Saturday April 20,2024
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EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO


El Evangelio como me ha sido revelado

Autor: María Valtorta

« PARTE 4 de 7 »

TERCER AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS

Partes: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ]
[ 4 ] [ 5 ] [ 6 ] [ 7 ]



313. Preparativos para salir de Nazaret, después de la visita de Simón de Alfeo con su familia. Durante el tercer año,
Jesús será el Justo

314. La cena en la casa de Nazaret. La dolorosa partida

315. El viaje hacia Yiftael y las reflexiones de Juan de Endor

316. Jesús se despide de Juan
de Endor y de Síntica

317. La oración de Jesús por la salvación de Judas Iscariote

318. En barca de Tolemaida
a Tiro

319. Partida de Tiro en la nave del cretense Nicomedes

320. Prodigios en la nave en medio de una tempestad

321. Arribo a Seleucia.
Se despiden de Nicomedes

322. Partida de Seleucia en un carro y llegada a Antioquía

323. La visita a Antigonio

324. Las pláticas de los ocho apóstoles antes de dejar Antioquía. El adiós a Juan de Endor y a Síntica

325. Los ocho apóstoles se reúnen con Jesús
cerca de Akcib

326. Un alto en Akcib

327. En los confines de Fenicia. Palabras de Jesús sobre la igualdad de los pueblos.
Parábola de la levadura

328. En Alejandrocena donde los hermanos de Hermiona

329. En el mercado de Alejandrocena. La parábola
de los obreros de la viña

330. Santiago y Juan "hijos del trueno". Hacia Akcib
con el pastor Anás

331. La fe de la mujer cananea y otras conquistas. Llegada a Akcib

332. La sufrida separación de Bartolomé, que con Felipe
vuelve a unirse al Maestro

333. Con los diez apóstoles
hacia Sicaminón

334. También Tomas y Judas Iscariote se unen de nuevo al grupo apostólico

335. La falsa amistad de Ismael ben Fabí, y el hidrópico
curado en sábado

336. En Nazaret con cuatro apóstoles. El amor de Tomás
por María Santísima

337. El sábado en Corazín. Parábola sobre los corazones imposibles de labrar. Curación
de una mujer encorvada

338. Judas Iscariote pierde el poder de milagros.
La parábola del cultivador

339. La noche pecaminosa
de Judas Iscariote

340. El enmendamiento de Judas Iscariote y el choque con los rabíes junto al sepulcro de Hil.lel

341. La mano herida de Jesús. Curación de un sordomudo en los confines sirofenicios

342. En Quedes. Los fariseos piden un signo.
La profecía de Habacuc

343. La levadura de los fariseos. El Hijo del hombre.
El primado a Simón Pedro

344. Encuentro con los discípulos en Cesárea de Filipo y explicación de la sedal de Jonás

345. Milagro en el castillo
de Cesárea Paneas

346. Primer anuncio de la Pasión y reprensión a Simón Pedro

347. En Betsaida. Profecía sobre el martirio de los Apóstoles y curación de un ciego

348. Manahén da algunas noticias acerca de Herodes Antipas, y desde Cafarnaúm va con Jesús a Nazaret. Revelación de las transfiguraciones
de la Virgen

349. La Transfiguración en el monte Tabor y el epiléptico curado al pie del monte. Un comentario para los predilectos

350. Lección a los discípulos sobre el poder de vencer
a los demonios

351. El tributo al Templo pagado con la moneda hallada
en la boca del pez

352. Un convertido de María de Magdala. Parábola para el pequeño Benjamín y lección sobre quién es grande
en el reino de los Cielos

