Thursday April 18,2024
Iniciar pagina principal Quienes somos y que hacemos Mision principal del sitio en internet Como rezar el santo rosario, oraciones, etc. Base de datos de documentos recopilados Servicio de asesoria via e-mail. Calendario de eventos en el bimestre Personas para establecer contacto
 

EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO


El Evangelio como me ha sido revelado

Autor: María Valtorta

« PARTE 4 de 7 »

TERCER AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS

Partes: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ]
[ 4 ] [ 5 ] [ 6 ] [ 7 ]



313. Preparativos para salir de Nazaret, después de la visita de Simón de Alfeo con su familia. Durante el tercer año,
Jesús será el Justo

314. La cena en la casa de Nazaret. La dolorosa partida

315. El viaje hacia Yiftael y las reflexiones de Juan de Endor

316. Jesús se despide de Juan
de Endor y de Síntica

317. La oración de Jesús por la salvación de Judas Iscariote

318. En barca de Tolemaida
a Tiro

319. Partida de Tiro en la nave del cretense Nicomedes

320. Prodigios en la nave en medio de una tempestad

321. Arribo a Seleucia.
Se despiden de Nicomedes

322. Partida de Seleucia en un carro y llegada a Antioquía

323. La visita a Antigonio

324. Las pláticas de los ocho apóstoles antes de dejar Antioquía. El adiós a Juan de Endor y a Síntica

325. Los ocho apóstoles se reúnen con Jesús
cerca de Akcib

326. Un alto en Akcib

327. En los confines de Fenicia. Palabras de Jesús sobre la igualdad de los pueblos.
Parábola de la levadura

328. En Alejandrocena donde los hermanos de Hermiona

329. En el mercado de Alejandrocena. La parábola
de los obreros de la viña

330. Santiago y Juan "hijos del trueno". Hacia Akcib
con el pastor Anás

331. La fe de la mujer cananea y otras conquistas. Llegada a Akcib

332. La sufrida separación de Bartolomé, que con Felipe
vuelve a unirse al Maestro

333. Con los diez apóstoles
hacia Sicaminón

334. También Tomas y Judas Iscariote se unen de nuevo al grupo apostólico

335. La falsa amistad de Ismael ben Fabí, y el hidrópico
curado en sábado

336. En Nazaret con cuatro apóstoles. El amor de Tomás
por María Santísima

337. El sábado en Corazín. Parábola sobre los corazones imposibles de labrar. Curación
de una mujer encorvada

338. Judas Iscariote pierde el poder de milagros.
La parábola del cultivador

339. La noche pecaminosa
de Judas Iscariote

340. El enmendamiento de Judas Iscariote y el choque con los rabíes junto al sepulcro de Hil.lel

341. La mano herida de Jesús. Curación de un sordomudo en los confines sirofenicios

342. En Quedes. Los fariseos piden un signo.
La profecía de Habacuc

343. La levadura de los fariseos. El Hijo del hombre.
El primado a Simón Pedro

344. Encuentro con los discípulos en Cesárea de Filipo y explicación de la sedal de Jonás

345. Milagro en el castillo
de Cesárea Paneas

346. Primer anuncio de la Pasión y reprensión a Simón Pedro

347. En Betsaida. Profecía sobre el martirio de los Apóstoles y curación de un ciego

348. Manahén da algunas noticias acerca de Herodes Antipas, y desde Cafarnaúm va con Jesús a Nazaret. Revelación de las transfiguraciones
de la Virgen

349. La Transfiguración en el monte Tabor y el epiléptico curado al pie del monte. Un comentario para los predilectos

350. Lección a los discípulos sobre el poder de vencer
a los demonios

351. El tributo al Templo pagado con la moneda hallada
en la boca del pez

352. Un convertido de María de Magdala. Parábola para el pequeño Benjamín y lección sobre quién es grande
en el reino de los Cielos

353. La segunda multiplicación de los panes y el milagro de la multiplicación de la Palabra

354. Jesús habla sobre el Pan del Cielo en la sinagoga
de Cafarnaúm

355. El nuevo discípulo Nicolái de Antioquía y el segundo anuncio de la Pasión

356. Hacia Gadara. Las herejías de Judas Iscariote y las renuncias de Juan,
que quiere sólo amar

357. Juan y las culpas de Judas Iscariote. Los fariseos y la cuestión del divorcio

358. En Pel.la. El jovencito Yaia y la madre de Marcos de Josías

359. En la cabaña de Matías cerca de Yabés Galaad

360. El malhumor de los apóstoles y el descanso en una gruta. El encuentro
con Rosa de Jericó

361. Los dos injertos que transformarán a los apóstoles. María de Magdala advierte a Jesús de un peligro. Milagro ante la riada del Jordán

