mi Divinidad Mis propias obras. Porque por la virtud de Mi poder, los ciegos ven, los cojos andan, los sordos oyen, los enfermos sanan y hasta los muertos resucitan...

5) Todo esto hija Mía y cuanto es necesario para alcanzar la salvación, te lo enseña infaliblemente la Iglesia, por cuya boca hablo hoy con más claridad que cuando hablé en otro tiempo por boca de los Profetas y Santos. La Santa Iglesia que Yo mismo edifiqué sobre una roca a la que fecundicé con Mi sangre, en la vivo, a quien gobierno con Mi Espíritu y
a quien alimento de Mi mismo corazón.

6) Por ello debes someter tu entendimiento con humildad y alegría en cuanto ella enseña y manda; preparar tu corazón de tal modo, que la ames afectuosamente como a la mejor de las madres, como la Madre santa de todos cuantos han de salvarse. Los errores que vieras entre los miembros que la
componen, no te atañe juzgarlos, habrán de encontrarse todos sus miembros con Mis ojos, con Mi justicia y Yo seré quien decida qué fue bueno y qué malo.

7) La fe, para que sea saludable, ha de estar animada por la gracia santificante, sin la cual ni te unes a Mí, ni te haces miembro vivo de la Iglesia que es Mi cuerpo místico... Si la fe languidece en muchos, es porque descuidan la consideración de las verdades de fe, demasiadamente ocupados en lo que es del mundo y de la carne.

8) Si se meditaran bien, si se aceptaran de todo corazón las verdades eternas, mucho más se amarían las cosas que pertenecen a Dios y conducen a la salvación; la fe resplandecería más, produciría mayor y mejores flores y frutos.

9) Conserva, hija Mía, la fe divina manifiesta que vive en ti por las obras hechas en estado de gracia y sin las cuales tu fe sería una fe languideciente.

10) Todo discípulo de Mi corazón tiene y aumenta esta fe viva... Vive pues, de ella, animado por la esperanza y abrasado por la caridad, caminando y subiendo de esta manera de virtud en virtud...