Monday April 29,2024
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Catecismo de la Iglesia Catolica


PRIMERA PARTE

PROLOGO
[1-25]

I » La Vida del hombre:
conocer y amar a Dios
(1-3)

II » Transmitir la fe: Catequesis
(4-10)

III » Fin y desinatarios de este Catecismo
(11-12)

IV » La estructura del "Catecismo de la Iglesia Católica
(13-17)

V » LIndicaciones prácticas para el uso de este Catecismo
(18-22)

VI » Las necesarias adaptaciones
(23-25)

___________________________

PRIMERA PARTE:
LA PROFESIÓN DE LA FE

PRIMERA SECCION::
» "CREO" - "CREEMOS"
(26)

CAPITULO PRIMERO: [27-49]
EL HOMBRE ES "CAPAZ"
DE DIOS

I » El deseo de Dios
(27-30)

II » Las vias de acceso
al conocimiento de Dios

(31-35)

III »El conocimiento de Dios
según la Iglesia

(36-38)

IV » ¿Cómo hablar de Dios?
(39-43)

» Resumen
(44-49) ___________________________

CAPITULO SEGUNDO::
» DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE
(50)

Artículo 1: [51-73]
La Revelación de Dios

I » Dios revela su designio
amoroso

(51-53)

II » Las etapas de la Revelación
(54-64)

III »Cristo Jesús, "mediador
y plenitud de toda la Revelación
"
(65-67)

» Resumen
(68-73)
___________________________

Artículo 2: [74-100]
La transmisión
de la Revelación divina

(74)

I » La Tradición apostólica
(75-79)

II » La relación entre la Tradición
y la Sagrada Escritura

(80-83)

III »La interpretación del depósito de la fe
(84-95)

» Resumen
(96-100) ___________________________

Artículo 3: [101-141]
La Segrada Escritura

I » Cristo - Palabra única
de la Sagrada Escritura

(101-104)

II » Inspiración y verdad de la Sagrada Escritura
(105-108)

III »El Espíritu Santo, intérprete de la Escritura
(109-119)

IV » El canon de las Escrituras
(120-130)

V » La Sagrada Escritura
en la vida de la Iglesia

(131-133)

» Resumen
(134-141) ___________________________

CAPITULO TERCERO:
» LA RESPUESTA DEL HOMBRE
A DIOS

(142-143)

Artículo 1:Creo
[144-165]

I » La obediencia de la fe
(144-149)

II » Yo sé en quién tengo puesta
mi fe (2 tm 1,12)

(150-152)

III »Las características de la fe
(153-165)
___________________________

Artículo 2: [166-184]
Creemos
(166-167)

I » Mira Señor, la fe de tu Iglesia
(168-169)

II » El lenguaje de la fe
(170-171)

III » Una sola fe
(172-175)

» Resumen
(176-184)

» El credo
___________________________

SEGUNDA SECCION:
LA PROFESION DE LA FE CRISTIANA

» Símbolos de la fe
(185-197)
I »

CAPITULO PRIMERO:
» CREO EN DIOS PADRE
(198)

Artículo 1: [199-231]
"Creo en Dios Padre todopoderoso creador del cielo
y de la tierra"

Párrafo 1: Creo en Dios
(199)

I » "Creo en un solo Dios"
(200-202)

II » Dios revela su Nombre
(203-213)

III »Dios,"El que es", es verdad
y amor

(214-221)

IV » Consecuencias de la fe
en Dios único

(222-227)

»Resumen
(228-231)
___________________________

Párrafo 2: El Padre
[232-267]

I » "En el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo"

(232-237)

II » La revelación de Dios
como Trinidad

(238-248)

III » La Santísima Trinidad en la doctrina de la fe
(249-256)

IV » Las obras divinas y las misiones trinitarias
(257-260)

»Resumen
(261-267)
___________________________

Párrafo 3: El Todopoderoso
(268-274)

»Resumen
(275-278)
___________________________

Párrafo 4: [279-324]
El Creador
(279-281)