362. La misión de las "voces" en la Iglesia futura. El encuentro con la Madre y las discípulas

363. En Rama, en casa de la hermana de Tomás. Jesús habla sobre la salvación.
Apóstrofe a Jerusalén

364. En el Templo. Oración universal y parábola del hijo verdadero y los hijos bastardos

365. Judas Iscariote insidia la inocencia de Margziam. Un nuevo discípulo, hermano de leche de Jesús. En Betania, en la
casa de Lázaro, enfermo

366. Anastática entre las discípulas. Las cartas de Antioquía

367. El jueves prepascual. Preparativos en el Getsemaní

368. El jueves prepascual. En Jerusalén y en el Templo

369. El jueves prepascual. Parábola de la lepra de las casas

370. El jueves prepascual. En el convite de los pobres en el palacio de Cusa

371. El jueves prepascual. Por la noche en el palacio de Lázaro

372. El día de la Parasceve. Despertar en el palacio de Lázaro

373. El día de la Parasceve.
En el Templo

374. El día de la Parasceve. Por las calles de Jerusalén y en el barrio de Ofel

375. La cena ritual en casa de Lázaro y el banquete sacrílego en la casa de Samuel

376. Lección sobre la obra salvífica de los santos, y condena al Templo corrompido

377. Parábola del agua y del junco para María de Magdala, que ha elegido la mejor parte

378. La parábola de los pájaros, criticada por unos judíos enemigos que tienden una trampa

379. Una premonición del
apóstol Juan

380. El amor de los apóstoles, de la contemplación a la acción

381. La parábola del administrador infiel y sagaz. Hipocresía de los fariseos y conversión de un esenio

382. Un alto en casa de Nique

383. Discurso sobre la muerte junto al vado del Jordán

384. El anciano Ananías, guardián de la casita de Salomón

385. Parábola de la encrucijada y milagros cerca del pueblo
de Salomón

386. Hacia la orilla occidental
del Jordán

387. En Guilgal. El mendigo Ogla y los escribas tentadores. Los apóstoles comparados con las doce piedras del
prodigio de Josué