353. La segunda multiplicación de los panes y el milagro de la multiplicación de la Palabra

354. Jesús habla sobre el Pan del Cielo en la sinagoga
de Cafarnaúm

355. El nuevo discípulo Nicolái de Antioquía y el segundo anuncio de la Pasión

356. Hacia Gadara. Las herejías de Judas Iscariote y las renuncias de Juan,
que quiere sólo amar

357. Juan y las culpas de Judas Iscariote. Los fariseos y la cuestión del divorcio

358. En Pel.la. El jovencito Yaia y la madre de Marcos de Josías

359. En la cabaña de Matías cerca de Yabés Galaad

360. El malhumor de los apóstoles y el descanso en una gruta. El encuentro
con Rosa de Jericó

361. Los dos injertos que transformarán a los apóstoles. María de Magdala advierte a Jesús de un peligro. Milagro ante la riada del Jordán

362. La misión de las "voces" en la Iglesia futura. El encuentro con la Madre y las discípulas

363. En Rama, en casa de la hermana de Tomás. Jesús habla sobre la salvación.
Apóstrofe a Jerusalén

364. En el Templo. Oración universal y parábola del hijo verdadero y los hijos bastardos

365. Judas Iscariote insidia la inocencia de Margziam. Un nuevo discípulo, hermano de leche de Jesús. En Betania, en la
casa de Lázaro, enfermo

366. Anastática entre las discípulas. Las cartas de Antioquía

367. El jueves prepascual. Preparativos en el Getsemaní

368. El jueves prepascual. En Jerusalén y en el Templo

369. El jueves prepascual. Parábola de la lepra de las casas

370. El jueves prepascual. En el convite de los pobres en el palacio de Cusa

371. El jueves prepascual. Por la noche en el palacio de Lázaro

372. El día de la Parasceve. Despertar en el palacio de Lázaro

373. El día de la Parasceve.
En el Templo

374. El día de la Parasceve. Por las calles de Jerusalén y en el barrio de Ofel

375. La cena ritual en casa de Lázaro y el banquete sacrílego en la casa de Samuel

376. Lección sobre la obra salvífica de los santos, y condena al Templo corrompido

377. Parábola del agua y del junco para María de Magdala, que ha elegido la mejor parte

378. La parábola de los pájaros, criticada por unos judíos enemigos que tienden una trampa

379. Una premonición del
apóstol Juan

380. El amor de los apóstoles, de la contemplación a la acción

381. La parábola del administrador infiel y sagaz. Hipocresía de los fariseos y conversión de un esenio

382. Un alto en casa de Nique

383. Discurso sobre la muerte junto al vado del Jordán

384. El anciano Ananías, guardián de la casita de Salomón

385. Parábola de la encrucijada y milagros cerca del pueblo
de Salomón

386. Hacia la orilla occidental
del Jordán

387. En Guilgal. El mendigo Ogla y los escribas tentadores. Los apóstoles comparados con las doce piedras del
prodigio de Josué