I. La catequesis sobre la Creación (282-289)

II. La Creación: obra de la Santísima Trinidad
(290-292)

III. “El mundo ha sido creado para la gloria de Dios”
(293-294)

IV. El misterio de la Creación
(295-301)

V. Dios realiza su designio:
la divina providencia

(302-314)

Resumen
(315-324)
___________________________

Párrafo 5: [325-354]
El cielo y la tierra
(325-327)

I. Los ángeles
(328-336)

II. El mundo visible
(337-349)

Resumen
(350-354)
___________________________

Párrafo 6: [355-384]
El hombre
(355)

I. « A imagen de Dios »
(356-361)

II. «Corpore et anima unus»
(362-368)

III. « Hombre y mujer los creó »
(369-373)

IV. El hombre en el Paraíso
(374-379)

Resumen
(380-384)
___________________________

Párrafo 7: [385-421]
La caída
(385)

I. Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia
(386-390)

II. La caída de los ángeles
(391-395)

III. El pecado original
(396-409)

IV. « No lo abandonaste al poder de la muerte »
(410-412)

Resumen
(413-421)
___________________________

CAPÍTULO SEGUNDO: [422-455]
CREO EN JESUCRISTO,
HIJO ÚNICO DE DIOS


Artículo 2:
" Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor"
(422-429)

I. Jesús
(430-435)

II. Cristo
(436-440)

III. Hijo único de Dios
(441-445)

IV. Señor
(446-451)

Resumen
(452-455)
___________________________

Artículo 3: [456-483]
«Jesucristo fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació
de Santa María Virgen»


Párrafo 1: El Hijo de Dios se hizo hombre

I. Por qué el Verbo se hizo carne
(456-460)

II. La Encarnación
(461-463)

III. Verdadero Dios y verdadero hombre
(464-469)

IV. Cómo es hombre el Hijo de Dios
(470-478)

Resumen
(479-483)
___________________________

Párrafo 2: [484-511]
« ...Concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo, nació
de Santa María Virgen
»

I. Concebido por obra y gracia del Espíritu Santo...
(484-486)

II. ...nació de la Virgen María
(487-507)

Resumen
(508-511)
___________________________

Párrafo 3: [512-570]
Los misterios de la vida de Cristo (512-513)

I. Toda la vida de Cristo es misterio(514-521)

II. Los misterios de la infancia y de la vida oculta de Jesús
(522-534)

III. Los misterios de la vida
pública de Jesús

(535-560)

Resumen
(561-570)
___________________________

Artículo 4: [571-594]
« Jesucristo padeció bajo Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado »
(571-573)

Párrafo l: (574-576)
Jesús e Israel
(574-576)

I. Jesús y la Ley
(577-582)

II. Jesús y el Templo
(583-586)

III. Jesús y la fe de Israel en el Dios único y Salvador
(587-591)

Resumen
(592-594)
___________________________

Párrafo 2: Jesús murió crucificado
[595-623]

I. El proceso de Jesús
(595-598)

II. La muerte redentora de Cristo en el designio divino de salvación
(599-605)

III. Cristo se ofreció a su Padre
por nuestros pecados

(606-618)

Resumen
(619-623)
___________________________

Párrafo 3: Jesucristo fue sepultado
(624-630)

Resumen
(629-630)
___________________________

Artículo 5: «Jesucristo descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos»
(631-637)

Párrafo 1: Cristo descendió a los infiernos
(632-635)

Resumen
(636-637)
___________________________

Párrafo 2: Al tercer día resucitó de entre los muertos
(638)

I. El acontecimiento histórico y transcendente
(639-647)

II. La Resurrección, obra de la Santísima Trinidad
(648-650)

III. Sentido y alcance salvífico de la Resurrección
(651-655)

Resumen
(656-658)
___________________________

Artículo 6
: «Jesucristo subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso»
(659-664)

Resumen
(665-667)
___________________________

Artículo 7: «Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y a muertos»
[668-682]