388. Exhortación a Judas Iscariote, que irá a Betania
con Simón Zelote.

389. Llegada a Engadí con
diez apóstoles

390. La fe de Abraham de Engadí y la parábola de la semilla
de palma

391. Curación del leproso Eliseo de Engadí

392. La hostilidad de Masada, ciudad-fortaleza

393. En la casa de campo de María de Keriot

394. Parábola de las dos voluntades y despedida de los habitantes de Keriot

395. Las dos madres infelices de Keriot. Adiós a la madre de Judas

396. En Yuttá, con los niños. La mano de Jesús obradora
de curaciones

397. Despedida de los fieles
de Yuttá

398. Palabras de despedida en Hebrón. Los delirios
de Judas Iscariote

399. Palabras de despedida en Betsur. El amor materno de Elisa

400. En Béter, en casa de Juana de Cusa, la cual habla del daño provocado por Judas Iscariote ante Claudia

401. Pedro y Bartolomé en Béter por un grave motivo.
Éxtasis de la escritora

402. Judas Iscariote se siente descubierto durante el discurso de despedida en Béter

403. Una lucha y victoria espiritual de Simón de Jonás

404. En camino hacia Emaús
de la llanura

405. Descanso en un henil y discurso a la entrada de Emaús de la llanura. El pequeño Miguel

406. En Joppe. Palabras inútiles a Judas de Keriot y diálogo sobre el alma con algunos Gentiles

407. En los campos de Nicodemo. La parábola de los dos hijos

408. Multiplicación del trigo en los campos de José de Arimatea

409. El drama familiar del Anciano Juan

410. Provocaciones de Judas Iscariote en el grupo apostólico

411. Una lección extraída de la naturaleza y espigueo milagroso para una viejecita. Cómo ayudar a quien se enmienda

412. Elogio del lirio de los valles, símbolo de María. Pedro se sacrifica por el bien de Judas

413. Llegada a Jerusalén para la fiesta de Pentecostés y disputa con los doctores del Templo

414. Invectiva contra fariseos y doctores en el convite en casa
del Anciano Elquías

415. Un alto en el camino
en Betania

416. Un mendigo samaritano en el camino de Jericó

417. Historia de Zacarías el leproso y conversión
de Zaqueo el publicano

418. Curación del discípulo José, herido en la cabeza y recogido en la casita de Salomón

419. Curaciones en un pueblecito de la Decápolis. Parábola del escultor y de las estatuas

420. Curación de un endemoniado completo. La vocación de la mujer al amor

421. El endemoniado curado, los fariseos y la blasfemia contra
el Espíritu Santo

422. El Iscariote, con sus malos humores, ocasiona la lección sobre los deberes
y los siervos inútiles

423. Partida del Iscariote, que ocasiona la lección sobre
el amor y el perdón

424. Pensamientos de gloria y martirio ante la vista de la costa mediterránea

425. En Cesárea Marítima. Romanos mundanos y parábola de los hijos con destinos distintos

426. Con las romanas en Cesárea Marítima. Profecía en Virgilio.
La joven esclava salvada

427. Bartolomé instruye
a Áurea Gala

428. Parábola de la viña y del viñador, figuras del alma y del libre albedrío

429. Con Judas Iscariote en la llanura de Esdrelón

430. El nido caído y el escriba cruel. La letra y el espíritu
de la Ley

431. Tomás prepara el encuentro de Jesús con los campesinos
de Jocanán

432. Con los campesinos
de Jocanán, cerca de Sefori

433. Llegada a Nazaret. Alabanzas a la Virgen.
Curación de Áurea

434. Trabajos manuales en Nazaret y parábola
de la madera barnizada

435. Comienzo del tercer sábado en Nazaret y llegada de Pedro con otros apóstoles

436. En el huerto de Nazaret, revelado a apóstoles y discípulas el precio de la Redención

437. Coloquio
de Jesús con su Madre

438. María Santísima con María de Alfeo en Tiberíades, donde Valeria. Encuentro con Judas Iscariote

439. María Santísima enseña a Áurea a hacer la voluntad de Dios

440. Otro sábado en Nazaret. Obstinación de José de Alfeo

441. Partida de Nazaret. Un incendio de brezos durante el viaje viene a ser el tema de una parábola

442. Judas Iscariote en Nazaret en casa de María

443. La muerte del abuelo de Margziam

444. Las dotes de Margziam. Lección sobre la caridad, sobre la salvación, sobre los méritos del Salvador

445. Dos parábolas durante una tormenta en Tiberíades. Llegada de Maria Stma., e impenitencia de Judas Iscariote

446. Llegada a Cafarnaúm en medio de un cálido recibimiento

447. En Cafarnaúm unas palabras de Jesús sobre la misericordia y el perdón no encuentran eco

448. Encuentro de barcas en el lago y parábola sugerida por Simón Pedro

449. El pequeño Alfeo desamado de su madre

450. Milagros en el arrabal cercano a Ippo y curación del leproso Juan

451. Discurso en el arrabal cercano a Ippo sobre los deberes de los cónyuges y de los hijos

452. El ex leproso Juan se hace discípulo. Parábola de los diez monumentos

453. Llegada a Ippo y discurso en pro de los pobres. Curación de un esclavo paralítico

454. María Santísima y su amor perfecto. Conflicto de Judas Iscariote con el pequeño Alfeo

455. La Iglesia es confiada a la maternidad de María. Discurso, al pie de Gamala, en pro
de unos forzados

456. Despedida de Gamala y llegada a Afeq. Advertencia a la viuda Sara y milagro en su casa

457. Discurso en Afeq, tras una disputa entre creyentes y no creyentes. Sara se hace discípula

458. Una curación espiritual en Guerguesa y lección sobre
los dones de Dios

459. El perdón a Samuel de Nazaret y lección sobre
las malas amistades

460. Fariseos en Cafarnaúm con José y Simón de Alfeo. Jesús y su Madre preparados
para el Sacrificio

461. Confabulación en casa de Cusa para elegir a Jesús rey. El griego Zenón y la carta de Síntica con la noticia de la muerte de Juan de Endor