388. Exhortación a Judas Iscariote, que irá a Betania
con Simón Zelote.

389. Llegada a Engadí con
diez apóstoles

390. La fe de Abraham de Engadí y la parábola de la semilla
de palma

391. Curación del leproso Eliseo de Engadí

392. La hostilidad de Masada, ciudad-fortaleza

393. En la casa de campo de María de Keriot

394. Parábola de las dos voluntades y despedida de los habitantes de Keriot

395. Las dos madres infelices de Keriot. Adiós a la madre de Judas

396. En Yuttá, con los niños. La mano de Jesús obradora
de curaciones

397. Despedida de los fieles
de Yuttá

398. Palabras de despedida en Hebrón. Los delirios
de Judas Iscariote

399. Palabras de despedida en Betsur. El amor materno de Elisa

400. En Béter, en casa de Juana de Cusa, la cual habla del daño provocado por Judas Iscariote ante Claudia

401. Pedro y Bartolomé en Béter por un grave motivo.
Éxtasis de la escritora

402. Judas Iscariote se siente descubierto durante el discurso de despedida en Béter

403. Una lucha y victoria espiritual de Simón de Jonás

404. En camino hacia Emaús
de la llanura

405. Descanso en un henil y discurso a la entrada de Emaús de la llanura. El pequeño Miguel

406. En Joppe. Palabras inútiles a Judas de Keriot y diálogo sobre el alma con algunos Gentiles

407. En los campos de Nicodemo. La parábola de los dos hijos

408. Multiplicación del trigo en los campos de José de Arimatea

409. El drama familiar del Anciano Juan

410. Provocaciones de Judas Iscariote en el grupo apostólico

411. Una lección extraída de la naturaleza y espigueo milagroso para una viejecita. Cómo ayudar a quien se enmienda

412. Elogio del lirio de los valles, símbolo de María. Pedro se sacrifica por el bien de Judas

413. Llegada a Jerusalén para la fiesta de Pentecostés y disputa con los doctores del Templo

414. Invectiva contra fariseos y doctores en el convite en casa
del Anciano Elquías

415. Un alto en el camino
en Betania

416. Un mendigo samaritano en el camino de Jericó

417. Historia de Zacarías el leproso y conversión
de Zaqueo el publicano

418. Curación del discípulo José, herido en la cabeza y recogido en la casita de Salomón

419. Curaciones en un pueblecito de la Decápolis. Parábola del escultor y de las estatuas

420. Curación de un endemoniado completo. La vocación de la mujer al amor

421. El endemoniado curado, los fariseos y la blasfemia contra
el Espíritu Santo

422. El Iscariote, con sus malos humores, ocasiona la lección sobre los deberes
y los siervos inútiles

423. Partida del Iscariote, que ocasiona la lección sobre
el amor y el perdón

424. Pensamientos de gloria y martirio ante la vista de la costa mediterránea

425. En Cesárea Marítima. Romanos mundanos y parábola de los hijos con destinos distintos

426. Con las romanas en Cesárea Marítima. Profecía en Virgilio.
La joven esclava salvada

427. Bartolomé instruye
a Áurea Gala

428. Parábola de la viña y del viñador, figuras del alma y del libre albedrío

429. Con Judas Iscariote en la llanura de Esdrelón

430. El nido caído y el escriba cruel. La letra y el espíritu
de la Ley

431. Tomás prepara el encuentro de Jesús con los campesinos
de Jocanán

432. Con los campesinos
de Jocanán, cerca de Sefori

433. Llegada a Nazaret. Alabanzas a la Virgen.
Curación de Áurea

434. Trabajos manuales en Nazaret y parábola
de la madera barnizada

435. Comienzo del tercer sábado en Nazaret y llegada de Pedro con otros apóstoles

436. En el huerto de Nazaret, revelado a apóstoles y discípulas el precio de la Redención

437. Coloquio
de Jesús con su Madre

438. María Santísima con María de Alfeo en Tiberíades, donde Valeria. Encuentro con Judas Iscariote

439. María Santísima enseña a Áurea a hacer la voluntad de Dios

440. Otro sábado en Nazaret. Obstinación de José de Alfeo

441. Partida de Nazaret. Un incendio de brezos durante el viaje viene a ser el tema de una parábola

442. Judas Iscariote en Nazaret en casa de María

443. La muerte del abuelo de Margziam

444. Las dotes de Margziam. Lección sobre la caridad, sobre la salvación, sobre los méritos del Salvador

445. Dos parábolas durante una tormenta en Tiberíades. Llegada de Maria Stma., e impenitencia de Judas Iscariote

446. Llegada a Cafarnaúm en medio de un cálido recibimiento

447. En Cafarnaúm unas palabras de Jesús sobre la misericordia y el perdón no encuentran eco

448. Encuentro de barcas en el lago y parábola sugerida por Simón Pedro

449. El pequeño Alfeo desamado de su madre

450. Milagros en el arrabal cercano a Ippo y curación del leproso Juan