I. Volverá en gloria
(668-677)

II. Para juzgar a vivos y muertos
(678-679)

Resumen
(680-682)
___________________________

CAPÍTULO TERCERO
:
CREO EN EL ESPÍRITU SANTO (683-686)

Artículo 8: «Creo en el Espíritu Santo»
(687-688)

I. La misión conjunta del Hijo
y del Espíritu

(689-690)

II. Nombre, apelativos y símbolos del Espíritu Santo
(691-701)

III. El Espíritu y la Palabra de Dios en el tiempo de las promesas
(702-716)

IV. El Espíritu de Cristo en la plenitud de los tiempos
(717-732)

V. El Espíritu y la Iglesia en los últimos tiempos
(733-741)

Resumen
(742-747)
__________________________

Artículo 9: «Creo en la Santa Iglesia Católica»
(748-750)

Párrafo l: La Iglesia en el designio de Dios

I. Los nombre y las imágenes
de la Iglesia

(751-757)

II. Origen, fundación y misión
de la Iglesia

(758-769)

III. El misterio de la Iglesia
(770-776)

Resumen
(777-780)
__________________________

Párrafo 2: La Iglesia, Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu Santo
[781-810]

I. La Iglesia, Pueblo de Dios
(781-786)

II. La Iglesia, Cuerpo de Cristo
(787-796)

III. La Iglesia, Templo del Espíritu Santo
(797-801)

Resumen
(802-810)
___________________________

Párrafo 3
: La Iglesia es una, santa, católica y apostólica
(811-870)

I. La Iglesia es una
(813-822)

II. La Iglesia es santa
(823-829)

III. La Iglesia es católica
(830-856)

IV. La Iglesia es apostólica
(857-865)

Resumen
(866-870)
___________________________

Párrafo 4
: Los fieles de Cristo: jerarquía, laicos, vida consagrada
(871-873)

I. La constitución jerárquica de la Iglesia
(874-913)

II. Los fieles cristianos laicos
(897-913)

III. La vida consagrada
(914-933)

Resumen
(934-945)
___________________________

Párrafo 5
: La comunión de los santos
(946-948)

I. La comunión de los bienes espirituales
(949-953)

II. La comunión entre la Iglesia del cielo y la de la tierra
(954-959)

Resumen
(960-963)
___________________________

Párrafo 6:
(963)María, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia

I. La maternidad de María respecto de la Iglesia
(964-970)

II. El culto a la Santísima Virgen
(971)

III. María, icono escatológico
de la Iglesia

(972)

Resumen
(973-975)
___________________________

Artículo 10
: «Creo en el perdón de los pecados »
(976)

I. Un solo Bautismo para el perdón de los pecados
(977-980)

II. La potestad de las llaves
(981-983)

Resumen
(984-987)
___________________________

Artículo 11
: «Creo en la resurrección de la carne»
(988-991)

I. La Resurrección de Cristo y la nuestra
(992-1004)

II. Morir en Cristo Jesús
(1005-1014)

Resumen
(1015-1019)
___________________________

Artículo 12
: «Creo en la vida eterna»
(1020)

I. El juicio particular
(1021-1022)

II. El cielo
(1023-1029)

III. La purificación final o
Purgatorio

(1030-1032)

IV. El infierno
(1033-1037)

V. El Juicio final
(1038-1041)

VI. La esperanza de los cielos nuevos y de la tierra nueva
(1042-1050)

Resumen
(1051-1060)

«Amén»
(1061-1065)

___________________________

I. La constitución jerárquica de la Iglesia
(874-896)


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Razón del ministerio eclesial

874 El mismo Cristo es la fuente del ministerio en la Iglesia. Él lo ha instituido, le ha dado autoridad y misión, orientación y finalidad:

«Cristo el Señor, para dirigir al Pueblo de Dios y hacerle progresar siempre, instituyó en su Iglesia diversos ministerios que están ordenados al bien de todo el Cuerpo. En efecto, los ministros que posean la sagrada potestad están al servicio de sus hermanos para que todos los que son miembros del Pueblo de Dios [...] lleguen a la salvación» (LG 18).