462. Discurso y curaciones en las fuentes termales de Emaús
de Tiberíades

463. En Tariquea. Cusa, a pesar del discurso sobre la naturaleza del reino mesiánico, invita a Jesús a su casa. Conversión de una pecadora

464. En la casa de campo de Cusa, intento de elegir rey a Jesús. El testimonio
del Predilecto

465. En Betsaida para un encargo secreto a Porfiria. Apresurada partida de Cafarnaún

466. Un alto en la casa de los ancianos cónyuges Judas y Ana

467. Parábola de la distribución de las aguas. Perdón condicionado para el campesino Jacob. Advertencias a los apóstoles camino de Corazín

468. Un episodio de enmendamiento de Judas Iscariote, y otros que
ilustran su figura

469. Despidiéndose de los pocos fieles de Corazín

470. Lección a una suegra sobre los deberes del matrimonio

471. Encuentro con el levita José, llamado Bernabé, y lección
sobre Dios-Amor

472. Solicitud insidiosa de un juicio acerca de un hecho ocurrido en Yiscala

473. Curación de un niño ciego de Sidón y una lección
para las familias

474. Una visión que se pierde en un arrobo de amor

475. Abel de Belén de Galilea pide el perdón para sus enemigos

476. Lección sobre el cuidado de las almas y perdón a los dos pecadores castigados con la lepra

477. Coloquio de Jesús con su Madre en el bosque de Matatías. Los sufrimientos morales
de Jesús y María

478. Coloquio de Jesús con José y Simón de Alfeo, que van a la fiesta de los Tabernáculos

479. Con Juan al pie de la torre de Yizreel en espera de los campesinos de Jocanán

480. Parten de Yizreel tras la visita nocturna de los campesinos de Jocanán

481. Llegada a Enganním. Maquinaciones de Judas Iscariote para impedir una trama
de los fariseos

482. En camino con un pastor samaritano que ve
premiada su fe

483. Polémica de los apóstoles sobre el odio de los judíos. Los diez leprosos curados en Samaria

484. Alto obligado en las cercanías de Efraím y parábola de la granada

485. Jesús llega con los apóstoles a Betania, donde ya están algunos discípulos con Margziam

486. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Reino

487. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Cristo

488. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Partida secreta hacia Nob después
de la oración

489. En Nob. Parábola del rey no comprendido por sus súbditos. Jesús calma el viento

490. En el campo de los Galileos con los primos apóstoles y encuentro con el levita Zacarías

491. TEn el Templo el último día de la fiesta de los Tabernáculos. Sermón sobre el Agua viva

492. En Betania se evoca la memoria de Juan de Endor

493. Jesús habla cabe la fuente de En Royel, lugar en que hicieron un alto los tres Sabios

494. La mujer adúltera y la hipocresía de sus acusadores

495. Jesús instruye acerca del perdón de los pecadores, y se despide de sus discípulos en el camino de Betania

496. Un alto en la casita de Salomón. Improvisa turbación
de Judas Iscariote.

497. Simón Pedro atraviesa una hora de abatimiento

498. Exhortación a Judas Tadeo y a Santiago de Zebedeo después de una discusión
con Judas Iscariote

499. Fuga de Esebón y encuentro con un mercader de Petra

500. Reflexiones de Bartolomé y Juan después de un retiro
en el monte Nebo

501. Parábola de los hijos lejanos. Curación de dos hijos ciegos del hombre de Petra

502. Otro abatimiento en Pedro. Lección sobre las posesiones (divinas y diabólicas)

503. Los apóstoles indagan acerca del Traidor. Un saduceo y la infeliz mujer de un nigromante. Saber distinguir lo sobrenatural de lo oculto

504. Margziam preparado para la separación. Regreso a la aldea de Salomón y muerte de Ananías

505. En el Templo, una gracia obtenida con la oración incesante y la parábola del juez y la viuda

506. En el Templo, oposición al discurso que revela que Jesús
es la Luz del mundo

507. El gran debate con los judíos. Huyen del Templo con la ayuda del levita Zacarías

508. Juan será la luz de Cristo hasta el final de los tiempos. El pequeño Marcial-Manasés acogido por José de Seforí

509. El anciano sacerdote Matán acogido con los apóstoles y discípulos que han huido
del Templo

510. La curación de un ciego
de nacimiento

511. En la casa de Juan de Nob, otra alabanza a la Corredentora. Embustes de Judas Iscariote

512. Profecía ante un pueblo destruido

513. En Emaús Montana, una parábola sobre la verdadera sabiduría y una advertencia
a Israel

514. Consejos sobre la santidad a un joven indeciso. Reprensión a los habitantes de Bet-Jorón después de la curación de un romano y una judía

