Thursday April 25,2024
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La Santa Misa > Testimonio de Catalina sobre la Santa Misa

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De pronto empezaron a ponerse de pie unas personas que no había visto antes. Era como si del lado de cada persona que estaba en la Catedral, saliera otra persona y aquello se lleno de unos personajes jóvenes, hermosos.  Iban vestidos con túnicas muy blancas y fueron saliendo hasta el pasillo central dirigiéndose hacia el Altar.

Dijo nuestra Madre: “Observa, son los Ángeles de la Guarda de cada una de las personas que están aquí.  Es el momento en que su ángel de la Guarda lleva sus ofrendas y peticiones ante el Altar del Señor”.

En aquel momento, estaba completamente asombrada, porque esos seres tenían rostros tan hermosos, tan radiantes como no puede uno imaginarse. Lucían unos rostros muy bellos, casi femeninos, sin embargo la complexión de su cuerpo, sus manos, su estatura era de hombre.  Los pies desnudos no pisaban el suelo, sino que iban como deslizándose, como resbalando.  Aquella procesión era muy hermosa.

Algunos de ellos tenían como una fuente de oro con algo que brillaba con una luz blanca-dorada, dijo la Virgen:  “Son los Ángeles de la guarda de las personas que están ofreciendo esta Santa Misa por muchas intenciones, aquellas personas que están conscientes de lo que significa esta celebración, aquellas que tienen que ofrecer al Señor” .

“Ofrezcan en este momento, ofrezcan sus penas, sus dolores, sus ilusiones, sus tristezas, sus alegrías, sus peticiones.  Recuerden que la Misa tiene un valor infinito por lo tanto, sean generosos en ofrecer y en pedir.

Detrás de los primeros Ángeles venían otros que no tenían nada en las manos, las llevaban vacías.  Dijo la Virgen: “Son los Ángeles de las personas que estando aquí no ofrecen nunca nada, que no tienen interés en vivir cada momento litúrgico de la Misa y no tienen ofrecimientos que llevar ante el Altar del Señor”.

En último lugar iban otros Ángeles que estaban medio tristes, con las manos juntas en oración pero con la mirada baja.  “Son los Ángeles de la guarda de las personas que estando aquí, no están, es decir de las personas que han venido forzadas que han venido por compromiso, pero sin ningún deseo de participar de la Santa Misa y los Ángeles van tristes porque no tienen que llevar ante el Altar, salvo sus propias oraciones”.

“No entristezcan a su Ángel de la Guarda…Pidan mucho, pidan por la conversión de los pecadores, por la paz del mundo, por sus familiares, sus vecinos, por quienes se encomiendan a sus oraciones.  Pidan, pidan mucho, pero no solo por ustedes, sino por los demás”. 

“Recuerden que el ofrecimiento que mas agrada al Señor es cuando se ofrecen ustedes mismos como holocausto, para que Jesús, al bajar, los transforme por Sus propios meritos.  “¿Qué tienen que ofrecer al Padre por si mismos?  La nada y el pecado, pero al ofrecerse unidos a los meritos de Jesús, aquel ofrecimiento es grato al Padre”.


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