875 "¿Cómo creerán en aquél a quien no han oído? ¿cómo oirán sin que se les predique? y ¿cómo predicarán si no son enviados?" (Rm 10, 14-15). Nadie, ningún individuo ni ninguna comunidad, puede anunciarse a sí mismo el Evangelio. "La fe viene de la predicación" (Rm 10, 17). Nadie se puede dar a sí mismo el mandato ni la misión de anunciar el Evangelio. El enviado del Señor habla y obra no con autoridad propia, sino en virtud de la autoridad de Cristo; no como miembro de la comunidad, sino hablando a ella en nombre de Cristo. Nadie puede conferirse a sí mismo la gracia, ella debe ser dada y ofrecida. Eso supone ministros de la gracia, autorizados y habilitados por parte de Cristo. De Él los obispos y los presbíteros reciben la misión y la facultad (el "poder sagrado") de actuar in persona Christi Capitis, los diáconos las fuerzas para servir al pueblo de Dios en la "diaconía" de la liturgia, de la palabra y de la caridad, en comunión con el obispo y su presbiterio. Este ministerio, en el cual los enviados de Cristo hacen y dan, por don de Dios, lo que ellos, por sí mismos, no pueden hacer ni dar, la tradición de la Iglesia lo llama "sacramento". El ministerio de la Iglesia se confiere por medio de un sacramento específico.

876 El carácter de servicio del ministerio eclesial está intrínsecamente ligado a la naturaleza sacramental. En efecto, enteramente dependiente de Cristo que da misión y autoridad, los ministros son verdaderamente "siervos de Cristo" (Rm 1, 1), a imagen de Cristo que, libremente ha tomado por nosotros "la forma de siervo" (Flp 2, 7). Como la palabra y la gracia de la cual son ministros no son de ellos, sino de Cristo que se las ha confiado para los otros, ellos se harán libremente esclavos de todos (cf. 1 Co 9, 19).

877 De igual modo es propio de la naturaleza sacramental del ministerio eclesial tener un carácter colegial . En efecto, desde el comienzo de su ministerio, el Señor Jesús instituyó a los Doce, "semilla del Nuevo Israel, a la vez que el origen de la jerarquía sagrada" (AG 5). Elegidos juntos, también fueron enviados juntos, y su unidad fraterna estará al servicio de la comunión fraterna de todos los fieles; será como un reflejo y un testimonio de la comunión de las Personas divinas (cf. Jn 17, 21-23). Por eso, todo obispo ejerce su ministerio en el seno del colegio episcopal, en comunión con el obispo de Roma, sucesor de san Pedro y cabeza del colegio; los presbíteros ejercen su ministerio en el seno del presbiterio de la diócesis, bajo la dirección de su obispo.

878 Por último, es propio también de la naturaleza sacramental del ministerio eclesial tener carácter personal. Cuando los ministros de Cristo actúan en comunión, actúan siempre también de manera personal. Cada uno ha sido llamado personalmente ("Tú sígueme", Jn 21, 22; cf. Mt 4,19. 21; Jn 1,43) para ser, en la misión común, testigo personal, que es personalmente portador de la responsabilidad ante Aquel que da la misión, que actúa "in persona Christi" y en favor de personas : "Yo te bautizo en el nombre del Padre ..."; "Yo te perdono...".

879 El ministerio sacramental en la Iglesia es, pues, un servicio colegial y personal a la vez, ejercido en nombre de Cristo. Esto se verifica en los vínculos entre el colegio episcopal y su cabeza, el sucesor de san Pedro, y en la relación entre la responsabilidad pastoral del obispo en su Iglesia particular y la común solicitud del colegio episcopal hacia la Iglesia universal.

El colegio episcopal y su cabeza, el Papa

880 Cristo, al instituir a los Doce, "formó una especie de colegio o grupo estable y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él" (LG 19). "Así como, por disposición del Señor, san Pedro y los demás apóstoles forman un único Colegio apostólico, por análogas razones están unidos entre sí el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, y los obispos, sucesores de los Apóstoles"(LG 22; cf. CIC, can 330).