515. Las razones del dolor salvífico de Jesús. Elogio de la obediencia y lección sobre
la humildad

516. En Gabaón, milagro del mudito y elogio de la sabiduría como amor a Dios

517. Hacia Nob. Judas Iscariote, tras un momento polémico, reconoce su error

518. En Jerusalén, encuentro con el ciego curado y palabras que revelan a Jesús como
buen Pastor

519. Inexplicable ausencia de Judas Iscariote y alto en Betania, en casa de Lázaro

520. Conversaciones en torno a Judas Iscariote, ausente. Llegada a Tecua con el anciano Elí-Ana

521. En Tecua, Jesús se despide de los habitantes del lugar y del anciano Elí-Ana

522. Llegada a Jericó. El amor terreno de la muchedumbre y el amor sobrenatural del
convertido Zaqueo

523. En Jericó. La petición a Jesús de que juzgue a una mujer. La parábola del fariseo y el publicano tras una comparación entre pecadores y enfermos

524. En Jericó. En casa de Zaqueo con los pecadores convertidos

525. El juicio sobre Sabea
de Betlequí

526. T526 Curaciones cerca del vado de Betabara y discurso en recuerdo de Juan el Bautista

527. Desconocimiento y tentaciones en la naturaleza humana de Cristo

528. En Nob. Consuelo materno de Elisa y regreso inquietante de Judas Iscariote

529. Enseñanzas a los apóstoles mientras realizan trabajos manuales en casa de Juan de Nob

530. Otra noche de pecado de Judas Iscariote

531. En Nob, enfermos y peregrinos venidos de todas partes. Valeria y el divorcio. Curación del pequeño Leví

532. Preparativos para las Encenias. Una prostituta enviada a tentar a Jesús, que deja Nob

533. Hacia Jerusalén con
Judas Iscariote

534. Enseñanzas y curaciones en la sinagoga de los libertos romanos. Un encargo
para los gentiles

535. Judas Iscariote llamado
a informar a casa de Caifás

536. Curación de siete leprosos y llegada a Betania con los apóstoles ya reunidos. Marta y María preparadas por Jesús
a la muerte de Lázaro

537. En el Templo en la fiesta de la Dedicación, Jesús se manifiesta a los judíos, que intentan apedrearle

538. Jesús, orante en la gruta de la Natividad, contemplado por los discípulos ex pastores

539. Juan de Zebedeo se acusa de culpas inexistentes

540. La Madre confiada a Juan. Encuentro con Manahén y lección sobre el amor a los animales. Conclusión del tercer año

 

401- Pedro y Bartolomé en Béter por un grave motivo. Éxtasis de la escritora


Jesús pasea entre las florestas de rosas, donde bulle el trabajo de los recolectores. Halla así la manera de hablar con uno o con otro, y también con la mujer viuda y sus hijos, a la que Juana en la Pascua ha tomado, por su amor, a su servicio después del banquete de los pobres.

Ya no parecen los mismos. Con nueva vitalidad, serenos, cumplen su trabajo con alegría, cada uno según sus propias capacidades, y los más pequeños, que verdaderamente no saben todavía ni siquiera distinguir una rosa de otra por el color o por la lozanía para escogerlas, juegan con otros pequeñuelos en los sitios más tranquilos, y sus gorjeos de pajarillos humanos todavía en el nido se unen a los de los implumes que pían, que chillan entre las frondas de los árboles para saludar a sus padres que regresan con la comida para sus bocas.  

Jesús se acerca a estas pequeñas nidadas humanas, y se agacha, se interesa, acaricia, calma pequeñas riñas, levanta al que se ha caído y gimotea, sucio de tierra, arañadas con el suelo la frente o las manitas. Y los llantos, las riñas, los celos, cesan de golpe con la caricia y la palabra del Inocente a los inocentes, o se transforman incluso en el ofrecimiento del objeto causa de la discusión o de la caída (el escarabajo dorado, la piedrecita de color o brillante, una flor cortada, etc.)... Jesús tiene llenas de estas cosas las manos y el cinturón, y, cuando deposita escarabajos y mariquitas entre el follaje, restituyéndolos así a la libertad, lo hace sin ser visto.

