Tuesday April 23,2024
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IMITACION DE CRISTO

Por Tomás de Kempis
Fuente:catholic.net

Imitando a Jesus
Libro 2
De la conversión interior

Libro: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ] [ 4 ]


» 1. De la conversión interior

» 2. De la humilde sumisión

» 3. Del hombre bueno y pacífico

» 4. Del corazón puro y sencilla intención

» 5. De la consideración de sí mismo

» 6. La alegría de la buena conciencia

» 7. Del amor de Jesús sobre todas las cosas

» 8. De la familiar amistad con Jesús

» 9. Del carecimiento de toda consolación

» 10. Del agradecimiento por la gracia de Dios

» 11. Cuán pocos son los que aman la Cruz de Cristo

» 12. Del camino real de la Santa Cruz

» 13. Las palabras de Dios


 

DEL CORAZON PURO Y SENCILLA INTENCION


1. Con dos alas se levanta el hombre de las cosas terrenas, que son sencillez y pureza. La sencillez ha de estar en la intención y la pureza en la afición. La sencillez pone la intención en Dios; la pureza le reconoce y gusta. Ninguna buena obra te impedirá, si interiormente estuvieres libre de todo desordenado deseo.

Si no piensas ni buscas sino el beneplácito divino y el provecho del prójimo, gozarás de interior libertad. Si fuese tu corazón recto, entonces te sería toda criatura espejo de vida, y libro de santa doctrina. No hay criatura tan baja ni pequeña, que no represente la bondad de Dios.

2. Si tú fueses bueno y puro en lo interior, luego verías y entenderías bien todas las cosas sin impedimento. El corazón puro penetra al cielo y al infierno. Cual es cada uno en lo interior, tal juzga lo de fuera. Si hay gozo en el mundo, el hombre de puro corazón le posee.

Y si en algún lugar hay tribulación y congojas, es donde habita la mala conciencia. Así como el hierro, metido en el fuego, pierde el orín y se pone todo resplandeciente; así el hombre que enteramente se convierte a Dios, se desentorpece y muda en nuevo hombre.

3. Cuando el hombre comienza a entibiarse, entonces teme el trabajo, aunque pequeño, y toma con gusto la consolación exterior. Mas cuando se comienza perfectamente a vencer y andar alentadamente en la carrera de Dios, tiene por ligeras las cosas que primero tenía por pesadas.

 

   

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