881 El Señor hizo de Simón, al que dio el nombre de Pedro, y solamente de él, la piedra de su Iglesia. Le entregó las llaves de ella (cf. Mt 16, 18-19); lo instituyó pastor de todo el rebaño (cf. Jn 21, 15-17). "Consta que también el colegio de los apóstoles, unido a su cabeza, recibió la función de atar y desatar dada a Pedro" (LG 22). Este oficio pastoral de Pedro y de los demás Apóstoles pertenece a los cimientos de la Iglesia. Se continúa por los obispos bajo el primado del Papa.

882 El Sumo Pontífice, obispo de Roma y sucesor de san Pedro, "es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles "(LG 23). "El Pontífice Romano, en efecto, tiene en la Iglesia, en virtud de su función de Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia, la potestad plena, suprema y universal, que puede ejercer siempre con entera libertad" (LG 22; cf. CD 2. 9).

883 "El colegio o cuerpo episcopal no tiene ninguna autoridad si no se le considera junto con el Romano Pontífice [...] como Cabeza del mismo". Como tal, este colegio es "también sujeto de la potestad suprema y plena sobre toda la Iglesia" que "no se puede ejercer a no ser con el consentimiento del Romano Pontífice" (LG 22; cf. CIC, can. 336).

884 La potestad del colegio de los Obispos sobre toda la Iglesia se ejerce de modo solemne en el Concilio Ecuménico "(CIC can 337, 1). "No existe Concilio Ecuménico si el sucesor de Pedro no lo ha aprobado o al menos aceptado como tal" (LG 22).

885 "Este colegio, en cuanto compuesto de muchos, expresa la diversidad y la universalidad del Pueblo de Dios; en cuanto reunido bajo una única cabeza, expresa la unidad del rebaño de Dios" (LG 22).

886 "Cada uno de los obispos, por su parte, es el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares" (LG 23). Como tales ejercen "su gobierno pastoral sobre la porción del Pueblo de Dios que le ha sido confiada" (LG 23), asistidos por los presbíteros y los diáconos. Pero, como miembros del colegio episcopal, cada uno de ellos participa de la solicitud por todas las Iglesias (cf. CD 3), que ejercen primeramente "dirigiendo bien su propia Iglesia, como porción de la Iglesia universal", contribuyen eficazmente "al Bien de todo el Cuerpo místico que es también el Cuerpo de las Iglesias" (LG 23). Esta solicitud se extenderá particularmente a los pobres (cf. Ga 2, 10), a los perseguidos por la fe y a los misioneros que trabajan por toda la tierra.

887 Las Iglesias particulares vecinas y de cultura homogénea forman provincias eclesiásticas o conjuntos más vastos llamados patriarcados o regiones (cf. Canon de los Apóstoles 34). Los obispos de estos territorios pueden reunirse en sínodos o concilios provinciales. "De igual manera, hoy día, las Conferencias Episcopales pueden prestar una ayuda múltiple y fecunda para que el afecto colegial se traduzca concretamente en la práctica" (LG 23).

La misión de enseñar

888 Los obispos con los presbíteros, sus colaboradores, "tienen como primer deber el anunciar a todos el Evangelio de Dios" (PO 4), según la orden del Señor (cf. Mc 16, 15). Son "los heraldos del Evangelio que llevan nuevos discípulos a Cristo. Son también los maestros auténticos, por estar dotados de la autoridad de Cristo" (LG 25).

889 Para mantener a la Iglesia en la pureza de la fe transmitida por los apóstoles, Cristo, que es la Verdad, quiso conferir a su Iglesia una participación en su propia infalibilidad. Por medio del "sentido sobrenatural de la fe", el Pueblo de Dios "se une indefectiblemente a la fe", bajo la guía del Magisterio vivo de la Iglesia (cf. LG 12; DV 10).