¡Cuántas veces he notado el perfecto tacto de Jesús incluso en los más pequeños, para no herirlos, para no defraudarlos! Tiene el arte y el atractivo para saber mejorarlos y para hacerse querer, con cosas aparentemente insignificantes, aunque en realidad son perfecciones de amor adaptado a la pequeñez del niño...

Como a mí. ¡A mí me ha tratado siempre como a un "niño" para mejorar mi miseria, para hacerse querer! Después, cuando lo he amado con todo mi ser, ha apretado la mano, me ha tratado como adulta, sordo a mis súplicas:

« ¿Pero no ves que soy una inútil?». Ha sonreído y me ha obligado a hacer obras de adultos... ¡Oh! Sólo cuando la pobre María está toda llena de aflicción, Él vuelve a ser el Jesús de los niños para mi pobre alma, tan incapaz, y se muestra satisfecho de... mis escarabajos y mis piedrecitas... y mis florecillas... de lo que logro darle... y me muestra que los ve bonitos... y que me ama porque soy “la nada que se abandona, se pierde, en el Todo”.

¡Querido Jesús mío! ¡Amado, amado hasta la locura! ¡Amado con todo mi ser! ¡Sí, lo puedo proclamar! En la vigilia de mi año 49, examinándome atentamente, en la vigilia de la sentencia humana sobre mi obra como portavoz, escudriñando atentamente mi espíritu y toda mí misma para descifrar las palabras verdaderas que hay en mí, puedo decir que ahora amo, comprendo que amo a mi Dios con todo mi ser.

He tardado 48 años en llegar a este amor total, tan total que excluye un pensamiento de temor personal en vistas de una condena, teniendo tan sólo una profunda aflicción por la repercusión que ésta pudiera tener en almas que yo he llevado a Dios, que estoy convencida de que han sido redimidas por el Jesús vivo dentro de mí, y que se separarían de la Iglesia, anillo de enlace entre la humanidad y Dios.

Dirán algunos: « ¿No te da vergüenza haber tardado tanto?». No, en absoluto. Era tan débil, tan nada, que he tardado todo este tiempo. Y además estoy convencida de que he tardado exactamente el tiempo que Jesús ha querido. Ni un minuto más ni un minuto menos; porque -esto puedo decirlo -desde que empecé a comprender -qué es Dios, no le he negado a Dios nada.

Desde cuando, teniendo yo cuatro años, lo sentía tan omnipresente, que creía incluso que estar en la madera del respaldo de la silla en que me sentaba y le pedía disculpa por darle la espalda y por apoyarme en Él; desde cuando también a los cuatro años, hasta en el sueño meditaba que nuestros pecados lo habían herido y matado, y me ponía de pie encima de mi cama, suplicando, vestida con mi camisón de noche, sin mirar a ningún cuadro sagrado, sino volviéndome a mi Amado matado por nosotros, suplicando:

«¡Yo no! ¡Yo no! ¡Quítame la vida, pero no me digas que yo te he herido!». Y así sucesivamente...


Amor mío, Tú conoces mis ardores, no desconoces ni siquiera uno... Tú sabes que bastaba que se perfilase una propuesta tuya para que ya inmediatamente fuera aceptación en tu María. Aunque me propusieras que te diera mi amor de novia -es más, precisamente entonces, en la Navidad del 1921, se reafirmó mi amor por ti -, o el amor de los parientes o la vida o la salud o la comodidad... y que, cada vez más, fuera una "nada" en la vida social, un desecho, mirado por el mundo con compasión o burla... Una que no puede tomar un vaso de agua si tiene sed si no hay quien se lo acerque, una que está clavada como Tú, como Tú, y como he deseado tanto estarlo, y como quisiera enseguida volver a estar si Tú me curaras. ¡Todo! La nada ha dado todo, su todo de criatura... Bien, pues también ahora, también ahora, que puedo ser juzgada negativamente, que puedo sufrir interdicción, que pueden actuar contra mí, ¿qué te digo?