451. Discurso en el arrabal cercano a Ippo sobre los deberes de los cónyuges y de los hijos

452. El ex leproso Juan se hace discípulo. Parábola de los diez monumentos

453. Llegada a Ippo y discurso en pro de los pobres. Curación de un esclavo paralítico

454. María Santísima y su amor perfecto. Conflicto de Judas Iscariote con el pequeño Alfeo

455. La Iglesia es confiada a la maternidad de María. Discurso, al pie de Gamala, en pro
de unos forzados

456. Despedida de Gamala y llegada a Afeq. Advertencia a la viuda Sara y milagro en su casa

457. Discurso en Afeq, tras una disputa entre creyentes y no creyentes. Sara se hace discípula

458. Una curación espiritual en Guerguesa y lección sobre
los dones de Dios

459. El perdón a Samuel de Nazaret y lección sobre
las malas amistades

460. Fariseos en Cafarnaúm con José y Simón de Alfeo. Jesús y su Madre preparados
para el Sacrificio

461. Confabulación en casa de Cusa para elegir a Jesús rey. El griego Zenón y la carta de Síntica con la noticia de la muerte de Juan de Endor

462. Discurso y curaciones en las fuentes termales de Emaús
de Tiberíades

463. En Tariquea. Cusa, a pesar del discurso sobre la naturaleza del reino mesiánico, invita a Jesús a su casa. Conversión de una pecadora

464. En la casa de campo de Cusa, intento de elegir rey a Jesús. El testimonio
del Predilecto

465. En Betsaida para un encargo secreto a Porfiria. Apresurada partida de Cafarnaún

466. Un alto en la casa de los ancianos cónyuges Judas y Ana

467. Parábola de la distribución de las aguas. Perdón condicionado para el campesino Jacob. Advertencias a los apóstoles camino de Corazín

468. Un episodio de enmendamiento de Judas Iscariote, y otros que
ilustran su figura

469. Despidiéndose de los pocos fieles de Corazín

470. Lección a una suegra sobre los deberes del matrimonio

471. Encuentro con el levita José, llamado Bernabé, y lección
sobre Dios-Amor

472. Solicitud insidiosa de un juicio acerca de un hecho ocurrido en Yiscala

473. Curación de un niño ciego de Sidón y una lección
para las familias

474. Una visión que se pierde en un arrobo de amor

475. Abel de Belén de Galilea pide el perdón para sus enemigos

476. Lección sobre el cuidado de las almas y perdón a los dos pecadores castigados con la lepra

477. Coloquio de Jesús con su Madre en el bosque de Matatías. Los sufrimientos morales
de Jesús y María

478. Coloquio de Jesús con José y Simón de Alfeo, que van a la fiesta de los Tabernáculos

479. Con Juan al pie de la torre de Yizreel en espera de los campesinos de Jocanán

480. Parten de Yizreel tras la visita nocturna de los campesinos de Jocanán

481. Llegada a Enganním. Maquinaciones de Judas Iscariote para impedir una trama
de los fariseos

482. En camino con un pastor samaritano que ve
premiada su fe

483. Polémica de los apóstoles sobre el odio de los judíos. Los diez leprosos curados en Samaria

484. Alto obligado en las cercanías de Efraím y parábola de la granada

485. Jesús llega con los apóstoles a Betania, donde ya están algunos discípulos con Margziam

486. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Reino

487. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Cristo

488. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Partida secreta hacia Nob después
de la oración

489. En Nob. Parábola del rey no comprendido por sus súbditos. Jesús calma el viento

490. En el campo de los Galileos con los primos apóstoles y encuentro con el levita Zacarías

491. TEn el Templo el último día de la fiesta de los Tabernáculos. Sermón sobre el Agua viva

492. En Betania se evoca la memoria de Juan de Endor

493. Jesús habla cabe la fuente de En Royel, lugar en que hicieron un alto los tres Sabios

494. La mujer adúltera y la hipocresía de sus acusadores

495. Jesús instruye acerca del perdón de los pecadores, y se despide de sus discípulos en el camino de Betania

496. Un alto en la casita de Salomón. Improvisa turbación
de Judas Iscariote.

497. Simón Pedro atraviesa una hora de abatimiento

498. Exhortación a Judas Tadeo y a Santiago de Zebedeo después de una discusión
con Judas Iscariote

499. Fuga de Esebón y encuentro con un mercader de Petra

500. Reflexiones de Bartolomé y Juan después de un retiro
en el monte Nebo

501. Parábola de los hijos lejanos. Curación de dos hijos ciegos del hombre de Petra

502. Otro abatimiento en Pedro. Lección sobre las posesiones (divinas y diabólicas)

503. Los apóstoles indagan acerca del Traidor. Un saduceo y la infeliz mujer de un nigromante. Saber distinguir lo sobrenatural de lo oculto

