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Catecismo de la Iglesia Catolica


SEGUNDA PARTE

LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO
(1066-1075)

PRIMERA SECCIÓN:
LA ECONOMÍA SACRAMENTAL (1076)

CAPÍTULO PRIMERO: EL MISTERIO PASCUAL EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA
[1077-1112]
___________________________

Artículo 1:
La liturgia,
obra de la Santísima Trinidad


I. El Padre, fuente y fin de la Liturgia
(1077-1083)

II. La obra de Cristo en la Liturgia
(1084-1090)

III. El Espíritu Santo y la Iglesia en la Liturgia
(1091-1109)

Resumen
(1110-1112)
___________________________

Artículo 2:
El misterio pascual en los sacramentos de la Iglesia
(1113)

I. Sacramentos de Cristo
(1114-1116)

II. Sacramentos de la Iglesia
(1117-1121)

III. Sacramentos de la fe
(1122-1126)

IV. Sacramentos de la salvación
(1127-1129)

V. Sacramentos de la vida eterna
(1130)

Resumen
(1131-1134)
___________________________

CAPÍTULO SEGUNDO:
LA CELEBRACIÓN SACRAMENTAL DEL
MISTERIO PASCUAL

(1135)

Artículo 1:
Celebrar la Liturgia de la Iglesia

[1136-1199]

I. ¿Quién celebra?
(1136-1144)

II. ¿Cómo celebrar?
(1145-1162)

III. ¿Cuándo celebrar?
(1163-1178)

IV. ¿Dónde celebrar?
(1179-1186)

Resumen
(1187-1199)
___________________________

Artículo 2:
Diversidad litúrgica y unidad
del misterio

(1200-1206)

Resumen
(1207-1209)
___________________________

SEGUNDA SECCIÓN:
«LOS SIETE SACRAMENTOS
DE LA IGLESIA
»
(1210-1211)

CAPÍTULO PRIMERO:
LOS SACRAMENTOS DEL LA INICIACIÓN CRISTIANA
(1212)

Artículo l:
El sacramento del Bautismo
(1213)

I. El nombre de este sacramento
(1214-1216)

II. El Bautismo en la economía
de la salvación

(1217-1228)

III. La celebración del sacramento del Bautismo
(1229-1245)

IV. Quién puede recibir el Bautismo
(1246-1255)

V. Quién puede bautizar
(1256)

VI. La necesidad del Bautismo
(1257-1261)

VII. La gracia del Bautismo
(1262-1274)

Resumen
(1275-1284)
___________________________

Artículo 2:
El sacramento de la Confirmación
(1285)

I. La Confirmación en la economía de la salvación
(1286-1292)

II. Los signos y el rito de la Confirmación
(1293-1301)

III. Los efectos de la Confirmación
(1302-1305)

IV. Quién puede recibir
este sacramento

(1306-1311)

V. El ministro de la Confirmación
(1312-1314)

Resumen
(1315-1321)
___________________________

Artículo 3:
El sacramento de la Eucaristía
(1322-1323)

I. La Eucaristía, fuente y culmen
de la vida eclesial

(1324-1327)

II. El nombre de este sacramento
(1328-1332)

III. La Eucaristía en la economía
de la salvación

(1333-1344)

IV. La celebración litúrgica
de la Eucaristía

(1345-1355)

V. El sacrificio sacramental: acción de gracias, memorial, presencia
(1356-1381)

VI. El banquete pascual
(1382-1401)

VII. La Eucaristía,
«Pignus futurae gloriae»

(1402-1405)

Resumen
(1406-1419)
___________________________

CAPÍTULO SEGUNDO:
LOS SACRAMENTOS
DE CURACIÓN

(1420-1421)

Artículo 4:
El sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación
(1422)

I. El nombre de este sacramento
(1423-1424)

II. Por qué un sacramento de la reconciliación después
del bautismo

(1425-1426)

III. La conversión de los bautizados
(1427-1429)

IV. La penitencia interior
(1430-1433)

V. Diversas formas de penitencia en la vida cristiana
(1434-1439)

VI. El sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación
(1440-1449)

VII. Los actos del penitente
(1450-1460)

VIII. El ministro de este sacramento
(1461-1467)

IX. Los efectos de este sacramento
(1468-1470)

X. Las indulgencias
(1471-1479)

XI. La celebración del sacramento de la Penitencia
(1480-1484)

Resumen
(1485-1498)
___________________________

Artículo 5:
La Unción de los enfermos
(1499)

