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Catecismo de la Iglesia Catolica


PRIMERA PARTE

PROLOGO
[1-25]

I » La Vida del hombre:
conocer y amar a Dios
(1-3)

II » Transmitir la fe: Catequesis
(4-10)

III » Fin y desinatarios de este Catecismo
(11-12)

IV » La estructura del "Catecismo de la Iglesia Católica
(13-17)

V » LIndicaciones prácticas para el uso de este Catecismo
(18-22)

VI » Las necesarias adaptaciones
(23-25)

___________________________

PRIMERA PARTE:
LA PROFESIÓN DE LA FE

PRIMERA SECCION::
» "CREO" - "CREEMOS"
(26)

CAPITULO PRIMERO: [27-49]
EL HOMBRE ES "CAPAZ"
DE DIOS

I » El deseo de Dios
(27-30)

II » Las vias de acceso
al conocimiento de Dios

(31-35)

III »El conocimiento de Dios
según la Iglesia

(36-38)

IV » ¿Cómo hablar de Dios?
(39-43)

» Resumen
(44-49) ___________________________

CAPITULO SEGUNDO::
» DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE
(50)

Artículo 1: [51-73]
La Revelación de Dios

I » Dios revela su designio
amoroso

(51-53)

II » Las etapas de la Revelación
(54-64)

III »Cristo Jesús, "mediador
y plenitud de toda la Revelación
"
(65-67)

» Resumen
(68-73)
___________________________

Artículo 2: [74-100]
La transmisión
de la Revelación divina

(74)

I » La Tradición apostólica
(75-79)

II » La relación entre la Tradición
y la Sagrada Escritura

(80-83)

III »La interpretación del depósito de la fe
(84-95)

» Resumen
(96-100) ___________________________

Artículo 3: [101-141]
La Segrada Escritura

I » Cristo - Palabra única
de la Sagrada Escritura

(101-104)

II » Inspiración y verdad de la Sagrada Escritura
(105-108)

III »El Espíritu Santo, intérprete de la Escritura
(109-119)

IV » El canon de las Escrituras
(120-130)

V » La Sagrada Escritura
en la vida de la Iglesia

(131-133)

» Resumen
(134-141) ___________________________

CAPITULO TERCERO:
» LA RESPUESTA DEL HOMBRE
A DIOS

(142-143)

Artículo 1:Creo
[144-165]

I » La obediencia de la fe
(144-149)

II » Yo sé en quién tengo puesta
mi fe (2 tm 1,12)

(150-152)

III »Las características de la fe
(153-165)
___________________________

Artículo 2: [166-184]
Creemos
(166-167)

I » Mira Señor, la fe de tu Iglesia
(168-169)

II » El lenguaje de la fe
(170-171)

III » Una sola fe
(172-175)

» Resumen
(176-184)

» El credo
___________________________

SEGUNDA SECCION:
LA PROFESION DE LA FE CRISTIANA

» Símbolos de la fe
(185-197)
I »

CAPITULO PRIMERO:
» CREO EN DIOS PADRE
(198)

Artículo 1: [199-231]
"Creo en Dios Padre todopoderoso creador del cielo
y de la tierra"

Párrafo 1: Creo en Dios
(199)

I » "Creo en un solo Dios"
(200-202)

II » Dios revela su Nombre
(203-213)

III »Dios,"El que es", es verdad
y amor

(214-221)

IV » Consecuencias de la fe
en Dios único

(222-227)

»Resumen
(228-231)
___________________________

Párrafo 2: El Padre
[232-267]

I » "En el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo"

(232-237)

II » La revelación de Dios
como Trinidad

(238-248)

III » La Santísima Trinidad en la doctrina de la fe
(249-256)

IV » Las obras divinas y las misiones trinitarias
(257-260)

»Resumen
(261-267)
___________________________

Párrafo 3: El Todopoderoso
(268-274)

»Resumen
(275-278)
___________________________

Párrafo 4: [279-324]
El Creador
(279-281)

I. La catequesis sobre la Creación (282-289)

II. La Creación: obra de la Santísima Trinidad
(290-292)

III. “El mundo ha sido creado para la gloria de Dios”
(293-294)

IV. El misterio de la Creación
(295-301)

V. Dios realiza su designio:
la divina providencia

(302-314)

Resumen
(315-324)
___________________________

Párrafo 5: [325-354]
El cielo y la tierra
(325-327)

I. Los ángeles
(328-336)

II. El mundo visible
(337-349)

Resumen
(350-354)
___________________________

Párrafo 6: [355-384]
El hombre
(355)