504. Margziam preparado para la separación. Regreso a la aldea de Salomón y muerte de Ananías

505. En el Templo, una gracia obtenida con la oración incesante y la parábola del juez y la viuda

506. En el Templo, oposición al discurso que revela que Jesús
es la Luz del mundo

507. El gran debate con los judíos. Huyen del Templo con la ayuda del levita Zacarías

508. Juan será la luz de Cristo hasta el final de los tiempos. El pequeño Marcial-Manasés acogido por José de Seforí

509. El anciano sacerdote Matán acogido con los apóstoles y discípulos que han huido
del Templo

510. La curación de un ciego
de nacimiento

511. En la casa de Juan de Nob, otra alabanza a la Corredentora. Embustes de Judas Iscariote

512. Profecía ante un pueblo destruido

513. En Emaús Montana, una parábola sobre la verdadera sabiduría y una advertencia
a Israel

514. Consejos sobre la santidad a un joven indeciso. Reprensión a los habitantes de Bet-Jorón después de la curación de un romano y una judía

515. Las razones del dolor salvífico de Jesús. Elogio de la obediencia y lección sobre
la humildad

516. En Gabaón, milagro del mudito y elogio de la sabiduría como amor a Dios

517. Hacia Nob. Judas Iscariote, tras un momento polémico, reconoce su error

518. En Jerusalén, encuentro con el ciego curado y palabras que revelan a Jesús como
buen Pastor

519. Inexplicable ausencia de Judas Iscariote y alto en Betania, en casa de Lázaro

520. Conversaciones en torno a Judas Iscariote, ausente. Llegada a Tecua con el anciano Elí-Ana

521. En Tecua, Jesús se despide de los habitantes del lugar y del anciano Elí-Ana

522. Llegada a Jericó. El amor terreno de la muchedumbre y el amor sobrenatural del
convertido Zaqueo

523. En Jericó. La petición a Jesús de que juzgue a una mujer. La parábola del fariseo y el publicano tras una comparación entre pecadores y enfermos

524. En Jericó. En casa de Zaqueo con los pecadores convertidos

525. El juicio sobre Sabea
de Betlequí

526. T526 Curaciones cerca del vado de Betabara y discurso en recuerdo de Juan el Bautista

527. Desconocimiento y tentaciones en la naturaleza humana de Cristo

528. En Nob. Consuelo materno de Elisa y regreso inquietante de Judas Iscariote

529. Enseñanzas a los apóstoles mientras realizan trabajos manuales en casa de Juan de Nob

530. Otra noche de pecado de Judas Iscariote

531. En Nob, enfermos y peregrinos venidos de todas partes. Valeria y el divorcio. Curación del pequeño Leví

532. Preparativos para las Encenias. Una prostituta enviada a tentar a Jesús, que deja Nob

533. Hacia Jerusalén con
Judas Iscariote

534. Enseñanzas y curaciones en la sinagoga de los libertos romanos. Un encargo
para los gentiles

535. Judas Iscariote llamado
a informar a casa de Caifás

536. Curación de siete leprosos y llegada a Betania con los apóstoles ya reunidos. Marta y María preparadas por Jesús
a la muerte de Lázaro

537. En el Templo en la fiesta de la Dedicación, Jesús se manifiesta a los judíos, que intentan apedrearle

538. Jesús, orante en la gruta de la Natividad, contemplado por los discípulos ex pastores

539. Juan de Zebedeo se acusa de culpas inexistentes

540. La Madre confiada a Juan. Encuentro con Manahén y lección sobre el amor a los animales. Conclusión del tercer año

 

457- Discurso en Afeq, tras una disputa entre creyentes y no creyentes. Sara se hace discípula


Jesús está hablando a la gente de Afeq desde la puerta del fondac de Sara. Habla a una muchedumbre muy variada, más curiosa que atenta, en la que los menos numerosos son los hebreos, mientras que la mayor parte son gente que está de paso, mercaderes, peregrinos, unos dirigidos hacia el lago, otros dispuestos a bajar al vado de Jericó, otros procedentes de ciudades orientales y dirigidos hacia las ciudades marítimas.