I. Fundamentos en la economía
de la salvación

(1501-1513)

II. Quién recibe y quién administra este sacramento
(1514-1516)

III. La celebración del sacramento
(1517-1519)

IV. Efectos de la celebración
de este sacramento

(1520-1523)

V. El viático, último sacramento
del cristiano

(1524-1525)

Resumen
(1526-1532)
___________________________

CAPÍTULO TERCERO:
LOS SACRAMENTOS AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD (1533-1535)

Artículo 6:
El sacramento del Orden
(1536)

I. El nombre de sacramento
del Orden

(1537-1538)

II. El sacramento del Orden en la economía de la salvación
(1539-1553)

III. Los tres grados
del sacramento del Orden

(1554-1571)

IV. La celebración de este sacramento
(1572-1574)

V. El ministro de este sacramento
(1575-1576)

VI. Quién puede recibir
este sacramento

(1577-1580)

VII. Efectos del sacramento
del Orden

(1581-1589)

Resumen
(1590-1600)
___________________________

Artículo 7:
El sacramento del Matrimonio
(1601)

I. El Matrimonio en el plan de Dios
(1602-1620)

II. La celebración del Matrimonio
(1621-1624)

III. El consentimiento matrimonial
(1625-1637)

IV. Los efectos del sacramento
del Matrimonio

(1638-1642)

V. Los bienes y las exigencias
del amor conyugal

(1643-1654)

VI. La Iglesia doméstica
(1655-1658)

Resumen
(1659-1666)
___________________________

CAPÍTULO CUARTO:
OTRAS CELEBRACIONES LITÚRGICAS
[1667-1679])

Artículo 1: Los sacramentales
(1667-1676)

Resumen
(1677-1679)
___________________________

Artículo 2:
Las exequias cristianas
(1680)

I. La última Pascua del cristiano
(1681-1683)

II. La celebración de las exequias
(1684-1690)
___________________________



III. El consentimiento matrimonial
(1625-1637)


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1625 Los protagonistas de la alianza matrimonial son un hombre y una mujer bautizados, libres para contraer el matrimonio y que expresan libremente su consentimiento. "Ser libre" quiere decir:

— no obrar por coacción;
— no estar impedido por una ley natural o eclesiástica.

1626 La Iglesia considera el intercambio de los consentimientos entre los esposos como el elemento indispensable "que hace el matrimonio" (CIC can. 1057 §1). Si el consentimiento falta, no hay matrimonio.

1627 El consentimiento consiste en "un acto humano, por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente" (GS 48,1; cf CIC can. 1057 §2): "Yo te recibo como esposa" — "Yo te recibo como esposo" (Ritual de la celebración del Matrimonio, 62). Este consentimiento que une a los esposos entre sí, encuentra su plenitud en el hecho de que los dos "vienen a ser una sola carne" (cf Gn 2,24; Mc 10,8; Ef 5,31).

1628 El consentimiento debe ser un acto de la voluntad de cada uno de los contrayentes, libre de violencia o de temor grave externo (cf CIC can. 1103). Ningún poder humano puede reemplazar este consentimiento (CIC can. 1057 §1). Si esta libertad falta, el matrimonio es inválido.

1629 Por esta razón (o por otras razones que hacen nulo e inválido el matrimonio [cf. CIC can. 1095-1107]), la Iglesia, tras examinar la situación por el tribunal eclesiástico competente, puede declarar "la nulidad del matrimonio", es decir, que el matrimonio no ha existido. En este caso, los contrayentes quedan libres para casarse, aunque deben cumplir las obligaciones naturales nacidas de una unión precedente anterior (cf CIC, can. 1071 § 1, 3).

1630 El sacerdote ( o el diácono) que asiste a la celebración del matrimonio, recibe el consentimiento de los esposos en nombre de la Iglesia y da la bendición de la Iglesia. La presencia del ministro de la Iglesia (y también de los testigos) expresa visiblemente que el Matrimonio es una realidad eclesial.

