29- Para un consagrado
¡Hijo Mío!
¡Yo, la Mamá del mundo y del Cielo, te he acunado entre los brazos!
¡Tú lo sabes, lo has sentido!
Y aún te acunaré porque estás entre aquellos que ayudarán al mundo.
¡Ayudarás a muchas criaturas!
Un don que te será siempre más manifiesto, que te viene de Dios Trino.
Mi Hijo, Jesús, el Amor, Nuestro Amor, estará a tu lado, cuando obres en Él, porque tú eres uno de Sus caminos en Su estrategia celestial.
Sigue adelante así, alma querida de Nosotros, hijo de Mi Corazón, ¡sé así puro y simple humilde y sereno!
¡Tienes Nuestra bendición!
¡Aún acunaré tu alma, aún sentirás Mi presencia, junto a ti!
Aún y siempre más el Cielo en ti se manifestará, porque tú a otros darás mucho para el espíritu.
2 de Diciembre de 1977, 15 horas
Es para Fray Alberto (capuchino).