Por ahora no es un verdadero discurso, sino respuestas de Jesús a éste o a aquél; eso sí, es un diálogo que todos escuchan, aunque con sentimientos distintos, muy visibles por las expresiones de los rostros y por las frases de los presentes, por las cuales comprendo también quiénes son y a dónde van. El diálogo, en algún momento, cambia de tono y de personajes, porque, desatendiendo a Jesús, se transforma en una disputa entre los presentes por motivos de raza y divergencias de pensamiento.

Así, un viejo de Joppe se enzarza con un mercader de Sidón que defiende al Maestro contra la incredulidad del judío, que no quiere admitir que Jesús es el Esperado por las gentes. Y, en medio de un barullo de citas escriturarias, aplicadas con acierto o desacierto, impugnadas por la sencilla afirmación del siro-fenicio: «Yo no me ocupo de estas palabras, pero digo que es Él, porque he visto sus milagros y he oído sus palabras», la disputa se extiende, porque otros se enzarzan también, gritando los contrarios a Cristo:

«¡Belcebú le ayuda! ¡No es así el Santo de Dios! ¡Es rey! ¡No es un falso rabí, y mendigo!», y los que son de la opinión del sidonio: «Los sabios son pobres porque son honestos. Los filósofos no están revestidos de oro y arrogancia como vuestros falsos rabíes y sacerdotes». Y se comprende que hablan así porque no son hebreos, sino gentiles de distintas naciones, que están de paso por Palestina o que se han naturalizado palestinos, conservando, empero, el espíritu pagano.

-¡Sacrílegos!
-¡Vosotros sacrílegos, que no sentís siquiera la divinidad de su pensamiento! -responden algunos.

-¡No merecéis tenerla! ¡Pero, por Zeus! Nosotros cometimos un atropello con Sócrates y ello no nos produjo ningún bien. Digo que tengáis cuidado de vosotros mismos. Atentos a vosotros, no sea que los dioses os castiguen, como nos ha sucedido a nosotros en muchas ocasiones -grita uno, ciertamente griego.

-¡Uh! ¡Los defensores del rey de Israel! ¡Son gentiles!
-¡Y samaritanos! ¡Y a mucha honra, porque sabríamos custodiar mejor que vosotros al Rabí, si viniera a Samaria! Pero vosotros... Habéis construido el Templo. Bonito. ¡Pero es un sepulcro lleno de podredumbre, aunque lo hayáis cubierto de oro y mármoles preciosos! -grita desde los márgenes de la muchedumbre un alto personaje vestido de lino, con orlas y recamos, bandas en la cintura, cintas, brazaletes...

-¡Uh! ¡Un samaritano!
Y parecen decir "el diablo", a juzgar por cómo gritan de horror los hebreos intransigentes, separándose como de un leproso. Y, apartándose de él, gritan a Jesús: -¡Échalo!

¡Es un impuro!...
Pero Jesús no echa a nadie. Trata de imponer orden y silencio, y los apóstoles con Él, sin conseguirlo mucho que digamos. Entonces, para poner término a las disputas, empieza su predicación.

-Cuando el pueblo de Dios, (Números 20, l-24; Éxodo l7, l-7) después de la muerte de María en Cadés, se amotinó en el desierto por la falta de agua y gritó contra Moisés, su salvador y caudillo -de la tierra del pecado a la tierra de promisión-, como si fuera su desquiciado destructor, y arremetió contra Aarón cual si fuera un inútil sacerdote, Moisés entró con su hermano en el Tabernáculo y hablaron al Señor, exigiendo un milagro para hacer cesar la murmuración. Y el Señor, aun no estando obligado a ceder a todas las peticiones, especialmente si es petición violenta y de espíritus que hayan perdido la santa confianza en la Providencia paterna, habló a Moisés y a Aarón.