1631 Por esta razón, la Iglesia exige ordinariamente para sus fieles la forma eclesiástica de la celebración del matrimonio (cf Concilio de Trento: DS 1813-1816; CIC can 1108). Varias razones concurren para explicar esta determinación:

— El matrimonio sacramental es un acto litúrgico. Por tanto, es conveniente que sea celebrado en la liturgia pública de la Iglesia.
— El matrimonio introduce en un ordo eclesial, crea derechos y deberes en la Iglesia entre los esposos y para con los hijos.
— Por ser el matrimonio un estado de vida en la Iglesia, es preciso que exista certeza sobre él (de ahí la obligación de tener testigos).
— El carácter público del consentimiento protege el "Sí" una vez dado y ayuda a permanecer fiel a él.

1632 Para que el "Sí" de los esposos sea un acto libre y responsable, y para que la alianza matrimonial tenga fundamentos humanos y cristianos sólidos y estables, la preparación para el matrimonio es de primera importancia:

El ejemplo y la enseñanza dados por los padres y por las familias son el camino privilegiado de esta preparación.

El papel de los pastores y de la comunidad cristiana como "familia de Dios" es indispensable para la transmisión de los valores humanos y cristianos del matrimonio y de la familia (cf. CIC can 1063), y esto con mayor razón en nuestra época en la que muchos jóvenes conocen la experiencia de hogares rotos que ya no aseguran suficientemente esta iniciación:

«Los jóvenes deben ser instruidos adecuada y oportunamente sobre la dignidad, tareas y ejercicio del amor conyugal, sobre todo en el seno de la misma familia, para que, educados en el cultivo de la castidad, puedan pasar, a la edad conveniente, de un honesto noviazgo, al matrimonio» (GS 49,3).

Matrimonios mixtos y disparidad de culto

1633 En numerosos países, la situación del matrimonio mixto (entre católico y bautizado no católico) se presenta con bastante frecuencia. Exige una atención particular de los cónyuges y de los pastores. El caso de matrimonios con disparidad de culto (entre católico y no bautizado) exige aún una mayor atención.

1634 La diferencia de confesión entre los cónyuges no constituye un obstáculo insuperable para el matrimonio, cuando llegan a poner en común lo que cada uno de ellos ha recibido en su comunidad, y a aprender el uno del otro el modo como cada uno vive su fidelidad a Cristo. Pero las dificultades de los matrimonios mixtos no deben tampoco ser subestimadas. Se deben al hecho de que la separación de los cristianos no se ha superado todavía. Los esposos corren el peligro de vivir en el seno de su hogar el drama de la desunión de los cristianos. La disparidad de culto puede agravar aún más estas dificultades. Divergencias en la fe, en la concepción misma del matrimonio, pero también mentalidades religiosas distintas pueden constituir una fuente de tensiones en el matrimonio, principalmente a propósito de la educación de los hijos. Una tentación que puede presentarse entonces es la indiferencia religiosa.

1635 Según el derecho vigente en la Iglesia latina, un matrimonio mixto necesita, para su licitud, el permiso expreso de la autoridad eclesiástica (cf CIC can. 1124). En caso de disparidad de culto se requiere una dispensa expresa del impedimento para la validez del matrimonio (cf CIC can. 1086). Este permiso o esta dispensa supone que ambas partes conozcan y no excluyan los fines y las propiedades esenciales del matrimonio: además, que la parte católica confirme los compromisos –también haciéndolos conocer a la parte no católica– de conservar la propia fe y de asegurar el Bautismo y la educación de los hijos en la Iglesia Católica (cf CIC can. 1125).

1636 En muchas regiones, gracias al diálogo ecuménico, las comunidades cristianas interesadas han podido llevar a cabo una pastoral común para los matrimonios mixtos. Su objetivo es ayudar a estas parejas a vivir su situación particular a la luz de la fe. Debe también ayudarles a superar las tensiones entre las obligaciones de los cónyuges, el uno con el otro, y con sus comunidades eclesiales. Debe alentar el desarrollo de lo que les es común en la fe, y el respeto de lo que los separa.

1637 En los matrimonios con disparidad de culto, el esposo católico tiene una tarea particular: "Pues el marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente" ( 1 Co 7,14). Es un gran gozo para el cónyuge cristiano y para la Iglesia el que esta "santificación" conduzca a la conversión libre del otro cónyuge a la fe cristiana (cf. 1 Co 7,16). El amor conyugal sincero, la práctica humilde y paciente de las virtudes familiares, y la oración perseverante pueden preparar al cónyuge no creyente a recibir la gracia de la conversión.

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