Novena de Santa María de Guadalupe
2» Día segundo
Autor: P. Manuel Canal Montañés
INTRODUCCIÓN
Virgen Santa María de Guadalupe, Madre de Dios y Madre nuestra, tú que viviste la noche oscura de la fe y te abrazaste a ella sin condiciones, con una total entrega y abandonándote al misterio de ser Virgen y Madre, dejando que el Espíritu, que te hizo Madre, fuera quien te marcara los caminos a seguir, ayúdanos en nuestras noches oscuras, de abandono y traiciones, a encontrar otra vez el camino de la fe y volver a tus brazos de Madre, para que ellos nos lleven a tu Hijo.
LECTURA
Lc 1, 28-36
«El Ángel dijo a la doncella: "Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo... Tranquilízate, María, que Dios te ha concedido su favor. Pues mira, vas a concebir un hijo y le pondrás de nombre Jesús. El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra, por eso el que va a nacer será Hijo de Dios».
Texto guadalupano
«Sabe y ten entendido, tú, el más pequeño de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios por quien se vive; del Creador cabe quien está todo, Señor del Cielo y de la Tierra. Deseo vivamente que se me erija un templo para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa -pues yo soy vuestra piadosa madre- a ti y a todos vosotros juntos, los moradores de esta tierra, y a los demás amadores míos que me invoquen y en mí confíen, oír allí sus lamentos, y remediar todas sus miserias, penas y dolores».
REFLEXIÓN
Como aquella mañana Juan Diego, también hoy nosotros te sentimos a nuestro lado, aquí, junto a tu familia que ora. Tú nos sigues, Madre Santa María de Guadalupe, nunca nos dejas. ¡Qué bien haces y amas tu misión de Madre!
Por eso, en esta tarde te pedimos que todos los esposos, madres, padres, hijos y los que sueñan serlo, se acerquen al Sacramento con fe, para que hagan de él un camino de encuentro con Dios, que bendice el amor humano y lo eleva hasta el honor de Sacramento. Haz que todas las familias enciendan sus lámparas de fe y amor a ejemplo de tu hogar de Nazaret, donde más se ha creído, esperado y amado, y más cariño bueno se ha vivido, que en ningún nido de la Tierra.
Enséñanos, Madre, a hermosear la vida familiar al giro de siglos, y en nuestros días, como hizo tu familia de Nazaret, a hermosear la Tierra. Por Cristo, Nuestro Señor. Amen.
PRECES
Oremos a Santa María de Guadalupe, Madre de Dios y Madre nuestra, para que Ella nos asista y encienda en todos los hogares la llama de una fe viva, profunda y firme que guíe nuestros pasos, invocándola así:
-Santa María de Guadalupe, fortalece nuestra fe.
Por todas las familias, para que superando las dificultades que surgen ante la presencia de la tentación del consumismo y las indelicadezas de cada día consigan la convivencia armoniosa y se renueven como proyecto común y solidario, a imagen de la familia de Nazaret, oremos.
-Santa María de Guadalupe, fortalece nuestra fe.
Por las familias que lloran un amor ido, para que lo recuperen; por las que carecen de trabajo o de vivienda digna; por las que atraviesan alguna crisis de cuerpo o de espíritu, para que encuentren en la fe y solidaridad humanas la ayuda para seguir adelante y superar todas las dificultades y reencontrar el amor, oremos.
-Santa María de Guadalupe, fortalece nuestra fe.
Por los seres más débiles de la familia: los niños, los enfermos y los ancianos, para que nunca les falten el cariño y la comprensión, y nunca se sientan solos y sin atención familiar, oremos.
-Santa María de Guadalupe, fortalece nuestra fe.
-Se rezan tres Avemarías.
-En silencio pídanse las gracias que deseemos alcanzar en esta novena.
- Se reza la oración final para todos los días