Habría podido también hablar únicamente a Moisés, porque Aarón, a pesar de que fuera Sumo Sacerdote, un día había desmerecido la bondad de Dios con la adoración al ídolo. Pero Dios quiso probarlo una vez más y darle una manera de crecer en gracia ante los ojos de Dios. Ordenó, pues, que tomaran la vara de Aarón, depositada en el Tabernáculo después de echar flores que abrieron sus pétalos y produjeron almendras, y que fueran con ella a hablar a la piedra, porque la piedra daría agua para hombres y animales.

Y Moisés, con Aarón, hizo lo que el Señor ordenaba; pero no supieron los dos creer completamente en el Señor. Y quien menos creyó fue el Sacerdote Supremo de Israel: Aarón. La peña, golpeada con la vara, se abrió y arrojó tanta agua como para dar de beber al pueblo y al ganado.

Y aquella agua fue llamada de Contradicción, porque allí los israelitas contendieron con el Señor y sometieron a revisión sus acciones y órdenes, y no todos con único modo permanecieron en la fidelidad, sino que precisamente con el Sumo Sacerdote tuvo lugar y principio la duda acerca de la verdad de las divinas palabras. Y Aarón fue llamado de esta vida sin haber podido pisar la Tierra Prometida.

También ahora el pueblo se agita contra el Señor diciendo. "Nos has guiado a morir, como pueblo y como individuos, bajo el dominio de de los opresores.” Y a mí me grita:

"Hazte rey y libéranos". ¿Pero de qué liberación habláis? ¿De qué castigo?

 ¿De los materiales? ¡Oh, en las cosas materiales no hay ni salvación ni castigo! Un castigo mucho mayor y una liberación mucho mayor caen dentro de vuestra libre voluntad. Y podéis elegir. Dios os lo concede. Esto lo digo para los israelitas presentes, para aquellos que deberían saber leer las figuras de la Escritura y comprenderlas. Pero, puesto que tengo piedad de mi pueblo, del que soy Rey en el espíritu, quiero ayudaros a comprender una figura al menos, para que os ayude a comprender quién soy Yo.

El Altísimo dijo a Moisés y a Aarón: "Tomad la vara y hablad a la peña y brotarán ríos para la sed del pueblo, y así deje de quejarse". Al Eterno Sacerdote, el Altísimo le ha dicho una vez más, para poner fin a las quejas de su pueblo: "Toma la vara, la germinada de la estirpe de Jesé, y una flor brotará de ella, no tocada por fango humano, y se transformará en fruto de almendra dulce y lleno de unción. Y con esa almendra de la raíz de Jesé, con ese brote admirable en que morará el Espíritu del Señor con sus siete dones, golpea la piedra de Israel, para que eche agua abundante para salvación suya".

El Sacerdote de Dios es el mismo Amor. Y el Amor formó una Carne haciendo germinar de la raíz de Jesé su brote, de la raíz que no había sido nutrida con fango; y la Carne era la del Verbo Encarnado, del esperado Mesías, enviado a hablar a la roca para que se hendiera. Para que hendiera su dura costra de soberbia y codicia y acogiera las aguas enviadas por Dios, las aguas que brotan de su Cristo, el óleo suave de su amor, para hacerse maleable, buena, para santificarse acogiendo en su corazón el don del Altísimo a su pueblo.

Pero Israel no quiere en su seno el Agua viva. Permanece cerrado, duro, y especialmente en las personas de sus grandes, contra los cuales la vara florecida y fructificada exclusivamente por poder divino inútilmente golpea y habla. Y en verdad os digo que muchos de este pueblo no entrarán en el Reino, mientras que muchos que no son de este pueblo entrarán, porque habrán sabido creer lo que los sacerdotes de Israel no quisieron creer.

