162» Sigan la Huella de Mi Preciosa Sangre

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

CA-162 24-Ene-96 Jesús

1) Hijos Míos, Soy el humilde Nazareno que vengo como un niñito huérfano buscando su amor, como un Mendigo buscando su caridad, como un enfermo buscando consuelo y como un peregrino buscando albergue y un lugar para descansar. No Me nieguen, no Me cierren sus puertas. Extiendan sus manos para
recibirme, préstenme sus corazones para descansar, se los suplico, hijos Míos. Mírenme como estoy: solo, golpeado, cansado, con hambre y sed de amor de sus almas.

2) Regresen pronto, Mi pequeño pueblo, que su Rey los necesita, sus hermanos están en gran peligro. Satanás ha enviado un ejército de fieras enfurecidas. ¡Si pudieran ver cuántas almas han destrozado con sus artimañas! Extienden sus tentáculos por todos los rincones de la Tierra; se han convertido en toda clase de ídolos, confundiendo a Mis hijos amados.

3) Ayúdenme, hijos, sean un pequeño ejército que guíe a sus hermanos que están ciegos por el poder, el dinero, el orgullo, la soberbia, todo lo que da en abundancia el maligno enemigo de las almas.

4) Ayúdenme, hijitos, recojan a prisa a todas Mis amadas ovejas, luchen y defiéndanlas aún a costa de sus vidas, recuerden que ustedes darán cuentas cuando Yo los llame. Si llegan ante Mí lujosos y despreocupados los despediré de Mi Reino, porque ustedes se habrán preocupado más de su bienestar y no de su trabajo. Y si los veo venir todos cansados, heridos y en andrajos, les diré: vengan a Mis brazos, benditos de Mi Padre y tomen posesión de Mi Reino, han sido buenos pastores.

5) Hijos Míos, luchen, difundan nuestro amor; tienen en sus manos y en su corazón los medios y las armas para el gran combate. Oración, rezo del Santo Rosario, Penitencia, Eucaristía, Ayuno y las Obras de Misericordia.

6) Háganlo, hijos Míos. Los hago responsables de salvar a sus hermanos; ustedes serán la tabla de salvación para muchos en este gran naufragio. Pasen todas estas tribulaciones con Fe y perseverancia, porque más tarde vendrá la verdadera purificación a esta tierra enfangada en la maldad y la ceguera.

7) Hijitos, adéntrense en Mi amoroso Corazón, que es el Refugio de perdón, paz y amor.

8) Acompáñenme con amor y entrega en esta nueva Cuaresma; ustedes la celebran como un aniversario más, pero no, hijos Míos. Yo vuelvo a sufrir y a recorrer cada instante de dolor que padecí para salvar sus almas y aún no He recuperado a todas las pequeñas almas que pagué con el precio de Mi
Sangre. Cada aniversario que ustedes celebran Me siento más solo, cansado y en constante agonía; cada vez encuentro más corazones empobrecidos. Han despreciado la riqueza de Mi amor, han malgastado el Tesoro de Mi Corazón y, a cambio, Me entregan migajas, reproches, orgullo, soberbia y altivez.

9) Pobres hijos Míos, la ceguera que tienen con su ambición les impide ver que les extiendo Mis brazos para abrazarlos. No miran Mi pecho abierto en donde está Mi Corazón Sacrosanto en contínuo ofrecimiento de amor; no miran Mi Divino rostro que emana luz y paz, ni siquiera Mis manos que están llenas de Gracias que les quiero entregar, tan sólo a
cambio de que Me entreguen sus corazones y sus pequeñas almas.

10) Hijos Míos, cuánto dolor Me causan al verlos convertidos en simples fanáticos que corren detrás de los ídolos que han creado con sus intereses; qué ciegos están al no ver la mano infernal en todo esto.

11) Y ustedes, pequeños, que empiezan a caminar por la ruta trazada por la Mano de Mi Padre, sigan la huella de Mi preciosa Sangre, derramada por su libertad; caminen siempre bajo la luz del Espíritu Santo, vuelvan a ser niños para que Mi Madre sea su Madre. Los quiero en total santificación, agranden cada vez más sus pequeños corazones, no los
reduzcan con las dudas y egoísmo. Si aman con pureza y sinceridad, aprendan a multiplicar cada vez más, para que puedan repartir su amor en Mi Nombre. Háganlo como su Maestro que Ha multiplicado panes y peces para toda la humanidad, hasta la eternidad. Recuerden, hijos Míos, el amor es infinito, no tiene peso ni medida.

12) Ayúdenme a salvar almas, que Mi barca aún está vacía. En ella hay el mejor vino, que es Mi Sangre y el mejor manjar, que es Mi Cuerpo, para saciar la sed y el hambre de todos Mis hijos... No Me dejen solo, ayúdenme a beber todos estos cáliz de amargura que tengo ante Mí. Despierten, hijos Míos, de este pesado letargo de indecisión, permanezcan en vela y listos para el Gran Combate.