I. « A imagen de Dios »
(356-361)

II. «Corpore et anima unus»
(362-368)

III. « Hombre y mujer los creó »
(369-373)

IV. El hombre en el Paraíso
(374-379)

Resumen
(380-384)
___________________________

Párrafo 7: [385-421]
La caída
(385)

I. Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia
(386-390)

II. La caída de los ángeles
(391-395)

III. El pecado original
(396-409)

IV. « No lo abandonaste al poder de la muerte »
(410-412)

Resumen
(413-421)
___________________________

CAPÍTULO SEGUNDO: [422-455]
CREO EN JESUCRISTO,
HIJO ÚNICO DE DIOS


Artículo 2:
" Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor"
(422-429)

I. Jesús
(430-435)

II. Cristo
(436-440)

III. Hijo único de Dios
(441-445)

IV. Señor
(446-451)

Resumen
(452-455)
___________________________

Artículo 3: [456-483]
«Jesucristo fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació
de Santa María Virgen»


Párrafo 1: El Hijo de Dios se hizo hombre

I. Por qué el Verbo se hizo carne
(456-460)

II. La Encarnación
(461-463)

III. Verdadero Dios y verdadero hombre
(464-469)

IV. Cómo es hombre el Hijo de Dios
(470-478)

Resumen
(479-483)
___________________________

Párrafo 2: [484-511]
« ...Concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo, nació
de Santa María Virgen
»

I. Concebido por obra y gracia del Espíritu Santo...
(484-486)

II. ...nació de la Virgen María
(487-507)

Resumen
(508-511)
___________________________

Párrafo 3: [512-570]
Los misterios de la vida de Cristo (512-513)

I. Toda la vida de Cristo es misterio(514-521)

II. Los misterios de la infancia y de la vida oculta de Jesús
(522-534)

III. Los misterios de la vida
pública de Jesús

(535-560)

Resumen
(561-570)
___________________________

Artículo 4: [571-594]
« Jesucristo padeció bajo Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado »
(571-573)

Párrafo l: (574-576)
Jesús e Israel
(574-576)

I. Jesús y la Ley
(577-582)

II. Jesús y el Templo
(583-586)

III. Jesús y la fe de Israel en el Dios único y Salvador
(587-591)

Resumen
(592-594)
___________________________

Párrafo 2: Jesús murió crucificado
[595-623]

I. El proceso de Jesús
(595-598)

II. La muerte redentora de Cristo en el designio divino de salvación
(599-605)

III. Cristo se ofreció a su Padre
por nuestros pecados

(606-618)

Resumen
(619-623)
___________________________

Párrafo 3: Jesucristo fue sepultado
(624-630)

Resumen
(629-630)
___________________________

Artículo 5: «Jesucristo descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos»
(631-637)

Párrafo 1: Cristo descendió a los infiernos
(632-635)

Resumen
(636-637)
___________________________

Párrafo 2: Al tercer día resucitó de entre los muertos
(638)

I. El acontecimiento histórico y transcendente
(639-647)

II. La Resurrección, obra de la Santísima Trinidad
(648-650)

III. Sentido y alcance salvífico de la Resurrección
(651-655)

Resumen
(656-658)
___________________________

Artículo 6
: «Jesucristo subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso»
(659-664)

Resumen
(665-667)
___________________________

Artículo 7: «Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y a muertos»
[668-682]

I. Volverá en gloria
(668-677)

II. Para juzgar a vivos y muertos
(678-679)

Resumen
(680-682)
___________________________

CAPÍTULO TERCERO
:
CREO EN EL ESPÍRITU SANTO (683-686)

Artículo 8: «Creo en el Espíritu Santo»
(687-688)

I. La misión conjunta del Hijo
y del Espíritu

(689-690)

II. Nombre, apelativos y símbolos del Espíritu Santo
(691-701)

III. El Espíritu y la Palabra de Dios en el tiempo de las promesas
(702-716)

IV. El Espíritu de Cristo en la plenitud de los tiempos
(717-732)

V. El Espíritu y la Iglesia en los últimos tiempos
(733-741)

Resumen
(742-747)
__________________________

Artículo 9: «Creo en la Santa Iglesia Católica»
(748-750)

Párrafo l: La Iglesia en el designio de Dios

I. Los nombre y las imágenes
de la Iglesia

(751-757)

II. Origen, fundación y misión
de la Iglesia

(758-769)

III. El misterio de la Iglesia
(770-776)

Resumen
(777-780)
__________________________

Párrafo 2: La Iglesia, Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu Santo
[781-810]

