Thursday March 28,2024
Iniciar pagina principal Quienes somos y que hacemos Mision principal del sitio en internet Como rezar el santo rosario, oraciones, etc. Base de datos de documentos recopilados Servicio de asesoria via e-mail. Calendario de eventos en el bimestre Personas para establecer contacto
 

PREPARACION
PARA LA MUERTE


Un buena preparacion para la muerte

Autor: San Alfonso Maria
de Ligorio

Fuente: iteadjmj.com


Partes: [ 1/20 ] [ 21/37]

A. A Jesús Crucificado para alcanzar la gracia
de una buena Muerte

B. Aceptación de la Muerte


21. VIDA INFELIZ DE PECADORES Y VIDA DICHOSA DEL QUE AMA A DIOS
21.1 Mucha paz para los que..
21.2 Los desdichados pecadores 21.3 Por breves y envenenados..

22. LOS MALOS HABITOS
22.1 Nuestra propensión ....
22.2 Malos hábitos endurecen...
22.3 Perdida la luz que nos guía..

23. ENGAÑOS QUE EL ENEMIGO SUGIERE AL PECADOR
23.1 ¿Imaginemos que un joven..
23.2 Dices que el Señor es Dios..
23.3 Aún soy joven... Dios se...

24. DEL JUICIO PARTICULAR
24.1 Presentación del reo...
24.2 Acusación y examen..
24.3 Me arrepiento, Bien Sumo!,

25. DEL JUICIO UNIVERSAL
25.1 No hay en el mundo..
25.2 Apenas hayan resucitado..
25.3 Comenzará el juicio...

26. DE LAS PENAS DEL INFIERNO
26.1 Dos males comete...
26.2 La pena de sentido...
26.3 Pérdida de Dios..

27. DE LA ETERNIDAD DEL INFIERNO
27.1 Si el infierno tuviese fin ...
27.2 Del infierno jamás salir...
27.3 En la vida del infierno..

28. REMORDIMIENTOS DEL CONDENADO
28.1 Este gusano que no muere..
28.2 Lo poco para salvarse...
28.3 El muy alto bien perdido...

29. DE LA GLORIA
29.1 Vuestra tristeza en alegria..
29.2 Enjugará Dios las lágrimas...
29.3 Verá el alma las gracias...

30. DE LA ORACION
30.1 Pedid y se os dará...
30.2 Necesidad de la oración...
30.3 Condiciones de la oración..

31. DE LA PERSEVERANCIA
31.1 El que persevere al final..
31.2 Cómo se ha de vencer ...
31.3 Tercer enemigo, la carne..

32. DE LA LA CONFIANZA EN LA PROTECCION DE MARIA SANTISIMA
32.1 Quien me hallare, hallará...
32.2 María es abogada clemente.
32.3 María abogada tan piadosa..

33. DEL AMOR DE DIOS
33.1 Pues amemos a Dios...
33.2 Se nos dio y entregó...
33.3 Jesús padeció y morió...

34. DE LA SAGRADA COMUNION
34.1 Tomad y comed;éste es mi..
34.2 Jesús nos otorga este don.
34.3 Recibirlo en la comunión...

35. DE LA AMOROSA PERMANENCIA DE CRISTO EN
EL SANTISIMO SACRAMENTO DEL ALTAR
35.1 Venid a mi los abrumados...
35.2 A todos nos da audiencia...
35.3 El Nos comunica su gracia...

36. CONFORMIDAD CON LA VOLUNTAD DE DIOS
36.1 Y la vida, en su voluntad...
36.2 Conformarnos con todo...
36.3 Admirable y continua paz...

 

21.2 Los desdichados pecadores pretenden ser felices con sus culpas, pero no consiguen
más que amarguras y remordimientos


PUNTO 2

Además—dice Salomón (Ecl., 1, 14)—, que los bienes del mundo son, no solamente vanidades que no satisfacen el alma, sino penas que la afligen. Los desdichados pecadores pretenden ser felices con sus culpas, pero no consiguen más que amarguras y remordimientos (Sal. 13, 3). Nada de paz ni reposo. Dios nos dice (Is., 48, 22): «No hay paz para los impíos.»

 Primeramente, el pecado lleva consigo el temor profun­do de la divina venganza; pues así como el que tiene un poderoso enemigo no descansa ni vive con quietud, ¿cómo podrá el enemigo de Dios reposar en paz? «Espanto para los que obran mal es el camino del Señor» (Pr., 10, 29).

 Cuando la tierra tiembla o el trueno retumba, ¡cómo teme el que se halla en pecado! Hasta el suave movimiento de las umbrías frondas, a veces, le llena de pavor: «El sonido del terror amedrenta siempre sus oídos» (Jb., 15, 21).

