Capítulo 2: Un poco de historia
- El camino de Santiago
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Durante la Edad Media fue utilizado por los peregrinos que se dirigían a venerar el sepulcro del apóstol Santiago, el Mayor.
Según la tradición, esta vía surgió tras el hallazgo del sepulcro, durante el reinado de Alfonso II. Ello dio lugar a la edificación de un templo, renovado por Alfonso III en 874, y a la llegada de peregrinos de toda Europa.
El camino de Santiago mantuvo su esplendor hasta la introducción de las doctrinas de Lutero; en el siglo XVIII decayó su importancia. Los peregrinos, tras hacer testamento, salían de sus poblaciones provistos de saya, bordón y escarcela, viajaban en grupos y en varias etapas.
Gozaban de protección en los reinos por los que pasaban, y eran acogidos en los monasterios y hospitales fundado a lo largo del camino.
Las órdenes militares, especialmente los templarios, se encargaban de la protección de los viajeros.
Se cree que la actual Francia era atravesada por cinco rutas hacia la península Ibérica: una llegaba a Somport y las demás a Roncasvalles.
Todas ellas convergían en Puente la Reina, y desde allí hacia Logroño, Nájera, Burgos, Sahagún, León, Astorga y Ponteferrada, como ciudades principales.
Los peregrinos, después de cumplir con las ceremonias rituales en la catedral de Compostela, recibían un documento, llamado Compostela que acreditaban su peregrinación.
La importancia del camino de Santiago fue decisiva tanto en sentido económico, como cultural y artístico.
Actualmente, se celebra el año Santo de Santiago, cuando el 25 de julio fiesta del Apóstol, cae en domingo.
La indulgencia plenaria que se gana en Santiago, según el derecho común, puede ser: visitando la Catedral en la fiesta del Apóstol el 25 de julio; el día de la dedicación de la Catedral, el 21 de abril, el día 30 de diciembre fiesta de la Traslación del Apóstol.
La Indulgencia parcial, se gana siempre por el hecho de visitar la catedral en las debidas condiciones e intención de conseguirla.