I. La Iglesia, Pueblo de Dios
(781-786)

II. La Iglesia, Cuerpo de Cristo
(787-796)

III. La Iglesia, Templo del Espíritu Santo
(797-801)

Resumen
(802-810)
___________________________

Párrafo 3
: La Iglesia es una, santa, católica y apostólica
(811-870)

I. La Iglesia es una
(813-822)

II. La Iglesia es santa
(823-829)

III. La Iglesia es católica
(830-856)

IV. La Iglesia es apostólica
(857-865)

Resumen
(866-870)
___________________________

Párrafo 4
: Los fieles de Cristo: jerarquía, laicos, vida consagrada
(871-873)

I. La constitución jerárquica de la Iglesia
(874-913)

II. Los fieles cristianos laicos
(897-913)

III. La vida consagrada
(914-933)

Resumen
(934-945)
___________________________

Párrafo 5
: La comunión de los santos
(946-948)

I. La comunión de los bienes espirituales
(949-953)

II. La comunión entre la Iglesia del cielo y la de la tierra
(954-959)

Resumen
(960-963)
___________________________

Párrafo 6:
(963)María, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia

I. La maternidad de María respecto de la Iglesia
(964-970)

II. El culto a la Santísima Virgen
(971)

III. María, icono escatológico
de la Iglesia

(972)

Resumen
(973-975)
___________________________

Artículo 10
: «Creo en el perdón de los pecados »
(976)

I. Un solo Bautismo para el perdón de los pecados
(977-980)

II. La potestad de las llaves
(981-983)

Resumen
(984-987)
___________________________

Artículo 11
: «Creo en la resurrección de la carne»
(988-991)

I. La Resurrección de Cristo y la nuestra
(992-1004)

II. Morir en Cristo Jesús
(1005-1014)

Resumen
(1015-1019)
___________________________

Artículo 12
: «Creo en la vida eterna»
(1020)

I. El juicio particular
(1021-1022)

II. El cielo
(1023-1029)

III. La purificación final o
Purgatorio

(1030-1032)

IV. El infierno
(1033-1037)

V. El Juicio final
(1038-1041)

VI. La esperanza de los cielos nuevos y de la tierra nueva
(1042-1050)

Resumen
(1051-1060)

«Amén»
(1061-1065)

___________________________

II ... nació de la Virgen María (487-507)


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487 Lo que la fe católica cree acerca de María se funda en lo que cree acerca de Cristo, pero lo que enseña sobre María ilumina a su vez la fe en Cristo.

La predestinación de María

488 "Dios envió a su Hijo" (Ga 4, 4), pero para "formarle un cuerpo" (cf. Hb 10, 5) quiso la libre cooperación de una criatura. Para eso desde toda la eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su Hijo a una hija de Israel, una joven judía de Nazaret en Galilea, a "una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María" (Lc 1, 26-27):

«El Padre de las misericordias quiso que el consentimiento de la que estaba predestinada a ser la Madre precediera a la Encarnación para que, así como una mujer contribuyó a la muerte, así también otra mujer contribuyera a la vida» (LG 56; cf. 61).

489 A lo largo de toda la Antigua Alianza, la misión de María fue preparada por la misión de algunas santas mujeres. Al principio de todo está Eva: a pesar de su desobediencia, recibe la promesa de una descendencia que será vencedora del Maligno (cf. Gn 3, 15) y la de ser la madre de todos los vivientes (cf. Gn 3, 20). En virtud de esta promesa, Sara concibe un hijo a pesar de su edad avanzada (cf. Gn 18, 10-14; 21,1-2). Contra toda expectativa humana, Dios escoge lo que era tenido por impotente y débil (cf. 1 Co 1, 27) para mostrar la fidelidad a su promesa: Ana, la madre de Samuel (cf. 1 S 1), Débora, Rut, Judit, y Ester, y muchas otras mujeres. María "sobresale entre los humildes y los pobres del Señor, que esperan de él con confianza la salvación y la acogen. Finalmente, con ella, excelsa Hija de Sión, después de la larga espera de la promesa, se cumple el plazo y se inaugura el nuevo plan de salvación" (LG 55).

La Inmaculada Concepción

490 Para ser la Madre del Salvador, María fue "dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante" (LG 56). El ángel Gabriel en el momento de la anunciación la saluda como "llena de gracia" (Lc 1, 28). En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación era preciso que ella estuviese totalmente conducida por la gracia de Dios.

491 A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María "llena de gracia" por Dios (Lc 1, 28) había sido redimida desde su concepción. Es lo que confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por el Papa Pío IX:

«... la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda la mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus: DS, 2803).