Huye sin ver quien le persigue (Pr., 28, 1). Por­que su propio pecado corre en pos dé él. Mató Caín a su hermano Abel, y exclamaba luego: «Cualquiera que me hallare me matará» (Gn., 4, 14). Y aunque el Señor le aseguró que nadie le dañaría (Gn., 4, 15), Caín —dice la Escritura (Gn., 4, 16)— anduvo siempre fugitivo y errante. ¿Quién perseguía a Caín, sino su pecado?

 Va, además, siempre la culpa unida al remordimiento, ese gusano roedor que jamás reposa. Acude el pobre pe­cador a banquetes, saraos o comedias, mas la voz de la conciencia sigue diciéndole: Estás en desgracia de Dios; si murieses, ¿a dónde irás? Es pena tan angustiosa el remordimiento, aun en esta vida, que algunos desventurados, para librarse de él, se dan a sí mismos la muerte.

Tal fue Judas, que, como es sabido, se ahorcó, deses-perado. Y se cuenta de otro criminal que, habiendo ase­sinado a un niño, tuvo tan horribles remordimientos, que para acallarlos se hizo religioso; pero ni aun en el claus­tro halló la paz, y corrió ante el juez a confesar su delito, por el cual fué condenado a muerte.

¿Qué es un alma privada de Dios?... Unmar tempes­tuoso, dice el Espíritu Santo (Is., 57, 20). Si alguno fue­se llevado a un festín, baile o concierto, y le tuviesen allí atado de pies y manos con opresoras ligaduras, ¿podría disfrutar de aquella diversión? Pues tal es el hombre que vive entre los bienes del mundo sin poseer a Dios.

Podrá beber, comer, danzar, ostentar ricas vestiduras, recibir honores, obtener altos cargos y dignidades, pero no tendrá paz. Porque la paz sólo de Dios se obtiene, y Dios la da a los que le aman, no a sus enemigos.

 Los bienes de este mundo—dice San Vicente Ferrer— están por de fuera, no entran en el corazón. Llevará, tal vez, aquel pecador bordados vestidos y anillos de diaman­tes, tendrá espléndida mesa; pero su pobre corazón se mantendrá colmado de hiel y de espinas. Y así, veréis que entre tantas riquezas, placeres y recreos vive siempre inquieto, y que por el menor obstáculo se impacienta y enfurece coma perro hidrófobo.

 El que ama a Dios se resigna y conforma en las cosas adversas con la divina voluntad, y halla paz y consuelo. Mas esto no lo puede hacer el que es enemigo de la vo­luntad de Dios; y por eso no halla camino de aquietarse.

 Sirve el desventurado al demonio, tirano cruel, que le paga con afanes y amarguras. Así se cumplen siempre las palabras del Señor, que dijo (Dt., 28, 47-48):

«Por cuan­to no serviste con gozo al Señor tu Dios, servirás a tu enemigo con hambre y con sed, y con desnudez, y con todo género de penuria.» ¡Cuánto no padece aquel ven­gativo después de haberse vengado! ¡ Cuánto aquel des­honesto apenas logra sus designios! ¡ Cuánto los ambicio­sos y los avaros!... ¡Oh si padecieran por Dios lo que por condenarse padecen, cuántos serian santos!

AFECTOS Y SÚPLICAS

i Oh tiempo que perdí!... Si hubiera, Señor, padecido por serviros los afanes y trabajos que padecí ofendién­doos, ¡cuántos méritos para la gloria tendría ahora re­unidos! ¡Ah Dios mío! ¿Por qué os abandoné y perdí vuestra gracia?...

 Por breves y envenenados placeres, que, apenas disfru­tados, desaparecieron y me dejaron el corazón lleno de heridas y de angustias... ¡Ah pecados míos!, os maldigo y detesto mil veces; así como bendigo vuestra misericor­dia, Señor, que con tanta paciencia me ha sufrido.

Os amo, Creador y Redentor mío, que disteis por mí la vida. Y porque os amo, me arrepiento de todo cora­zón de haberos ofendido... Dios mío, Dios mío, ¿por qué os perdí? ¿Por qué cosas os dejé? Ahora conozco cuán mal he obrado, y propongo antes perderlo todo, hasta la misma vida, que perder vuestro amor.

 Iluminadme, Padre Eterno, por amor a Jesucristo. Dad­me a conocer el bien infinito, que sois Vos, y la vileza de los bienes que me ofrece el demonio para lograr que yo pierda vuestra gracia. Os amo, y anhelo amaros más. Ha­ced que Vos seáis mi único pensamiento, mi único deseo, mi único amor. Todo lo espero de vuestra bondad, por los méritos de vuestro Hijo...


 María, Madre nuestra, por el amor que a Jesucristo profesáis, os ruego me alcancéis luz y fuerza para servirle y amarle hasta la muerte.

   


[Inicio] [ Blog] [Mision] [El Rosario] [Documentos] [Asesorias] [ Política de Privacidad] [Contacto ]

Copyright © 2022 Maria Luz Divina