Novena de Santa María de Guadalupe
3» Día Tercero
Autor: P. Manuel Canal Montañés
INTRODUCCIÓN
Virgen Santa María de Guadalupe, Madre de Dios y Madre nuestra, tú que pasaste desde el Ángel hasta la Cruz en compañía de Dios-Hombre, abrazada al hágase; entonando el Magníficat y más tarde, entera al pie de la Cruz, fuiste nombrada Madre de todos, se tú la guía, manos, ternura y fidelidad de Madre. Sé también inspiración y salvación de quienes te invocamos y enséñanos la firmeza de creer como tú, y entonar nuestro hágase rendidos e incondicionalmente, como tú.
LECTURA
Lc 1, 42-43
«Isabel exclamó: "Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?».
Texto Guadalupano
«... Señora y Niña mía... Yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas;
soy cola, soy hoja, soy gente menuda, y tú, Niña mía, la más pequeña de mis hijas, Señora, me envías a un lugar por donde no ando y donde no paro. Perdóname que te cause gran pesadumbre y caiga en tu enojo, Señora y Dueña mía».
REFLEXIÓN
Como Juan Diego, Madre Santa María de Guadalupe, nosotros somos esos hijos pequeños tuyos que hoy nos acercamos a tus plantas. Recoge nuestro dolor de hijos heridos por la frivolidad con que nos atamos a las cosas; la vulgaridad con que hemos vestido nuestra alma, templo del Espíritu.
La rebeldía, el orgullo y la suficiencia han ido deformando en nosotros la imagen de tu Hijo, modelo del hombre nuevo, y hoy, con el llanto de nuestro arrepentimiento, nos acercamos a ti. Ayúdanos, Madre y Señora nuestra, a quemar las altanerías, orgullos y egoísmos que empobrecen el amor que tú y tu Hijo sembraron en nuestra querida tierra, con un sincero y noble arrepentimiento.
Dinos lo que significa ser hijos de Dios y de la mejor Madre, tú, Santa María de Guadalupe. Y luego alcánzanos de Dios el perdón y el abrazo de su misericordia infinita para nuestras heridas del camino, y haznos sentir abrazados por ese perdón del Padre que se asoma a la ventana en busca y espera de los hijos extraviados que buscan otra vez sus brazos y su calor de Padre. Por Cristo nuestro Señor, Amén.
PRECES
Oremos a nuestra Madre Santa María de Guadalupe para que ella sea inspiración, maestra y compañera camino de la fe hacia el Padre, invocándola:
-Santa María de Guadalupe, aviva nuestra fe.
Para que en medio de todas las pruebas y dificultades que surgen en medio de nuestros hogares y nuestras vidas de cada día, nunca dejemos apagar en nuestros corazones la plena confianza y fe en Dios, Padre de toda misericordia, como tú nos lo enseñas, oremos.
-Santa María de Guadalupe, aviva nuestra fe.
Para que en cada familia exista siempre ese respeto y alegría que inspira y otorga una fe viva, y disfrutemos de una convivencia transida de ternura y cariño que nos ayude en la construcción de una sociedad más fraternal y cristiana, oremos.
-Santa María de Guadalupe, aviva nuestra fe.
Por nuestros jóvenes y adolescentes, almas abiertas a todas las influencias, a todos los vientos y a todas las fuerzas de la vida, para que no sean víctimas de cuanto esclaviza, si no que elijan en sus vidas la luz, la verdad y el camino de la virtud. Y que la fe que los hizo del Padre les dé el valor de amar a Dios y a los hermanos, como tú, Madre de Guadalupe llena de gracia, lo hiciste desde antes del anuncio del Ángel hasta más allá de la Cruz, oremos.
-Santa María de Guadalupe, aviva nuestra fe.
-Se rezan tres Avemarías.
-En silencio pídanse las gracias que deseemos alcanzar en esta novena.
- Se reza la oración final para todos los días.