492 Esta "resplandeciente santidad del todo singular" de la que ella fue "enriquecida desde el primer instante de su concepción" (LG 56), le viene toda entera de Cristo: ella es "redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo" (LG 53). El Padre la ha "bendecido [...] con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo" (Ef 1, 3) más que a ninguna otra persona creada. Él la ha "elegido en él antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor" (cf. Ef 1, 4).

493 Los Padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios "la Toda Santa" (Panaghia), la celebran "como inmune de toda mancha de pecado y como plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo" (LG 56). Por la gracia de Dios, María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida.

"Hágase en mí según tu palabra ..."

494 Al anuncio de que ella dará a luz al "Hijo del Altísimo" sin conocer varón, por la virtud del Espíritu Santo (cf. Lc 1, 28-37), María respondió por "la obediencia de la fe" (Rm 1, 5), segura de que "nada hay imposible para Dios": "He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 37-38). Así, dando su consentimiento a la palabra de Dios, María llegó a ser Madre de Jesús y, aceptando de todo corazón la voluntad divina de salvación, sin que ningún pecado se lo impidiera, se entregó a sí misma por entero a la persona y a la obra de su Hijo, para servir, en su dependencia y con él, por la gracia de Dios, al Misterio de la Redención (cf. LG 56):

«Ella, en efecto, como dice san Ireneo, "por su obediencia fue causa de la salvación propia y de la de todo el género humano". Por eso, no pocos Padres antiguos, en su predicación, coincidieron con él en afirmar "el nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe lo desató la Virgen María por su fe". Comparándola con Eva, llaman a María "Madre de los vivientes" y afirman con mayor frecuencia: "la muerte vino por Eva, la vida por María"». (LG. 56; cf. Adversus haereses, 3, 22, 4).

La maternidad divina de María

495 Llamada en los Evangelios "la Madre de Jesús"(Jn 2, 1; 19, 25; cf. Mt 13, 55, etc.), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como "la madre de mi Señor" desde antes del nacimiento de su hijo (cf Lc 1, 43). En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre de Dios [Theotokos] (cf. Concilio de Éfeso, año 649: DS, 251).

La virginidad de María

496 Desde las primeras formulaciones de la fe (cf. DS 10-64), la Iglesia ha confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso: Jesús fue concebido absque semine ex Spiritu Sancto (Concilio de Letrán, año 649; DS, 503), esto es, sin semilla de varón, por obra del Espíritu Santo. Los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra:

Así, san Ignacio de Antioquía (comienzos del siglo II): «Estáis firmemente convencidos acerca de que nuestro Señor es verdaderamente de la raza de David según la carne (cf. Rm 1, 3), Hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios (cf. Jn 1, 13), nacido verdaderamente de una virgen [...] Fue verdaderamente clavado por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato [...] padeció verdaderamente, como también resucitó verdaderamente» (Epistula ad Smyrnaeos, 1-2).

497 Los relatos evangélicos (cf. Mt 1, 18-25; Lc 1, 26-38) presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas (cf. Lc 1, 34): "Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo", dice el ángel a José a propósito de María, su desposada (Mt 1, 20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: "He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo" (Is 7, 14) según la versión griega de Mt 1, 23.

498 A veces ha desconcertado el silencio del Evangelio de san Marcos y de las cartas del Nuevo Testamento sobre la concepción virginal de María. También se ha podido plantear si no se trataría en este caso de leyendas o de construcciones teológicas sin pretensiones históricas. A lo cual hay que responder: la fe en la concepción virginal de Jesús ha encontrado viva oposición, burlas o incomprensión por parte de los no creyentes, judíos y paganos (cf. san Justino, Dialogus cum Tryphone Judaeo, 99, 7; Orígenes, Contra Celsum, 1, 32, 69; y otros); no ha tenido su origen en la mitología pagana ni en una adaptación de las ideas de su tiempo. El sentido de este misterio no es accesible más que a la fe que lo ve en ese "nexo que reúne entre sí los misterios" (Concilio Vaticano I: DS, 3016), dentro del conjunto de los Misterios de Cristo, desde su Encarnación hasta su Pascua. San Ignacio de Antioquía da ya testimonio de este vínculo: "El príncipe de este mundo ignoró la virginidad de María y su parto, así como la muerte del Señor: tres misterios resonantes que se realizaron en el silencio de Dios" (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Ephesios, 19, 1; cf. 1 Co 2, 8).