890 La misión del Magisterio está ligada al carácter definitivo de la Alianza instaurada por Dios en Cristo con su Pueblo; debe protegerlo de las desviaciones y de los fallos, y garantizarle la posibilidad objetiva de profesar sin error la fe auténtica. El oficio pastoral del Magisterio está dirigido, así, a velar para que el Pueblo de Dios permanezca en la verdad que libera. Para cumplir este servicio, Cristo ha dotado a los pastores con el carisma de infalibilidad en materia de fe y de costumbres. El ejercicio de este carisma puede revestir varias modalidades:

891 "El Romano Pontífice, cabeza del colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral [...] La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el cuerpo episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro", sobre todo en un Concilio Ecuménico (LG 25; cf. Vaticano I: DS 3074). Cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio supremo que algo se debe aceptar "como revelado por Dios para ser creído" (DV 10) y como enseñanza de Cristo, "hay que aceptar sus definiciones con la obediencia de la fe" (LG 25). Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación divina (cf. LG 25).

892 La asistencia divina es también concedida a los sucesores de los apóstoles, cuando enseñan en comunión con el sucesor de Pedro (y, de una manera particular, al obispo de Roma, Pastor de toda la Iglesia), aunque, sin llegar a una definición infalible y sin pronunciarse de una "manera definitiva", proponen, en el ejercicio del magisterio ordinario, una enseñanza que conduce a una mejor inteligencia de la Revelación en materia de fe y de costumbres. A esta enseñanza ordinaria, los fieles deben "adherirse con espíritu de obediencia religiosa" (LG 25) que, aunque distinto del asentimiento de la fe, es una prolongación de él.

La misión de santificar

893 El obispo "es el administrador de la gracia del sumo sacerdocio" (LG 26), en particular en la Eucaristía que él mismo ofrece, o cuya oblación asegura por medio de los presbíteros, sus colaboradores. Porque la Eucaristía es el centro de la vida de la Iglesia particular. El obispo y los presbíteros santifican la Iglesia con su oración y su trabajo, por medio del ministerio de la palabra y de los sacramentos. La santifican con su ejemplo, "no tiranizando a los que os ha tocado cuidar, sino siendo modelos de la grey" (1 P 5, 3). Así es como llegan "a la vida eterna junto con el rebaño que les fue confiado"(LG 26).

La misión de gobernar

894 "Los obispos, como vicarios y legados de Cristo, gobiernan las Iglesias particulares que se les han confiado, no sólo con sus proyectos, con sus consejos y con ejemplos, sino también con su autoridad y potestad sagrada "(LG 27), que deben, no obstante, ejercer para edificar con espíritu de servicio que es el de su Maestro (cf. Lc 22, 26-27).

895 "Esta potestad, que desempeñan personalmente en nombre de Cristo, es propia, ordinaria e inmediata. Su ejercicio, sin embargo, está regulado en último término por la suprema autoridad de la Iglesia "(LG 27). Pero no se debe considerar a los obispos como vicarios del Romano Pontífice, cuya autoridad ordinaria e inmediata sobre toda la Iglesia no anula la de ellos, sino que, al contrario, la confirma y tutela. Esta autoridad debe ejercerse en comunión con toda la Iglesia bajo la guía del Romano Pontífice.

896 El Buen Pastor será el modelo y la "forma" de la misión pastoral del obispo. Consciente de sus propias debilidades, el obispo "puede disculpar a los ignorantes y extraviados. No debe negarse nunca a escuchar a sus súbditos, a a los que cuida como verdaderos hijos [...] Los fieles, por su parte, deben estar unidos a su obispo como la Iglesia a Cristo y como Jesucristo al Padre" (LG 27):

«Obedeced todos al obispo como Jesucristo a su Padre, y al presbiterio como a los Apóstoles; en cuanto a los diáconos, respetadlos como a la ley de Dios. Que nadie haga al margen del obispo nada en lo que atañe a la Iglesia (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Smyrnaeos 8,1)

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