«Déjame a ti, déjame tu Gracia. Todo el resto es nada. Lo único que te ruego es que no me suspendas tu amor y que no permitas que los que te he dado vuelvan a caer en las tinieblas.

¿Pero, a dónde he ido, oh Sol mío, mientras paseas entre los rosales? A donde mi corazón, que ha hecho esfuerzo de amor por ti, me lleva. Y late, y me enciende la sangre en las venas. Y la gente dirá: «Tiene fiebre y palpitaciones». No. Es que esta mañana te estás derramando en mí con la fuerza de un divino huracán de amor, y yo... y yo me anulo en ti, que me invades, y ya no coordino como criatura, y siento lo que debe ser el vivir de los serafines... y ardo y deliro y te amo, te amo, te amo. ¡Piedad, en tu amor! Piedad, si quieres que viva todavía para servirte, oh Amor divinísimo, eterno, oh Amor dulcísimo, oh Amor de los Cielos y de la Creación, Dios, Dios, Dios...

¡O... no... piedad, no! ¡Antes al contrario, más aún! ¡Hasta la muerte en la hoguera del amor! ¡Fundámonos! ¡Amémonos! Para estar en el Padre, como dijiste orando por nosotros: «Que estén (los que me aman) donde estamos Nosotros. Que sean uno». ¡Uno! Ésta es una de las afirmaciones del Evangelio que siempre me han hecho sumirme en un abismo de adoración amorosa.

¿Qué pediste para nosotros, mi Divino Maestro y Redentor? ¿Qué pediste, mi Divino loco de amor? Que nosotros seamos uno contigo, con el Padre, con el Espíritu Santo, porque quien está en Uno está en los Tres, ¡oh, inseparable y verdaderamente libre Trinidad del Dios uno y trino! ¡Bendito! ¡Bendito! ¡Bendito con cada uno de mis latidos y respiros!...

Pero volvamos a la visión, porque veo venir con paso veloz, tanto que sus vestiduras se mueven como una vela azotada por el viento, a Pedro, seguido por Bartolomé, que camina más tranquilo. Se presenta repentinamente a espaldas del Maestro, que está agachado acariciando a unos lactantes -los cuales son, sin duda, hijos de recolectoras -puestos en unos traspuntines a la sombra fresca de las plantas.


-¡Maestro!
-¡Simón! ¿Cómo es que estás aquí? ¿Y tú, Bartolomé? Teníais que partir mañana por la tarde, después de la puesta de sol del sábado...
-Maestro, no nos regañes... Escúchanos antes.
-Os escucho. Y no os regaño, porque pienso que habréis desobedecido por un grave motivo. Solamente aseguradme
que ninguno de vosotros está herido o enfermo. -No, no, Señor. No nos ha sucedido ningún mal -se apresura a decir Bartolomé. Pero Pedro, siempre sincero e impulsivo, dice: -¡Mmm! Yo por mí digo que hubiera sido mejor si tuviéramos todos las piernas rotas, o incluso la cabeza, antes que...  
-¿Qué ha sucedido entonces?
-Maestro, hemos pensado que era mejor venir para acabar con... -está diciendo Bartolomé cuando Pedro le interrumpe:

-¡Pero habla más deprisa!
Y termina:
-Judas es un verdadero demonio desde que te has marchado.

Ya no podíamos hablar, no razonaba. Ha discutido con todos... Y ha escandalizado a todos los dependientes de Elisa y a otras personas...

-Quizás se ha puesto celoso porque has tomado a Simón contigo... -dice Bartolomé queriendo disculpar, al ver que la cara de Jesús se pone muy severa.

-¡Qué van a ser celos! ¡Deja de una vez de disculparlo!... O riño contigo para desahogarme de no haber podido reñir con él... ¡Porque Maestro, he logrado estar callado!

¡Fíjate! ¡Estar callado! Por pura obediencia y amor a ti... ¡Pero qué esfuerzo! Bien. En un momento en que Judas se marchó, dando portazos, hemos deliberado entre nosotros... y hemos pensado que era mejor partir para poner fin al escándalo en Betsur y... evitar... darle unos guantazos... Y yo y Bartolomé nos hemos marchado inmediatamente. He rogado a los otros que me dejaran marcharme enseguida, antes de que él volviera... porque... porque sentía realmente que no me iba a contener ya más... Esto es. He dicho. Ahora corrígeme, si te parece que he cometido un error.