María, la "siempre Virgen"

499 La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María (cf. Concilio de Constantinopla II: DS, 427) incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre (cf. San León Magno, c. Lectis dilectionis tuae: DS, 291; ibíd., 294; Pelagio I, c. Humani generis: ibíd. 442; Concilio de Letrán, año 649: ibíd., 503; Concilio de Toledo XVI: ibíd., 571; Pío IV, con. Cum quorumdam hominum: ibíd., 1880). En efecto, el nacimiento de Cristo "lejos de disminuir consagró la integridad virginal" de su madre (LG 57). La liturgia de la Iglesia celebra a María como la Aeiparthénon, la "siempre-virgen" (cf. LG 52).

500 A esto se objeta a veces que la Escritura menciona unos hermanos y hermanas de Jesús (cf. Mc 3, 31-55; 6, 3; 1 Co 9, 5; Ga 1, 19). La Iglesia siempre ha entendido estos pasajes como no referidos a otros hijos de la Virgen María; en efecto, Santiago y José "hermanos de Jesús" (Mt 13, 55) son los hijos de una María discípula de Cristo (cf. Mt 27, 56) que se designa de manera significativa como "la otra María" (Mt 28, 1). Se trata de parientes próximos de Jesús, según una expresión conocida del Antiguo Testamento (cf. Gn 13, 8; 14, 16;29, 15; etc.).

501 Jesús es el Hijo único de María. Pero la maternidad espiritual de María se extiende (cf. Jn 19, 26-27; Ap 12, 17) a todos los hombres a los cuales Él vino a salvar: "Dio a luz al Hijo, al que Dios constituyó el Primogénito entre muchos hermanos (Rm 8,29), es decir, de los creyentes, a cuyo nacimiento y educación colabora con amor de madre" (LG 63).

La maternidad virginal de María en el designio de Dios

502 La mirada de la fe, unida al conjunto de la Revelación, puede descubrir las razones misteriosas por las que Dios, en su designio salvífico, quiso que su Hijo naciera de una virgen. Estas razones se refieren tanto a la persona y a la misión redentora de Cristo como a la aceptación por María de esta misión para con los hombres.

503 La virginidad de María manifiesta la iniciativa absoluta de Dios en la Encarnación. Jesús no tiene como Padre más que a Dios (cf. Lc 2, 48-49). "La naturaleza humana que asumió no le ha alejado jamás de su Padre [...]; Uno y el mismo es el Hijo de Dios y del hombre, por naturaleza Hijo del Padre según la divinidad; por naturaleza Hijo de la Madre según la humanidad, pero propiamente Hijo del Padre en sus dos naturalezas" (Concilio del Friul, año 796: DS, 619).

504 Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María porque él es el Nuevo Adán (cf. 1 Co 15, 45) que inaugura la nueva creación: "El primer hombre, salido de la tierra, es terreno; el segundo viene del cielo" (1 Co 15, 47). La humanidad de Cristo, desde su concepción, está llena del Espíritu Santo porque Dios "le da el Espíritu sin medida" (Jn 3, 34). De "su plenitud", cabeza de la humanidad redimida (cf Col 1, 18), "hemos recibido todos gracia por gracia" (Jn 1, 16).

505 Jesús, el nuevo Adán, inaugura por su concepción virginal el nuevo nacimiento de los hijos de adopción en el Espíritu Santo por la fe "¿Cómo será eso?" (Lc 1, 34;cf. Jn 3, 9). La participación en la vida divina no nace "de la sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino de Dios" (Jn 1, 13). La acogida de esta vida es virginal porque toda ella es dada al hombre por el Espíritu. El sentido esponsal de la vocación humana con relación a Dios (cf. 2 Co 11, 2) se lleva a cabo perfectamente en la maternidad virginal de María.

506 María es virgen porque su virginidad es el signo de su fe no adulterada por duda alguna (cf. LG 63) y de su entrega total a la voluntad de Dios (cf. 1 Co 7, 34-35). Su fe es la que le hace llegar a ser la madre del Salvador: Beatior est Maria percipiendo fidem Christi quam concipiendo carnem Christi ("Más bienaventurada es María al recibir a Cristo por la fe que al concebir en su seno la carne de Cristo" (San Agustín, De sancta virginitate, 3: PL 40, 398)).

507 María es a la vez virgen y madre porque ella es la figura y la más perfecta realización de la Iglesia (cf. LG 63): "La Iglesia [...] se convierte en Madre por la palabra de Dios acogida con fe, ya que, por la predicación y el bautismo, engendra para una vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios. También ella es virgen que guarda íntegra y pura la fidelidad prometida al Esposo" (LG 64).

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