Por esto estoy en medio de vosotros como signo de contradicción, y seréis juzgados por el modo como me sepáis comprender. A los otros, a los que no son de Israel, digo: la casa de Dios, despreciada por los hijos de su pueblo, está abierta para los que buscan la Luz. Venid. Seguidme. Si Yo estoy puesto como signo de contradicción, también lo estoy como signo para todas las naciones; y quien me ame se salvará.

Amas más a los extranjeros que a nosotros. ¡Si nos evangelizaras, acabaríamos amándote! Pero estás en todas partes excepto en Judea -dice un judío en quien han hecho mella las palabras de Jesús.

-Bajaré también a Judea y moraré allí durante un largo período. Pero no cambiará la piedra que hay en el corazón de muchos. No cambiará siquiera cuando la Sangre caiga sobre la piedra. ¿Eres arquisinagogo, verdad?

-Sí, ¿cómo lo sabes?
-Lo sé. Pues bien, entonces puedes entender lo que digo. «La sangre no debe caer sobre la piedra. Es pecado». «Derramaréis con gozo la Sangre sobre la piedra para que permanezca.

Y os parecerá un trofeo de victoria esa piedra sobre la que haya sido derramada la Sangre del verdadero Cordero. Mas llegará un día en que comprenderéis... Comprenderéis el verdadero castigo, y cuál era la salvación verdadera que se os ofrecía. Vamos...

Un hombre se abre paso a empujones:
-Soy siro-fenicio. Muchos de nosotros creen en ti aun sin tenerte... y tenemos enfermos, muchos... ¿No vas a venir donde nosotros?

-Donde vosotros no. No tengo tiempo. Pero ahora, acabado el sábado, desde estos lugares me dirigiré hacia vuestros confines. Quien necesite gracias que se ponga a esperar en los sitios de frontera.

-Se lo diré a mis connacionales. Dios esté contigo, Maestro.

-La paz a ti, hombre.
Jesús se despide de la viuda... Bueno, quisiera despedirse, pero ella se arrodilla y le confiesa sus decisiones:
-He decidido dejar aquí a Samuel, mejor como criado que como creyente, e ir a Cafarnaúm contigo.
-Yo dejaré Cafarnaúm pronto, y para siempre.
-Pues allí tienes discípulos buenos.
-Es verdad.

-He decidido esto... Así te daré prueba de que sé separarme de las riquezas y amar con justicia. Usaré para tus pobres el dinero que aquí se acumula, y consideraré como primer pobre al niño, si la madre quiere tenerlo a toda costa, aun sin amarlo. Entretanto, toma esto -y ofrece una bolsa pesada.

-Que Dios te bendiga con sus bendiciones y la de los beneficiarios. Mucho has progresado en pocas horas.
La mujer se pone colorada. Da una ojeada a su alrededor. Luego confiesa: -Tanta mejoría no viene de mí. Tu apóstol me ha enseñado. Ese, ése de allí que se esconde detrás del joven moreno.

-Simón Pedro. El jefe de los apóstoles. ¿Y qué es lo que te ha dicho?

-¡Oh! ¡Me ha hablado con tanta sencillez y tan bien...! Se ha humillado, él que es apóstol, confesándome que también él era como yo, injusto en sus deseos. ¡No puedo creerlo! Pero que se ha esforzado en hacerse bueno para merecer lo que deseaba, y que se esfuerza cada vez más en serlo, para no hacer un mal del bien recibido. Ya sabes, las cosas que nos decimos entre nosotros, pobre gente, se comprenden más... ¿Te ofendo, Señor?

-No. Das gloria a Dios con tu sinceridad y con la alabanza que haces de mi apóstol. Haz lo que te ha aconsejado y que Dios esté siempre contigo, que tiendes a la justicia.

La bendice y abre la marcha, dirigiéndose hacia el noroeste, bajo verdes huertos que susurran por un improviso viento.

   


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