-Has hecho bien. Habéis hecho todos bien.
-¿También Judas? ¡Ah, no, mi Señor! ¡No digas esto! ¡Ha dado un espectáculo indigno!
-No. Él no ha hecho bien. Pero no lo juzgues.
-...No, Señor...

El "no" sale con mucho esfuerzo.

Un momento de silencio. Luego Pedro pregunta:
-¿Me dices, al menos, por qué Judas, de repente, se ha vuelto así? ¡Parecía haberse vuelto tan bueno! ¡Se estaba tan bien! Yo había hecho oraciones y sacrificios para que continuara... Porque no puedo verte afligido. Y Tú estás afligido cuando nos causamos daño... Y, desde las Encenias, sé que incluso el sacrificio de una cucharada de miel tiene valor...

Esta verdad me la ha tenido que enseñar un discípulo, el más pequeño de los discípulos, un pobre niño, a mí, tu apóstol necio. Pero no la he desatendido. Porque he visto su fruto. Porque también yo, que soy un zopenco, he comprendido algo por luz de la Sabiduría que se ha inclinado benigna hacia mí, que ha bajado hasta mí, hasta el rudo pescador, hasta el hombre pecador.

He comprendido que es necesario amarte no sólo con las palabras, sino salvándote las almas con nuestro sacrificio. Para darte una alegría. Para no verte así como estás ahora, como estabas en Sebat. Tan pálido y triste, mi Maestro y Señor que no somos dignos de tenerte, que no te comprendemos: nosotros, gusanos al lado de ti, Hijo de Dios; nosotros, lodo al lado de ti, Estrella; nosotros, tinieblas al lado de ti, Luz.

¡Pero no ha servido para nada! ¡Para nada! Es verdad. Mis pobres ofrendas... tan pobres; tan defectuosas... ¿Y para qué iban a servir? Ha sido soberbia mía, creer que pudieran servir... Perdóname. Pero te he dado cuanto tenía. Me he ofrecido para darte todo lo que tengo. Y creía estar justificado porque te he amado, oh mi Dios, con todo mi ser, con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas, como está escrito.

Y ahora comprendo también esto y lo digo yo también como dice siempre Juan, nuestro ángel, y te ruego (y se arrodilla a los pies de Jesús) que aumentes tu amor en tu pobre Simón, para que aumente mi amor por ti, oh mi Dios.
Y Pedro se agacha a besar los pies de Jesús, y se queda así. Bartolomé, que ha estado escuchando, admirando y asintiendo, hace lo mismo.

-Alzaos, amigos. Mi amor crece sin pausa en vosotros, y crecerá cada vez más. Y benditos seáis por el corazón que tenéis. ¿Cuándo van a venir los otros?
-Antes de la puesta del sol.

-Está bien. También Juana y Elisa y Cusa volverán antes del ocaso. Pasaremos el sábado aquí y luego partiremos.
-Sí, Señor. ¿Pero para qué te ha llamado Juana con tanta urgencia? ¿No podía esperar? ¡Estaba ya concordado que vendríamos aquí!

-¡Con su imprudencia ha causado un buen jaleo!...
-No la acuses, Simón de Jonás. Ha actuado por prudencia y amor. Me ha llamado porque había almas cuya buena voluntad había que confirmar.

-¡Ah! Entonces ya no hablo más... Pero, Señor, ¿por qué Judas se ha alterado de esa forma?
-¡No pienses en ello! ¡No pienses en ello! Goza de este Edén, todo flores y paz. Goza de tu Señor. Y deja, y olvida, las formas peores de la Humanidad, sus asaltos contra el espíritu de tu pobre compañero Lo único que debes recordar es orar por él, mucho, mucho. Venid.

Vamos donde aquellos pequeños que nos miran asombrados. Hace poco les estaba hablando de Dios, de alma a alma, con el amor, y a los más grandecitos con las bellezas de Dios...

Y echa sus brazos alrededor del talle de sus dos apóstoles, para dirigirse a un círculo de niños que lo esperan.

   


[Inicio] [ Blog] [Mision] [El Rosario] [Documentos] [Asesorias] [ Política de Privacidad] [Contacto ]

Copyright © 2022 Maria Luz Divina