REGRESANDO A CASA
Testimonio
1.43» Michel Viot
Francés, de la Iglesia evangélica luterana de Francia, se convirtió al catolicismo el 28 de junio del 2001. Había sido inspector eclesiástico, rango equivalente a obispo.
En una entrevista con Dominique Le Tourneau, decía que dio el paso definitivo a raíz de la declaración conjunta luterano-católica sobre la justificación, poco después de que el Sínodo de la Iglesia reformada francesa resolviera permitir la comunión eucarística también a los no bautizados.
Dice: “He dejado todos los grados de la masonería, altos y menos altos, por el juicio negativo que la Iglesia católica tiene sobre la masonería.
En efecto, mi deseo es llegar a ser sacerdote y creo que un sacerdote debe evitar ser motivo de división entre sus feligreses.
Soy feliz de la elección que he hecho, pero seré plenamente feliz, cuando haya sido ordenado sacerdote católico, porque es en el ejercicio del ministerio sacerdotal donde podré satisfacer los compromisos que he asumido en mi vida...
Siempre me he situado entre los luteranos que no se resignaban al cisma definitivo con Roma.
He seguido con mucho interés el diálogo teológico entre la Santa Sede y la Federación luterana mundial...
Decidí dar este paso, porque siempre he creído que la unidad completa no se dará nunca sin la comunión con el obispo de Roma, reconocido como primado...
Los luteranos deben descubrir que los dogmas marianos y eclesiológicos no afectan en nada a la mediación salvadora, única y universal, de Jesucristo. Al contrario, encuentra en ellos su sentido más pleno...
Gracias al Magisterio, la Iglesia católica cuenta con una doctrina oficial. Mantiene una Cristología fundada en la Escritura y la Tradición, pero también ilustrada por la veneración mariana.
Estoy convencido de que la mayor parte de las grandes herejías, por no decir todas, provienen de errores en Cristología.
Ahora bien, para acertar en Cristología hace falta no separar a Jesús de su Madre...
También la doctrina sobre los siete sacramentos me parece capital.
A pesar de la crisis del sacramento de la penitencia en el catolicismo, no es comparable con la ausencia de su práctica en la mayor parte de las confesiones protestantes.
Al menos, en el catolicismo se cuenta con una doctrina clara, que puede enderezar la situación.
Por otra parte, el hecho de que la ordenación sacerdotal sea un sacramento católico, ha impedido toda desviación en la celebración de la Eucaristía.
Sólo quien ha sido ordenado sacerdote puede consagrar el pan y el vino.
Nunca jamás, a pesar de la falta de sacerdotes, se podrá dar una “delegación pastoral” a un laico para celebrar la misa, cosa que se hace en número muy elevado de comunidades eclesiales protestantes”133.
Michel Viot ha escrito el libro de su conversión, titulado Du protestantismo a l’Église.
133 Testimonio publicado en la revista Palabra de noviembre del 2001. También se encuentra este testimonio en internet www.anit.es/palabra/viot.html.